Tanscripción paleográfica: Brígida von Mentz
{f. 00a}
Manuscrit en langue espagnole. Un cahier en 4 90 pages
No. 379
Copie faite au commencement de ce siécle: sur un monuscrit original; portant le titre, relations, sur les expeditions au Nouveau Mexique, commandies par les Capitaines espagnols Francisco Vazquez Coronado et Juan de Oñate.
Escrite en 1623 par Fray Hieronimo de Zarate Salmeron, qui faisait partie des dites expeditions a titre de chapelain.
MEXICAIN 379
{f. 00b}
Manuscrit en langue espagnole. Un cahier en 4 90 pages
No. 379
Copie [satant du commencement de ce siécle] d’un manuscrit original; Relations sur les Expéditions au Nouveau Mexique, commandies par les Capitaines espagnols Francisco Vazquez Coronado et Juan de Oñate.
escrite en 1623 par Fray Hieronimo de Zarate Salmeron chapelain de ces expeditions . No.379
{f. 00c}
{Esta carátula corresponde a otro documento. Está tachada}
Document imprimè fragment
Un cahier in 4 16 pages.
Doctrina Christiana (pour Cristiana) En lengua nahuatl
{f. 1} 1
Por mandado de N[uest]ro P[adr]e R[everendissi]mo F[ray] Francisco de Apodaca Comisario General de todas las P[rovinci]as, y Custodias desta Nueva España, Florida, y Filipinas y Nuevo Mexico, vi las relaciones, que el P[adre] F[ray] Gero- nimo de Zarate Salmeron, Sacerdote Predicador hixo de esta prov[inci]a del S[an]to Evan- gelio de la or[de]n de N[uest]ro P[adr]e S[a]n Fran[cis]co, ha re- cogido y recopilado de las extendidas pro- vinzi[as] del Nuevo Mexico, como persona que se ocupó muchos años en aquellas con- versiones, conquistas, y juntam[en]te lo que vió y entendió, por propia diligencia y trabajo suio; y no aviendo en las dich[a]s relaciones cosa que sea contra n[uest]ra s[an]ta fée catholica, antes las mas para que se amplíe y propague en aquellas regiones tan llenas de gente, como faltas de predicadores, y ministros, que la pu- bliquen, como yo lo vi, y experimenté el tiempo, que estuve en ellas, halló por mui conv[enien]te, y necessario, para este fin, de las d[ic]has relaciones se impriman, para honra y gloria de Dios N[uest]ro S[eñ]or y servicio de N[uest]ro Catholico Rey Philipo {f. 2} 2 porque visto en breve lo que otros han tra- tado con mas extension, sea leido por todos, para que conocida la grandeza y riqueza de aquellos nuevos reinos aya quien se mueva a querer encargarse de su conquista y los muchos siervos de N[uest]ro Señor, que se han ofrecido a la espiritual de aquellas almas tan necessitadas: con abrirles esta puerta, se entren por ella a predicar en el s[an]to evangelio, en fée de lo cual, y constandome de la verdad, que contienen, y del zelo de d[ic]ho padre, siento por mui util, y provechoso este tra- tado, en que su author, como religioso grave, ha puesto particular cuidado, por solo servir a N[uest]ro S[eñ]or, y aprovechar aquellas almas. Y asi lo firmó de mi nombre en este Conv[en]to de S[a]n Fran[cis]co de Mex[i]co a 18 de Agosto deste año de 1629.
F[ray] Fran[cis]co de Velasco.
Nota= Esta aprobaz[io]n está en la primer hoxa antes de la rotulata, yo la copie despues de ella por ser el lugar que le corresponde {rúbrica}
{f. 3} 3
R[everendisi]mo P[adr]e
Considerando el invencible animo y deseogrande, que los religiosos de n[uest]ra religion sera- phica han tenido, y tienen s[iemp]re del bien de las almas, predicando el s[an]to. evangelio trahi- endo s[iem]pre en la memoria las palabras que Ch[ris]pto S[eño]r N[uest]ro dijo a sus discipulos, quando los embió a predicar por el mundo: predi- care evangelium omni creature[1], Con este Marc:16. [2] fervoroso Espiritu vemos, que no ay rencor, ni parte remota, donde no ayan entrado Religio sos de S[an] Francis{co} Nuestr]o P[adr]e y que en todos los decubri- mientos son el farol, que guian, y a quien si- guen los demas no temiendo dexar las vidas, en manos de los tiranos. Acompañados del consejo de Chripsto S[eño]r N[uest]ro: Nolice timere eos qui Math:10[3] occidunt corpes, animam autem non po- sunt occidere.[4] Y assi son los primeros q{ue} han derramado su sangre, predicando el s[an]to evangelio entre infieles. E yo pequeñuelo, e indigno fraile, el mas malo del mundo, de- seando acabar los dias de mi vida entre in- fieles, predicando la palabra de Dios, avrá ocho años, que me sacrifique al S[eño]r entre los infieles del Nuevo Mexico, y aviendo alla de- prendido lengua de la nacion de los yndios Hemex, a donde compuse la doctrina ch[ris]p[ti]ana Hermex [5] con todas las demas cosas importantes al ministerio, para exercer los s[an]tos sacramentos entre aquellos naturales, y aviendo baptizado {f. 4} 4 en la d[ich]a nacion seismil, y quinientas y sesenta, 6566alm[a]s[6] y seis almas, sin las muchas, que baptize en el pueblo de Cia, y Sancta Anna de la nacion Queres, que no cuento, y aviendo yo solo Con- quistado, y pacificado el Peñol de Acoma que sustentó guerra contra los españoles mas de veinte y quatro años, y aviendo hecho yglesias, conventos con las de mas cosas que merecen memoria, como consta por ynfor- maciones No obstante esto con el gran deseo de buscar nuevas almas, que dar a Dios, y sabiendo de las innumerables, que la tierra adentro Dios criado debaxo del norte al nordeste, y al norueste, que es a un lado, y otro del norte, de las quales almas está apoderado el ene- migo ynfernal dragon satanas, y avien- do hecho diligencias, por entrar alla yo solo y sin escolta, y aviendose malogrado mi buen deseo, determine salir acá, para que infor- mando de todas las cosas de aquella tierra a V[uestra] P[ersona] R[everendissi]ma se pongan los medios, que convengan al servicio de Dios N[uest]ro S[eño]r a quien se desea servir, y agradar. Y para que venga a noticia de todos los es- pañoles las grandes riquezas, que D[io]s allá tiene guardadas,pa[r]a que las goze quien el fuere servido, las quales mueven mas los corazones de los hombres del mundo, que no el bien de las almas, y que mediante estos intereses han de poblar los Españoles aquel nuevo mundo de lo qual resultaran grandes bienes temporales, y