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MEXICAIN

MEXICAIN

      175

 

 

 

 

 

Manuscrit

Cahier de 20 pages

     In. 4°

 

 

 

 

 

 

 

Voyage par mer au nord

       de la Californie         

             1788.

 

      

 

 

 

 

 

 

 

                       N° 175.

 

 

 

 

    Volume de 10 fevillets

         4 Aout 1898. 

 

 

 

 

{1}                                                                                                                      1

Derrota de  la  navegacion que exe-

cutaron los dos buques de su Mag[esta]d

fragata Princesa, y paquebot San

Carlos, en la exploracion al mar

del norte de la California, y resumen

individual de las noticias adquiridas

durante el viage.

 

Haviendo salido del departamento de S[a]n Blas,

en 8 de marzo, de 1788,  los referidos buques,

bajo las ordenes de el Alferez de Navio, y primer

Piloto de la Real Armada, D[o]n Estevan Joseph

Martines, se dirigieron en demanda de  el

puerto nombrado  Entrada del Principe

Guillermo; y recalando a la vista de este, en 16 de

mayo, se hizo toda diligencia, hasta fondear

ambos buques en 25 de el d[ic]ho, sobre la boca de el

sudueste de el expresado puerto; y el sig[uien]te dia

navegaron al norte,  con el objeto de explorar

y reconocer en aquellos parages, el orden, y situa-

cion de sus naturales.

         En 27 de el citado mes, se dio fondo en una

ensenada, que está en lo interior, al canal, o  en-

trada de el Principe Guillermo, a la qual se le puso

el nombre de la Ensenada de Flores: y en primero

de junio se tomó en posesion de la ysla Montangui, y

sus inmediatas, con la mayor solemnidad,  en

nombre de Nuestro Catholico Monarca.

         Despues de haver hecho leña, y agua en la

 

 

{1v}                                                                                                                  1v

 

referida Ensenada de Flores, salió de este  parage

en la mañana de el dia 6 de el corriente, la lancha

de la fragata, con un segundo piloto de su dotacion

y  el pilotin de el paquebot,  con orden de el comandante,

de navegar en el discurso de el dia, en la vuelta de el

norte,  la qual regresó  a su bordo a las 10 de la noche:

y al siguiente dia comunicó al comandante, en

junta, al Capitan de el Paquebot, D[o]n Gonzalo Lopez

de Haro, y demás pilotos de los buques, lo siguiente.

         Que en virtud de estar el tiempo declarado en el

primer quadrante,  y ser este por la proa para subir

los buques a mayor altura, preguntó, si se juzgaba

conveniente dar la vela para la ysla Trinidad,

respecto a que ayer subió su lancha a la latitud de

60° 44 minutos,  y que reconoció no haver estableci-

miento  ruso en el Principe Guillermo?  A lo que

se le contestó,  que si la lancha exploró en los ter-

minos propuestos, se podia esperar hasta el dia  10

de el corriente:  y si durante este tiempo, perma-

necia  el viento contrario, convenia dar la vela

y hacer derrota a la ysla Trinidad; pero si antes de el

tiempo prefixado,  se llamaba el viento al 2°, o 3° q{uadran}te

no se debia omitir el subir a los buques hasta la latitud

de 61 grados norte. Y conviniendo el comandante con

el dictamen de todos, se firmó de un tenor.

         Sin embargo de haver ido la lancha de la Princesa

a explorar al norte de la Ensenada de Flores, salió la de el

paquebot,  en la mañana del dia 10, con el segundo Piloto

D[o]n Joseph Maria Narbaes,  con el fin de descubrir, y re-

conocer el puerto de la Entrada de el Principe Guillermo

y haviendo regresado la tarde de el dia 11, dio el refe-

rido 2° piloto, el parte siguiente.

         Que haviendo salido ayer a las 73/4 de la mañana

 

 

{2}                                                                                                                      2

 

en la lancha, se dirigió costeando la ysla de Montangui

a una distancia regular de ella, haciendo los  rumbos

de el nor- nordeste,  quarta al norte, hasta las 12 de el dia

que consiguió  estar tanto abante con lo mas norte de la

ysla Vertiz, de donde se dirigió al norte quarta al leste

por cuyo rumbo costeó lo restante de la ysla Montangui:

y haviendo llegado a las 6, a lo mas norte, y este de ella,

continuó la comision al rumbo de el nordeste con el  fin

de llegar al continente,  de el que se consideraba  distante

siete leguas, que estando a las 8 ½, distante 3 ½ leguas de la

tierra firme, reconoció bien la canal que forma  esta

y la expresada ysla Montangui, como igualmente la

gran ensenada llamada del Puerto de Santiago por

los españoles de la expedicion anterior, de lo que no tuvo

duda: y para mejor comprobacion, afirmaron ser este

parage el referido puerto de Santiago el Patron de la

lancha, y el segundo guardian q[u]e llevaba  consigo, los

quales se hallaron en la expedicion de el año de 79,  y

comprobó con varias preguntas que les hizo  para mejor

satisfaccion;  por lo qual desde este punto dimarcó  la

expresada ensenada al sueste de el mundo,  y sondó

en 21 brazas de agua,  divisando al mismo tiempo el

rio que pone el Capitan Cook en su plano y una mul-

titud de yslas en la costa de el oeste. A las 8 ¾ se puso en

derrota, aproximandose por la mas corta distancia

a la ysla de Montangui,  a causa de tener el viento al s[ur]

fresco,  y tirar con mucha fuerza  la corriente para
el norte, y juntamente no tener viveres mas que para

el dia sig[uien]te. A las 10 ½ hallandose abrigado en un chico

puertecito que está en la cabeza de el norte de la ysla

Montagui, determinó quedarse el resto de la noche

para descanso de la gente.

