Nuestra traducción
del texto en nauatl
{1} Aquí inician las
fábulas que puso (escribió) un sabio llamado Esopo, que nos enseña (muestra)
paso a paso su educación (enseñanza).
El chivo y el coyote
El chivo y el coyote
cuando casi mueren de sed corrieron al pozo con agua. Una vez que se (metieron
y) agacharon para beber agua, el barbón miró por todas partes, buscando por dónde poder salir
(ambos).
Y el coyote le dijo:
no te aflijas, ya vi cómo podemos hacerle para poder salir. Si te enderezas,
pones tu{s} mano{s} en la pared y paras la cabeza; y una vez que tengas
erguidos los cuernos, yo me subiré en tu lomo para poder salir del pozo. Una
vez que yo salga, vendré por ti.
Y al barbón le gustó
el dicho (la idea) del coyote; luego lo obedeció; encima de él salió el coyote.
Y una vez que salió,
luego se anduvo riendo alrededor del pozo. Y el barbón aborreció mucho al
coyote por su gran mentira.
Y el coyote le dijo:
¡oh! hermano barbón, todo por tu nobleza, todo por tus barbas, primero hubieras visto por dónde salir, ya no
podrás huir del pozo.
Esta fábula enseña de
cómo primero requiere que pensemos bien lo que queremos hacer, para no después
caer en el engaño por ignorancia.
{2} El coyote y el
"león"
Un coyote en un mal
momento había visto al "león". Una vez, lo encontró no en juicio
(enfermo) al "león", (y) se asustó mucho el coyote, que se desmayó. Y
la segunda vez que lo encontró, ya no se asustó demasiado. Y cuando lo encontró
de frente, dizque se hizo el fuerte, se hizo a un lado, y le habló.
Esta fábula nos
enseña que hay dichos de la gente que son admirables; cuando son novedosos, nos
parecen muy difíciles, y cuando los escuchamos varias veces, nos acostumbramos;
por eso debemos entenderlos bien.
{3} El coyote
Un coyote se había
lazado, fatigado, de repente dejó su cola en la trampa. Y esto le causó mucha
pena, pues ya no tenía nada de cola, pero no se dio por vencido, reunió a todos
los coyotes. Luego platicaron, se aconsejaron que todos se cortaran sus colas,
para poder corregir la pena.
Les dijo: hermanos,
hijos míos, escuchen ¿por qué en vano arrastramos nuestras colas? de nada nos
sirven, sólo las llevamos con nosotros al correr; por eso es necesario que
todos nosotros nos las cortemos, nos desprendamos de ellas.
Luego ya muchas cosas
se dicen.
Entonces, una joven
coyota salió, contestó, dijo así: ¿tú qué opinas madre mía? ¿Acaso con
violencia nos harán comer, si no queremos?
{4} El lagarto y el
coyote
Un lagarto, como los
de Egipto, que anda en el agua, es muy peligroso, se parece al tzitzimitl llamado cocodrilo. Así es el lagarto que
carga. Éste de gran tamaño es temible /…/. Apenas se encontraron por primera
vez, el coyote y este lagarto, el linaje del lagarto se extendió. Su hazaña
trascedía acerca de quienes eran sus antepasados de su estima, y narraba todas
las glorias realizadas. Cuando platicaba todas esas cosas, lo hacía con
jactancia.
Entonces el coyote
luego le respondió, le dijo: no se necesita de muchas palabras, luego se ve tu
altivez /…/.
Esta fábula expresa
que el mentiroso nada de verdad dice, y pronto su mentira lo humilla.
{5} Las guajolotas y
un pájaro llamado perdiz
Un hombre criaba sus
gallinas, entre ellas metió un pájaro llamado perdiz. Una vez que andaba entre
ellas, no lo consideraba su mole, sólo lo maltrataba, no comía entre ellas. Y
por esto, el perdiz no se humillaba, sino que se acostumbraba a ser considerado
único por su nombre, cuando no se levantaba con ellas lo maltrataban. Una vez
por esto, las gallinas se enojaron, luego por ello comenzaron a pelearse. Y
cuando el pájaro las vio, pronto se dio ánimo, se dijo: ahora me consuelo, me
sentía mal quizá porque las gallinas ya no me maltratan. Ahora veo que por mí
se pelean. No es necesario que yo me enoje, sólo sifriré con gusto cuando me
maltraten.
Esta fábula significa
que no debemos enojarnos por todas las angustias que nos ocurre, porque no
somos los únicos que sufrimos las injusticias que duelen; pues toda la gente
que existe, por grande que sea, rica o tlatohuani con fama, se angustia en este mundo.
{6} El coyote
El coyotillo una vez
se metió a la casa de la gente malvada, labradora de imágenes. Una vez fue a
honrar en vano la imagen de una mujer, la vio muy respetable, muy hermosa;
luego empezó a hablarle en broma, y la vio que no habla, no se mueve, y le dijo
que se ve muy buena mujer, pero sin corazón.
Esta fábula significa
que el que obedece temprano, a buen tiempo se levanta, aunque su corazón no lo
sepa.
{7} El carbonero y el
batanero
Un carbonero compró
una casa grande y era comerciante, y uno de sus hermanos era batanero, y no muy
lejos de ahí tenía su casucha. El carbonero una vez suplicó al batanero para
que anden juntos, porque él tenía muchas casas. Entonces el batanero no lo
escuchó mal, sólo le dijo: no es necesario que me digas lo que tengo qué
lavar, lo limpiaré, allí se irá todo tu carbón, todo lo prensaré.
Esta fábula quiere
decir que debe pensarse bien, para no encontrarse con a los perversos; deben
cuidarse de los pecados.
{8} El compromiso
incierto
Un pobre estaba enfermo, demasiado grave. Cambiaron de
médicos. Luego fue a ver a Nuestro Padre Dios, le rogó, le dijo: si me sanas
¡oh! Dios mío, Padre mío, una vez aliviado, frente a ti pondré cinco hileras de reses.
Y cuando oyó su
mujer, que estaba junto a él, le dijo: ¿y de dónde tomarás tantas reses? ¿Las
harás de viejo, si te curas?
Luego le dijo a su
mujer: tú qué crees ¡oh! mujer, si sano ¿acaso álguien del cielo bajará a
pedirme la ofrenda que prometí?
Esta fábula nos
enseña que hay varios que prometen mucho cuando están enfermos, sin corazón,
que no pueden cumplir.
{9} Los pescadores
Algunos pescadores
cuando ya están desesperados de pescar, no atrapan nada, cuando ya se
regresaban a sus casas, no se daban cuenta que un gran pez, llamado juno, saltó
de pronto en su canoa, y atrás de él lo venían siguiendo otros peces. Y al
escuchar esto los pescadores, se alegraron mucho; los llevaron a su casa.
