FONDO
MEXICANO DE LA
BIBLIOTECA
NACIONAL DE FRANCIA
Documento No. 229
Historia de la venida de Santo Tomás
Víctor M. Ballesteros G.
Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo
Este documento toca el polémico tema
de la predicación del evangelio en América en tiempos de los apóstoles. Lleva
el título de: “Historia de la venida de Santo Tomás”, está catalogado con el
número 229 y consta de 74 páginas, que no fojas, las cuales siguen una
numeración progresiva.
El manuscrito comienza con
una portada barroca que lleva una cenefa en los cuatro márgenes, y el título:
“Historia de la venida de Santo Tomás, compuesta por el Padre Simón de
Vasconzelos. México y agosto 6 de 1788”. Se trata de una copia realizada en la
capital de la Nueva España, de un texto del jesuita Vasconcelos, escrita en el
siglo xvii. Desconocemos el
nombre del copista ya que no firmó el presente documento y sólo se nos descubre
a través de las primeras líneas del texto, pues lo comienza con las frases: “El
Padre Simón de Vasconzelos, religioso de la Compañía de Jesús… escribió así…”,
una frase equivalente inicia el segundo párrafo de la foja uno. El padre
Vasconscelos estuvo activo como escritor todavía en 1663 fecha en que firmó una
crónica. La copia que analizamos se hizo en la ciudad de México en 1788, cuando
ningún jesuita quedaba en ella, pues habían sido todos expulsados del imperio
español en 1767.
Simón de
Vasconcelos escribió la historia de la Compañía de Jesús en Brasil, que junto
con el estado de Marañón, constituían la América portuguesa.
Nació Vasconcelos en Oporto en 1597, llegó muy joven
a Brasil. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1615 e hizo su profesión solemne en
1636. Fue vicerrector del colegio de Bahía, rector del colegio de Río de Janeiro
y finalmente provincial en 1655. Tuvo mucha influencia en Brasil, no sólo
dentro de la Compañía sino inclusive dentro de la vida civil y política. Fue
confesor de virreyes, mediador en conflictos y visitador del colegio de Sao
Paulo. Se sabe que estuvo en Portugal en 1641, y en Portugal y Roma en 1662.
Falleció en 1671.
Su producción histórica fundamental está constituida por tres obras de
corte biográfico, la primera es la Vida del padre Juan de Almeida
(1572-1653), discípulo de José de Anchieta, prosigue con la Crónica de la
compañía de Jesús, que tiene como personaje central al padre Manuel de
Nóbrega (1549,1570), y concluye con la Vida del venerable padre José de
Anchieta (1534-1590), discípulo predilecto del fundador de la Compañía de
Jesús en Brasil.
En la Crónica de la Compañía de Jesús, concluida en 1655 e impresa
en 1657, el padre Vasconcelos, llevado por un sentimiento que podríamos
calificar de regionalista, pero extendido a Brasil y al continente americano en
general, sostiene una hipótesis similar en carácter a la que expresa en el
manuscrito 229 que nos ocupa. El autor exalta las excelencias de la naturaleza
brasileña y las expone de manera peculiar refutando a los escritores de Europa
y Asia que pretendían desacreditar al nuevo continente. Desde el parágrafo 48
hasta el 58 defiende Vasconcelos su tesis “contra los que pretendían
arrancarnos el cielo”, y enumera algunos autores antiguos que sostenían en que
“en esta parte, debajo de la línea equinoccial creó Dios el paraíso terrenal,
por ser ésta la parte del mundo más templada, deleitosa y amena para la vida
humana”.
Este tipo de reflexiones daban respuesta a la cuestión acerca de “si el paraíso
no estaría en América”. Dicha cuestión resultó tan polémica que, a la edición
de la crónica se le suprimieron tales párrafos por orden del general de los
jesuitas.
En una línea similar por
lo polémico, complicado y aun ocioso del asunto, se plantea el tema central del
manuscrito número 229, el cual se resume así al principio del manuscrito:
{en} quanto a la religión combenian todos los
indios de todas las naciones, así de una, como de otra parte de la América;
q[u]e había antiquísima de padres, a hijos, q[u]e muchos siglos después de el
dilubio, andubieron en sus tierras unos hombres blancos barbudos, q[u]e
hablaban cosas de un dios, y de otra vida: uno de ellos se llamaba Sumé, q[u]e
quiere decir Thomé; y q[u]e estos no fueron admitidos por sus antepasados, y se
acogieron a otras partes de el mundo, enseñándoles primero con todo a plantar,
y coger el fruto de el principal mantenimiento de q[u]e husaron, llamado,
manduca.
La leyenda de la predicación del cristianismo en
América, antes de la llegada de los españoles es mencionada por varios autores
del siglo xvi, y en cuanto a la
presencia de Santo Tomás Apóstol en el Brasil, fray Bartolomé de las Casas
(1484(5)-1566) ya la menciona. El dominico escribió en la Apologética
Historia Sumaria la noticia acerca de veinte hombres que vinieron a la
región de Yucatán que “traian las ropas largas, sandalias por calzado, las
barbas largas y no traían bonetes sobre sus cabezas /…/ si estas cosas son
verdad, parece haber sido en aquella tierra nuestra santa fe notificada; pero
como en ninguna parte de las Indias habemos tal nueva hallado puesto que en la
tierra del Brasil, que poseen los portugueses, se imagina hallarse rastro de
Sancto Tomás Apóstol”.