         A las 3 de la mañana de el sig[uien]te dia, principió

 

 

{2v}                                                                                                                  2v

 

a navegar  en demanda de los buques, teniendo el

viento al sudeste fresquito, que sin embargo de ser

por la proa; e igualmente la corriente, procuró  ani-

mar los marineros, a fin de hacer toda diligencia

con los remos, y por este medio evitar el que no se

rematassen los viveres que quedaban. A las nueve

de la mañana llegó a una ensenada grande, que

tiene la ysla Montangui, distante como 5 leguas

de la punta de el norueste de ella: en d[ic]ha ensena-

da halló como 8, o 10 cayos,  y en el mayor de todos

y el mas inmediato, divisó una casa grande, a la

orilla de la playa,  a la qual le falta hacer una cara

o pared. Haviendose aproximado a tierra,  se

desembarcó con la tropa, y conoció ser la casa de

madera,  y bejucos finos, techada con cortezas de

arboles; y en lo interior de ella, no vio ninguna

division, ni por consig[uien]te gente alguna, por lo que

se internó un poco en el monte,  en donde encontró

muchos arboles cortados con hachas, y observó,

que la casa tenia quatro ventanas quadradas,

y bien dispuestas. A las 9 y ½ se embarcó en la

lancha, y siguió su viage atracado a tierra

por huir  de la corriente, que seguia con fuerza

para el norte, hasta las 7 ¼ de la tarde que

llegó al paquebot.

         Cerciorado el capitan de el paquebot, de todo lo

acaecido en la lancha, pasó a la fragata, e im-

puso al comandante de todo, y para que mejor

se orientara, llevó consigo al referido 2° piloto.

         En 16 de junio, se pusieron a la vela los referidos

buques, en demanda de la boca de la entrada de el S[ur] O[este]

del Principe Guillermo,  y en el dia 17 vinieron

al paquebot seis canoas de yndios,  y por señas decian

estar fondeada una embarcacion de dos palos, en

una ensenada q[u]e está en la parte del O[este] De la ysla

 

 

{3}                                                                                                                      3

 

de S[a]n Antonio, indicando que la citada embarcacion

les havia hecho fuego, por lo qual el capitan de el pa-

quebot, le pidio parte al comand[an]te de la exploracion.

         De las varias canoas de yndios que vinieron a bordo

durante el tiempo que estuvo la expedicion en el Prin-

cipe Guillermo, vino una grande, con 18 gentiles den-

tro, entre los quales uno de ellos era de un aspecto in-

teresante,  con barba larga, ojos azules, color blanco,

con media cara pintada de encarnado, y se notaba

ser el superior de todos, pues lo respectaban los demas

salvages que lo conducian , con su muger, e hijos; y de

varias cosas que cambalacharon por avalorios, reci-

bia el expresado una parte, a imitacion de tributo

por lo que se conoció que era el Rey.

         Quando vino a bordo el expresado Rey, bogaban

todos los yndios que lo conducian, y por su popa.  Lo

acompañaban varias canoas chicas, y haviendo

llegado todas cerca de el paquebot, principiaron una

musica cantada con las bocas,  que la dirigia el Rey,

haciendo este varios ademanes con el cuerpo,  y

dando golpes en la            [1]y la canoa grande, con  un

palo chico que parecia macana,  y todo a copas de la

musica,  y en los intermedios abrian los brazos en

señal de la paz;  y hasta tanto que la gente de a bordo

no principio a imitarlos con los brazos abiertos,

no atracaron al costado.

         Estos gentiles son de una estatura regular,  el color

blanco, y pelinegros, usan el labio inferior agujerado

en donde colocan un hueso taladrado con varios agu-

jeros, de los quales salen colgando avalorios ensartados

de unos hilitos hechos de unos niervecitos, a imitacion

de cuerdas de guitarra; y de las orejas sucede lo mismo

de forma que a primera vista parece que son zarzillos;

el cuerpo lo llevan bien tapado con una alba hecha

 

 

{3v}                                                                                                                  3v

 

de pieles de oso, gato montes, y lobo marino, y otros

de pieles de patos,  todo bien cocido, y arreglado

al cuerpo.

         Sus canoas son de figura de arpa, aforradas

por afuera de cuero, perfectam[en]te cosido con nier-

vecillos: la formacion de estas canoas, son fabricadas

por adentro de unas varengas mui delgadas de

madera, tegidas en orden, de un perfecto enxare-

tado,  y por el mismo estilo es la cubierta, en la qual

tienen algunos un escotillon redondo, a manera

de boca de tinaja, y otras, dos, y las mas grandes

hasta tres: en cada escotillon se mete un yndio,

y por mucha manejada que haya, va libre de mo-

jarse todo el cuerpo quasi, llevando los brazos

bien desembarazados p[ar]a bogar con sus canaletas.