Esta fábula nos
enseña que muchas veces nos llega algo bueno de repente, sin que lo advierta
nuestro corazón.
{10} Las ranas
Dos ranas andaban en
un manantial. Y cuando un día se secó el manantial, luego salieron, se fueron a
buscar dónde por la mañana andarán en el agua. Luego ya saltan en una poza,
vieron que estaba profunda.
Luego una de las
ranas dijo: quedémonos, andemos aquí por las mañanas. Y la otra rana le
contestó, le dijo: (sí) aquí andemos por las mañanas en la poza; y si ésta
también se seca ¿cómo saldremos después?
Esta fabulilla nos
enseña que no sólo digamos que algo grande iniciaremos, se necesita que primero
lo meditemos bien.
{11} El viejecillo y
la muerte
Un viejecillo fue a
leñar al bosque. Y éste al darse de cargar, luego regresó a su casa. Ya en el
camino, comenzó a cansarse mucho {entre líneas: llover} y a granizar {entre
líneas: granizar}, por eso tuvo que detener su carga y descansar. Y cuando ya
descansó, empezó a recordar de cuánta era la necesidad por su pobreza. Ya
había caminado sesenta años, luego ya comenzó a llamar a la muerte, dijo: ¡oh!
muerte mía, dónde estás, ya está bien que me desaparezcas, guárdame, corta de
un tajo mi mal sufrimiento.
Entonces la muerte
oyó el ánimo {entre líneas: esfuerzo, ánimo} del viejecillo, luego se le vino a
parar enfrente.
Le preguntó, le dijo:
¿para qué me haz llamado?
Entonces el
viejecillo al ver a la muerte, le dio mucho miedo. Luego le dijo: nada, sólo
busco a álguien que me ayude a subir mi carga, para poder llegar rápido a mi
casa.
Esta fábula nos
muestra que la muerte a toda persona levanta, toda gente le teme y que por
mucho que nos duela algo, por mucho que suframos, ésta nos quitará la alegría.
{12} La viejecilla
enferma de los ojos
Una viejecilla con
mal de ojos llamó a una curandera para que la sane. Entonces la viejecilla y la
curandera conversaron acerca del pago; pues una vez curada de los ojos, la
viejecilla pagaría haciéndole tortillas a la curandera. Luego ya empieza a
curarle los ojos, le untaba hierba de la golondrina. Y una vez que fue a curar a la viejecilla,
ésta se revolcaba en su cama, ahí sufría. (la curandera) iba a dejarla (a su
casa). Dentro de la casa veía su tilma, su guaje (bule para agua), al salir
cualquier cosa le robaba, la curandera las sacaba.
Le vino a pedir su
pago, lo que habían acordado, le dijo: ¡oh! mujer dáme mi pago, lo que
acordamos para curarte, ya estás bien de los ojos; que lo digan todos los que
te veían cuando estabas mal de los ojos.
Entonces la
viejecilla luego le respondió a la curandera, le dijo: tú qué dices hija mía,
como no puedo ver, dices que ya sané, pero antes que me curaras, muchas cosas
veía que estaban en mi casa, y ahora que haz dejado de curarme, ya no veo nada
de mis pertenencias en mi casa.
{13} El labrador y
sus hijos
Un labrador ya quería
morir, vio que su negocio no prosperaba para dejarles a sus hijos. Deseó
consolarse con su negocio de cultivo, y lloró solo, por eso les habló, les
dijo: ¡oh! hijos míos, ya ven cómo estoy, y yo que pensaba repartirles; y
ustedes buscarán toda la tierra de cultivo de uva. Y cuando les ordenó a sus
hijos, de inmediato murió el anciano. Entonces sus hijos al saber lo que había,
fueron en busca del tesoro, su tierra de cultivo de uva. Luego fueron por su
arado, comenzaron a remover la tierra de las plantas de uva. Y no vieron nada de
oro; sólo hubo una quemazón, que había llegado a la viña.
Esta fábula nos
enseña que el trabajo es grande y el cuidado mucho mayor; es verdad que se
revierte en el negocio.
{14} Los perros y sus
dueños
Un hombre se encerró
en la casa de su sementera. No sé por qué causa ya no podía ir a entrar al altepetl, que no estaba tan lejos. Y cuando terminó de
comer sus guajolotes, luego ya empieza a {tachado: terminarse} comerse sus
borregos. Y cuando terminó de comerse sus borregos, luego comenzó a comerse sus
bueyes de labranza.
Y cuando se fueron
acabando sus bueyes, sus perros se reunieron, conversaron, se dijeron: vengan
¡oh! hermanos míos, da coraje lo que está ocurriendo, pues nuestro dueño se
está acabando de comer sus bueyes útiles. Y si se acaban ¿acaso {entre líneas:
no} creen que a nosotros nos deje? Y sólo nos verá en poca estima, porque no
le somos útiles. Y por eso ahora es tiempo que lo abandonemos, huyamos.
Esta fábula nos
enseña que es necesario que nos levantemos, abandonemos a quienes nos tratan
despiadadamente, no obedezcamos al que se esconde dentro de la casa.
{15} La huérfana y su guajolota
Una huérfana criaba a
su única guajolota, que diariamente ponía un huevo. Entonces, una vez la
huérfana pensó, dijo: y si a mi guajolota le doy de comer mucho, quizá
diariamente ponga dos huevos.
Luego comenzó a darle
de comer, la cuidaba demasiado. Y cuando creció la guajolota, se tapó, ya no
volvió a poner.
Esta fábulilla quiere
decir que la avaricia {entre líneas: avaricia} muchas veces trae consigo el hambre
{entre líneas: hambre}.
{16} Un hombre de
cabellos largos como perro
Un hombre de cabellos
largos como perro buscaba a un médico para ser curado.
Entonces, encontró un
hermano que le había conocido a su abuelo, le dijo: con una
tortilla calentará la sangre del perro, que untará donde tiene los cabellos
largos. Y cuando caliente la tortilla, luego lo rociará en los pelos de perro,
luego lo comerá.
Y cuando oyó el pelos
de perro, se rio mucho, dijo: si así lo hago, como me dices ¿acaso no algún día
me enamoraré de todos los perros que viven dentro del pueblo?
Esta fábula nos
enseña que hay furiosos que afligen sin ningún beneficio {entre líneas:
beneficio, favor}, que pueden amenazar {entre líneas: amenazar}, aplacar {entre
líneas: aplacar}, pueden en verdad enojar {entre líneas: amohinar, enojar} (y)
encolerizar a la gente {entre líneas: airarse}.
