FONDO MEXICANO DE LA
BIBLIOTECA NACIONAL DE
FRANCIA
Documento No. 320
Descripción de Sagrada
Imagen según las relaciones de los indios
(Recopilación de notas de
Gama sobre Nuestra
Señora de Guadalupe)
Archivo Histórico del
Colegio de
San Ignacio de Loyola
Vizcaínas
Estudio introductorio
El presente documento que
lleva por título “Descripción de la Sagrada Imagen, según las Relaciones de los
Indios”, consta de 15 fojas, 14 de ellas usadas por ambos lados y una última
escrita sólo por el recto, lo que da un total de 29 fojas escritas; se trata
seguramente de papel europeo, cortado en piezas de 35 centímetros de altura,
por 27 centímetros de ancho. La primera foja muestra en el extremo superior
izquierdo el sello propio de las colecciones documentales de la Bibliothèque
Nationale de Paris, así como el ex libris de Eugène Goupil, quien hacia
los últimos años del siglo xix,
donara a la Bibliothèque Nationale de Paris la antigua colección de Aubin. Como
es de todos conocido, dicha colección fue originalmente llevada a Francia hacia
1840, por el profesor Joseph Marie Alexis Aubin, quien en condiciones
deshonrosas, extrajo de México uno de los repertorios más importantes de
documentos históricos mexicanos, entre otros el que aquí se presenta;
posteriormente Aubin vendería su colección al señor Goupil y éste, a su vez, la
donaría a la Bibliothèque Nationale.
Las hojas están numeradas
por una mano diferente a la del autor del documento y solamente por el recto;
esta numeración se llevó a cabo tal vez cuando las colecciones ingresaron a la
Bibliothèque Nationale, hacia finales del siglo xix; cabe señalar que el documento original tuvo más fojas,
como se puede deducir por algunos textos faltantes, como la que debería estar
posterior a la continuación de la foja 2 verso que hoy desconocemos o bien el
antecedente de la foja 9 recto que también desconocemos.
A partir de la simple
observación hecha sobre las fotocopias, se puede deducir que el documento
original se encuentra en buen estado de conservación; la caligrafía es clara,
legible y hasta elegante, aunque cabe señalar que este documento está formado
por una serie de notas recopiladas por el autor, de manera que se trata
realmente de un documento de trabajo, lo que hoy llamaríamos un borrador, por
lo que si bien es cierto que la letra es legible y elegante, por otro lado,
salta a la vista la abundante presencia de borrones, arrepentimientos y
tachones que reflejan, evidentemente, la primera etapa de un proceso de
investigación, durante la cual el investigador se dedica básicamente a
recopilar información que más adelante procesará para llegar a la etapa de las
conclusiones.
Hay, asimismo, notas a pie
de página y notas al margen hechas con la espontaneidad propia de quien trabaja
un primer bosquejo y, finalmente, hay también algunos párrafos cuyo texto se
duplicó por alguna razón que hoy desconocemos.
Debido a que, como dije
antes, el documento parece que es sólo un conjunto de apuntes hechos tal vez
con la intención de desarrollarlos más adelante en una obra formal, encontramos
que no tiene un verdadero guión, por lo que su lectura desorienta y en
ocasiones puede llegar a extraviar al lector.
EL TEMA DEL DOCUMENTO
La “Descripción de la
sagrada imagen según las relaciones de los indios” es obra de don
Antonio de León y Gama, trabajada en el año de 1795, según consta en la foja 3
recto del mismo original; como se anuncia en el título, el tema nuclear del
documento gira en torno a describir con la mayor precisión posible la imagen de
Nuestra Señora de Guadalupe, con la finalidad de exaltar la devoción del
lector, comprobando el origen divino de dicha imagen; en el mismo título, el
autor anuncia que usará fuentes hechas dentro del contexto indígena.
No podemos olvidar que en
1795, cuando León y Gama recopila las notas de la Descripción de la sagrada
imagen..., el tema guadalupano había cobrado ya un extraordinario interés
en la Nueva España, y aun en España misma; tan es así que diversos
especialistas de los campos más disímbolos, abordaban el tema desde su propia
especialidad; así, tenemos al insigne humanista Juan José de Eguiara y Eguren,
cuyo guadalupanismo, si bien devoto, era al mismo tiempo sumamente analítico; por no hablar del
estudio del acontecimiento guadalupano visto desde las artes plásticas, como lo
hicieron los maestros José de Ibarra, Juan Patricio Morlete Ruíz y en especial
Miguel Cabrera.
Y además de los humanistas o
de los artistas, también los científicos se interesarían en el tema
guadalupano, como Luís Becerra Tanco, quien con toda seriedad analizó el tema
guadalupano desde su propia especialidad, que era la astronomía; de la misma manera se
acercaría al estudio de la virgen José Ignacio Bartolache, médico y físico
distinguido, quien con espíritu ilustrado llevaría a cabo una minuciosa
investigación sobre la materia prima con la que se había fabricado la tilma de
Juan Diego.
EL AUTOR
Antonio León y Gama sería un
brillante ejemplo de dicho escenario; hijo de un distinguido jurista mexicano
de nombre Gabriel José León y Gama, don Antonio nació en la ciudad de México en
1735; desde muy niño se inclinó al estudio y a la investigación, en la que
destacaría hasta llegar a ser matemático, físico y astrónomo reconocido; en
1771, calculó con la exactitud que la época permitía el eclipse del 6 de
noviembre, lo que daría como resultado la publicación de su obra Descripción
de un eclipse de sol; en esa época daba lecciones de astronomía al virrey
don Manuel Antonio Flores, quien le encarga determinar el espacio en el que
debería aparecer el cometa anunciado por los astrónomos de Londres, lo que hace
con toda exactitud.
Posteriormente, por
invitación del Conde de Revillagigedo se une a la expedición del capitán de
navío Alejandro Malaespina, con el objeto de hacer observaciones astronómicas y
más tarde, con Joaquín Velázquez Cárdenas de León, realiza estudios
matemáticos, astronómicos y geográficos, deduciendo longitudes y latitudes;
posteriormente, es nombrado titular de la cátedra de mecánica en el Colegio de
Minería.
Por si fuera poco, con un
espíritu plenamente ilustrado, León y Gama incurre en la farmacología y a pesar
de no ser médico, se suma a los esfuerzos para combatir el cáncer, que ya desde
aquel entonces se libraban infructuosamente, publicando en 1783 su Instrucción
sobre el remedio de las lagartijas nuevamente descubierto para la curación del
Cancro y otras enfermedades, obra que, por cierto, levantaría una oleada de
controversias.
Pero astrónomo al fin y
físico de vocación, imparte una conferencia magistral de carácter
físico-matemático sobre la aurora boreal que había aparecido en México en 1789
y que por cierto, había asustado a los habitantes de la capital; un año después
de impartida la conferencia, don Felipe de Zúñiga y Ontiveros la edita bajo el
título de: Disertación Física sobre la materia y formación de las auroras
boreales con ocasión de la que apareció en México y otros lugares de la Nueva
España el día 14 de noviembre de 1789. Once años después se publicaría en
México su obra Dictamen sobre el modo en que deben comenzarse a contar los
siglos (1800).
Interesado también en la
historia, hace una “Descripción de la Ciudad de México, antes y después de la
conquista” (1791), obra que saldría a la luz hasta 1927 en el Suplemento de
la Revista Mexicana de Estudios Históricos, más de cien años después de
haber sido escrita.
Sobre la matemática
prehispánica, escribe los Fundamentos y operaciones de la arithmetica de los
Mexicanos, cuyo original, de 10 fojas, se encuentra resguardado en la
Bibliothèque Nationale de Paris; en esta obra,
el autor incluyó una ilustración a pluma del Proceso jurídico, que
también se encuentra en la Bibliothèque.
