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DOCUMENTO 383 DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE PARIS TITULADO:

FONDO MEXICANO DE LA

BIBLIOTECA NACIONAL DE PARIS

DOCUMENTO No. 383

PIEZA REPRODUCIDA EN EXTENSO DE LA BIOGRAFÍA DE BOTURINI.

 

Clara Elena Suárez Argüello

CIESAS

 

Presentación

Aquí se presenta el expediente Número 383 de la Biblioteca Nacional de Paris que refiere particularmente un par de aspectos de la vida de don Lorenzo Boturini Benaduci. Se trata de un  documento con un escaso número de fojas, que contiene   unas demandas que realizó,  la primera  dirigida al Rey en España  y la segunda  al alcalde ordinario de Puebla de los Ángeles en la Nueva España.

 

La primera parte consta de 4  fojas, con letra  impresa, sin fecha, aunque consideramos fue realizado en el año de 1744, cuando Boturini ya se encontraba en Madrid;  es una petición del Caballero al Rey de España y al Consejo de Indias, en donde, conocedor del arribo a España de los autos que en su contra hizo el virrey Conde de Fuenclara, les pide se le deslinde de las responsabilidades de que éste  lo acusa; solicita encarecidamente se le regrese el archivo con los materiales y documentos que había logrado reunir en la Nueva España y se le indemnice de los crecidos daños que ha tenido. Boturini había atravesado múltiples penalidades, pues además de la detención que le infringió el virrey novohispano, en su retorno a España fue hecho prisionero por los ingleses y despojado de los papeles de sus antepasados. Sin embargo, para acreditar su nobleza, en este documento presenta sus raíces que desde el año de 828 hasta la fecha de la petición, indican su proveniencia de familias muy nobles, que de Francia pasaron a Italia. En este documento Boturini también solicitó al Rey que la Virgen de Guadalupe fuera coronada.

 

La segunda parte, realizada con letra manuscrita, consta sólo de dos fojas, y es una petición de Boturini  al alcalde ordinario de la ciudad de Puebla de los Ángeles, fechada  en 1738,  en  demanda de que el intérprete náhuatl de la Audiencia ordinaria le tradujera y cotejara un documento que constaba tanto de pinturas como de glosas que había encontrado. Según dice el mismo,  refiere a  un “mapa historial” de la pirámide de Cholula, y consideró importante comprenderlo para incluirlo en la historia que sobre el México prehispánico pensaba redactar.

 

Una breve presentación de don Lorenzo Boturini Benaduci servirá para comprender de mejor manera la importancia de estos papeles.

 

Dice León Portilla que Boturini debe ser recordado por sus aportaciones a la cultura mexicana; además de reunir una serie de documentos, muchos de ellos en náhuatl, escribió la Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional, en donde basado en la filosofía de la historia de Giambattista Vico, interpreta el pasado prehispánico del centro de México.

 

Boturini nació en Italia, en la villa de Sondrio en el Milanesado, en 1702, territorio que en ese entonces era perteneciente a la Corona Española. Como él mismo señalaba en el primer documento que presentamos, provenía de una noble ascendencia y usaba de los títulos de Caballero y Señor de la Torre y Hono. Radicó en Milán los primeros veinticinco años de su vida, donde tuvo una sólida preparación humanística. Después se trasladó a Viena, donde a las órdenes del emperador Carlos VI, que ya se había apropiado del Milanesado, le atendió diversos negocios. Recorrió diversos lugares de Europa tales como Trieste, Bohemia, Croacia, Eslavonia, Hungría, Inglaterra, Portugal y España, y en su estancia en ésta, inició trata con ministros de Felipe V tales como don José Patiño y el Marqués de la Ensenada. Con una fuerte orientación religiosa, va de peregrinación a Zaragoza al Santuario de Nuestra Señora del Pilar, donde entra en relación con don Joaquín Codallos, canónigo que con gran entusiasmo le habló de la Nueva España. Conoció también a la Marquesa de Santibáñez, quien le animó a viajar a México para cobrar los réditos de una pensión que tenía, depositados en la caja real de la Ciudad de México.

 

Boturini arribó a la Nueva España en 1735, previo naufragio en la costa de Veracruz del buque en que viajaba, en donde perdió "algunas alhajas de su equipaje; viajó a la Ciudad de México  y estableció contacto con el canónigo Codallos, quien le habló sobre la Virgen de Guadalupe. A Boturini este hecho le ocasionó un impacto muy fuerte, por lo que decidió dedicarse a investigar sobre las apariciones de la Virgen, dedicando buena parte de su tiempo a  buscar testimonios que apoyaran el fenómeno. En su búsqueda recorrió diversas partes del centro de la Nueva España, encontrando en su mayor parte  documentos sobre la historia antigua de México, muchos de ellos en lengua náhuatl.