{17} Los jovenzuelos
y la molendera
Una vez dos
jovenzuelos con engaño despojaron a otro. Se fueron a sentar junto a una
molendera; y al retirarse de la cocina, muchas cosas le acongojaron a la
molendera.
Una vez, los
jovenzuelos a escondidas tomaron una vara con carne; (uno de ellos) le dio a su
hermano, y su hermano luego la escondió.
Y la molendera vio
que ya no estaba la vara con carne; luego pensó que ciertamente ellos robaron
la carne, pues sólo con ellos estaba en la cocina. Les dijo: ¡Dónde está la carne
qué aquí estaba?
Luego dijo: en alguna
parte estará escondida, yo no miento {entre líneas: no yo miento yo}, nada tomé
{entre líneas: nada he cogido}.
Y su hermano el que
se había robado la carne, dijo: de verdad, en el nombre de Dios que yo no tengo
nada de carne.
Entonces la molendera
con malicia {entre líneas: burla, engaño}, les dijo: aunque crean que soy
mentirosa, en nombre de nuestro tecuhtli Dios ustedes son habladores ¿cómo es posible
que mientan?
Esta conseja para
hacer reir (fábula) nos entretiene acerca de las mentiras, del engaño y de las
habladurías en nombre de nuestro tecuhtli Dios, que todo está viendo,
aunque los hombres de la tierra no lo respeten.
{18} El enfermo
Dos enfermos, sabían
que se iban a morir.
En una ocasión estos
dos iban en una barca. Sobre ella se paró un viento que los asustó mucho, ya se
iba a inundar la barca. Se fueron a la popa del navío.
(Uno de ellos) pidió
protección al capitán de la barca, le dijo: ¡oh! hijo mío ¿dónde primero se
hundirá la barca?
Éste le contestó: en
la proa de la barca, se escuchó muy arriba, donde van los enemigos.
Luego contestó: no
importa que muramos todos, ahora me tranquilizo, frente a mí va mi enemigo para
morir.
Esta fábula hace
resaltar que muchos no se conduelen con lo que se hace con humildad, cuando ven
a sus enemigos que se encuentran en la misma situación.
{19} El gato y los
ratones
En cierta casa había
muchísimos ratones, y los atrapó el gato. Luego ahí se metió, tardó mucho en
andarlos persiguiendo y comiendo. Entonces los ratones al ver que se iban
acabando de morir, diariamente se reunieron, y cortaron (taparon) su salida del
agujero, y en su camino, su salidero, allí se esconderían, ahí
donde no pueda alcanzar el gato. Entonces el gato vio que los ratones corrían.
Primero, fue en vano. Para poder sacarlos de su agujero, fingió que estaba
muerto; en un clavo {entre líneas: clavo de fierro} ahí cerca donde estaba, se
colgó. Y cuando ya estaba colgado, un ratoncillo desde arriba dijo, le dijo:
¡véte! Si yo supiera que en bolsilla (taleguilla) te convertirías, de inmediato
querría acercarme un poco junto a ti, (pero) no me moveré.
Esta fábula nos
enseña que hay quienes piensan que una vez pueden engañar con sus mentiras,
pero por segunda vez ya no pueden, se llegan a acostumbrar.
{20} El médico y el
enfermo
Una vez, un muerto
era llevado en cama. Y cuando lo llevaban, entre ellos iba el médico que
cuidaba al que murió de su enfermedad; muchas cosas les iba diciendo, les iba
comentando: si éste hubiera dejado de tomar vino, y lo que tiene entre sus
piernas, lo que le hace tener diarrea, bien que hubiera sanado.
Luego, uno de sus
hermanos que estaba con el difunto le contestó: lo que dices es en vano, ahora
tu consejo ya no es necesario; cuando se necesitaba ¿dónde estabas?, estabas
callado.
Esta fábula nos enseña
que debemos ayudar al enfermo o al que sufre; es penoso cuando el consejo ya es
inútil. Por eso ya no hay que contar con el deseo de álguien o el consejo de
alguno, cuando su ayuda o consejo ya no es necesario.
{21} El cazador de
aves y la serpiente
Un cazador de aves
fue por su pedernal {entre líneas: pedernal} y su caña {entre líneas: su caña}, fue a cazar pájaros
con liga. Entonces, el cazador de aves vió una paloma
silvestre que estaba en un árbol, y para matarla, se acercó hasta debajo del
árbol donde se hallaba el ave. Entonces, cuando iba preparando su caña, cuando
le iba a disparar a la paloma silvestre, pisó una culebra, la hizo hincharse.
Y así, al morir el
cazador, dijo: ¡ay! se enojó cuando la aplasté, ya siento que me muero.
Esta fábula da a
entender de quienes quieren afligir a la gente, que muchas veces en ellos
mismos recae el sufrimiento.
{22} El perro y la
molendera
Un perro se metió a
la cocina. Cuando la molendera trabajaba, le jaló el corazón del borrego, le
jaló con los dientes, luego se echó a correr.
Y cuando la molendera
vio, le dijo así: bien que lo hicieste sangrar, ahora que te lo comiste a
escondidas, sólo recuerda, después que no te sorprenda cuando digas que te cuide bien ¿acaso no me haz quitado el
corazón?, sobre todo tu que me lo haz dado.
Esta fábula quiere
decir que, nuestro corazón, nuestro entendimiento, despierta de pronto, cuando
algo malo nos ocurre.
{23} El perro y el
lobo
Una vez, el perro
dormía en la morada del venado, de pronto un lobo llegó ahí, rápido lo levantó.
Y cuando ya lo quería comer, el perro se hizo el sufrido, ideó una palabra para
suplicarle, le dijo: ¡oh! teuhtli mío, ¡oh! lobo mío, ¿acaso te llenaré
si me comes ahora? ¿Acaso no me ves sin fuerza, con la cabeza seca, desganado,
estoy muy enfermo, casi me muero? Y así estoy sentado, te ruego mucho que
pasado mañana se casará el hijo de mi tecuhtli, y habrá una gran fiesta,
donde habrá muchas sobras de las mesas, y en mi presencia podrás comer en
secreto; es verdad lo que sé, con todo esto, rápido engordarás. Por eso te
ruego mucho que no me dejes, no vayas a regresarte, terminado el casamiento.
Es verdad, me verás cuando
ya esté gordo.
Me informarás bien lo
que me harás comer.
El lobo al escuchar
las palabras inventadas, le agradó mucho, luego lo dejó, se fue.
Y pasados unos
cuantos días, luego regresó el lobo a la morada del venado. Fue a la morada
cuando el perro no lo vio. Su dueño fue a encontrar al perro echado dentro de
la casa, sin saber nada. Entonces, el lobo sin saludar para entrar, sólo desde
afuera se paró, le habló al perro para que saliera, le dijo: ya vine, así como
me lo ordenaste, ¡sal! Si es verdad las palabras que me dijiste.