Y siguiendo con el estudio
del México antiguo, León y Gama ingresa en la arqueología, por vez primera en
la Nueva España, haciéndolo con seriedad y método; así, aprovechando las
excavaciones ordenadas por el virrey Revillagigedo para empedrar la Plaza
Mayor, publica su Descripción histórica y cronológica de las dos piedras
que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la Plaza principal,
se hallaron en ella el año de 1790..., obra editada en México por Alejandro
Valdés, en 1792; dicha obra, pionera en el país, se sustentaría no sólo en la
observación directa de las dos piedras, sino también en varias
fuentes pictográficas de gran importancia que habían pertenecido a Lorenzo
Boturini, como la Historia tolteca chichimeca y el Códice
Ixtlilxóchitl, documentos que en algún momento pudieron haber pertenecido a
León y Gama; la misma
obra, se publicaría en Roma poco después (1804), traducida al italiano por el
padre Pedro José Márquez, sacerdote jesuita mexicano expatriado; esta nueva
edición de la Descripción ... de las dos piedras... saldría con el
título de Saggio dell’Astronomia, cronologia e mitologia degli antiche
messicani.
El objetivo de León y Gama
era, evidentemente, analizar los conocimientos astronómicos de los antiguos
mexicanos a través de la “lectura” de dos de las principales piezas
arqueológicas del México antiguo, la Coatlicue y la importantísima Piedra del
Sol, mejor conocida como el Calendario Azteca; dichas piezas habían sido
encontradas precisamente cuando las obras de rehabilitación de la Plaza mayor
ordenadas por el virrey Revillagigedo; algunos años más tarde (1832), Carlos
María de Bustamante publicaría en México la obra de León y Gama por segunda
vez.
Pero además de sus propias
obras, Antonio de León y Gama tuvo el gran acierto de reproducir algunos
documentos originales mexicanos de gran valor; hoy estas copias son sumamente
estimadas, no sólo por su calidad plástica, sino también porque cuando se
hicieron hace más de doscientos años, el estado físico de los documentos
originales era mejor, por lo que se logró resguardar valiosa información que
tal vez hoy desconoceríamos. León y Gama copió directamente del original las
láminas 1 y de la 4 a la 10 del códice Xólotl, con la virtud de
haber dado especial importancia a las notas de Fernándo de Alva Ixtlilxóchitl,
quien en aquel entonces, redactaba su Historia de la nación chichimeca.
Copió también las láminas 9
a 50 del códice Azcatitlan, así como el
códice “de 1576” conocido también como Historia de la Nación Mexicana,
documento que reseña los acontecimientos de los aztecas desde la salida de
Aztlán hasta 1523. Otra de sus
reproducciones fue la llamada Ordenanza del Señor Cuauhtémoc, que trata sobre
los derechos de pesca del lago de México;
Gracias a la copia que León
y Gama hizo del Códice del culto a Tonatiuh, hoy se puede estudiar este
documento, cuyo original se encuentra sumamente deteriorado. Del Tonalámatl
Aubin, también realizó una reproducción, que por cierto completó con
ilustraciones del Códice Vaticano y del Códice Telleriano Remensis, debido
a que el original del Tonalámatl carecía de las láminas iniciales. Hizo también
una excelente copia del códice Cozcatzin, incluyendo las glosas en náhuatl
con su correspondiente traducción al español.
Como es evidente, León y
Gama fue un erudito cuyo espíritu ilustrado abarcaría diferentes áreas del
conocimiento humano; estudió y trabajó en el campo de la astronomía, la
matemática y la física, así como también en el de la historia, la arqueología y
finalmente en el campo la fe, a la que se acercaría aportando explicaciones
científicas desde una postura racionalista, como podemos ver en el documento
que aquí se presenta.
DESARROLLO DEL DOCUMENTO
Foja 1 recto
León y Gama empieza por
hacer una introducción en la que explica al lector que abordará el tema de la
“Sagrada Imagen de la Virgen de Guadalupe”, aplicando la metodología
usada por los geógrafos; de esta manera, él propone antes que nada, observar
con suma precisión el terreno en donde está plantado el objeto de su estudio,
es decir, aclara que “antes de pasar a referir lo admirable de [... la]
celestial pintura [...], lo particular de sus colores [...] y todas las demás
circunstancias que la adornan, es necesario [...] dar razón del tosco y grosero
lienzo en que se ejecutó este bellísimo y milagroso simulacro”, justamente
como lo haría un geógrafo al describir el terreno de una ciudad.
Científico al fin, León y Gama
recurre a la biología para analizar la materia de la que está confeccionado el
“soporte” de la “Sagrada Imagen”; con énfasis y seguridad declara que
aquél estaba hecho de ichtli, explicando a su vez que el ichtli se
produce con hilo sacado del maguey, tesis que defenderá a lo largo de todo el
documento, incluso contraviniendo a otros distinguidos guadalupanistas, como el
bachiller Luís Becerra Tanco, el padre Francisco de Florencia y el doctor José
Ignacio Bartolache, quienes sostenían que la tilma de Juan Diego era de iczotl,
un hilo sacado de cierta palma que producía una tela muy suave, es decir,
era el ichtli del maguey contra el iczotl de la palma.
Foja 1 verso
León y Gama objeta dicha
hipótesis, argumentando que el hilo sacado del iczotl era un hilo escaso
y, por lo tanto, costoso y de difícil acceso para un indio humilde como Juan
Diego y defendiendo su propia tesis, describe detalladamente el ichtli, basándose
no sólo en sus propias observaciones, sino en lo afirmado por el científico
Francisco Hernández en su erudita obra sobre botánica mexicana; León y Gama resalta
no sólo la ventaja del bajo costo del ichtli, sino también su capacidad
de producir un hilo tan suave como el de la palma, dependiendo del tipo de
maguey usado para su fabricación.
Para sustentar su tesis,
León y Gama transcribe, en latín, una fracción del capítulo segundo del tomo primero
de la obra de Francisco Hernández, editada en Madrid 1790; dicha fracción que
presento a continuación, traducida por el padre Mario Rojas, trata precisamente
de las virtudes que tienen las telas fabricadas con hilo de maguey:
E folijs hujus arboris fila
parari linteis storeisque intexendis perquae perquae acommoda politiora,
firmioraque eis quae ex Metl fieri passim consuevere, madentibus in primis
aqua, mox protratis ac lotis, itorumque et iterum maceratis et insolatis, donec
apta redantur et nei possint, et in usus accommodari materiamque ejus esse
levem ac lentam
Que de las hojas de este
árbol se preparan hilos para tejer esteras pulidas (lamidas) sumamente cómodas,
pulimentadas y
resistentes, que las que aquí y allá se acostumbraba hacer del maguey
mojándolas primero con agua, luego sacadas afuera y lavadas una y otra vez
ablandadas y secadas al sol hasta que quedaban listas para hilarse y tejerse y
acomodarse a [diversos] usos y que su materia era [suave, ligera] y flexible.
Y más adelante, el autor
vuelve a sustentarse en la obra de Hernández, pero esta vez introduce una
fracción del capítulo 8 del segundo libro, advirtiendo que se trata de la
edición hecha en Roma en 1651; presento a continuación su traducción al
español:
De pati, seu Metl, ex quo siunt
lenissima fila. Simils est Metl sed folijs angustioribus, minoribus, et
tenuioribus, magnaque ex parte purpurascentibus, et radice fibrata, crassaque.
Species
est vocatae Pitae; parantur exea fila tenuissima in magno habita pretio,
pannisque lineis preciosis texendis aptissima.
Acerca del pati o maguey del
cual se hacen suavísimas fibras. Es semejante al maguey pero de hojas más
angostas más chicas y más delgadas, en gran parte verde muy intenso, y con raíz fibrosa y
gruesa. Varias clases como el “vocatae pitae” se preparan con aquellas fibras
delgadísimas que alcanzan gran precio y que son muy a propósito para tejer las
en los lienzos preciosos de lino.