         Estos gentiles estiman mucho el fierro, y en es-

tremo grado le dan mucho valor a el avalorio:

en la cabeza lleban un sombrero perfectamente

tejido de junco: el rostro lo pintan de color encar-

nado que imita a el almagre, y otros se tiznan de

negro: nuestra comida la comen con asco, y sus

viandas se reducen a la ballena tasajeada, lobo

marino,  y toda clase de pescado crudo, usando en

lugar de pan la ballena de el modo dicho: sus ar-

mas son flechas en abundancia, unas de pedernal,

y otras de hueso de ballena, con algunos harpones

con que hacen su pesqueria: usan igualm[en]te unas

dagas de fierro en unos palos largos, a imitación

de garrochas: el fierro lo amuelan hasta que le sacan

filo, con lo qual cortan sus cosas; y a falta de este me-

tal,  se manejan con pedernal. Por lo que respecta

a su ydioma, no es posible entenderles, y solo se per-

ciben algunos terminos de los que pone el Capitan

Cook en su bocabulario,  que repetidos por nosotros

continuan su conversacion imperceptible; y el mejor

 

 

{4}                                                                                                                      4

 

modo de entenderse con ellos, es todo por señas. Re-

gistran el buque con mucha atención, y en el des-

embarazo con que andan a bordo, dan a conocer

haver visto varias embarcaciones,  y por varias señas

que repiten, se les percibe haver estado en este parage

dos embarcaciones de tres palos. Se les hizo varias

preguntas, si conocian la nacion rusa? Y siguen ha-

blando infinidad de cosas, de suerte que por mucho

cuidado que se ha puesto, no ha sido posible enten-

derlos, y solo se pudo comprehender que hacian

muchos estremos de amistad, en terminos que por

varias ocasiones querian que la oficialidad fuera

con ellos a la rancheria, y lo mismo solicitó el

Rey, haciendo varios ademanes de que entran

en este puerto embarcaciones enemigas; y se com-

probó mejor con una galesta que vió el paquebot

fondeada,  la qual decian les havia hecho fuego.

         La canoa de el Rey tiene los mismos galibos que

nuestras  lanchas,  de forma que a larga distancia,  a

todos pareció de madera;  pero haviendo atracado

al costado, se notó que era forrada de cuero,  y por

adentro de enxaretado,  igual a los de los de mas yndios.

         Quedando el dia 20 de junio los dos buques en

franquia,  se hizo derrota para la ysla Trinidad, y

hallandose en 24 del d[ic]ho sin conserva de la capitanía

siguió el paquebot para la referida ysla, con el pa-

recer de el capitan y demás pilotos: y estando al leste

de el cabo de dos puntas, vinieron a bordo doce canoas

de yndios, y entregaron al Capitan D[o]n Gonzalo Lopez

de Haro, dos papeles que parecian escritos en ynglés, o

ruso, con fecha de año de 84,  y señalaban que la gente

que se los havia dado, estaba en una ensenada que

demoraba al oeste; por lo que se infirió habria en ella

establecim[ien]to o embarcacion: y hallandose el dia 29

mas inmediato a d[ic]ho cabo, vinieron a bordo dos ca-

noas de yndios con camisas azules, zapatos, y

 

 

{4v}                                                                                                                    4

 

medias: y preguntandoles que quien les havia da-

do aquella ropa? señalaban, que en la ensenada

estaban dos embarcaciones; y gentes como nosotros;

por lo qual se arribó en demanda de la referida

hasta los 15 brazos de agua en que se dio fondo.

         Dia 30 de junio, fue a las dos de la mañana, la

lancha armada en guerra, con el segundo Piloto

D[o]n Joseph Maria Narbaes, con orden de que fuera

a explorar, y a las 5 ½ regresó con 7 canoas, y quatro

rusos: y preguntando estos, si era buque español?

se les dixo que si; y como quiera que miraban para

la vandera que estaba larga, se les enteró que aquel

era el pavellon de los buques de guerra de el Rey

de España, donde el año de 86; y con el motivo de

estar estos hasta  las tres de la tarde, se pudieron

averiguar las noticias siguientes.

         Primeram[en]te preguntandoles que nacion eran?

dixeron, que rusos, naturales de la Siberia, y el

capitan,  hijo de Constantinopla, que era griego:

continuando las preguntas, dixo el griego,  que se

llamaba Capitan de Haro, y señalando a los otros

rusos, especificó,  que eran sus oficiales, y que el estaba

de capitan de el establecim[ien]to desde el dia 2 de noviem[br]e

del año de 1784.  Siguiendo las preguntas en la camara

y con disimulo,  dixeron q[u]e estaban aquí, al modo de

armadilla, hasta el año de 1790, que entonces serian

relevados de otros que han de llegar de la Siberia, en dos

fragatas,  las quales vienen cada dos años. Cesaron

las preguntas por algun tiempo, porq[u]e no sospecharan

que havia interés de saber la situacion de los rusos

en estos parages.