espirituales, doy {f. 5} 5 noticia de todas ellas, diziendo cada cosa donde está, assi del oro, plata, perlas, coral, granates, cobre, plomo, alumbre, azufre, alcaparrosa, piedra Iman, y chalchihuites; la disposizion, y jornadas, y que rumbo hande caminar, y con esta relacion en la mano les sirva de aguxa, y carta de marear, al que allá entrare, y quiza viendo V[uestra] R[everendissi]ma todas estas cosas con su christianissimo zelo, abra la pu- erta, y dé lizencia a los religiosos de espiritu, que quisieren entrar apostolecam[en]te a derra- mar su sangre entre aquellos infieles: en- tren obreros a la viña del s[eño]r pues acá ay tantos sobrados, y allá no ay quien les re- parta el pan; de que podemos hazer mui grande escrupulo: parvuli petierunt panem Jhren:4[7] et non erat qui frangereteis. Y esta entra- da apostolicam[en]te, sin gaxes, ni costa alguna de S[u] M[agestad] y sin soldados, porque sino son tales, mas vale ir solos, que mal acompañados, confi- ados en el favor divino, y no en fuerzas hu- manas, y esto, si no me engaño, mando Dios a Zacharias le dixese a Zorobabel: non in exer- Zach:4.[8] citu, nec in robore, sed in spiritu meo[9] ese es el camino mas seguro: rogate ergo dominum messis, ut mittat operarios in messem suam[10]: Mathe: 9.[11] bien si les cuesta a muchos religiosos aiu- nos, diciplinas, pidiendo a Dios abra la pu- erta a tan gran míes, como alla ay, abrasa- dos en el fuego del amor divino, y zelo del bien de las almas, como verdaderos hixos de S[a]n Francisco N[uest]ro P[adr]e deseando entrar allá, confi- {f. 6} 6 ados en que no les ha de faltar Dios, en la maior necesidad, y tribulacion, pues es palabra suia hablando con el justo atribulado. cum ipso Psl: 9. sum in tribulatione[12]. Y no es justo Rev[enderisi]mo Padre, que por n[uest]ra negligencia, y pereza, carescan aquellas almas de tanto bien. Ella es empresa apostolica, y como sé, que fomentando, y am- parando V[uestra] R[everendissi]ma esta causa, con sus entrañas piadosas, tendra debida exequcion, he toma- do este trabajo. V[uestra] R[everendissi]ma lo recibo, como de un humilde, y menor hixo, que en todo desea acertar, y que la palabra de Dios, se vaia es- tendiendo por aquellas partes remotas de aquel nuevo mundo: g[uar]de D[io]s a V[uestra] P[ersona] R[everendissi]ma
De V[uestra] R[everendissi]ma menor hixo
Fr[ay] Hi[e]r[oni]mo de Zarate Salmeron {f. 7} 7
En el año de 1538. Siendo Virrei de la Nueva Año 1538[13] España D[o]n Ant[oni]o de Mendoza, fue la primera vez, que se intento descubrir las Californias, y costa de la mar del sur, pa[r]a lo qual fueron quatro naos del Marques del Valle, y el S[an]to F[raile][14] Ant[oni]o de Ciudad Rodrigo, que entonzes era Provincial desta prov[inci]a del S[an]to Evangelio, embio en aquellos naos, tres religiosos al descubrimien[to], y llegaron a las Californias, a la entrada en el puerto, que ahora se llama de la Paz. Esta en 24 g[rado]s de altura, y no pareciendoles la tierra, tan buena como ellos quisieran, se volvieron. En el mismo año embió el P[adr]e Prov[cia]l otros dos religiosos, por tierra, por la misma costa del mar del sur, caminando asia el norte por Xalisco, y la nueva Galicia: estos dos reli- iosos iban en comp[añi]a de un capitan, y doze soldados, los quales iban en busca de minas, y pasada toda la tierra, que por aquella parte estaba descubierta, y conquistada, hallaron dos caminos, bien abiertos. El capitan escogio el de man{o} derecha, y lo siguió, disiendo, que iba derecho al norte, y pocas jornadas dieron en sierras tan agrias, queles obligo a volverse atrás, como lo hizieron, y de los religiosos el uno enfermó, y tambien se volvio. El otro con dos yndios interpretes, que llevaba, siguio su cami- no de man{o} izquierda hasta la Costa, cami- no mui seguido. Llegó a tierra poblada de yndios pobres, los quales salian a recibir al re- lioso, teniendole, por cosa del cielo, y le tocaban, y besaban el habito. Ybanle acompañando los yndios de jornada en jornada, mas de tresci- {f. 8} 8 entas personas; Algunos de ellos se apartaban a cazar liebres, conejos y venados, de que ay abundancia en toda aquella tierra, y dando le primero al religioso, para que comiese, lo demas repartian entre ellos, y desta mane- ra anduvo mas de doscientas leguas, y casi en todo este camino, tuvo noticia de una tierra mui poblada de gente vestida, que tienen casas de terrados, y no de un alto solo sino de muchos altos, y otras gentes decian estan pobladas en las orillas de un gran rio, y que ay muchos pueblos, cercados, y que tie- nen guerra los unos con los otros, y que pasa do el rio, avia otros pueblos mucho maio- res, y de gente mas rica, y que avia vacas maio- res, que las nuestras, y otros animales no vistos en Castilla. En demanda desta tierra avian ya salido muchas gruesas armadas por mar, y exerci- tos por tierra, y a todos los encubrio Dios, y a un pobrecillo fraile de S[an] Fran[cis]co. roto, y pobre, se la manifestó, descubrió, y vio primero que Math: 11[15] ellos. quia absconditi /hge/ a sapientibus, et pru dentibus; et revelati a parvulis[16]: no ay mas que dezir: volvio este religioso a dar la nueva, de lo que avia visto, y sabido: luego que esta nu- eva se publicó, quisieron entrar allá muchos españoles; el P[adr]e Provincial, que entonses era F[ray] Marco de Niza, por certificarse de lo que avia dicho aquel religioso, tomó la delantera antes que entrasen los españoles, y fue con la brebedad que pudo, y halló ser verdadera la relacion de el religioso, y assi afirmo lo dicho, como hom- {f. 9} 9 bre lo que vido y con esta verdad el Virrei D[o]n Antonio de Mendoza el en persona apres- taba para ir a esta jornada, por evitar los ro- bos y maldades, que en semejantes ocasione[s] los soladados hazen: pero negocios graves se lo impidieron, y assi embió en lugar de su misma persona a Fran[cis]co Vasquéz Coronado, llevando por su acompañado al P[adr]e Provincial desta prov[inci]a y otros quatro religiosos, verdaderos hijos de S[an] Fran[cis]co n[uest]ro padre.