Entonces el perro
luego por ello se rió, le dijo: ¡oh! lobo mío, yo soy de una sola palabra, te
doy mi palabra. Si nuevamente duermo en la morada del venado, vendrás a
pisotearme, espera cuando haya otro casamiento.
Esta fábula enseña
que los hombres sabios, si encuentran a alguien caído en el camino de la
muerte, una vez salvados se sienten bien seguros que ya no volverán a caer.
{24} El perro y el
gallo
El perro y el gallo
se hicieron amigos. Y una vez que íban juntos, a ambos se les anocheció en el
camino. El guajolote (gallo) trepó en el árbol para dormir. Y el perro rascó
mucho debajo del árbol, se echó. Y al amanecer gritó la gallina (el gallo), así
como lo hace. Y el coyote, donde dormía, lo despertó el grito de la gallina (el
gallo).
Luego rápido vino a
llegar debajo del árbol, le dijo: qué bonito escucho tu canto ¿por qué no
bajas? cantemos en nauatl.
Entonces el guajolote
(gallo) le contestó desde allá, le dijo: está bien, pero antes de bajar es
necesario que primero despiertes al portero, para que abra la puerta, allá iré
a cantar.
Entonces el coyote
tonto no sabía que le iba a hacer una traición. Luego ya empieza a rondar al
árbol, buscando al que abrió. Y pisó sobre el perro dormido, lo despertó. Luego
se levantó corriendo el perro; agarró al coyote, ahí lo mató.
Esta fábula nos
enseña que la fortaleza y la miseria de nuestros enemigos, no ayuda a nuestra
razón, nos enseña a observar aún a los más fuertes.
{25} El tequani
miztli y la rana
El tequani miztli
una vez oyó una rana gritar, croar mucho. Se asustó bastante, pensó que se
trataba de algo grande que gritaba. Después se consoló, miraba por todas partes
para encontrarlo, por aquí, por allá croaba.
Entonces, de pronto
vió saltar una rana dentro del agua, ella salía a la orilla del agua. Entonces
el tequani se enojó mucho, y se apenó porque se asustaba por algo
insignificante. Le destrozó las patas, la mató.
Esta fábula enseña a
la gente, sobre todo para que no nos asustemos, con el crujido que escuchemos o
el ruido. Y no nos asustemos sin reflexión, sin ver bien lo
que nos causa susto.
{26} El miztli tequani, el asno y el coyote
Una vez, se
« hicieron amigos » el tequani miztli, el asno y el
coyote. Pero cuando se fueron, nada se dijo.
Cuando ya aumenten los prisioneros, dijo el tequani al
asno, que él sabrá como repartirlos. Y el asno sin pensarlo, en tres partes
dividió a las presas, como ya lo sabía, de a cuántos les tocaba a cada uno.
Pero el tequani miztli por esto se enojó mucho. Agarró al asno, lo
destazó y se lo comió.
Luego ordenó al coyote repartir a las
presas.
El coyote de
inmediato juntó todas las presas, sólo el pequeño lo apartó para comérselo, le
dijo (al tequani): todo es tuyo, a ti pertenece lo que aquí está, y a mí
me toca sólo unos cuantos que he tomado; es verdad que tu fuerza se impone en
la presa.
Entonces el miztli
al ver el mandato del coyote, le dijo: te apiadaste ¡oh! ridículo coyotillo mío
¿quién te enseñó a mandar?
Entonces el coyote le
contestó, le dijo: ¡oh! tecuhtli mío, esto mismo le sucedió al hermano
asno.
Esta fábula nos
enseña que muchas veces aprendemos de lo que lastima, angustia, que ha ocurrido
a otros.
{27} El miztli tequani
y el lobo
El tequani miztli
y el lobo, una vez ambos, encontraron un cervatillo. Y aún en vano lo
alcanzaban. Por eso, luego los tres comenzaron a batallar, a jalonearse. Y
cuando ya se lastimaron mucho, ambos se marearon, estaban tirados.
Entonces vino a
llegar un coyote, los encontró fatigados, al miztli y al lobo, ya no se
podían parar; luego con sus dientes arrastró al cervatillo, que se hallaba
echado en medio del miztli y del lobo, se lo llevó.
Entonces el miztli
y el lobo se quedaron mirando, no se le avalanzaron, dijeron: nos peleamos tal
vez sólo por el coyote, nos lastimamos, nos matábamos, por poco nos morimos.
Esta fábula quiere
decir, que hay muchos que viven engañados, juntos enseñan y ayudan a comer a
otros, como estos.
{28} El profeta
Un profeta estaba en
medio del mercado, predecía lo que va a acontecer, lo que va a ocurrir. Una vez
« hizo amigos » a los hombres del mundo, pedía por el bien de cada
uno en particular.
{Una vez} vino a
llegar un mensajero a su casa, venía muy sudado, el profeta le dijo: ¡párate
enseguida! Ahora tu casa está agujereada, ya no se está cayendo tu casa, todos
tus bienes los han tomado los ladrones.
Y cuando oyó, se
asustó mucho. Luego se paró, corrió hacia su casa. Y en el camino encontró a un
hombre, lo vió va cansado, le dijo: como escuchaste bien al profeta, nuestro
hermano mayor, el dueño de la gente, lo que te ocurriría, ya ibas sabiendo;
¡ah! y lo que no sabías que te pasaría.
Esta fábula da cuenta
¡ah! para no caer en la trampa de la razón a través de la palabra, que se
reflexione para no caer en trampa, que no se olvide bien.
{29} El murciélago,
la zarza y la golondrina
El murciélago, la
zarza y la golondrina habían conversado para hacerse pochteca
«comerciantes »; para esto, reunieron las pertenencias del murciélago de
donde se tallan esculturas de oro, esto puso él. La zarza puso la manta y la
golondrina puso el hierro.
Una vez que reunieron
sus bienes, luego se embarcaron en el agua. Y cuando su barca iba en altamar,
se paró un fuerte viento, destruyó la barca, todas sus pertenencias que iban en
la barca, toda se perdió en el agua. Y ellos con dificultad nadaron, vinieron a
salir a la orilla del agua.
Y por último, cuando
la golondrina comenzó a perseguir (sus bienes) en la orilla del agua, miraba
por todas partes, quizá en algún lado las olas del mar habían sacado su metal.
Y el murciélago, que había levantado su préstamo de oro, para que no lo vieran
los otros que habían prestado (sus bienes), todo el día estuvo aparte, y salía
volando a rondarlos. Y /la golondrina/ la zarza a orillas del camino se para
todo airado, mirando sus mantas en vano, quizá tratando de reconocer las mantas
que perdió en el mar.