         A las nueve, decia el capitan ruso, que fuera el

paquebot a fondear adentro de la ensenada, que havia

buen  puerto, y se le dixo,  q[u]e si entraba viento favorable

se pensaba executarlo asi: seguidam[en]te dixo, q[u]e se iba

para tierra; lo q[u]e procuró estorvar el capitan de el

 

 

{5}                                                                                                                      5

 

paquebot, diciendole, q[u]e si gustaba de hacer el honor

de q[u]e todos juntos comieran a bordo, lo estimaria mu-

cho, significandole,  q[u]e toda la oficialidad se hallaba

mui contenta con tan buena gente, y q[u]e a la tarde

irian en la lancha de a bordo, por ser buque mas cómodo

q[u]e las canoas q[u]e les conducian, y q[u]e al mismo tiempo

llevarian un barril de vino español, q[u]e por ser de todo

gusto, queria q[u]e lo disfrutasen en memoria de la

buena amistad con que havian  venido a bordo; lo q[u]e

aceptaron con mucho agrado.

         Despues de haver comido, preguntó el capitan ruso,

que si havia visto el paquebot, una galesta en el Prin-

cipe Guillermo? se le respondio, que quedaba en los 60

grados de latitud norte, y q[u]e tambien se havia visto

una casa al oeste de la ysla Montangui: y contestó,

q[u]e la casa, y galesta, eran suyas, que tenia otra casa

en el Principe Guillermo, por los 61 grados de latitud.

Con el hecho de haver comido, y conocer el buen estilo,

se principió a explicar con mas libertad, y observando

q[u]e entendia el pilotage se le enseñó el plano de esta

costa, para ver si se inclinaba a puerto de Nootk, o

si conseguia alguna noticia importante.

         Haviendo tomado en la mano el expresado plano,

pidió un lapis,  y formó una canal mui amplia, y

navegable para qualquier navio, la qual principia

al sur de la rivera de Cook, y va a saliral cabo de la

Trinidad,  quedando hecha una ysla, cabo de Trinidad

cabo de dos puntas, y cabo Griville, hasta la punta

de Rada, q[u]e es la punta mas sur de d[ic]ha rivera. En-

terados los explorador[e]s de una noticia tan util

se le dixo, q[u]e enseñara una de sus cartas, p[ar]a enmendar

por ella la de la expedic[ci]on y respóndió, que regalaria una.

         A las 3 fue la lancha a conducirlos a tierra, y a lle-

var el barril de vino q[u]e havia ofrecido, y juntamente

chocolate,  y otras varias cosas q[u]e se les regalaron al

 

 

{5v}                                                                                                                  5v

 

capitan, y se mandó al seg[un]do Piloto D[o]n Joseph Maria

Narbaes,  para q[u]e los acompañara, y tuviera cuidado

con nuestra gente en tierra. A las once de la noche, vino

la lancha, y taxo {sic} la carta q[u]e ofreció el capitan ruso,

la qual comprehende desde el cabo de la Ysabel, hasta

el cabo de la Trinidad, y la canal q[u]e señaló a bordo, y al

referido segundo piloto enteró al capitan de el paquebot

q[u]e estaba el establecim[ien]to en lo interior de la referida en-

senada, situado en un puerto mui hondable; y abrigado

de todos los vientos: que en la playa havia dos embar-

caciones baradas,  de el parte como de 80 toneladas, te-

niendo una de ellas, 4 o 5 pedreros: que vió en el esta-

blecimiento como 14 o 15 casas, y 50 o 60 rusos, y varios

yndios de todas edades, y de ambos sexos, que por no

empeñarse en la noche, y para q[u]e no notaran los

rusos q[u]e hacia escrutinio, procuró mirar de refilon.

         Dia 1° de julio, a las 7 de la mañana fue el Capitan

de el Paquebot  D[o]n Gonzalo Lopez de Haro, con la lancha

al establecim[ien]to a imponerse de todo lo q[u]e fuese mas util:

y haviendo llegado, salió a recibirlo el capitan de el

establecim[ien]to y sus oficiales y despues de haverlo

cumplimentado, le sacó a pasear;  y con este motivo

pudo veer lo siguiente.

         Vio que estaban acabando un almacen de buen

tamaño, con dos cuerpos, fabricado de madera de pino,

y mas adelante una casa q[u]e sirve de escuela, la qual

tiene muchos yndios aprehendiendo a leer, y escribir

en ruso, y otros la Ddctrina: seguidam[en]te vio una

cordillera de casitas chicas en que viven los yndios,

y haviendo subido a las dos embarcacion[e]s q[u]e tienen

baradas en tierra, y apuntaladas, observó que es-

taban las bodegas de estas bien abarrotadas de pieles

de nutrias, y que la camara de una, servia de capilla,

o yglesia,  en donde tenian un oratorio portatil en que

celebraban su rito, sirviendo al mismo tiempo  de

alojam[ien]to al sacerdote, a quien llamaban los rusos

pastor, el q[u]e halló enseñando la doctrina a unos

 

 

{6}                                                                                                                      6

 

quantos yndios grandes, y en el otro buque tenian

a popa, como a imitacion de cuerpo de guardia, con

un oficial, tropa, y una vigia a manera de centinela

con su fusil al hombro, la qual esta en una garita

mal hecha,  que parece torreon, esta especie de tropa

no se diferencia de los otros rusos, mas que en tener el

vigote largo: se puso el mayor cuidado en veer las fuerzas

que tenian, y no se vió mas q[u]e 4 pedreros ricos, y un

armero con fusiles, todo en el expresado cuerpo de

guardia. Las referidas embarcaciones son de dos pa-

los y los rusos las llaman galeotas.