Desafortunadamente, el tema
tratado en la foja 1 verso parece haber quedado trunco, ya que la última
palabra de esta foja está incompleta (Aún más suaves y delicados son los
lienzos que se fabri....), la continuación lógica estuvo seguramente
en otra foja que hoy está extraviada; hay además una nota a pie de
página, la “d”, cuya referencia no aparece en el texto principal.
Foja 2 recto
El segundo tema, objeto del
estudio de León y Gama, trata sobre los sitios que fueron importantes durante
el periodo de las apariciones de la virgen, refiriéndose no sólo a las casas en
donde se resguardó la tilma los primeros días posteriores al acontecimiento,
sino sobre todo al cerro del Tepeyac, donde se llevaron a cabo las apariciones;
el autor aborda el tema con un criterio científico y apoyándose constantemente
en la obra del doctor Hernández, analiza biológicamente la flora que
poblaba el cerro.
Foja 3 recto
La foja 3 recto se dedica a
comentar el llamado “árbol de la Virgen”, un quauzahuate, que estaba en
la falda del cerro donde se apareció la virgen a Juan Diego por tercera vez.
León y Gama hace una correcta descripción del tipo de árbol en cuestión,
recordando que dicho árbol logró sobrevivir muchos años, hasta que en 1717 con
el objeto de construir la escalinata de ascenso a la cumbre del Tepeyac, se
destruyeron las últimas raíces y un tronco que aún subsistía.
Como en el caso de la
primera foja, aquí también León y Gama transcribe en sus notas a pie de página
un texto del doctor Hernández que habla del quauhzahuatl, y que
dice así:
Nomen sumpsit a foliis,
quadan velut scabie infectis. Arbor est magna frecuentissima calidis locis
ramos fundens virides ac rotundos, folia mali Medicae minora tamen et granulis
quibusdam ut dictum est, refertur, florem magnum, albumque in corymbos
compositum, et visu pulchrum, similem quadantenus hyosciamino Frigida
humentique natura constat, et montuosis gaudet, calidis, aridisque. Tom.3 pag. 121 edit.
Matrit, ann. 1790
Tomó el nombre de las hojas,
infectadas de cierta como sarna. El árbol es grande, muy abundante en lugares
cálidos, difundiendo sus ramas verdes y redondas. Hojas más chicas que la del
beleño y con algunos granitos como se dijo está llena. Flor grande, blanca, en
racimos como de yedra y agradable a la vista, semejante hasta cierto punto al Hyosciamino.
Tiene naturaleza fría y húmeda y le gusta estar en lugares montañosos,
calientes y áridos.
Foja 3 verso
Esta foja describe el
manantial que surgió al oriente del cerro del Tepeyac; la intención de dicha
descripción es apoyar la tesis del origen milagroso del manantial y también
señalar el punto en donde estuvo la virgen esperando a Juan Diego mientras
subía a la cumbre a cortar las flores que luego entregaría al obispo Zumárraga;
mas científico al fin, León y Gama no se conforma con señalar lo portentoso
del manantial, sino que lo analiza químicamente; cabe señalar que las aguas de
dicho manantial tenían chapopotli, es decir, petróleo, al que los indios
consideraban medicinal, por lo que iban allí periódicamente a lavarse y tomar
el líquido que supuestamente era bueno para matar lombrices y fortalecer el
estómago.
Foja 4 recto
En la foja 4 recto, León y
Gama con criterio ornitológico trata de imaginar qué tipo de pájaros serían los
que Juan Diego escuchó cuando se dirigía desde Cuautitlán hacia la ciudad de
México, canto que fue precisamente lo que provocó interrumpiera su itinerario
original y decidiera subir a la cumbre del cerro; León y Gama habla de un
pájaro conocido como coyoltototl, señalando que el nombre viene de su
sonido, nomen habet a sonitu illi sonallium simili, es decir, se
trataría de un nombre onomatopéyico.
Pero sobre todo, León y Gama
describe un ave llamada tzinitzcan, de la que había dos especies, una de
gran belleza cuyo plumaje usaban los indios en sus tocados festivos y guerreros
y otra pequeña, parecida a los jilgueros, que seguramente era un ave cantora,
suponiendo que tal vez los pájaros que oyó Juan Diego eran de este tipo; a
este respecto, el autor inserta aquí un párrafo tomado de la obra de Francisco
Hernández, que a continuación transcribo junto con su respectiva traducción al
español:
Avis est parva, columbae penè par, plumis multorum
colorum vestita, quibus Imagines mirae fustilitatis intexunt indigenae... et
utebant festiuis diebus in bello, Templis, ac publicis tripudijs [...]
pulcherrima avis est, si que alia sed neque cantillat neque(quod sclam) eduli
carne constat.
El ave es pequeña casi igual
a una paloma, vestida de plumas de colores con los que imágenes de admirable
delicadeza tejen los indígenas y usaban (de ellas) en los días festivos en la
guerra, en los templos, en las públicas danzas. Es un ave hermosísima, si
alguna otra (puede haber) pero ni cantarrea ni (algo a ella sola) tiene carne
comestible.
El autor hace también un
análisis etimológico del término nahua tzinitzcan, afirmando que
proviene del verbo tzilini, que significa “sonar el metal”, en
analogía al canto del ave.
Es en este punto en donde
León y Gama finaliza el tema de los pájaros e introduce el asunto nuclear del
documento, recordando la historia de la aparición por medio del conocido
diálogo del Nican Mopohua: yo soy la misma Virgen María, madre del
verdadero Dios [...] quiero que pases a la ciudad de México y digas al obispo
que es mi voluntad“”.
Evidentemente, León y Gama tenía conocimientos del náhuatl, como se puede ver a
través del análisis lingüístico del Nican mopohua que aquí presenta, en
el que asevera que dicha obra había sido escrita en el siglo xvi.
Foja 4 verso
La foja 4 verso tiene
solamente un pequeño texto de 7 renglones y una nota a pie de página de 3 renglones
más; en ella, León y Gama continúa tratando el tema del análisis de la tilma y
luego anuncia que presentará la Historia del bachiller Lasso de la Vega, por lo
que tal vez dejó deliberadamente el espacio en blanco, sin embargo la historia
no aparece en el presente manuscrito.
Foja 5 recto El contenido de
esta foja de tema histórico e inconexo con las fojas anteriores, se refiere a
la fecha de la muerte de Luís Ponce de León; nuestro autor usa aquí un tono
crítico respecto al parecer de un historiador, desconocido para nosotros, que
sostenía que Ponce de León había muerto antes de entrar en México.
Foja 5 verso
La foja 5 verso, también de
dimensiones muy pequeñas contiene sólo dos párrafos aparentemente inconexos
entre sí; se trata evidentemente de apuntes tomados al azar; el primer renglón
dice: Quauzahualotli, el camino del árbol Quauzahuate.
El segundo renglón cita a
Torquemada en relación con la llegada del señor Fuenleal a México.
El segundo párrafo, de nueve renglones,
contiene un listado o ¿capitulado? de ocho asuntos importantes que han
preocupado a los estudiosos del guadalupanismo y que seguramente León y Gama
pensaba desarrollar en su proyectado trabajo sobre la Virgen de Guadalupe;
éstos son los siguientes:
a) El diálogo entre Juan Diego
y el obispo.
b) Sobre el nombre de
Guadalupe.
c) Sobre la fecha de la
consagración de la ermita.
d) Sobre la fecha de construcción
del convento de Santiago Tlatelolco.
e) Sobre la viudez de Juan
Diego.
f)
Sobre el
paradero de las flores.
g) Sobre la fecha en la que se
debería celebrar la fiesta de la virgen de Guadalupe.
h) Sobre la venida de Santo
Tomás a México.