Viage de Fran[cis]co Vasquez Coronado al Nuevo Mexico. Antes que encontrase Fran[cis]co Vasquez Coronado en el Nuevo Mex[i]co, avia embiado el Virrei una armada por las Californias. Por general de ella Fran[cis]co de Alarcon, por Maese de Campo Marcos Ruiz, la qual armada se perdió, sin ser de esta jornada. Partió Fran[cis]co Vasquez Coronado desta ciudad año 1540.[17] de Mexico año 1540, y pasadas las prov[inc]ias de Cha- metla, Culhuacan, Zinaloa, entraron por el Valle de Corazones, y por los Valles de Señora que tienen de largo mas de sesenta leguas: llegó a la prov[inci]a de Zuñi, alojó su real en el pueblo de Zibola, que es la cabezera de aquella prov[inci]a desde el qual lugar embio treinta Soldados a descubrir la mar, y ver si aparecia la ar- mada, por la instrucción, que llevaba, que se avian de encontrar en tantos grados de al- tura: fueron estos hombres caminando al norueste, y llegaron a la mar, o Golfo de Cali- fornias en 39 grados, no hallaron rastro de la {f. 10} 10 armada: solo hallaron dos naos urcas, y ti- endas armadas en tierra, de unos hombres amulatados, como morillos, o chinos: llegados a ellos, le preguntaron por señas de donde eran y que buscaban, y ellos tambien por señas di- xeron venian de mui lexos, unos entendieron de la gran China, otros de la Assia Maior, y que rescataban anuar[18], y metales, que baxaban los yndios de una sierra, que está junto al mar. Volvieron los soldados a dar razon a Francisco Vasquez Coronado, de lo avian visto, y no lo hallaron en Zuñi, que avia ido a descubrir los llanos de Zibola con, el inumerable ganado deste nombre: asento su real en estos llanos, y desde aquí embio treinta soldados a descubrir la gran ciudad de Quivira los quales fueron caminando al nornordeste, y aun mas arri- mados al norte, que no al nordeste, y dizen estos soldados, que llegaron a una mui popu- losa ciudad, cercada con muralla, y puertas, no se atrevieron a entrar en ella, por ser tan pocos los soldados. Las grandes riquezas desta ciudad, no me atrevo a poner aquí, aunque me lo han dado por relaz[io]n. Lo cierto es, que volvieron estos soldados con animo de que todo exercito fuese alla, que eran qua- trocientos hombres. Llegaron a dar noticia de lo dicho a su general, al qual hallaron loco de una caida, que avia dado de un ca- vallo, otros dizen lo fingio, porque era recien casado, y que amaba tanto a su esposa, que todo se le iba en llorar, suspirar por ella, y aunque mas le rogaron fuese a ver lo que ellos {f. 11} 11 avian visto, respondio lo que el otro combidado, que nos cuenta S[an] Lucas: Vxorem duxi, et ideo Luc.14 non possum ire[19]. Ultimamen[te] a todos consoló, diciendo que ya entraba el hibierno, {sic} que queria venir a Mexico, que otro año volveria mas no volvio alla. Desde entonzes estan todos con tan gran deseo de que se haga esta jornada, que si se pregonara iran tantos los soldados, que entraran a su costa con armas, y cavallos, que seran bastantes, ahorrando a S[u] M[agestad] de estos gastos. Lo importante es un capitan que sea tal como conviene en semejantes descubrimie- ntos, christiano, desinteresado, zeloso de la ley de Dios, y deseoso del augm[en]to de la corona real. Estos treinta soldados en esta entrada antes de llegar a la gran ciudad de Quivira en el camino les dieron los yndios noticia, como diez de jornadas de alli en la costa de la mar del norte, estaban unos hombres blancos poblados, vestidos, y barbados, y que tenian espadas, arcabuses, y que tienen naos, y otras señas tan claras, que dan a entender es el olandes de la Nueva Francia: despues acá hemos visto, y comunicado, yndios, e yndias, que han llegado la poblacion destos olandeses, y han estado con ellos, y nadie de los españoles del Nuevo Me[xi]co dexa de saber esto, porque fue en mi tiempo. Y como se volvió Fran[cis]co Vasquez Coronado a esta ciudad de Mexico, se volvio con el el P[adr]e Prov[incia]l y dos compañeros, quedandose entre aquellos yndios de los llanos de Zibola el P[adre] F[ray] Juan de Pa- dilla, y el P[adr]e F[ray] Juan de la Cruz, varones aposto- licos, y un portugues llamado Andres del Campo, y dos yndios donados, y como el P[adr]e Padilla se {f. 12 } 12 informo de los yndios, de las grandes poblaciones, que ay debaxo del norte, y que si caminaba tres lunas, llegaria, a donde ay innumerables almas, con este buen espiritu partio a ver las acompañado del portugues, y donados, quedan- do solo el P[adr]e F[ray] Juan de la Cruz; caminadas alg[un]as jornadas, llegando a la vista de una mui gran poblacion de la Quivira, los yndios salieron al encuentro en orden de guerra. El religioso viendolos venir conoció su mal intento, y rogó al portugues, que pues llevaba cavallo, y que se pusiese en huida, y tambien los donados, que al fin como yndios ligeros le seguirian, que el aguardaria a aquellos lobos carniceros, para que se cebasen en el, mientras ellos huian; hici- eronlo assi, y pusieronse en un altillo a espiar, y vieron como el s[an]to F[ray] Juan de la Cruz, que tambien lo mataron los yndios, donde avia quedado. El portugues, y donados se escapa- ron, y llegados que fueron acá, contaron lo suc- cedido, y es de considerar, que no ay rincon descubierto en toda esta Nueva España, don- de el primer Colon, no sea