Códice 086 Fragmento de un Proceso
Por Eréndira D. Camarena Ortiz
El Códice
denominado “Fragmento de un Proceso” con el número 086 de la Biblioteca
Nacional de Francia es un documento compuesto por catorce páginas en las que se
observan divididas por renglones; del lado izquierdo el personaje indígena con
su nombre escrito con glifos y del lado derecho la cantidad tributada expresada
en tomines o monedas europeas.
Su
economía y su desnudez retórica nos hablan del tipo de documento del que se trata:
es un registro contable. Se refiere temáticamente a la cantidad de dinero
tributada por cada uno de los habitantes en un documento oficial ofrecido a
manera de libro. La tradición indígena colonial en la que se inscribe este
códice reconoce ya el sistema de valores de las instituciones coloniales y se
ocupa únicamente de lo profano. Sus temas primordiales son la administración y
la economía. Los personajes y los acontecimientos son presentados en forma
lineal y encarnan una transacción económica; mientras que el estilo tiende a
ser simple y poco espontáneo, cuestión que se opone a la antigua voluntad
indígena de creer en el mundo como un hecho mágico. Su único sentido es
supervisar y su función es registrar hechos.
En
este códice se advierte una organización lingüística, un código, un emisor, un
receptor y doble articulación. Asimismo, aunque de forma muy general, tiene un
subsistema de gramática y desde luego tiene una clara secuencia. Además, está
conformado por un sistema de signos convencionales elegidos por una
colectividad, por medio de los cuales se pueden representar y recordar las
ideas, ligarlas, disociarlas y trabajar con ellas. Una sintaxis u organización
de diseños elemental, un sistema semántico de significados y una encodificación
del emisor decodificación o identificación del propósito y mensaje transmitido.
Se observa estadarización de signos hacia el símbolo a través de la expresión
pictórica, discursiva y comunicativa en el texto.
Por otro lado,
es un documento importante en términos históricos como una verdad de la vida
cotidiana indígena durante la época colonial. Lejos de las historias
grandilocuentes de los personajes de importancia de esta época, nos sitúa en la
micro-historia, en la vida de los pequeños tributarios que son los indígenas
bajo la administración de la corona de España.
Todo esto nos
sugiere una nueva lectura del documento que ahora tenemos en nuestras manos.
Así, el texto ofrece a los lectores la oportunidad de revivir una parte
importante del pasado de este conjunto de personas reflejado con simplicidad en
estilo indígena, pero con elementos europeos. Como en la realidad: indios son
los personajes y sus antropónimos; mientras que las monedas son tanto en su
representación como en su conceptualización europeos.
Al mismo
tiempo, se observan breves textos intercalados escritos en náhuatl con letra
latina. Hacia el final, en la página trece, está también la lista de las
personas; mientras que en la página catorce y última, se observa una signatura
oficial.
Se aprecia una
linealidad narrativa con un principio y fin lógicos. Se trata en sí del
realismo y sus códigos desplazados en un nuevo concepto de realidad: la del
mestizaje cultural. En términos históricos latinoamericanos quiere decir que el
lector no sólo lee la conquista, sino también un naciente Nuevo Mundo. Dentro
de su concepto en apariencia simple, existe una pluralidad de diálogos dentro
de un marco realista de un mundo en transición. Así vemos la escritura indígena
y la escritura europea juntas en una obra de código aséptico y reductivista
como es el de la contabilidad.
El documento
muestra además, un trazo claro y un extraordinario colorido impronta de un tlacuilo
meticuloso conocedor de su trabajo. Por un lado, los personajes delineados
solamente en negro, mientras que los tomines a través de sus diferentes colores
nos revelan su material y valor. El formato y contenido nos expresan su valor
informativo, que cumple con una función, pero que exige una lectura contextual.
Para ello,
debemos finalmente hacer notar que el problema de la interpretación del pasado
nos reclama que lo releamos constantemente en un esfuerzo de educación y
lucidez rigurosos y metódicos. El futuro del pasado dependerá de ello: de
llevar a cabo nuevas lecturas de los documentos y demás elementos que hemos
heredado y que aun tenemos disponibles para poder hacer contemporáneo lo no
contemporáneo.