Finalmente, esta foja
termina con seis columnas de números que pudieron estar relacionados
precisamente con cálculos de fechamiento, que es evidentemente uno de los
rubros que preocupaban a León y Gama, como se puede ver en el incisos “c”,
sobre la fecha de la consagración de la ermita; en el “d” sobre la fecha de
construcción del convento de Santiago Tlatelolco y en el “g” sobre la fecha de
la fiesta de la virgen.
Foja 6 recto
Por alguna circunstancia que
desconocemos, la foja 6 recto es una copia exacta del primer párrafo de la
foja 1 recto, en la que León y Gama habla de la materia prima de la tilma.
Foja 6 verso
Esta foja habla de ciertas
excavaciones que se hicieron “en el”, gracias a las cuales se encontraron
algunos restos materiales como fragmentos de columnas, pedernales y varias
piezas de mampostería que había en un cementerio del convento franciscano; por
la descripción, se puede deducir la presencia de material prehispánico en los
pedernales y tal vez material colonial en el resto; cabe preguntar empero, si
el cementerio mencionado sería el de la llamada “Iglesia Mayor”, la primera
que se construyó frente a las casas de Cortés en la Plaza Mayor y que luego se
demuele para construir la actual catedral de México o bien al convento de San
Francisco, que hasta la fecha subsiste, aunque sumamente reducido en la actual
calle de Madero.
Foja 7 recto
La foja 7 recto habla de las
diligencias que se hicieron para solicitar a la Santa Sede la concesión de misa
y oficio propio el día de la aparición de la virgen, así como la aprobación del
patronato de la Santísima Señora como reina de la Nueva España; parte
de estas diligencias fueron las declaraciones que sobre la imagen hicieron los
maestros Miguel Cabrera, Joseph de Ibarra, Manuel de Osorio, Juan Patricio
Morlete Ruiz y Francisco Antonio Vallejo, afamados pintores de la ciudad de
México.
Es hasta este punto en donde
León y Gama entra ya de lleno al tema de la descripción de la imagen,
analizando las técnicas pictóricas de la pintura, en especial la del colorido;
aquí el autor desglosa linguísticamente los términos náhuas de algunos colores.
Por otro lado, observa prolijamente las proporciones de la pintura, incluyendo
las medidas precisas de la figura de la virgen y el número exacto de los rayos
que la rodean. Llama la atención en este punto, el reconocimiento que el autor,
con espíritu plenamente americanista, hace del trabajo de ciertos pintores
indios.
Foja 7 verso
Esta foja continúa con el
análisis plástico de la imagen, ponderando la Maravilla Americana que
Miguel Cabrera escribiera sobre el tema; se habla de la falta de aparejo, de la
simetría de la pintura, de las medidas y de las copias que algunos pintores
conocidos como Joseph de Ibarra habían hecho, sacadas directamente del
original.
Foja 8 recto
La foja 8 recto describe el
entorno geográfico en donde sucedió el acontecimiento guadalupano y con cuidado
extremo, el autor va desglosando cada uno de los cerros que componen la Sierra
de Guadalupe, dando el topónimo en náhuatl con su correspondiente traducción al
español; toda esta sección va salpicada con referencias históricas del siglo xvi, en las que se incluye un
comentario sobre el ídolo que había sobre el cerro del Tepeyac,
refiriéndose seguramente a la Tonantzin que menciona fray Bernardino de
Sahagún en el libro XI de su Historia general; según el autor, la
Tonantzin fue demolida por Gonzalo de Sandoval, lo cual deduce seguramente de
que Sandoval, por órdenes de Cortés, montó su real en el Tepeyac cuando el
sitio de México-Tenochtitlan. Sabemos que ya para ese entonces se habían
demolido varios ídolos en diferentes partes de las áreas conquistadas por los
españoles, de manera que la hipótesis de León y Gama tiene mucha lógica.
Foja 8 verso
Aparentemente en blanco
Foja 9 recto
El texto de esta foja inicia
con una frase trunca que parece ser la continuación de otro párrafo que no
conocemos y que tal vez estaría en otra foja hoy extraviada, ya que no aparece
en el presente documento; en el siguiente párrafo León y Gama sigue centrándose
en el tema de la manta de Juan Diego, aportando una vez más sus argumentos a
favor del maguey como materia prima de dicha prenda; nuevamente insiste en
declarar “infundada la aserción del Bachiller Becerra Tanco”, al
atribuir al iczotl el hilo con el que se había fabricado el ayate
juandieguino; el autor inserta notas explicativas en latín y en nAhuatl, en
apoyo a su tesis.
Foja 9 verso
Continuando el tema del análisis del
soporte, León y Gama califica como “muy superficial” el dictamen del doctor
Bartolache hecho en 1786 respecto a la calidad del soporte, insistiendo una vez
más en su tesis acerca del hilo proveniente del maguey, como la verdadera
materia prima del ayate de Juan Diego, impugnando además la hipótesis de
Cabrera al respecto. El autor da una larga explicación de por qué de la dureza
o de la suavidad de los lienzos fabricados con hilo de maguey.
Foja 10 recto
De acuerdo con León y Gama,
Bartolache había examinado la imagen con la vidriera abierta pero sin sacarla,
es decir, sin moverla de su tabernáculo, por lo que no pudo analizar la parte
posterior; mientras que los tres protomédicos mencionados antes, (Doctor don
Lucas de Cárdenas Soto, don Jerónimo Ortíz y don Juan de Melgarejo) así como el
Licenciado Juan Salguero, el bachiller Tomás Conrado, Sebastián López de Ávalos
y Nicolás de Fuenlabrada, junto con Nicolás de Angulo, Juan Sánchez y Alonso
Zárate, pudieron examinar prolijamente la imagen, ya que para ellos se había
bajado especialmente el sagrado lienzo del tabernáculo del presbiterio,
poniéndola en un altar para que los estudiosos estuvieran cómodos y pudieran
registrar el lienzo por todos lados, con lo que lo reconocieron con todo
cuidado por el haz y el envés; hay que recordar que cuando se llevó a cabo
dicho reconocimiento, en el año de 1666, la imagen todavía estaba libre de las
dos láminas de plata que la cubrirían posteriormente por la parte de atrás.
Todos ellos declararon bajo juramento y
en presencia del virrey marqués de Mancera, que la perpetuidad y fuerza de sus
colores, el dorado de las estrellas y la encarnación del rostro y manos no
podía ser mas que “obra de Dios”.
Foja 10 verso
En esta foja se continúa con las
observaciones de los especialistas en lo relativo a los colores de la imagen,
León y Gama recuerda la interesante observación acerca de que por la parte del
reverso se distinguían “finísimos colores verdes como de hojas de azucenas
[...] los que no se ven [...] sobre el haz de la Sagrada imagen [...] lo que
prueba también que es una [...] obra praternatural”.
Aquí el autor insiste en
confirmar el hecho de que la pintura de la guadalupana carecía de aparejo, como
se sabía ya gracias a los dictámenes hechos al respecto en las informaciones de
1666 y el que hizo después Miguel Cabrera; sin embargo, León y Gama reprueba el
hecho de que a pesar de que ya se contaba con estos dictámenes, Bartolache
llevaría en 1786 a otros cinco facultativos para que examinaran nuevamente la
imagen; tras dicho examen, Bartolache les preguntaría “[... si] el ayate
[tenía] aparejo suficiente en todas sus partes para mantener esta pintura, sin
que sus colores se transportasen o rechupasen por el revés..., a lo que los
facultativos [...] dijeron que sí tenía aparejo”; ante ello León y
Gama responde con firmeza reprobatoria que los facultativos habían
procedido “con suma ligereza” y criticando al doctor Bartolache,
lo define como un hombre “de poca reflexión”.