Esta fábula quiere
decir que, lo que alguna vez nos invitamos, por ello sabemos que causa
aflicción.
{30} La hormiga y la
paloma
La hormiga, cuando ya
tiene mucha sed, baja al manantial. Una vez, cuando ya quería beber, cayó al
agua. Y ya la llevaba la ola, ya la iba a sambullir.
Una paloma estaba ahí
sobre un árbol, al ver que la hormiga iba a sambullirse, cortó una rama del
árbol, la metió al agua. Y la hormiga salió, una vez que se acurrucó en la
vara, así salió del agua.
Un momento después de
que salió, un cazador de aves vió que encima del árbol está una paloma. Luego
ya prepara su caña para atrapar a la paloma. Y la hormiga al ver en peligro
a la paloma, rápidamente le mordió un pié al cazador. Y el cazador se levantó de
inmediato y soltó su caña. Y la paloma al oir el crujido de una caña, se
levantó de repente, y se fue, se salvó.
Esta fábula nos
enseña de cómo debemos agradecer a los que de nosotros se apiadan, y devolver
con el mismo favor lo que de ellos recibimos.
{31} El enfermo y el
médico
Un médico pregunta a
un hombre enfermo cómo pasó la noche. Y el enfermo le respondió que sudó mucho.
Luego el médico le dijo que está bien.
Y al tercer día
nuevamente vino a salir el médico; otra vez le preguntó al enfermo, le dijo:
¿cómo pasaste la noche?
Y el enfermo le
respondió: temblé mucho de frío.
Y el médico luego
dijo: también está bien eso.
Y por tercera vez le
pregunta el médico, cómo se siente el enfermo. Y el médico vió que se metió
mojado dentro de su piel, y que él sufría. Luego el médico (dijo) que esto
también está bien.
Y cuando el médico
salió, al hacerse a un lado, uno de los hermanos del enfermo le preguntó: ¿te
sientes bien?
Y el enfermo
contestó: me siento muy bien. Todo eso me lo dijo el médico, en tanto no muera.
Esta fábula nos
enseña que existen muchos que merecen estima, pero hay mentirosos que con sus
palabras nos convencen.
{32} El asno y el
hortelano
Un asno servía a un
hortelano. Se moría de cansancio porque a diario trabajaba, y su dueño casi no le daba de
comer. Le rogó a Dios para que en otra ocasión fuera vendido, donde pudiera
andar un poco mejor, que no tuviera mucha sed, pues se cansaba con el
hortelano.
Y Dios castigó al
burro. Luego fue vendido a un alfarero. Y cuando ya lo hace trabajar, cargando
barro, escudilla, el asno se cansó mucho, dijo: es verdad, no viviré
mucho, pronto me moriré de cansancio. Por eso le rogaba a Dios, le daba dolor de cabeza, que fuera
vendido nuevamente.
Y Dios lo castigó.
Fue vendido en casa de un curtidor de pieles. Y vió el burro que todo a él le
cargan. Se cansó demasiado, dijo: ¡ah! ¡que desgraciado soy! Quizá aquí me
quiten el pellejo.
Esta fábula nos
enseña que, cuando deseamos algo antes de tiempo para nosotros, muchas veces
después reconocemos nuestra falta.
{33} El cazador de
aves y el tordo
Un cazador de aves en
alguna parte tendía su trampa y esparcía comida de pájaros. Y en alguna parte, el
tordo desde arriba del árbol la miraba. Se distraía mucho con lo que hacía el
cazador de aves, por eso se quitó de ahí, le dijo: ¿qué haces?
Y el cazador de aves
le respondió, le dijo: estoy fastidiando al pueblo. Luego, el cazador de aves dejó su trampa, se
fue a sentar a otra parte.
Y el tordo dijo para
sí: si veo cómo fastidia al pueblo, que aquí anda; luego voló hacia la trampa.
Y cuando se atoró en
la trampa, el tordo le gritó al cazador de aves, luego vino corriendo por él. Y
cuando lo atrapó, el tordo le dijo al cazador de aves: si así fastidias al
pueblo, no verás rápido en ningún lado a muchos vecinos.
Esta fábula nos
enseña que, el que no vive bien ahí, en el interior del pueblo, donde se
gobierna, sólo ellos se burlan, roban y humillan.
{34} El chiquillo y
su madre
Un chiquillo iba a
estudiar a una escuela de algún lugar determinado. Una vez les robó pescado a
sus hermanos de su tablón. Él allá estudiaba, se lo llevó a su mamá. Y cuando
lo vió, su mamá no lo castigó por esto que robó su hijo, sino que lo vio con
gusto.
En otra ocasión, al
hermano de una persona le robó su tilma, el chiquillo se la fue a dar a
su madre. Y tampoco por ello lo castigo, sino que lo vió con agrado. Y el
chiquillo ya no veía el dolor ajeno, que dejara lo que aprendió, ya en muchas
partes robaba.
Una vez, cuando robó,
la justicia acordó para que fuera colgado. Y cuando ya se lo llevaban allá
donde sería colgado, su madre lloraba mucho porque se lo llevaban.
Y el chiquillo al
ver, luego suplicó a los que lo llevaban, pidió que se detuvieran un momento,
algo quería decirle a su madre. Y al pararlo a un costado, su madre se quitó,
para que no le dijera nada en secreto. Luego paró la oreja y se la cortó con
los dientes. Y su madre pegó un grito, y los que lo llevaban se asombraron por
lo que había hecho.
El chiquillo dijo: no
se asusten mucho porque le arranqué la oreja a mi madre, pues ella buscó ahora
mi muerte; cuando yo era más pequeño, si ella me lo hubiera impedido la primera
vez que robé en el tablón, y se lo fui a dar a ella, yo ya no lo hubiera hecho,
no hubiera seguido robando; y hoy no me hubieran traído a la horca.
Esta fábula nos
enseña que hay muchos pecados. La primera vez que se hace, si no se impide,
gusta, después el señalamiento con el dedo va en aumento.
{35} El pastor de
borregos y el río grande
Un pastor alimentaba
a sus borregos a la orilla del río grande.
Una vez, vió que el
río grande estaba hechizado, no se movía, deseó vender sus borregos, tomó todos sus dátiles, luego se metió en su
barca. Y cuando iba a mitad del río, le salió al frente un ventarrón, cuando ya
se iba a zambullir la barca, todos sus dátiles los aventó al agua.
Fatigablemente nadó, vino a salir a la orilla de agua.
Y en otra ocasión,
andaba caminando a la orilla del río; un hermano suyo le presumió que el río
grande estaba hechizado, y el pastor de borregos se rió de él, le dijo: sé muy
bien lo que quiere el río grande al estar hechizado: quiere comer más dátiles.