fraile de S[a]n Fran[cis]co n[uest]ro P[adr]e y ellos son los primeros que han der- ramado su sangre, para que con tan buenos cimientos, sea perpetuo, y eterno el edificio; esto se quedó en silencio por espacio de quarta{sic} años hasta el de 1581, que quiso Dios por mu- dio de un de un religioso desto, hixo de mi P[adr]e S[an] Fran[cis]co llamado F[ray] Agustin Ruiz, el qual estando en el valle de S[an]ta Barbara, que dista doscientas leguas desta ciudad de Mex[i]co, el qual estando {f. 13} 13 entre aquellos yndios Conchos, supo como asia el norte avia grandes poblaciones. Pidio licencia a los prelados, para entrar entre aquellos /in/fieles, concedieronsela, y le dieron dos religiosos sacer- dotes theologos, mozos de buen exemplo llama- dos F[ray] Francisco Lopes, el qual fue por Comissario, y F[ray] Juan de S[an]ta Maria: luego se les llegaron dose soldados, y un capitan, los quales iban en busca de minas. Salieron de la S[an]ta Barbara ca- minando al norte doscientas leguas, llega- ron a la prov[inci]a de los yndios de la nacion Tiguas, que estan poblados en la orilla del rio del norte, quatrocientas leguas de la ciudad de Mexico: Llegados al pueblo de Puarai, y pareciendoles a los soldados, que los yndios eran muchos, y ellos pocos, determinaron de volverse, como lo hizieron. Los religiosos se quedaron allá entre los yndios, y sabiendo como toda aquella comarca estaba mui po- blada de varias naciones entraron a verlas todas. Llegados a los yndios Tanos en el pueblo de Galisteo los tres religiosos, y viendo su doci- lidad, trataron viniese uno de ellos a dar aviso a los prelados de lo que avian visto, para que entrasen mas religiosos, a cultivar aquella viña. Ofreciose a esta jornada, y trabajo el P[adr]e F[ray] Juan de S[an]ta Maria, el qual era grande As- trologo, y demarcando la tierra, hallo por su quenta como avia caminado mas breve, y derecho, y assi salió por detrás de la sierra de Puarai para atravesar por las Salerias, y de alli cortar derecho al paso del rio del norte, cien leguas mas acá del nuevo Mex[i]co, pero no llegó a colmo su buen intento, porque al tercero {f. 14} 14 dia, que se despidio de sus compañeros, y her- manos, llegando a sestear debaxo de un arbol los yndios Tiguas del pueblo, que ahora se llama San Pedro, lo mataron, y quemaron sus hue-sos. Los otros dos religiosos se volvieron a el pueblo de Puarai, a donde antes avian estado aficionados del buen agasajo, a dondé se estu- vieron con los yndios deprendiendo lengua, hasta que el demonio como enemigo n[uest]ro, hizo de las suias: una tarde estando el P[adr]e F[ray] Fran[cis]co Lopez rezando, apartado del pueblo poco mas de un tiro de arcabuz, le mató un yndio de dos macanazos, que le dio en las sienes, como se ven las señales en su calave- ra, y los yndios de aquel pueblo lo confiesan, porque todavia hay muchos yndios testigos de su muerte, y ellos descubrieron donde es- taba su cuerpo enterrado. El P[adr]e F[ray] Agustin Ruiz lo amortajó, y enterró a n[uest]ro modo: dentro del pueblo. El capitan del pueblo dio muestras de sentimiento, por la muerte del religioso, y porque no succediese lo mismo con el religioso lego, que quedaba, se lo llevó consigo al pueblo, que se llama Santiago legua[20], y media el rio arriva, y no pudo tener tanta quenta con el, que en descui- dandose hizieron lo mismo, mataronlo tam- bien, y echaron su cuerpo en el rio, que iba de crecida, de manera, que estos yndios Tiguas mataron estos tres religiosos, donde se vé claro, como en aquel rinconcito ay cinco mar- tires, para gloria y honrra de D[io]s N[uest]ro S[eño]r. La qual sangre ha fructificado tan bien la tierra, que mediante ella ay baptizados {f. 15} 15 treinta y quatro mil y secientas y cinquen- ta almas, sacadas de los libros de baptismos, como consta por informacion, que hizo el P[adr]e Custodio, sin las muchas, que al presente se van convirtiendo en el qual ministerio trabajan los obreros de la viña del Señor con grandíssimo espiritu, los quales tienen hechas cuarenta, y tres yglesias por todas, grandes, y chicas, a su costa sin que el Rey N[ues]tro S[eñ]or aya gastado un real, ahorrando a S[u] M[agestad] to dos estos gastos, y como van entrando de minis- tros cada despacho se vá s[iem]pre estendiendo esta conversion. Los soldados que salieron de aquella tierra, quando quedaron estos tres religiosos en el pueblo de Purai, dieron aviso a los prelados, como quedaban allá, y en el peligro, que que- daban; queriendo el Virrei hazer diligencia para saber de ellos, se ofrecio a esta jornada Antonio de Espejo, hombre mui honrado, y devoto /.../ n[uest]ro entró Antonio de Espejo en el Nue- Año. 1583[21] vo Mex[i]co año de 1583 por el mes de jullio, llevó consigo un religioso llamado F[ray] Bernardino Beltran, verdadero hixo de mi P[adr]e S[an] Fran[cis]co, y antes de llegar al Nuevo Mex[i]co, supieron co- mo los yndios avían muerto los religiosos. Lle- gando Antonio de Espejo y sus soldados a el pue- blo de Purai, los yndios de miedo desam- pararon el pueblo, mas no se quedaron sin castigo, que bien lo pagaron. Deste viage de Antonio de Espejo, ni el de Castaño, ni de la entrada del Capitan Mor- lete, ni de Humaña, no escrivo, porque todos vieron una cosa, y assi basta que se diga una vez.