Foja 11 recto
En esta foja León y Gama
recuerda que la tilma estaba formada por dos lienzos de tela unidos por la
parte central, a la manera como se acostumbraba hacer en aquella época; la
costura estaba hecha con un hilo “ [que parece] de algodón”, lo que
también era normal en aquellos tiempos, ya que las mantas o tilmas no las
enviaban cosidas, sino que cada quien las cosía con el hilo que tuviera a la
mano.
Recuerda que tanto Miguel
Sánchez como el padre Florencia suponían que “la manta de Juan Diego
tenía tres piernas y que después del milagro se le cercenó una”, a lo
que León y Gama señala que no es cierto, no sólo porque las mantas de los
indios se hacían sólo con dos piezas, sino sobre todo por la lógica que indica
que de haber tres piezas, la imagen se hubiera estampado en la parte central,
cosa que no fue así.
Cabe señalar que en la
última nota de esta foja, el autor advierte acerca de los cortes que ya desde
aquel entonces se le habían hecho al original, para guardarlos como preciosas
reliquias.
Foja 11 verso
Siguiendo con lo del
soporte, pondera el criterio de los indios, diciendo que ellos “poseyeron
mayores conocimientos de las materias de que se vestían los nobles, y los
plebeyos en su nación; y que les fue más fácil examinar el lienzo en aquellos
tiempos inmediatos, en que no solamente carecía de vidriera la Sagrada imagen
sino que estaba entre los mismo indios que la cuidaban, expuesta y manifiesta
por todos lados a su vista, y que ellos afirmaban que el ayate estaba [...]
hecho de maguey [...] y que era de solo dos piernas [...] cocidos con hilo de
algodón”.
Señalamiento importante en este punto es
la fuerte crítica que León y Gama hace a un sermón predicado por fray Servando
Teresa de Mier el 12 de diciembre de 1794 acerca de que la imagen de Nuestra
Señora se había estampado sobre la capa del apóstol Santo Tomás; como es bien
conocido, dicho sermón provocó gran reprobación, al punto de que el arzobispo
Núñez de Haro lo impugnaría de inmediato mediante un edicto reprobatorio.
Foja 12 recto
En esta parte el autor se
detiene en señalar las medidas del ayate, tanto su longitud como su latitud,
explicando el modo como los indios usaban tal prenda, recordando que los ayates
o tilmas eran prendas no sólo de vestir, sino también útiles para cargar
diversos objetos, lo que justificaba en algunos casos su dimensión; por eso
precisamente Juan Diego usó su tilma para cargar las flores recién cortadas en
la cumbre del Tepeyac, flores que al poco rato entregaría al obispo Zumárraga.
Después de analizar con
precisión la iconografía de la pintura, León y Gama detalla todos los elementos
de que está formada la imagen, empezando por el manto que cubre a la virgen, la
suave inclinación de su cabeza, la corona con rayos de oro que adornaba su
cabeza, la luna bajo sus pies, los rayos de sol que la circundan, el ángel que
le sirve de sostén y finalmente las nubes que rodean todo el divino conjunto.
Luego deja la iconografía y
se adentra en la discusión extraordinariamente aventurada, acerca del origen
del barrio de Tomatlán, supuestamente fundado en la época prehispánica por el
apóstol Santo Tomás, de cuyo nombre vendría el topónimo del barrio
prehispánico.
Foja 12 verso
En esta foja se repite todo lo asentado
en la foja 11 verso respecto al cuidado que de la imagen tuvieron los indios en
los primeros tiempos después de la aparición, siguiendo con el análisis del
soporte. Vuelve a detenerse en las medidas del ayate y en las formas como los
indios acostumbraban usar dicha prenda cotidianamente.
Foja 13 recto
La foja 13 recto habla de
las medidas de la “Sagrada Imagen [...] desde la planta del pie hasta [...] la
coronilla de la cabeza”; describe dulcemente el rostro, la actitud, la
postura de las manos, el vestido, del que afirma estar “bordado de diversas
flores doradas [...] habla del manto [...] azul celeste que tira a verde” y
especifica con precisión el número de las estrellas que dice son 46 y de los
rayos que dice son 112.
Foja 13 verso
Aquí observa la plástica del
ángel quien le parece que está “muy alegre por estar cargando a la Reina del
Cielo”. Advierte León y Gama que él se basa en la descripción de un
autor indio (posiblemente el del Nican mopohua), a quien da el crédito
de ser un sensible observador, superior incluso a los “más diestros profesores
del arte [...] del presente siglo”
Dando por terminado el
capítulo de los primeros exámenes de la imagen, pasa a “referir las exactas
observaciones hechas en este siglo por el insigne pintor don Miguel Cabrera”,
cosa que aunque anuncia, no lo llega a hacer en este punto.
Sin relación con el tema de
Cabrera que había anunciado en el párrafo anterior, el autor sigue discutiendo
en el siguiente párrafo lo de las medidas de la virgen, que había anunciado en
la nota “n” de la foja 13 recto; aquí hace un análisis lingüístico de los
términos nahuas de medición, en especial del verdadero significado de la voz iztitl
que quiere decir “uña” y que en sentido figurado, se usaba como término de
medición equivalente a la sexta parte de una vara; aprovecha una vez más, para
criticar al doctor Bartolache por no haber revisado con cuidado el diccionario
Nahuatl-español de fray Alonso de Molina para poder interpretar correctamente
la frase Ihuan ce cihua iztetl, que sería un palmo de mujer o la sexta
parte de una vara.
Foja 14 recto
Desde una plataforma
eminentemente geográfica procede a describir la topografía del Tepeyac y de sus
alrededores, dando los topónimos nahuas de los cerros que conforman la hoy
llamada Sierra de Guadalupe; remata el tema relatando el viaje de Juan Diego
desde Cuautitlan hacia el centro de la ciudad de México para asistir a la doctrina
cristiana.
Foja 15 recto
Esta última foja parece ser
una especie de bosquejo de un plano del área del Tepeyac; el autor nombra los
cinco cerros de la Sierra de Guadalupe el Tepeyac, el Zacahuitzco, el
Yohualtécatl al oriente del Zacahuitzco, el Coyoc y el Yohualtécatl al norte
del Tepeyac, que es el más alto y el último; nombra también las nueve
construcciones que formaban el santuario, refiriéndose seguramente al estado
que guardaba dicha zona a fines del siglo xviii.
CONCLUSIONES
El documento aquí presentado
fue escrito por Antonio de León y Gama en el año de 1789, seguramente
respondiendo al fuerte interés que sobre la virgen de Guadalupe se había
desarrollado en la Nueva España. Ya para ese entonces, la devoción a la
guadalupana estaba difundida en todo el reino e incluso se había “exportado”
fuera de las fronteras novohispanas, tanto a España como a ciertas partes de
América del Sur.
Dicha devoción, había
logrado aglutinar el sentir piadoso de los distintos estratos de la compleja
sociedad novohispana, cuyos intereses discrepaban hasta llegar a alcanzar, en
algunos casos, niveles de fuerte disparidad; pero, sobre todo, el espíritu
solidario, compasivo y conciliador del mensaje guadalupano había sido, de
origen, un poderoso imán devocional que desde el principio cautivó a la
población indígena novohispana y también al importante sector criollo que día
con día cobraba fuerza y personalidad. Esta armonía tan difícil de lograr, era
ciertamente el triunfo de la virgen de Guadalupe
En este contexto, el
fenómeno guadalupano revestía cada día mayor fascinación y un considerable
interés; por ello se ocuparon de él no sólo los devotos con la entrega propia
de su Fe, sino también los exigentes ilustrados envueltos en el racionalismo
dieciochesco que les exigía su condición de “sabios”.