 

Precisamente en ese tiempo, la Nueva España se vió atacada de una epidemia de matlazahuatl, elevándose rogativas y sacando a procesión a la Guadalupana, remitiendo, a partir de ésto, la epidemia. Es en esta época que su culto se consolida[1] y Boturini, fascinado con la Virgen de Guadalupe, quiere que sea coronada como nos lo indica  en el primer documento, “y por fin suplicando, pecho por tierra, a la Católica incomparable piedad de Vuestra Majestad, se digne mandar coronar, en aquel modo y forma que fuese de su soberano Real Benepláco, la Bendita aparecida imagen...” .

 

Para ello, Boturini consiguió, por intermedio de  jesuitas en Roma, un breve pontificio en donde se le autorizaba la coronación; también comentó sus propósitos al arzobispo virrey, Juan Antonio Vizarrón, e inició la  solicitud de limosnas entre las diversas autoridades novohispanas así como con la gente pudiente. Sin embargo, en  1742  hay un cambio de virrey, entrando a gobernar  a la Nueva España don Pedro de Cebrián y Agustín,  Conde de Fuenclara, que se manifestó claramente  en contra de la  situación que manejaba Boturini.. Consideraba que su conducta era perniciosa por reunir papeles antiguos, tramitar el breve papal sin autorización de la Corona, desconociendo la necesaria intervención del Consejo de Indias para dar el visto bueno en los breves y bulas papales, además de la solicitud  de limosnas para la coronación sin la venia real; finalmente, como extranjero, no tenía sus papeles de entrada a la Nueva España en regla. Boturini es procesado y llevado a prisión, quitándole todos los documentos que había logrado reunir; finalmente y por estas causas, fue deportado a España en 1743.

 

Pero sus pesares no acabaron allí, pues el navío en que iba a la península cayó en manos de piratas ingleses, en donde como nos describe en el primer documento: “el infortunio que tuvo de haber sido prisionero de los ingleses y despojado de sus equipajes, dinero, y (lo que más le duele) de todos sus papeles...”.

 

Dejado Boturini libre en Gibraltar por los ingleses, llega a Madrid, acercándose a su antiguo amigo, el Marqués de la Ensenada, a quién seguramente entregó el Memorial que aparece en la primera parte del documento que presentamos, para que fuera entregado a Felipe V, Rey de España.

 

Parece ser que Boturini queda a radicar en España, pero viviendo con escasos recursos. Los siguientes años de su vida los dedicó a redactar, de memoria[2], un libro que publicó en 1746, titulado Idea de una nueva historia general de la América Septentrional. Basado en las edades que planteó Vico, aplicó el modelo a los pueblos indígenas del centro de la Nueva España, considerando la edad de los dioses, la de los héroes y la de los hombres, para concluir con la conquista.  Este libro fue la base de su Historia General de la América Septentrional, obra más amplia, que concluyó en 1749, y que recibió diversos dictamenes muy favorables, aunque fue impresa  hasta dos siglos después, en 1948.

 

Es también en 1746 que  se le hace finalmente justicia y se emite una real cédula en la que se le nombra Cronista en las Indias, asignándole mil pesos de sueldo, que sin embargo nunca se los dieron, así como la autorización para que le retornaran los papeles que durante varios años había reunido en la Nueva España. Aunque trata de volver a América, a Boturini no le queda más que continuar viviendo en España con grandes miserias, sin haber podido recuperar sus papeles novohispanos, hasta su muerte que sucedió en 1755.

 

Para la transcripción paleográfica se siguieron los criterios aplicados en el Proyecto Amoxcalli

 

 

 

Bibliografía:

 

Boturini Benaduci, Lorenzo

Idea de una nueva historia general de la América Septrentrional. Estudio preliminar por Miguel León Portilla. Colección Sepan Cuantos, 278. Editorial Porrúa, México. 1974.

 

Boturini Benaduci, Lorenzo

Historia General de la América Septentrional.   Edición, estudio, notas y apéndice documental de M. Ballesteros Gabrois. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 1990. 2ª edición.

 

Glass, John B.

“The Boturini Collection”. Handbook of Middle American Indians. University of Texas Press. Austin, 1975. Vol. 15, pp. 473 – 486.

 

León Portilla, Miguel

“Lorenzo Boturini Benaduci (1702-c. 1755)". Humanistas de Mesoamérica II. Fondo de Cultura Económica. México. 2000. pp. 11 – 20.

 

Matute, Álvaro

Lorenzo Boturini y el pensamiento histórico de Vico.   Instituto de Investigaciones Históricas.  Universidad Nacional Autónoma de México. México. 1976.



[1] Molina del Villar, América. La Nueva España y el matlazahuatl. El Colegio de Michoacán. CIESAS. México. 2001, cf. Pp. 148 – 149.

[2] Los  papeles y documentos que sobre México había recopilado Boturini allí se quedaron al serle embargados. León Portilla menciona que los inventarios que se hicieron de sus documentos los muestran como la fuente más importante para el estudio del México prehispánico; algunos documentos eran originales que había conseguido en diversos pueblos y otros eran copias que hizo sacar. Reposando en el palacio virreinal, en cuartos húmedos, las obras se fueron dispersando y ahora se encuentran en diversos repositorios, tanto nacionales como extranjeros.


 
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