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El cuerpo del s[an]to F[ray] Fran[cis]co Lopez estuvo oculto mas de treinta y tres años, a cabo de los quales un yn- dio del pueblo de Puarai, testigo de vista de su muerte, y sepoltura{sic}, lo descubrió al P[adre] F[ray] Este- van de Perea, siendo Comiss[ari]o de aquellas prov[inci]as, y gran Ministro entre aquellos naturales, el qual cuerpo o por mejor dezir huesos, se llevaron con toda veneración, y respecto en procession todos los religiosos revestidos, y a pie, hasta co- locarlos en la yglesia de Zandia, una buena, y es- tirada legua, y con ser esta procession por el mes de febrero, que es en el rigor del himbierno{sic}, a nadie hizo mal el tiempo destemplado, y desde que comenzó a salir la procession, co- menzó el s[an]to a hazer milagros, de los quales escribe otro religioso mui por extenso, y por esso no hago aquí mas de apuntar, y pasar.
Jornada de Sebastian Vizcaino a la California año de 1596.
Siendo Virrei desta Nueva España el Conde de Monterrei, mandó S[u] M[agestad] se descubriesen las Californias, por la noticia, que S[u] M[agestad] tenía de que en aquella costa avía muchas perlas. Vino esta comission a Sebastian Vizcaino, persona de consideración, y platico en mar, y tierra; hizo gente para la jornada, y porque los re- ligiosos de mi P[adr]e S[an] Franc[is]co han sido los primeros en los trabajos, y nuevos descubrimientos, man- dó S[u] M[agestad] fuesen á este, y el Virrei pidió al P[adr]e Comis[ari]o Gen[era]l quatro religiosos, y assi fueron F[ray] Fran[cis]co de Balda por Comiss[ari]o, F[ray] Diego Per- Domo, F[ray] Bernardino de Zamudio, F[ray] Nicolas de Sarabia Sacerdotes y F[ray] Christoval Lopez, Lego.
{f. 17} 17
Embarcados en Acapulco, comenzaron su viage por la costa del mar del sur, governando a el norueste, porque corre assi la costa. Llegaron al puerto de Zalagua donde hizieron alto, aguar- dando los bastim[men]tos, y soldados. Salieron de aquí, y llegaron al puerto de S[an] Sebastian, e isla de Ma- zatlan. Aquí se huieron cinquenta soldados, vi- endo el poco bastimento, que llevaban, sospechan- do lo que succedio, que se avian de volver, por falta de bastimento. Desde aquí se volvio el Co- miss[ari]o F[ray] Fran[cis]co Balda, y desde aquí toma prin- cipio la boca de la California, y tiene de ancho ochenta leguas. Tardaron en esta travesia siete dias. Saltaron en tierra donde avia muchos yndios desnudos gente afable: Pasaron adelante a otro puerto, donde estuvieron ocho Pueblo de dias. Un religioso, y treinta soldados entra- S. Sebastian[22] ron la tierra adentro, y llegaron, donde avia muchos yndios, mas no consintieron, que los es- pañoles entrasen en sus casas, pero cerca de ellas les traxeron de comer variedad de pescados, ci- ruelas, y otras frutas, y unas pocas de perlas, y Perlas[23] luego dixeron a los españoles, que se volviessen, que que no avian de entrar en sus casas. Assi lo hizieron los quales afirmaron ser mucho el gentio, y que todos salian a ver los españoles, despues se les quitó el miedo, y venian a ver los españoles chicos, y grandes con amor: aquí estuvieron quinze dias, hizieronse a la vela a buscar parte mas acomodada. El general embió delante la almiranta a buscar puerto bueno, el qual volvio dentro de seis dias, aviendo hallado mui buen puerto, al qual pusieron por nombre puerto de la Paz, ay muchos yndios afables los P.H. La quales recivieron de paz a los españoles. Aquí Paz.[24] {f. 18} 18 trageron los yndios otras pocas de perlas, y diferen tes frutas. Aquí se trinche{r}aron como pudieron y hizieron yglesia, y unos ranchuelos para los re- ligiosos, y para ellos, era el puesto mejor, y mas apa- cible, que hasta alli avian visto, assi le hizieron cabeza de lo demas. Los religiosos pedian a los yndios traxesen sus hixos, para enseñarles la doctrina, lo qual ha- cian de buena gana, a los quales comenzaron a enseñar los primeros rudim[en]tos mas como no estuvieron mas de dos meses, no pudieron pa- sar adelante. Avian los yndios cobrado grande amor a los religiosos, y les trahian regalos de fru- tas, mas huian de los soldados, y no los podian ver, por que les quitaban lo que trahian, y se quexaban a los religiosos, y señalaban con el dedo el que les hazia mal, y les decian a los religiosos, que se quedasen ellos solos, y que se fuesen de alli los soldados. Enfermedad incurable en los solda- dos, y desdichado del fraile, que les reprehende sus vicios, porque luego desatan sus ponzoñeras lenguas contra el. venenum aspidum subla bys eorum[25]. Mas yo tengo por mui dichosos a los que por reprehender vicios sin tantos aprobios. En este puerto hallaron muchas cosas de hier- ro, de las que dexaron las naos del Marques del Valle, que dixe arriva, y hallaron hecha la plaza de armas, y los yndios decian avian es- tado alli españoles. es costa abundantissima de pescado, llueve por octubre, como en España, ay muchos montes, y buenas maderas para fabricar naos. Desde aquí despachó el General Sebastian Vizcaino al Almirante Lope{z} de Arguelles con su almiranta, y una lancha, la boca arriva {f. 19} 19 de la California a descubrir lo demas; entraron la boca adentro, hasta llegar a treinta grados cumplidos, y s[iem]pre fue bien recivido de los yndios, todo está mui poblado