Esta fábula nos
enseña lo que nos lastima, cosa penosa, lo que una vez nos ocurrió, después nos
da la experiencia.
Fábulas
de Esopo
Manuscrito
de la Biblioteca Nacional de París
Mtro.
Sergio Ramírez Fuentes
Traducción
del texto latino
1
La zorra y el chivo
(macho cabrío)
La zorra y el chivo sedientos bajaron
al pozo, pero después de que bebieron, el chivo indagando la salida (el
ascenso), dijo la zorra: confía, encontré algo útil para la salud para ambos.
En efecto, si estuvieras de pie, recto y pusieras los pies anteriores en la
pared y al mismo tiempo inclinaras los cuernos en la parte anterior, podré
correr por la misma por tus hombros y tus cuernos, y me habré liberado fuera
del pozo del otro lado, y después te sacaré de allí. De esta manera, la zorra
se liberó pronto y con cortesía saltó fuera del pozo se alegraba alrededor de
la boca del pozo, pero el chivo, sin embargo acusaba a la zorra por haber
transgredido los acuerdos. Aquella por el contrario, dijo: si hubiera tenido
tanta inteligencia como los pelos de tu barba, no hubieses bajado sin antes
considerar la manera de subir.
La fábula significa que conviene al hombre prudente considerar primero
los fines de las cosas y después acercarse a ellas.
2
La zorra y el león
La zorra como nunca hubiese visto al león en un determinado caso de que
hubiese ocurrido, primero así le temió. Después como lo hubiese visto por
segunda vez, ciertamente le tuvo miedo; no tanto como la primera vez. En fin,
al verlo al mismo por tercera vez se envalentonó lo suficiente hasta acercarse
a él y hablarle.
La fábula significa que las cosas terribles, de alguna forma con la
conversación se hacen fáciles.
3
La zorra
La zorra después de un tiempo cautiva, hubiese escapado con la cola
arrancada, no pudiendo vivir con la vergüenza, despreciaba la vida. De esta
manera, decidió persuadir a las otras zorras sobre esto mismo, convenció a las
demás de padecer la vergüenza como mal común. Aconseja a todas sus compañeras
cortar también las colas, para que no fuera indecoroso para uno solo de los
miembros; sino además es una carga sin razón. Pero una de ellas mismas dijo:
¡he tú! si esto no te conveniese no nos consultarías.
Moraleja: la fábula significa que para los hombres deformes consultan a
sus cercanos no por benevolencia, sino por propia conveniencia.
4
El cocodrilo y la zorra
La zorra y el cocodrilo discutían sobre el linaje. De esta manera, como
el cocodrilo narrara con mucha soberbia sobre el esplendor de sus antepasados y
que se hubiesen ejercitado como príncipes. La zorra aceptando y amigablemente
dijo: pero si él mismo no hubiese dicho nada por lo que se ve ejercitado por
los ancestros en los tiempos antiguos.
La fábula significa que a los hombres mentirosos se les puede
contradecir con las mismas cosas que dicen.
5
Los gallos y la perdiz
Cierta persona teniendo gallos en su casa, compró una perdiz que se
alimentaba y peleaba con ellos, la maltrataban y la rechazaban a la misma,
ella estaba muy triste, y sintiéndose como ajena y padeciendo por los gallos.
Pero después de poco tiempo como viese a éstos pelear entre ellos mismos y
matar, se consoló y dijo: no tengo por qué estar triste viendo a aquellos
mismos peleando entre sí.
La fábula significa que los hombres prudentes deben sobrellevar las
injurias ajenas, viendo a estos mismos que no se abstienen de molestar a los
suyos.
6
La zorra
La zorra se metió a la casa de los mimos, y cada uno de ellos
continuaban arrodillados y la cabeza fantasmal ingeniosamente fabricada y
juntando las manos decía: qué clase de cabeza pero no tiene cerebro.
La fábula significa que existen hombres magníficos con cierto cuerpo,
pero con los ánimos irreflexivos.
7
El carbonero y el batanero(lavador de piel)
El carbonero que habitaba cierta casa, y rogaba para que el batanero
aceptara, y trabajara con él. Pero el batanero respondiendo dijo; no puedo
hacer esto. Así pues, temo que todo lo que yo blanqueara, tú lo enegrecerías
inmediatamente con el hollín.
La fábula significa que toda cosa que no es semejante es insociable.
8
El compromiso imposible
Un hombre pobre estando enfermo de algún mal y desesperado con los
médicos, rogaba a los dioses que le restituyeran la salud, prometió que
ofrecería cien bueyes en sacrificio. Sin embargo escuchando esto su esposa
dijo: y cómo cumplirás esto si tuvieres que convalecer?
Ël contestó: pienso levantarme de aquí para que los dioses vuelvan a
repetirlo.
La fábula significa que para muchos es fácil prometer, pero que no
esperan cumplir.
9
Los pescadores
Habiendo llegado penosamente unos pescadores, fatigados y con mucho
tiempo sin pescar nada, de este modo se encontraban tristes, y cuando se
preparaban para descender al instante juno los seguía como un gran pez y
habiendo saltado a la nave de los pescadores, habiéndolo capturado se
alegraron.
La fábula significa que muchas veces no basta el oficio (arte), si no
se cuenta con la fortuna.
10
Las ranas
Dos ranas paseaban en un manantial, sin embargo en el estío el
manantial se secó, lo abandonaron y querían otro y llegaron a un pozo profundo,
después de verlo, le dijo una a la otra, bajemos a este pozo. Aquella le
respondió diciendo: así pues, si el agua se secara, de qué manera subiríamos?
La fábula enseña que no conviene emprender cosas de manera precipitada.
11
El viejo y la muerte
Una vez un viejo como saliera a cortar leña, iba por muchos caminos,
con mucho trabajo, depositando la carga en cierto lugar, invocaba a la muerte,
pero la muerte no se presentaba, y reclamó la causa por la cual se le llamaba,
el viejo ante este hecho dijo: para que me ayudes con mi carga.
La fábula significa que todo hombre debe ser muy empeñoso aunque sea
afortunado o mendigo.
12
La anciana enferma de los ojos y el médico
Una mujer enferma de los ojos llamó al médico con la promesa de cierto
salario, (le daría un salario) convienen hacer un trato si se curase, si por
el contrario nada sucediese, nada le daría. Por lo tanto, estando enfermo el
médico da el cuidado. Todos los días se acerca a la vieja en forma extraña y
extraordinario cura los ojos de ella, y como ésta no pudiese ver la hora de la
unción, decía que el médico mismo se llevaba algún mueble de la casa, De esta
manera, la anciana veía todos los días disminuir sus muebles. Cuando ya no
quedaba nada, el médico reclamó el salario convenido con ella., y como si ya
viese, y presentara testigos, muy segura ella dijo: ahora nada veo. Como yo
trabajaba con los ojos, muchas cosas mías veía en mi casa, ahora sin embargo,
conmigo te ves inquieto, nada de todas aquellas cosas ahora veo.