Uno de estos sabios fue don
Antonio de León y Gama, quien, empeñado en exaltar el milagro guadalupano,
decidió abordarlo desde su propia erudición, es decir, con método y disciplina,
para poder probar científicamente el carácter divino de la imagen de la virgen
de Guadalupe.
El documento que aquí se
presenta iba encaminado precisamente a ello; la Descripción de la Sagrada
Imagen según las relaciones de los indios es un primer esquema de un
trabajo que seguramente hubiera sido una obra de gran seriedad.
RELACIÓN
CRONOLÓGICA
1519
Jueves
Santo. Llegada de Hernán Cortés a las playas de Chalchicueyecan, hoy Veracruz.
1519
Domingo
de Pascua. Los españoles de la expedición montan un altar sobre la arena y oyen
misa solemne concelebrada por el mercedario fray Bartolomé de Olmedo y el padre
Juan Díaz, capellán de la expedición.
1519
Sobre
uno de los templos indígenas de Cempoala, Cortés manda construir lo que tal vez
haya sido el primer altar dedicado a la virgen. Se celebra misa y se bautizan 8
indias.
1520
Muere
Moctezuma Xocoyotzin el noveno tlatoani de México, queda en su lugar
Cuitláhuac, quien también muere al poco tiempo, víctima de la epidemia de
viruela; queda en su lugar Cuauhtémoc.
1521
13 de
agosto. Rendición de México-Tenochtitlan ante las huestes cortesianas, tras un
asedio de cerca de 90 días.
1522
Cuauhtémoc
es ahorcado en el pueblo de Teotitlac, durante la expedición cortesiana a
Hibueras.
1523 Llegada a Nueva España de
los franciscanos precursores de
la evangelización, fray Juan de Tecto (Johann Deckers), fray Juan
de Ahora o Ayora (Johann van den Auwera) y fray Pedro de Gante (Pierre de
Gand).
1524 Llega a San Juan de Ulúa la
misión franciscana de los primeros “doce”, encabezada
por fray Martín de Valencia; contándose entre ellos a fray
Toribio Benavente, Motolinía.
1524 Se
inicia la construcción de la primera iglesia mayor y del primer convento
franciscano en la ciudad de México.
1525 Llega
el Juez Luís Ponce de León a tomarle residencia y quitarle la gobernación a
Cortés, lo que no logra hacer, puesto que a los pocos días de su llegada,
muere en la ciudad de México.
1525 Llega a establecer la diócesis
de Tlaxcala su primer obispo Fray Julián Garcés.
1526 Llegan a
México los primeros 12 dominicos, encabezados por fray Tomás
Ortiz; en la misión viene el que sería paladín de
los indios, fray
Bartolomé de las Casas.
1527
Durante
la Semana Santa de este año, Carlos V conoce a fray Juan de Zumárraga en
Valladolid; impresionado ante su personalidad, el 12 de diciembre de ese mismo
año, lo propone para obispo de México.
1528
El 6 de
diciembre llega a México Zumárraga, con el cargo
de protector de indios,
aunque sin haber sido consagrado formalmente aún como obispo de México.
1529
Llega a
Nueva España fray Bernardino de Sahagún, y se coloca como maestro en el Colegio
Imperial.
de la Santa Cruz de
Tlatelolco.
1531
9 de
enero llegan a la ciudad de México los oidores de la
Segunda Audiencia, Alonso
Maldonado, Vasco de Quiroga, ya estaban en México los también oidores Francisco
Ceynos y Juan de Salmerón, mientras que el presidente Sebastián Ramírez de
Fuenleal, llegaría algunos meses después.
1531 Sábado
9, domingo 10 y martes 12 de diciembre, la virgen de Guadalupe se aparece al
indio Juan Diego en el extremo sur de la Sierra de Guadalupe, sobre el cerro
llamado Tepeyac; tras la última aparición, ocurre la estampación de la imagen
de la virgen sobre la tilma del indio Juan Diego, la que quedaría en manos del
obispo de México fray Juan de Zumárraga, quien la conserva unos días en su
oratorio y luego la deposita en la iglesia mayor.
1532
El 7 de
febrero la imagen de la virgen es llevada desde la
iglesia mayor a la ermita
del Tepeyac, acompañada por el clero regular y secular y la población de la
ciudad de México.
1533
Fray
Juan de Zumárraga es consagrado obispo de México en España.
1533 Llegan los primeros 7
frailes agustinos el día 22 de mayo,
siendo su superior el
venerable padre Agustín Gómez de
La Coruña; viene en el grupo
el célebre fray Alonso de la Veracruz, quien al poco tiempo colabora en la
fundación de la Real y Pontificia Universidad de México.
1535
Don
Diego Huanitzin o Panitzin asume el cargo de
gobernador de la República
de Indios.
1535 Llega a
México don Antonio de Mendoza, primer Virrey de
Nueva España.
1536
Fray
Juan de Zumárraga recibe el nombramiento de inquisidor apostólico de la ciudad
de México y de todo el obispado.
1536 Se funda
el Colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco.
1541
Toma
posesión como gobernador de la República de indios
don Diego Tehuitzquititzin,
nieto de Tízoc y sobrino de Moctezuma.
1541
Aquí
aparecieron las monedas de cuatro reales.
1545 Aquí se
estrenó San José.
1546
Paulo
III erige el obispado de México en arzobispado, dándole como sufragáneas las
diócesis de Oaxaca, Tlaxcala,
Guatemala y Ciudad Real de
Chiapas y nombrando a
Zumárraga como primer
arzobispo de México.
1548
Muere
Juan Diego en el área del Tepeyac, donde vivió durante 17 años atendiendo la
ermita que resguardaba la milagrosa imagen de la virgen de Guadalupe; se cree
que allí mismo fueron enterrados sus restos.
1548 Muere fray
Juan de Zumárraga, antes de recibir las
Bulas que lo consagrarían
formalmente como arzobispo de México; tras sentidísimas exequias, su cuerpo es
enterrado en la catedral de México, aunque él había pedido quedar en San
Francisco con sus hermanos los frailes.
1550
Llega el
segundo virrey de Nueva España, don Luis de
Velasco I.
1551
Llega
fray Alonso de Montúfar a tomar posesión como
segundo arzobispo de México.
1552 (circa) Antonio
Valeriano escribe el Nican Mopohua o Historia de las apariciones de
Nuestra Señora de Guadalupe.
1552
Fue
cuando recibió la vara de mando don Esteban de
Guzmán, juez. Iba a
investigar a don Diego Tehuitzquititzin
pero no lo alcanzó porque
murió antes.
1554
Francisco
Cervantes de Salazar escribe su obra México en
1554, en la que menciona la
iglesia que estaba construida
en el Tepeyac.
1555 Montúfar
convoca el Primer Concilio Provincial Mexicano.
1556
Se hace
una “Información por el sermón de 1556”, pronunciado por fray Francisco de
Bustamante sobre la nueva devoción a Nuestra Señora de Guadalupe en el Tepeyac.
1557
Bernal
Díaz del Castillo termina su obra: Historia verdadera
de la conquista de la Nueva
España,
cuyo capítulo 150 menciona el culto guadalupano presente en el Tepeyac.
1557 Don
Cristóbal de Guzmán Cecetzin asciende al gobierno de
la
República de Indios; era hijo de don Diego Panitzin.
1559 Testamento de San Buenaventura,
Cuauhtitlan, en el que la testadora deja unas propiedades a la virgen de
Guadalupe.
1563
Se
instala como gobernador de la República de Indios don
Luís de Santa María Cípac.
1564
Testamento
de Francisco Verdugo Quetzalmamalitzin, en
el que dona 4 pesos para
misas en la ermita de Guadalupe.
1570
El padre
Antonio Freyre, capellán de la ermita de Ntra. Sra.
de Guadalupe, entrega al
Arzobispado su reporte sobre la
actividad
religiosa en la ermita del Tepeyac.