de yndios: la costa es mui templada, ay muchas pesque- rias de perlas, y a quatro brazas de fondo está el agua tan clara, que desde arriva se ven en el fondo las ostias de las perlas, tan cla- ro, como sli estuvieran encima del agua. Los yndios coxen infinidad de estos ostiones, para comer lo de dentro, los quales echan en grandes hogueras, para que se asen; alli se abren, y queman las perlas, que las ay mui grandes y en siendo la perla gruesa, le hazen una raia por en medio, y se la cuelgan al cuello por gala. El P[adr]e F[rai] Bernardino de Zamudio me dixo, como los españoles sacaban mui buenas perlas, hasta que Sebastian Vizcaino mandó, que todos los que las sacasen se las manifestasen, para sacar de alli la parte, que le venía al Rey, y con esto no quisieron buscar mas. No trato aquí de muertes, ni succesos por abrebiar porque no hago historia, solo digo, que a todos les parecio mui bien la tierra, y que sino les falta- ra el bastimento no se vinieran, y que el dia de oy estuviera mui poblado aquello D[io]s sabe lo mejor.
Jornada de Sebastian Vizcaino al cabo Mendozino.
Viniendo unas naos de China, o Philipinas en altura de 42g[rado]s vieron un remate de la tier- ra firme, que allí hazia, al qual llamaron Cabo Mendozino, a contemplacion del Virrei {f. 20} 20 D[o]n Antonio de Mendoza, que los avia embiado. Y vieron como desde alli hasta el puerto de la Navidad era todo tierra firme. Llegados todos a la Nueva España dieron noticia desto al Virrei, el qual puso por obra este descubim[ien]to y toda la costa hasta llegar allá. Embio unas naos y no pasaron del puerto de S[a]ntiago, que agora se llama de la Magdalena en altura de 25g[rado]s. Volvie- ronse, por parecerles que era imposible pasar adelante, por ser continuo en aquella costa el viento norueste, que es el viento costa- nero, diametralm[en]te contrario a la navega- cion, porque corre la costa al norueste. El Rey Philipo 3°. Supo como su p[adr]e avia man- dado hazer este descubrim[ien]to tambien hallo S[u] M[agestad] unos papeles, e informaciones, qlue ciertos es- trangeros avian dado a su p[adr]e en que le dizen, cosas notables, que ellos en aquella tierra avian visto, llevados alli por fuerza temporal que les dio, estando pescando vacallao en Terranova. Los quales pasaron de la mar del norte a la de el sur por el estrecho de Anian, y por lo menos sino es el estrecho de Anian, el desembocó, por un estrecho donde fue a dar adelante del cabo Men- dozino, en altura de 43g[rado]s en el qual estrecho a- vian visto una mui populosissima ciudad, rica, bien cercada con murallas, y de gente politica cortesana, y bien tratada, y otras cosas dignas de ser vistas. S[u] M[agestad] mandó se hiziere este descubrim[ien]to no re- parando en gastos, que era su gusto. El Conde de Monterrei deseando acudir con toda puntualidad a lo que S[u] M[agestad] con tanto encarecim[ien]to mandaba, {f. 21} 21 nombró por Gen[era]l desta jornada a Sebastian Vizcai- no, Por Almirante a Thoribio Gomez de Corván, y queriendo darle frailes desta prov[inci]a llevó tres religiosos de Nuest]ra S[eñor]a del Carmen Descalzos, lla- mados F[rai] Andres de la Assumpsion, F[rai] Antonio de la Ascension, y F[rai] Thomas de Aquino. Fue por Cons- mographo, pa[r]a la demarcazion de la tierra, Ge- ronimo Martin. Partieron de Mex[i]co año a 1602. Año 1602.[26] a 7 de marzo: salieron de Acapulco a 5 de maio, tres naos, y un barco luengo, para entrar en las ensenadas, y baxios. Hechos a la vela toma- ron su derrota al norueste, ya queda dicho como los vientos son contrarios a esta navegaz[io]n por cuia causa desde, que salieron del puerto de Acapulco, hasta llegar al cabo de S[a]n Sebastian, que es adelante del cabo Mendozino, duró el viage nue- ve meses continuos de navegazion; Llegaron al puerto de la Navidad, y al cabo de corrientes, y a las islas de Mazatlan, son dos islas medianas, y juntas, entre ellas, y la tierra firme haze un buen puerto, y en el desagua un caudaloso rio, que va de la Nueva Galicia. Aquí es donde el yngles D[o]n Thomas Candi, dio carena a su navio mi- entras llegaban las naos de China, que aguarda- ba para robarlas. La tierra firme desta isla, es Caponeta, y Chametla; desde aquí toma principio la boca de la California, por la costa, y tierra fir- me desta Nueva España, y 34 leguas destas islas a la parte de Cinaloa, entra en la mar el rio de Toluca, alla lo llaman rio de Narito. Salieron de aquí, atravesando un braso de mar, entre las islas dichas, y el cabo de S[a]n Lucas, que es en la pun- ta, y tierra firme de la California. Tiene por aquí {f. 22} 22 sesenta leguas de travesia. Junto al cabo de S[an] Lucas está el puerto de S[an] Bernabé dondé avia gran nu mero de yndios desnudos con arcos, y flechas, estas son las armas g[ene]ralm[en]te en toda la tierra, y con esto, queda dicho por todo el viage. Estos llamaban a los españoles llegasen a Tierra. Saltaron en ella, y vien- do los yndios tantos españoles, se retiraron a un altillo, y como los españoles se iban llegando, se iban ellos retirando. El P[adr]e F[rai] Antonio de la As- cension se fue a ellos, al qual aguardaron abrazolos con mucho amor, y luego pusieronlos arcos, y flechas en el suelo. El d[ic]ho p[adr]e llamo un negro, que llevase una espuerta de vizco- cho, para