La fábula significa que lo que se diga a los hombres honestos, a los
malvados contra ellos mismos el mismo argumento los delata
13
El agricultor y sus hijos
Cierto agricultor viendo que su vida se terminaba, y queriendo que sus
hijos se dedicaran a la agricultura, los llamó y les dijo: yo voy a dejar esta
vida, buscad lo que he ocultado en la viña y lo encuentres todo. Ellos, si
embargo , creyendo que había un tesoro enterrado, después de la muerte del
padre, con gran afán removieron profundamente todas las tierras de la viña,
pero no encontraron el tesoro, pero la viña quedó perfectamente removida la
cual redituó un gran fruto.
La fábula significa que el tesoro para los hombres es el trabajo.
14
El labrador y los perros
Cierto hombre, ante la tempestad, quedó atrapado en su suburbio,
primero se comió a las ovejas, después a las cabras. Como la tempestad todavía
seguía, mató a los bueyes de trabajo y los comió. Por otro lado, los perros
habiendo visto a éstos, dijeron entre sí: marchémonos de aquí, si nuestro amo
ha sacrificado a los bueyes de trabajo, de qué manera nos perdonará a nosotros?
La fábula significa que conviene alejarse lo máximo de aquellos que no
perdonan ni a los suyos.
15
La mujer y la gallina
Cierta mujer viuda tenía una gallina que cada día ponía un huevo, por
otro lado pensó si arrojo más cebada a la gallina, pondrá huevos dos veces cada
día, esto hizo. Pero la gallina se puso gorda y no pudo poner huevos ni uno
cada día.
La fábula significa que aquellos que son dominados por avaricia de
muchas cosas, pierden lo que tienen presentes.
16
Mordido por un perro
Un hombre mordido por un perro corría por todos lados buscando quién lo
curara, como alguien lo encontrara y lo conociese lo que quería, dijo: ¡He tú!
si quieres sanar moja un pan con la sangre de la herida y que lo arrojase al
perro que lo mordió. Pero éste riendo dijo: pero si esto hago, todos los perros
que hay en la ciudad vendrán a morderme.
La fábula significa que a los hombres malos afectados por un beneficio,
más los estimula las injurias.
17
Los adolescentes y el cocinero
Dos adolescentes estaban sentados junto al carnicero ocupado en una
obra doméstica, uno de ellos robó una cierta parte de la carne de una manera
escondida y la deslizó en su regazo. Así habiendo regresado el cocinero,
buscaba la carne que juraba había llevado y no estaba; que por lo tanto había
estado y que ahora faltase. Por otra parte, conociendo el cocinero la malicia
de aquellos mismos, dijo: si se ocultasen de mí, no se ocultarán mintiendo a
dios.
La fábula significa que conviene ocultar a los hombres mentirosos, no
se ocultan a dios.
18
Los enemigos
Dos hombres que eran enemigos navegaban en la misma nave, uno de ellos
en la popa y otro sentado en la proa. De esta manera se levantó encima una
tempestad y la nave estaba a punto se sumergirse, preguntó, el que estaba en la
proa, al piloto qué parte de la nave era la primera que se sumergiría. Como el
dijiese que la proa, dijo: para mí no sería grave la muerte, si viera ante mí
morir a mi enemigo.
La fábula significa que para muchos hombres su caída les tiene sin
cuidado, si de algún modo ven a su enemigo ante ellos, en un mal momento.
19
El gato y los ratones
En cierta casa había muchos ratones, el gato, dándose cuenta de esto a
cada uno de ellos los fue capturando y devorando. Como cada día ellos se
viesen disminuidos, dijeron entre sí: no descendamos allá abajo, si no
moriremos. Y si el gato no puede venir aquí, nos salvaremos. Pero como el gato
se dio cuenta que no bajaban muchos ratones, se empeñó, por medio de la
astucia, llamarlos, engañándolos. Por el engaño de un cierto cerrojo se colgó,
simulaba que estaba muerto. Y así uno de los ratones apoyándose y viendo al
gato, dijo: ¡He tú!, si en saco te conviertes no me acercaré a ti.
La fábula significa que los hombres prudentes, que hayan sido probados
con al corrupción de algunos, no son engañados ampliamente con las simulaciones
dealgunos.
20
El médico y el enemigo
Un médico curaba a un enfermo, sin embargo el enfermo habiendo muerto,
aquél les decía a los que lo llevaban: si este hombre si no hubiese tomado
vino, si hubiese usado los lavativas no habría muerto. De esta forma, uno de los
que estaban presentes, respondiendo dijo; óptimo, no convenía que ahora digas
esto, no tiene alguna utilidad, porque lo podías decir cuando se necesitaba,
pero ahora convine platicarlo con aquellos como se pueda.
La fábula significa que conviene prevenir de los favores a tiempo en a
los amigos .en una necesidad.
21
El cazador de pájaros y la víbora
Un cazador de pájaros cogió liga y cañas y salió a cazar. Así vio un
tordo sentado en lo alto de un árbol, y a lo lejos las ligas entre sí unidas,
lo veía hacia arriba para poder atraparlo. Este inexperto piso una víbora que
estaba durmiendo, así ésta enojada lo mordió. Ël todavía vivo le decía al alma.
Miserable de mí quise capturar a otro, y yo mismo fui capturado para la muerte
por otro.
La fábula significa que cuando se quiere dañar a aquellos que son
nuestros prójimos, a menudo ignoramos que esto mismo lo padecemos por otros.
22
El perro y el cocinero
Un perro entró en la cocina y cuando el cocinero estaba ocupado, cogió
un corazón y huyó. El cocinero se dio cuenta y viéndolo huir dijo. ¡He tú! A
donde fueres, te observaré, puesto que no te llevaste mi corazón, sino algo
mejor.
La fábula significa que a menudo las lecciones para los hombres, son
las lecciones.
23
El perro y el lobo
Un perro dormía en cierto establo, como el lobo irrumpiera y quisiera
devorarlo, le rogaba que no lo matara. Entonces dijo, yo soy flaco y desganado,
así pues si me esperas un momento, el hijo de mi patrón contraerá nupcias, y yo
entonces tendré mucha comida, y estaré más gordo y seré una suave comida para
ti. De esta manera, el lobo convencido se alejó. Después de algunos días
regresó, llegó y encontró al perro durmiendo en un lugar superior, y él estando
abajo lo llamaba teniendo fiebre. Y el perro dijo, ¡oh lobo! si después de esto
me vieres durmiendo en un establo, no esperes más tiempo a las nupcias.