         Preguntandole al Capitan de Haro,  para que tenia

en aquella disposicion los buques? Dixo, que era

para amedentrar los yndios, y rechazar sus asaltos

significando, que los gentiles de este parage, eran

traicioneros, y que no havia que fiarse de ellos

por la costa, enseñando al mismo tiempo varias

heridas de flechas que tenian los oficiales, y

los mas de los rusos.

         Despues de haver visto los dos buques, volvió el       

referido capitan de el paquebot, para el establecim[ien]to

acompañado de el capitan ruso, y de sus oficiales,

y lo llevaron a ver un caseron grande, a donde

halló dies calderas al fuego, y muchos yndios sa-

cando aseite de ballena, unos friendo pescado,

y otros sacando el frito, y en la limpieza, pregun-

tando, para qué beneficiaban tanto pescado? res-

pondió el capitan ruso, q[u]e eran prevenciones para

pasar la invernada. Seguidam[en]te lo llevaron a un

corralon donde havia varias pieles de nutria

a secar, y tomando el Capitan de el Haro, una en

la mano explicó, que aquella piel tenia mucha

estimacion en Canton,  y el capitan de el paquebot

la miró con desprecio, diciendo que en España

no valia nada. Saliendo de el corralon le dirigieron

 

 

{6v}                                                                                                                  6v

 

a que viera dos huertecitos en que tenian

sembrado algunas hortalizas. Visto todo lo re-

ferido, lo llevaron a casa de el guarda almacen

de algunos efectos para los yndios, y encargado

de el acopio de las pieles d[ic]has, en donde comió con

el capitan, oficiales, y la muger de d[ic]ho guarda almacen.

         La referida muger era joven, y bien parecida

vestida honestam[en]te con ropa fina de la China, y

estaba criando un niño mui blanco, y hermoso;

se ha notado que todos los oficiales la cumplimen-

taban, y preguntando a su marido, q[u]e de donde era?

que hija de la Siberia. La casa de el capitan,  y la del

guarda almacen, son de buen tamaño, y con bastan-

te extension para alojar a todos los rusos, aunq[u]e

bajitos sus techos: por afuera estan cubiertas

de yervas como palapas, y en lo interior separadas

las habitaciones de el guarda almacen, y de el Ca

pitan de el Haro,  cuyas piezas son bien fabri-

cadas de tablas, y por la parte de adentro estan

con bastante aseo,  y los tabiques perfectamente

aforrados de papel pintado de la China, y un espejo

grande colgado en la testera, y a los lados varios

quadritos de nuestros santos; y se observó, q[u]e

la cama de el guarda almacen, era bien pomposa.

Con Capitan de Haro vive otro oficial q[u]e estaba

enfermo, y tenia vigotes largos: y preguntando

q[u]e empleo tenia? dixeron que era el capitan

de la Tropa: y viniendo el capitan  de el paquebot

por la tarde, para a bordo, vió en la puerta de

una casa, dos mugeres q[u]e estaban vestidas, co-

mo la de el guarda almacen; y preguntando,

quienes eran? le dixeron q[u]e rusas de la Siberia.

         En la extension de el establecim[ien]to no se ha visto

fortificacion, ni artilleria, y pareciendo q[u]e las

 

 

{7}                                                                                                                      7

 

fuerza de el cuerpo de guardia no era suficiente para

contener los asaltos de los yndios, se les preguntó al capitan

de el establecim[ien]to  que modo tenia de defenderse? respondió

que se retiraban todos a la galeota, y con pistolas, y fu-

siles los rechazaban,  haciendo a un mismo tiempo,

fuego con los quatro pedreros.

         Los yndios de este establecim[ien]to visten con igualdad

a los de el Principe Guillermo, y los que estan catequi-

zados, y achristianados en el rito ruso,  les dan la

misma ropa que a los demas rusos,  y tienen distinto

tratam[ien]to de los otros yndios;  pero estan mui obedient[e]s

a qualquiera voz de el ruso. Acabado de comer llevó

el Capitan de Haro, al de el paquebot a su casa: y pre-

guntandole, si en la ysla Trinidad havia establecimi-

ento? respondió el ruso, q[u]e solo havia un vigia: y

continuo diciendo, que los establecim[ien]tos estaban en la

rivera de Cook, ysla de Onalasca, y otros parages de la

costa, y que toda la gente q[u]e está repartida en estos pa-

rages  son 462. Seguidam[en]te se le preguntó, que si en el

puerto de Nootk,  o por otro nombre el Rey Guillermo,

tenian establecimientos? contestó q[u]e no; diciendo,

q[u]e el año de 1789, salia una expedicion de la Siberia

con dos fragatas,  para poblar el expresado puerto, signi-

ficando que havia en este parage mucha abundan-

cia de nutrias.