darles, y los yndios se holgaron de ver el negro, y dixeron, como cerca de alli está una isla de negros, y que son sus amigos: en esta plaia avia gran cantidad de ostio- nes de perlas, aquí pescaron gran variedad pesacados[27] de pescados, como son chernos, pargos, meros, corrudas, cazones, tiburones, mantas, raias, chuchos, lizas, salmones, cavallos, roncadores, barberos, banitos, puercos, lenguados, cirgu elos, lagartijas, y otras variedades que no le supi- eron los nombres. En toda la costa ay gran cantidad de sardinas, es tierra sana, buena, y fertil, buen temple, ay mucha caza de mon- teria, y de bolateria, muchas arboledas, y ar- boles frutales: traian los yndios a vender muchas pieles de animales, adovadas por la carnaza, de leon, de tiguer, de lobo, de coiote, y muchas redezueluas de algodón, curiosam[en]te la- bradas. Salió la capitana deste parage, y llego a el {f. 23} 23 puerto de la Magdalena y hasta llegar a la isla de Cedros, no vieron las demas naos. Corrieron en este viage grandes tormentas, cada dia se veian perdidos. No hago aquí mas relacion que de las cosas, que vieron, por abreviar. Este puerto de la Magdalena es grandissimo, y hermosis- sima bahía, lindos abrigos: tiene esta bahia dos entradas: entra la tierra adentro un brazo de mar, no se supo hasta donde llega es mui poblado de yndios. Este es el parage donde el yngles, que robó la nao S[an]ta Anna echó la gente, que en la nao venia, en tierra, y despues de averla saquea- do le pegó fuego, salieron de aquí, y dieron vista a una bahia, por la qual desaguaba un rio: llamase ensenada de S[a]n Abal: llega- ron a la bahia de las Ballenas, assi llamada, por el gran numero, que ay de ellas: avia gran numero de yndios los quales dixeron que la tierra adentro eran en crecido nume- ro: llegaron a las yslas de S[an ] Roque luego a la ysla de la Assumpcion, esteril, y mala; avia gran numero de lobos marinos, tan gran- des como bezerros. Ay muchissimo pescado. Salieron en demanda de ysla de Cedros, llegaron a una sierra alta donde bate la mar, toda pelada, sin genero de yerba, ni arboles, toda Minas[28] ella jaspeada de cintas de varias colores, tan lindas y vistonas, que llevó los ojos de todos, porque se oian la betas desde lexos. Unos mi- neros, que alli iban dixeron, que era aquella gran riqueza de plata, y oro. Procuraron saltar en tirra, mas era la costa tan braba {f. 24} 24 y batian las olas con tan gran fuerza que no les dio lugar. Llegaron a ysla de Cedros viaxando entre la tierra firme, y la ysla de la Navidad, la apitana y fregata, antes de llegar a la ysla de Cedros, dieron fondo en el puerto de S[an] Bar- tholomé, esteril, y sin agua: solo hallaron en la plaia, un betun, que olia a marisco, y por que no tenia buen olor, no cargaron de el. [Ambar][29] Algunos afirmaron, que era ambar, y era tanto lo que avia deste genero, que podian cargar una nao, y mui bien, y nadie se ma- raville desto porque las ballenas, que alli ay es en crecido numero, y la resaca del mar echa este ambar a la playa. Avia tam- bien muchissimo pescado en la tierra, porque huiendo de su contrario, que es el pescado grande, se arrima tanto a la tierra don- de el otro por ser grande no puede llegar, que facilm[en]te las olas del mar lo echan en tierra, y a esta causa ay en la plaia en toda la costa innumerables aves al olor del pescado. Explorando esta tierra, y como no hallaron agua, se fueron lo mas presto que pudieron. Llegaron a ysla de Cedros jun- to a la qual está una punta, que se llama cabo de S[an] Agustin. Fue la fragata a boxear la ysla de Cedros, y hallo tenia treinta leguas de box. Ay mil grandes pinales en la coro- na de los mas altos cerros. Todo lo que avia eran cedros altissimos. Ay muchos yndios, mas no quisieron amistad con los españo- les, antes los amenazaban con las flechas; fue la fragata a reconocer la ensenada, y vie- ron como entraba un brazo de mar la tierra {f. 25} 25 adentro, no vieron el remate, porque entra ba mui la tierra adentro, hacia el oriente. fueron en demanda de la ysla de Cenizas governando al norueste, que es hacia la costa firme, llegaron a tierra, y era buena vis- tosa alegre, y llana. Vieron la bahia de S[a]n Hipolito, buena, apacible, y fertil. Hallaron en camino ancho , y mui seguido, que iba la tierra adentro, y una cabaña mui grande cubierta con hojas de palmas. Cabia adentro mas de cinquenta personas. A 4 leg[ua]s al nor- ueste está la ensenada de S[an] Cosme, buen puer- to, resguarda al viento norueste. Cerca de la plaia en la tierra firme, esta una mui grande laguna de agua dulze. La tierra es buena, y fertil, llana, y de gran gentio. Llegaron al pie de una gran sierra, y alta, negra y tajada en la mar; llamase sierra de S[an] Cipriano. Junto a estas sierras, a la parte del Sotavento, que es el Sueste, estan unas barrancas blancas, y en ellas mucho gentio, luego esta la isla de S[an] Geronimo: llegaron a la bahia de S[an] Fran[cis]co donde avia mucho yn- dios afables, y de paz. Aquí se hallaron cuer- nos de cibola, y de anta. La tierra por estre- mo buena, llana, dio muestras de ser abund[an]te de ganados por los muchos estiercoles, y ras- Cibola Antas[30] tros que se vieron. Adelante desta está una en- senada, por la qual entra con gran furia la cre- ciente del mar, y