El manuscrito número 229
que contiene el texto de Simón de Vasconcelos, se ocupa de reunir las pruebas
de la presencia del apóstol Santo Tomás en América, sirviéndose para ello de
crónicas, testimonios orales, elucubraciones lingüísticas y otros “vestigios”,
a cual más inverosímil, incluidos dentro de complicadas argumentaciones. Cabe
la posibilidad de que el presente texto sea un extracto de algunos capítulos de
la Crónica de la Compañía de Jesús, puesto que las primeras líneas
sugieren tal acción cuando apuntan que, el padre Simón de Vasconcelos, en la
crónica que compuso el año 1663 de la provincia de Brasil, escribió así, y
comienza con el relato.
Vasconcelos reunió una
gran cantidad de autores, de los cuales obtuvo datos y argumentos para
sustentar su tesis central. Gran parte de su texto lo apoya en citas de las Décadas
o historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme
del mar océano (1601), de Antonio de Herrera y Tordesillas, cronista mayor
de Indias y de Castilla, y cuyo libro abarca los años transcurridos entre 1492
y 1554.
Las décadas son citadas una y otra vez por el padre Vasconcelos, que
insiste en probar la presencia de Santo Tomás en el nuevo continente, desde
México hasta Sudamérica.
Entre los autores que
cita en el texto aparecen: fray Juan de Torquemada con la Monarquía indiana,
publicada en 1615.
Fray Antonio de la Calancha: cronista agustino autor de dos tomos de la Crónica
moralizada del orden de San Agustín en el Perú con sucesos ejemplares de esta
monarquía, el primer tomo impreso en 1638 y el segundo, con un título
similar, aparecido en 1653. De Gil González Dávila cita el Teatro
eclesiástico de la primitiva iglesia de las Indias, cuyo primer tomo fue
publicado en 1649. El padre Simón de Vasconcelos conoció también el texto de la
Apologética historia de Bartolomé de las Casas, no sabemos si a través
de uno de los dos manuscritos que se conocen: uno se conserva en la Biblioteca
de la Real Academia en Madrid y otro que existía en el convento de Santo
Domingo de México; o bien Vasconcelos pudo leer a las Casas a través de los
fragmentos que de la Apologética transcribieron otros autores como fray
Jerónimo de Mendieta, fray Juan de Torquemada y Baltasar Dorantes de Carranza
en sus respectivas obras.
Cita a otros autores más
como a Juan de Solórzano y Pereira y al propio fray Bernardino de Sahagún, que
en opinión de Vasconcelos es de:
los pocos
q[u]e han escrito los sucesos de las Indias ni tampoco yo las escribiera, si no
las hallara averiguadas por el padre Fray Bernardino de Sahagún, religioso
santo y grave q[u]e fue de los segundos q[u]e entraron en la conversión de esta
Nueva España, y de los primeros, o el primer investigador de las cosas más
secretas de la tierra, y supo todos los secretos de ella; ese ocupó más de 60
años en escribir lengua mexicana, y todo lo q[u]e pudo alcanzar en toda ella.
El propio Sahagún tiene una postura decididamente
opuesta a la del padre Vasconcelos en relación con la predicación de evangelio
antes de la venida de los españoles, pues, según escribió el franciscano, la
religión católica y la de los indígenas son antagónicas y guardan una:
Irreductible
oposición, puesto q[u]e es la una religión de Dios y del demonio la otra. Jamás
he hallado {en el indígena} –llega a decir Sahagún– cosa q[u]e aluda a la fee
católica, sino todo lo contrario, y todo tan idolátrico, q[u]e no puedo creer
q[u]e se les ha predicado el evangelio en ningún tiempo”… el indígena ha
carecido de toda palabra revelada; por ello su religión sólo podrá ser el
reverso de la religión manifiesta por Dios. Y es q[u]e en la valoración
sobrenatural no hay un tercer término: o pecado o gracia, o vida o muerte
sobrenatural, tal es el dilema q[u]e no ofrece escapatoria.
Las notas marginales, que no son
escasas, no fueron escritas por el padre Vasconcelos sino por el copista, o los
copistas, ya que una de estas apostillas tiene la fecha febrero 25 de 1736. En
otra más se cita a Luis Becerra Tanco autor de Felicidad de México en el
principio y milagroso origen del santuario de la Virgen María de Guadalupe,
y aunque este libro alcanzó hasta 16 ediciones, dos de ellas en España en el
propio siglo xvii, la primera
edición es de 1675, cuatro años después de la muerte de Vasconcelos.
Concluye el texto del
padre Vasconcelos con la narración de la expedición de Hernán Cortés cuando los
indios lo identificaron como Quetzalcóatl.
La caligrafía del texto
es muy clara y legible, propia del siglo xviii,
con las abreviaturas acostumbradas y una ortografía heterodoxa, sobre todo en
lo que respecta a los nombres indígenas.
Fuentes
Consultadas
Casas, Bartolomé de las
1967 Apologética
Historia Sumaria, Edmundo O’Gorman (estudio preliminar), 2 vols., iih-unam, México.
Esteve Barba, Francisco
1992 Historiografía indiana,
Gredos, Madrid.
Maza, Francisco de la
1981 El
Guadalupanismo mexicano, (Lecturas Mexicanas, 37) sep-fce, México.
Villoro, Luis
1979 Los
grandes momentos del indigenismo en México, Ediciones de La Casa Chata,
México.