         Visitó lo mas esencial de el establecim[ien]to y enterado de

todo lo referido,  salió a las 3 de el expresado, y se dirigió

al paquebot, acompañado de el oficial guarda almacen:

a las 7 llegó a bordo el Capitan de Haro, con una carta,

y un  parte,  que acababa de recibir por una canoa, que le

mandaba el capitan de el establecim[ien]to de el cabo de la

Ysabel: el parte escrito en idioma ruso, y la carta, al

parecer en ynglés: esta la dió a leer al capitan de el

paquebot, y demas pilotos, pareciendole que estaba

escrita en español; especificando q[u]e el parte le decia,

q[u]e la carta la entregó el capitan de una fragata, q[u]e

 

 

{7v}                                                                                                                  7v

 

acababa de fondear en la rivera de Cook, pareci-

endole q[u]e la expresada fragata, podia ser de la con-

serva de el paquebot, la entregaba, a fin de q[u]e se impusiera

de el capitan de este, de su contenido: a lo q[u}e se le respon-

dio; q[u]e no era española,  por quanto aquella carta

indicaba no estar escrita por español, y si parecia letra

ynglesa; y quedando suspenso, se puso irritado, hablando

con el oficial guarda almacen, y leyendole a este el

referido parte, continuaron algun tiempo en su

conversacion; y despues de haver acabado, dixo, que

sentia mucho no entender la carta, y que se la havia

de remitir a la Emperatriz: y diciendole, que si la

dejaba copiar? respondio;  que no tenia embarazo; y

despues de haver cenado,  se le volvió a preguntar,

qué numero de rusos havia dicho al capitan

de el paquebot, estaban repartidos por todos los es-

tablecinientos de la costa; y pareciendole q[u]e en tierra

no lo havia entendido, puso en un papel, 462, nu-

mero igual al q[u]e tenia dicho; y conociendo q[u]e se

deseaba saber donde estaban los establecimientos,

pidió al capitan su plano, y teniendolo sobre la

mesa, hizo la explicacion siguiente.

         Primeram[en]te puso el dedo en su establecimiento,

y con la pluma en un papel,  marcó 60 rusos, y dos

galeotas: seguidamente puso el dedo por la parte

de el oeste de el cabo de la Ysabel, y numeró  40 rusos:

y por este orden señaló otro establecim[ien]to en cabo

de Rada,  con 37 rusos: y en la costa de el sur de la canal

de Flores, hay una ysleta, en la qual señaló un esta-

blecimiento con 40 rusos: despues señaló una galeota

grande, tripulada con 70 rusos, y fondeada en el

estremo de d[ic]ha rivera. Y preguntandole, que para qué

tenia tanta gente? especificó, que esta embarcacion

se empleaba en auxiliar los establecim[ien]tos  de las inva-

siones de los yndios. Seguidamente señaló en cabo Albide

un establecim[ien]to con 55 rusos, y dos galeotas.

         Haviendo acabado de señalar los referidos 6 establecim[ien]tos

 

 

{8}                                                                                                                      8

 

se le preguntó, con qué objeto tenia en el Principe Gui-

llermo la casa, q[u]e vió la lancha de el paquebot, al oeste

de la ysla de Montangui, y la otra de los 61 gr[ado]s de latitud?

y respondió; q[u]e estas servian para almacenar las pi-

eles de nutria q[u]e recogia una galeota q[u]e navegaba

con 40 rusos, durante el verano, por toda la costa, hasta

el puerto de Nootk, la qual internaba todos los años en

el establecim[ien]to de cabo de dos puntas, y era la misma

por quien havia preguntado el primer dia q[u]e vino a

bordo:  y acabado de referir todo esto, se sumaron las

partidas q[u]e havia notado en el papel,  y resultaron

los mismos 462 rusos q[u]e havia dicho antes; con cuyo

hecho tan practico, y patente, quedó el capitan de el

paquebot, y demas pilotos, bien enterados de todos

los establecim[ien]tos rusos, y asi mismo de todo lo especificado.

Dia dos de julio se hizo a la vela el paquebot, en de-

manda de la ysla Trinidad, con el fin de incorporarse

con la capitana, que según las noticias q[u]e ayer dixeron

los rusos,  se halla fondeada en d[ic]ha ysla: y conseguida

la reunion, se dio fondo en la cabeza de el norte, y leste

de ella; y concluida esta faena, fue el capitan a la Prin-

cesa a dar parte al comandante, de lo acaecido en el

establecim[ien]to de la ensenada de el cabo de dos puntas

y despues se comprobó ser cierto, de que hay en esta ysla

un solo ruso de vigia, el qual está acompañado de al-

gunos yndios.

         Dia 5 de d[ic]ho mes a invitacion  de el comandante

se dio la vela en demanda de la ysla de Onalasca: y en

4 de agosto se dio fondo en la referida, hallando alli la

Princesa, q[u]e se havia reparado en la navegacion de la

ysla Trinidad, a la de Onalasca.