1571 Aquí
murió el arzobispo don fray Alonso de Montúfar.
1572 El 28 de septiembre llegan a
la Nueva España los primeros
diecisiete jesuitas.
1572-1573 Antonio
Valeriano toma el cargo de juez el 18 de enero.
1573 Llega
el tercer Arzobispo de México, don Pedro Moya de Contreras.
1575 Sebastián
Lomelín o Tomelín dicta testamento en el que deja 10 pesos de oro común a la
Virgen de Guadalupe de México.
1575
El
virrey Martín Enríquez escribe a Felipe II, describiéndole
la presencia de la devoción
guadalupana en el Tepeyac; parte de esta devoción había originado la formación
de una cofradía que ya desde entonces contaba con 400 cofrades.
1574-75
Carta de
fray Diego de Santa María al Rey de España en la
que le informa sobre el
culto guadalupano en el Tepeyac.
1576 Fray
Bernardino de Sahagún termina su Historia general de la las
cosas de la Nueva España; en el libro XII de dicha obra incluye
su “Adición sobre supersticiones”, mencionando la
devoción
a Ntra. Señora de Guadalupe.
1577 Fernán González de Eslava
escribe su Canción a Nuestra
Señora, poema dedicado a la virgen
de Guadalupe.
1577 Elvira
Ramírez dona en su testamento ciertas limosnas a Nuestra Señora de Guadalupe
para misas rezadas.
1582 (¿) Fecha
extrema del Diario de Juan Bautista, en el que se
menciona la
aparición de la virgen de Guadalupe, aunque señalando el año de 1555 como fecha
de la aparición.
1582
El
pirata inglés Miles Philips pasa por el santuario del
Tepeyac, del que
posteriormente escribirá sus impresiones.
1585
Antonio
de Ciudad Real escribe su Tratado curioso y docto de las grandezas de la
Nueva España, en el que describe el
Santuario y ermita del
Tepeyac.
1589
Juan
Suárez de Peralta escribe sus Noticias históricas de la Nueva España, obra
en las que describe la aparición de la virgen de Guadalupe “entre unos riscos”.
1600
Debido
al incremento de la devoción en la ermita del Tepeyac,
el cabildo de la catedral
decide construir un templo nuevo para honrar a la virgen de Guadalupe, colocándose
la primera piedra el día 10 de septiembre.
1603 Nace en
el mineral de Taxco Luís Becerra Tanco,
sacerdote del Arzobispado de
México, distinguido intelectual, gran devoto de la virgen de Guadalupe,
testigo en las Informaciones de 1666, quien escribiría la obra Felicidad
de México, de gran importancia dentro de la bibliografía guadalupana.
1605
Muere
don Antonio Valeriano, autor del Nican mopohua,
Gobernador de la República
de Indios, alumno del Colegio de la Santa Cruz, latinista y nahuatlato distinguido.
1606
Nace
Miguel Sánchez en Puebla, el primero de los historiadores del acontecimiento
guadalupano, que publica su obra.
1607
Se hace
contrato con Diego López de Navas para decorar el presbiterio del nuevo
santuario guadalupano.
1615
Fecha de
la primera edición de la Monarquía Indiana, de
fray Juan de Torquemada, en
la que incluye valiosa información sobre el estado que guardaba la devoción a
la virgen de Guadalupe en el Tepeyac hacia finales del siglo xvi y principios del xvii.
1620-1630
La
“Sexta relación” de don Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin menciona la
aparición de Ntra. Sra. de Guadalupe, dándole la fecha de 1556.
1621
Tras 22
años de obra, don Juan Pérez de la Serna, Arzobispo Primado de México,
consagra el nuevo santuario guadalupano, proyectado por Alonso de Arias y
Damián de Ávila.
1629
Para
combatir la inundación que azotaba a la capital, se traslada la imagen de la
virgen de Guadalupe a la catedral de México.
1634
Regresa
al Tepeyac la imagen de la virgen de Guadalupe,
tras haber permanecido
durante cinco años en la catedral de México
1648
Miguel
Sánchez publica su libro Imagen de la Virgen María madre de Dios de
Guadalupe, milagrosamente aparecida en la ciudad de México. Celebrada en su
historia, con la profesía del capítulo del Apocalipsis, editada por la
Imprenta de la Viuda de Bernardo Calderón.
1649
Se
termina la construcción de la “Parroquia de indios”, en donde estuvo la primera
ermita.
1649 Luís
Lasso de la Vega publica su obra: Huei tlamahuizoltica Ommonoxit ilhuicac
tlatoca ihwapilli Sancta María, título que se traduce al español
como: El gran acontecimiento con que se le apareció la Señora Reina del
cielo Santa María nuestra
Querida Madre de Guadalupe,
aquí ceca de la Ciudad de
México, en el
lugar llamado Tepeyácac,
México, 1649.
1653
Bajo el
patrocinio de Diego de la Concepción y de José Ferrer, se pinta el cuadro que
lleva por nombre “Pintura de la traslación de la imagen de la virgen de
Guadalupe a la primera ermita y primer milagro”.
1654
Se
publica en Madrid la obra Cielo estrellado, de Juan Alonso Pérez de
Arandilla, jesuita peruano, quien bajo el seudónimo de Juan de Alloza narra la
aparición de la virgen de Guadalupe de México.
1660
Basándose
en la obra de Miguel Sánchez, Mateo de la Cruz publica en Puebla la Relación
de la milagrosa Aparición de Nuestra Señora de Guadalupe de México.
1661
Jacinto
de la Serna, sacerdote del clero secular, doctor en
Teología y rector de la
universidad escribe un Manual práctico, dirigido a orientar la labor
de los sacerdotes que trabajaban en las comunidades indígenas; en este Manual
se refiere al culto a la virgen de Guadalupe en el Tepeyac.
1662
Fecha de
la obra Primavera indiana, escrita por Carlos de
Sigüenza y Góngora, en honor
de “María Santísima de
Guadalupe”.
1665
Miguel
Sánchez publica las Novenas de la Virgen María madre de Dios:para sus dos
devotísimos Santuarios de los
Remedios y Guadalupe.
1666
En este
año se hicieron las famosas averiguaciones
encaminadas a obtener
información detallada sobre el
acontecimiento guadalupano,
con el objeto de conseguir de la
Santa Sede la autorización
para celebrar a la virgen de Guadalupe.
1666
El 13 de
marzo, los pintores Juan Salguero, Tomás Conrado, Sebastián López de Ávalos,
Nicolás de Angulo, Juan Sánchez y Alonso Zárate examinan la imagen de la
virgen, dictaminando que su inexplicable calidad es de origen divino.
1667
El 28 de
marzo los protomédicos de la Nueva España don Luis de Cárdenas, don Jerónimo y
don Juan de Melgarejo
en calidad de peritos,
examinan el lienzo de la virgen de Guadalupe; emiten un dictamen en el que
asientan que tanto la conservación de la tela como la calidad de los colores
son inexplicables.
1668
Luís
Becerra Tanco escribe su libro Origen milagroso del
Santuario de nuestra Señora
de Guadalupe, obra
que poco después se imprimiría en una segunda edición con el nuevo título de Felicidad
de México.
1672
Muere
Luís Becerra Tanco.
1675
Clemente
X concede indulgencias a la Cofradìa de Nuestra
Señora de Guadalupe.
1676
Se
termina la calzada de los Misterios, antes llamada de Guadalupe.
1688
Fecha de
la obra del jesuita Francisco de Florencia, La estrella del Norte de México,
que trata no sólo de las apariciones de la virgen y del culto que se le
daba en el Tepeyac, sino también de la difusión de este culto fuera de la Nueva
España.