La fábula significa que los hombres prudentes cuando ponen algo a
prueba, si se sienten salvados, cuiden de su suerte cuando hayan triunfado.
24
El perro y el gallo
Un perro y un gallo se unieron para efectuar un viaje, cuando llegó la
noche, el gallo encontrando un árbol, dormía. El perro excavó alrededor del
árbol. Como el gallo, como suele suceder, cantara durante la noche, la zorra lo
oyó, acudió, le rogaba para que bajara, para comer con él y oír completamente
el canto del animal. Como dijera esto, primero tendría que despertar al que
está durmiendo al pie del árbol, y cuando él aparezca entonces bajaría. Y como
la zorra lo quisiese, y llamara al mismo, al instante el perro saltó
bruscamente sobre ella y la destrozó.
La fábula significa que los hombre prudentes cuando encuentran enemigos
astutos hay que guiarlos a otros más fuertes que ellos.
25
El león y la rana
Una vez el león oyó a una rana que estaba con mucho griterío, se volvió
hacia la voz, pensando que era un animal grande, así la rana por un momento se
esperó con atención, cuando vio que la rana salía del estanque, se acercó y la
aplastó directamente. La fábula significa que no conviene ante lo que veas,
perturbarse solamente por la voz.
26
El león, y el asno, y la zorra.
El león, el asno y la zorra se reunieron y salieron de cacería. De
esta manera, cuando ya tenía muchas presas capturadas, el león ordenó al asno
para dividirla entre sí. Y que él hiciera partes iguales, como es frecuente, y
los exhortaba para que eligiesen. El león furioso devoró al asno. Después
ordenó a la zorra para que dividiese. De esta manera, ella reunió en una sola
parte todas las cosas, dejando para sí una mínima parte. Entonces el león le
dijo a la misma zorra, quién te enseñó a repartir así tan bien?. Ésta
respondió, la calamidad del asno.
La fábula significa que los castigos para los hombres es el infortunio
de otros.
27
El león y el oso
Habiéndose encontrado el león y el oso al mismo tiempo un gran
cervatillo, se peleaban por él. Así gravemente afectados ellos mismos, y se
encontraran extenuados con desmayo por las muchas peleas, yacían fatigados. De
esta manera, una zorra pasaba alrededor de ellos, viéndolos extenuados y al
cervatillo tirado en medio, se apoderó de éste y corrió entre ellos, huyó y
desapareció. De esta forma, ellos veían a la misma, pero como no podían
levantarse, decían, oh miserables de nosotros porque trabajamos para la zorra.
La fábula significa que muchos son los que trabajan y otros son los que
ganan.
28
El adivino
Un adivino sentado disertaba en medio del foro, cuando alguien llegase
de repente y le avisara que había dejado su casa y las ventanas abiertas. Decaído,
y adentro, se habían robado todas las cosas, salió suspirando y corriendo. Y
como alguien lo viese corriendo, dijo, he tú, tú que ofreces saber las cosas
ajenas, no pudiste adivinar las tuyas.
La fábula significa que aquellos que no gobiernan su propia vida, y que
nada les interesa, hay que saber prescindirlos.
29
El murciélago, la zarza y la golondrina
Un murciélago, la zarza y la golondrina se reunieron para hacer un
negocio. De esta forma el murciélago hizo un préstamo de plata en medio de
ellos y aceptó, de alguna manera volver, sin embargo la golondrina que era la
tercera navega. Así golpeados por una tempestad, la nave se volcó, las cosas se
perdieron, ellos mismos lograron llegar a tierra. De esta manera, la golondrina
se acercó a la orilla para ver qué se había apiadado el mar. Por otro lado, el
murciélago temeroso de sus acreedores no apareció durante todo el día, en la
noche salía a comer. La zarza también con ellos estaba inseparable, para que de
esta manera encontrara lo que había buscado.
La fábula significa que aquellas cosas en las cuales nos apoyamos,
después se convierten contra nosotros.
30
La hormiga y la paloma
Una hormiga sedienta bajó a la fuente, al trata de beber se habría
ahogado. Por otra parte, la paloma habiendo visto esto, lanzó una rama del
árbol en la fuente, sentándose sobre ella la hormiga salió. Después, cierto
cazador coloca unas varas para atrapar a la paloma. Así, viendo esto, la
hormiga mordió el pie del cazador, que doliéndose arrojó las varas y de esta
manera la paloma huyese del cazador.
La fábula significa que es conveniente regresar el favor a los que
hacen el bien.
31
El enfermo y el médico
Habiéndole preguntado un médico a cierto enfermo, cómo se encontrase de
salud, respondió que había sudado más de lo necesario. De esta manera, él le
dijo, que esto era bueno. La segunda vez, el mismo médico preguntó, cómo se
sentía, dijo que se había levantado con escalofrío y que estuvo muy agitado.
Por tercera vez le preguntó que cómo se había sentido de salud, respondió que
padecía en el interior de la piel. El dijo que esto también es bueno en su
campo. Después, uno de los de la casa preguntó al mismo, que cómo se siente? Él
dijo, he tú, me muero de ir bien.
La fábula significa que muchos hombres tienen mucho odio, que están
hablando de cosas ingratas.
32
El asno y el hortelano
Un asno que servía al hortelano, como comía poco y trabajaba demasiado,
rogaba a Júpiter que lo liberara del hortelano, y que fuera vendido a otro
señor. Como Júpiter hubiese mandado al suplicante que fuera vendido por el
dueño, por segunda vez con ánimo más enojado prefería las primeras cargas, las
comidas y las reglas de la tierra y, por lo tanto, rogó cambiar de señor, y fue
puesto en venta nuevamente. Así pues, nació el peor de los dueños, y vencido
por lo que se había confiado terminaron, suspirando dijo:
Hay de mí miserable, mejor era para mí permanecer junto a los primeros
dueños, esto es como lo veo, y me resultaba mejor suerte.
La Fábula significa que los siervos esperan los primeros mejores amos,
y haciéndose peligroso los segundos.
33
El cazador de aves y el tordo
El cazador de aves había tendido las trampas, de esta manera, una
alondra, viendo esto desde lejos rogó, que alguien se ocupara diciendo que la
encerraran en la ciudad. Después, habiendo regresado y escondido desde lejos
con un gorro de piel y creyendo en la fuerza de las palabras, se acercó a la
trampa y fue capturada. Aludiendo al cazador, ella dijo:
Eh, tú si habitaste en tal ciudad, no encontraste muchos habitantes.
La fábula significa que ahora quien no vive mucho en las casas y en las
ciudades, estarían muy molestos.