         En la llegada de la Onalasca, se halló un solo gefe, lla-

mado Capitan Cosmiche, y en el establecim[ien]to hay dos

almacenes q[u]e sirven para guardar pieles de nutria

 

 

{8v}                                                                                                                  8v

 

 

esperma de ballena, y varias vasijas en q[u]e benefi-

cian los rusos la pesqueria, y en todo el estable-

cimiento no hay mas que una casa, la qual tiene

una pieza grande q[u]e sirve de quartel para todos

los rusos, y otra pieza chica en q[u]e habita Cosmi-

che;  y en las inmediaciones de la expresada casa

habrá  como 20 chozas con varios yndios, los quales

estan exercitados en el servicio de los rusos; y en

la playa está una galeota barada sobre polines,

y apuntalada.

         Entre los yndios de la ysla, se señala uno bien

civilizado que lo respectan los rusos, por haver estado

en Petersbourg, y haverle honrado la Emperatriz

con varios privilegios,  y la patente de juez de todos

los yndios, el qual en el ynvierno,  queda haciendo

como de govern[ad]or por retirarse Cosmiche con las

embarcaciones y rusos, a la ensenada de cabo de

dos puntas, obligado de los fuertes temporales, y

frio q[u]e hay en esta ysla, y sus inmediaciones.

         El expresado establecim[ien]to está situado sobre un terri-

torio mui humedo, a manera de cienega, inmediata

a la playa,  y a la orrilla de un rio: se ha notado que en

toda esta ysla no se halla leña,  y la poca q[u]e queman los

rusos,  es la que arroja el mar en las playas; y quando está

escasa, cozinan con unas raizes parecidas a las de re-

tama. Los yndios de esta ysla visten con igualdad a

los de el Principe Gulliermo,  y comen las mismas viandas;

los rusos se sirven de ellos, y los tratan con bastante

rigor; y cada uno paga tres pesos de tributo a el año

a la Emperatriz.

         En la ysla de Onalasca se ha sabido, q[u]e en cabo de Rada

hay algunos rusos:  60 en la ensenda de Cabo de dos

puntas: 120 en Onalasca,  y la casa que se vió en el Prin-

cipe Guillermo, la fabricó Cosmiche, el año pasado:  q[u]e

todos los rusos q[u]e estan repartidos por la costa, y la ysla

de Onalasca, son 500; y en llegando de la Siberia dos fraga-

tas que esperan para el año proximo de 89, van inme-

 

 

{9}                                                                                                                      9

 

diatam[en]te, a poblar al Rey Guillermo.

         Según esto, diremos q[u]e las noticias q[u]e adquirió el paque-

bot, en el establecimiento de la ensenada de cabo de dos pun-

tas, son iguales con las q[u]e se han conseguido en la ysla

de Onalasca,  y solo hay la diferencia, q[u]e aquí niegan

el establecimiento de el cabo de la Ysabela, el de los 55° y 15

de latitud norte, y 198° 37’ de longitud de Grenvik, y el

otro de la canal que entra por la rivera de Cook llamada

de Flores;  y en caso de que esto sea verdad, diremos, que

son falsas las noticias de que ha dado al paquebot  el Ca-

pitan  de Haro;  y en este caso preguntaremos, en

donde están invertidos los 320 rusos, q[u]e restan de los

120 de Onalasca, y de los 60 de la ensenada de cabo de

Dos Puntas? responderán, q[u]e estaban en el cabo de Rada,

y repartidos en varias vigias;  pero esto no puede ser

respecto a que se ha visto que en la vigia de la ysla Trinidad

hay algunos yndios con solo un ruso, y lo mismo sucede

con la otra vigia que está al norte de Onalasca; y para

inferir q[u]e la mayor dotacion de gente está en el cabo

de Rada, tambien se implica respecto de haver dicho

q[u]e en el expresado cabo hay algunos rusos,  y era

mas natural,  que asi como dieron el num[er]o cierto

de los de Onalasca, y cabo de Dos Puntas, hicieran lo mis-

mo con el cabo de Rada; pero se deja  entender q[u]e les

ha precisado, por haver sabido q[u]e el paquebot  há es-

tado en el establecimiento de la ensenada de cabo

de Dos Puntas,  q[u]e a no ser asi,  huviera ocultado en-

teramente en Onalasca el orden, y situacion de los

rusos en estos parages.

         Que hay establecim[ien]to ruso en la rivera de Cook, no

queda duda, por haver llegado a él una embarcacion,

y su capitan haver escrito una carta al Capitan de el

Haro,  la qual fue conducida al cabo de Dos Puntas

por los rusos de aquel  establecim[ien]to acompañada de

un parte, y con el motivo de no entenderla el referido

Capitan de el Haro, la traxo el paquebot, para que el

capitan, y pilotos viesen si estaba escrita en español, o

si havia a bordo quien la entendiese para enterar

 

 

{9v}                                                                                                                  9v

 

a la Emperatriz de su contenido; pero haviendola vis-

to no estar en español, ni frances, y si parecia escrita

en ynglés;  enterado el Capitan de el Haro, de que no

havia  quien la entendiese, la dejó copiar, y dixo, que

respecto a que se ignoraba su contenido, se la havia

de embiar a la Emperatriz.