1694-1700
Entre
estos años se edita la Piedad heroyca de don Fernando Cortés, obra del
erudito Carlos de Sigüenza y Góngora, en la que incluye rica información sobre
el acontecimiento guadalupano; en esta obra, el autor da a conocer por vez
primera el nombre náhuatl de Juan Diego: Cuauhtlatoatzin.
1695
El 25 de
marzo se coloca la primera piedra de un nuevo
Santuario en el Tepeyac,
proyectado por el arquitecto Pedro de Arrieta.
1697-98
Se
publica la obra Theatro mexicano de fray Agustín de Vetancourt, en la
que el franciscano se refiere a las apariciones de la virgen de Guadalupe,
dando diversa información al respecto y refiriéndose a Juan Diego con su nombre
prehispánico de Cuauhtlatoa.
1700
Muere
don Carlos de Sigüenza y Góngora, quien había dado
a conocer el nombre náhuatl
de Juan Diego, Cuauhtlatoatzin.
1709
Después
de 14 años que dura la construcción, el 27 de abril, se consagra solemnemente
el nuevo santuario del Tepeyac, proyectado por el arquitecto Pedro de Arrieta;
ese día la sagrada imagen es trasladada a la flamante iglesia desde la
Parroquia de Indios donde se había resguardado durante la construcción.
1725
Por
disposición de S.S. Benedicto XIII, el santuario adquiere
la dignidad de Insigne y
Parroquial Colegiata.
1731
Con
fastuosas fiestas que incluyen luminarias y linternas, faroles, cohetes,
truenos y repiques de campanas, se celebra en la ciudad de México el
bicentenario de la aparición de la santísima virgen a Juan Diego.
1735
Nace en
la ciudad de México Antonio de León y Gama, distinguido astrónomo, autor de la Descripción
de la sagrada
Imagen según
las relaciones de los indios.
1736
Para
hacerle frente a la epidemia de matlazáhuatl, la muy noble, insigne y
leal ciudad de México construye un hospital en el puente de la Teja, bajo la
advocación de la santísima virgen de Guadalupe.
1737
El 27 de
abril se hace la solemne jura de la virgen de Guadalupe como patrona de la
capital del virreinato, tras de lo cual, las principales ciudades del reino van
jurando poco a poco. El 30 de julio jura la Nueva Galicia, el 15 de septiembre
Zacatecas; el 30 de octubre San luís Potosí y el 12 de diciembre es jurada como
la principal patrona de México.
1738
Se
publica en Puebla la Disertación litúrgica sobre si el día 12 de diciembre
se debe rezar en las iglesias de la I:E. El oficio propio de Nuestra Señora de
Guadalupe, obra de Juan Pablo Zetina.
1738-42
Periodo
durante el cual el caballero Lorenzo Boturini de Benaducci lleva a cabo ciertas
diligencias encaminadas a lograr la coronación pontificia de la virgen de
Guadalupe; en este proceso, él escribe una nutrida correspondencia que hoy
conocemos bajo el título de “Cartas para la Coronación de la Virgen de
Guadalupe”; durante ese periodo Boturini ordena los documentos guadalupanos de
su colección, clasificándolos en su “Catálogo de obras guadalupanas”.
1740
La
Basílica de San Pedro en Roma concede a Lorenzo
Boturini su autorización
para coronar a la virgen de Guadalupe.
1741
Cayetano
de Cabrera y Quintero publica una impugnación a
la Disertación de
Juan Pablo Zetina, sobre el tema del oficio propio de Nuestra Señora de
Guadalupe el 12 de diciembre; la impugnación de Cabrera sale con el título de:
El Patronato disputado. Disertación Apologética, publicada en la
Imprenta Real del Superior Gobierno.
1743 El virrey Conde de Fuenclara
ordena arrestar a Boturini y
confiscar su colección
documental.
1746
Cayetano
de Cabrera y Quintero escribe su obra Escudo de armas de México, en la
que hace un paralelismo entre el desarrollo de la Nueva España y el culto
guadalupano.
1746
Se jura
a la virgen de Guadalupe como patrona de América septentrional.
1747
Se jura
a la virgen de Guadalupe como la patrona de la Nueva España.
1748
El 22 de
octubre el santuario de Guadalupe queda formalmente erigido en Iglesia
Colegiata, reuniéndose el cabildo por primera vez en esa fecha.
1754 El
papa Benedicto XIV emite el Breve Non est equidem para solemnizar el 12
de diciembre con oficio y misa propios.
1756 En
1756, el ilustre sabio Juan José Eguiara y Eguren predica un sermón en honor a
la virgen de Guadalupe, que
se publicaría
bajo el título de: Panegírico a la Virgen de Guadalupe, en el que el
distinguido doctor revela un fervoroso guadalupanismo paralelo a su sincero
nacionalismo.
1756
Después
de examinar prolijamente el original de la imagen de la virgen de Guadalupe,
Miguel Cabrera escribe su opinión sobre las técnicas pictóricas usadas en la
imagen guadalupana; dicha obra saldría con el título de Maravilla
Americana y conjunto de
raras maravillas,
publicada por la imprenta del Real y más Antiguo Colegio de San Ildefonso.
1757 Se
ordena que el 12 de diciembre de cada año se hagan tres salvas de artillería en
honor a la Virgen.
1775-79
Mariano
Fernández de Echeverría y Veytia escribe Baluartes de México, obra en la
que el ilustrado poblano narra la historia de las apariciones de la virgen de
Guadalupe y de su culto; dicha obra se publicaría hasta 1820, gracias a la
iniciativa de fray Antonio María de San José, carmelita descalzo de la ciudad
de México.
1782
En este
año el historiador jesuita Francisco Javier Clavijero
escribió su Breve
Ragguaglio della Prodigiosa e Rinomata Immagine della Madonna di Guadalupe del
Messico, publicada por vez primera en Italia en 1782 y traducida al español
por iniciativa del abad de Guadalupe monseñor Schulenburg Prado en el año de
1970.
1782
El 13 de
octubre se coloca la primera piedra del convento de
Capuchinas, junto a la
Colegiata de Guadalupe.
1790
Fecha
del Manifiesto satisfactorio u opúsculo guadalupano de
José Ignacio Bartolache y
Díaz Posadas, en el que el autor reconfirma sus convicciones religiosas bajo la
luz de la Ilustración.
1791
Fray
José María Téllez Girón, fraile franciscano, oponiéndose
a los argumentos históricos
del Manifiesto de Bartolache, escribe su Impugnación al Manifiesto,
un año después de la publicación de la obra de Bartolache.
1792
Se
termina la iglesia llamada de “El Pocito”, proyectada en torno al manantial
cercano al cerro del Tepeyac, por el arquitecto Guerrero y Torres.
1792 Se
estrena la campana mayor de Catedral, llamada Santa María de Guadalupe.
1794
En esta
fecha el cosmógrafo mayor de Indias, Juan Bautista
Muñoz escribe una “Memoria
sobre las apariciones y el culto de nuestra Señora de Guadalupe de México”, en
la que menciona la falta de documentos antiguos sobre la aparición. Dicha
“Memoria” sería discutida y censurada por diversos historiadores del
guadalupanismo, desde la fecha de su publicación hasta hoy en día. Uno de los
impugnadores de la obra sería fray Servando Teresa de Mier, quien en 1797
dirige 6 cartas a Juan Bautista Muñoz, respondiendo a los argumentos planteados
en su “Memoria sobre las apariciones”.
1794
Fecha
del polémico sermón pronunciado por fray Servando
Teresa de Mier en el que
plantea que la imagen de nuestra
Señora está pintada sobre la
capa de Santo Tomás; dicho sermón sería censurado por el Arzobispo de México
don Alonso Núñez de Haro y Peralta.
1795
Fecha en
la que don Antonio de León y Gama escribe su
Descripción de la sagrada
imagen según las relaciones de los indios.
BIBLIOGRAFÍA