         En el primer dia que vino el Capitan  de el Haro, a

reconocer el paquebot, se observó q[u]e su carácter era de

un hombre bastante natural, y agradecia la mas

leve finesa: y con la casualidad de ser su apellido

el de el capitan de paquebot, se demostró alegre, ha-

ciendo bastantes extremos de amistad; por lo q[u]e  no

queda duda de quantas noticias ha dado.

         Dia 12 de agosto, dio el comandante orden verbal

que si despues de haver salido de Onalasca se ofrecia

la separacion de los buques, se dirigiera el paquebot

en  derechura a Monterrey,  respecto a q[u]e la estacion

ya no permitia reconocia [2] al Rey Guillermo,  y en 13

de d[ic]ho,  haviendo este pasado al paquebot, repitió al

capitan la misma orden.

         Dia 18 de el referido, a invitacion de la fragata, se

dio la vela en demanda de la salida de Onalasca.   Y

estando ambos buques al ancla, el dia 21 de expre-

sado, sobre una de las yslas de el norte de Onalasca

y teniendo el viento mui duro de el oes soeste, y la

mar tendida de esta parte, se vio a las dos de la tarde

la capitana con mesana y contrafoque, y la cabeza

al sur,  cuya maniobra indicaba haverle faltado los

cables, notando al mismo tiempo, q[u]e la lancha, según

parecia,  la havia perdido, respecto a q[u]e no la llevaba por

la popa,  y que desde el principio de el temporal, no se le

havia visto meterla a bordo. A las 3 cambió la vuelta

de el norueste,  amuró el trinquete, y cazó las gavias

arrizadas;  en cuya forma se perdió de la vista de el

paquebot,  al tiempo de anochecer: y  haviendo abo-

nanzado el tiempo en la mañana siguiente, se hizo

la descubierta, y no se vio la comand[an]ta para lo qual se

hizo a la vela el paquebot, a fin de salir de este empeño,

y juntam[en]te divisar la fragata, lo que no ha sido posible

 

 

{10}                                                                                                                  10

 

conseguir, por impedirlo la variedad, e inconstanc[i]a

de los vientos que reynaban, como assimismo de la

mucha cerrazon que cada ves tomaba incremento:

y como quiera que la estacion  se abanzaba por instan-

tes,  se hizo todo lo posible, hasta que se consiguió

franquear de todas estas yslas en el dia 27 de

d[ic]ho mes;  y respecto a que en todo este tiempo no se

havia visto la fragata, se hizo derrota, a fin de

no perder tiempo,  considerando el rigor de los

temporales, que en estas inmediaciones se ha ex

perimentado, y a la larga distancia que restaba

navegar para dar parte al Ex[elentisi]mo S[eñ]or Virrey de Un-

eva España,  de todo lo acaecido en la expedicion.

         En la noche de el dia 9 de septiembre, llamo el capitan

de el paquebot, a sus pilotos, y en junta les hizo saber

que por la derrota executada desde la separacion

de el comandante, en las inmediacion[e]s de la ysla

de Onalasca,  se hizo la navegacion, como a todos

constaba, en atracar la costa por los 50 grados de

latitud,  con el animo de levantar, y reconocer desde

d[ic]ha altura para abajo, lo posible,  según el tiempo

lo diera, y con arreglo a las ynstrucciones de S[u] E[xcelencia]       

y que en virtud de considerarse 100 leguas de el con-

tinente,  propuso igualm[en]te q[u]e por ningun motivo

convenia atracar la tierra, por lo abanzado de la

estacion, proximidad de el equinoccio, y cordonazo

de S[a]n Francisco: y si,  le parecia mejor formar  nave-

gación desde esta hora, a lo largo de la costa, para

en caso de experimentar rigor en los vientos, tener

por donde correr, y q[u]e la orden que le comunicó en

Onalasca el comandante de la expedicion, dice, que

en caso de separacion, se haga derrota para los pre-

sidios de Monterrey: a lo q[u]e respondieron, q[u]e todos

eran de el mismo sentir, y q[u]e ya no era tiempo de

hacer navegación aterrada, asi por todo lo expuesto,

 

 

{10v}                                                                                                              10v

 

como por la experiencia de el tiempo crudos {sic}  y

continua cerrazón de neblina, y agua, la que no

permite los mas de dos dias una completa legua

de claridad por todo el orizonte, y porque ya se

ha visto, que la observacion de el sol no se logra

las mas veces;  por lo qual, a las dos de la mañana

se puso la proa al sueste (rumbo a que corre la

costa)  con toda la vela posible, a fin de llegar al

departamento de San Blas, en donde se con-

siguió dar fondo en la tarde de el dia 22  de

octubre,  de el año de 1788:  y haviendo preguntado

por la fragata, no se ha visto noticia de ella ; por

lo que se infiere habrá entrado en Monterrey.



[1] El amanuense dejó en este lugar un espacio, probablemente para colocar ahí una palabra que no entendía en la momento de copiar.

[2] Probablemente debe decir “reconocer”.


 
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