cuando mengua es nima 6 ni menos en este puerto, y en el de S[an] Geronimo, avia gran numero de cavallos y diversidad de Caballos[31] {f. 26} 26 pescados. Entró la fragata en esta ensanada, y halló un famoso puerto; saltaron en tierra, y avia gran numero de yndios pescando en ca- noas de junco, y assi como vieron los españoles se vinieron a ellos con alegria, y les dieron del pescado que tenian con grande amor, y volunt[a]d, y luego les dixeron donde avia buena agua dulze. Estos mostraron particular amor a los españoles, y no se iban a sus ranchos sin des- pedirse de ellos, y les pedian lizencia para irse a descansar. Y de la tierra adentro vini- eron muchos yndios a ver los españoles. Las mugeres eran honestas, y vestidas con pieles de animales. Estos tienen trato de pescado con los yndios de la tierra adentro, llevan pes- cado, y trahen mexcalli, que es conserva de la raíz del maguei. Otros dixeron como la tier- Nota[32] ra adentro avia mucha gente blanca, vesti- dos, y barbados, y que tenian arcabuzes, y que no estaban de alli mas de seis jornadas, no pueden ser los soldados del Nuevo Mex[i]co porque según la demarcacion de la tierra, por la variacion de los meridianos, y climas, de los mapas, según lo reguló el cosmografo, ay de allí al real de los españoles del Nuevo Mexico, doscientas leguas. El P[adre] F[ray] Antonio de la Ascen- sion dize son moscovitas. Salidos de aquí llegaron a la isla de S[an] Hilario; Luego esta una grande bahia, que haze abrigo al viento no- rueste; avia muchos yndios, y mui arrisca- dos. Desde aquí salieron navegando contra el viento, y corrientes, llegaron a una grande ensenada, cercada de sierras altas, y por {f. 27} 27 una quebrada entraba un brazo de mar. Cer- ca de aquí estan dos yslas a la parte del pon[ien]te. Llamanse de todos santos. Adelante seis leguas, estan quatroiIslas, llamanse de los Coronados. Al norte de estas islas a la tierra firme está el puerto de S[an] Diego, tiene un monte que res- guarda al viento norueste, tiene muchas encinas, naras, vetanas, vomerillo, y much[a]s yerbas odoriferas. El puerto es lindissimo, y grande, haze abrigo a todos vientos. De la otra parte al norueste, ay otro puerto en esta plaia se hizieron unos pozos en el arena, y quando la mar era creciente tenian los pozos el agua dulze; y quando menguante salada. Vinieron muchos yndios a verlos españoles embijado de azul, y plateado, pre- guntaronles por señas, que era aquello, en- señaron unas piedras de metal de que ha- zian el embije, y dixeron, que unos hom- bres blancos y barbados que cerca de allí vivian beneficiaban de aquello, y llegando- se a un español que llevaba una cuera, con unos pasamanos, dixeron que tambien tienen de aquellas cueras, aquellos hombres blancos. Este puerto es fertil, muchas desas buenas tierras mucha caza de bolateria, y de monte, buen temple, buen cielo, y suelo. Llegaron a una ensenada, buena disposicion de la tierra 12 leg[ua]s adelante, apartada de la tierra firme, llamase isla de la Santa Catharina, y antes de llegar, se divisó otra maior al sudoeste desta de S[an]ta Catharina. Hizieron los moradores de {f. 28} 28 ella grandes regocijos con la llegada de los espa- ñoles. Son pescadores, usan de unos barcos de tablas, las proas, y popas altas, y de en medio mui bajas, caben en algunas mas de veinte personas. Ay muchos lobos marinos los qua- les pescan para comer, y con los cueros ado- vados se cubren todos ellos, y ellas, y es su co- mun abrigo. Las mugeres son mui hermosas, y honestas, los niños son blancos, y rubios, /../ay mui risueños, ay[33] mucho gentio; ay muchos puertos y buenos, En esta isla ay muchas perdizes, codorni- ces, conejos, liebres, venados. Destos yndios muchos se quisieron ir con los españoles tan amorosos son como esto. Desde aquí se sigue una renglera de islas derechas por orden, aqua- tro y a seis leguas unas de otras; tienen de largo todas estas islas cien leguas todos se comuni- can unos con otros, y tambien con los de tier- ra. Como estas islas son tantas, y tan espesas y grandes, los que vienen de China siempre han entendido, que es tierra firme, y assi se apartan de ellas, y entre ellas, y la tierra firme haze una canal de doze leguas de an- cho, llamase esta canal de S[an]ta Barbara, es- ta tendida de oriente a poniente. Llegando al principio de la canal, que es cerca de la tierra firme, salio de la tierra una canoa con quatro remeros, en la que venia el Señor o Reizuelo de aquella Costa, llegó esta Canoa a la nao capitana y con ir la nao navegando con buen viento la alo la canoa tres vueltas alrededor con grandissima presteza todos {f. 29} 29 iban cantando en el tono, que los yndios mexi- canos cantan en sus bailes. Llegaron a bordo y sin recelo subian arriba el Reyezuelo, y luego dio tres bueltas a la plaza de armas cantando y hecho esto, luego en presencia de todos hizo un largo razonam[ien]to y acabado dixo por señas como los de la ysla de S[an]ta Cathalina le avian avisado por cuatro vias en canoas, como avian llegado allí aquellos hombres blancos y barbados, gente de buen corazon, y trato, y que les avian dado much[o]s regalos y que por esso venia a ofrezer su tierra y lo que en ella avia. Y como no vei{a} mugeres en la nao, pregunto por ellas con señas tan claras, que se dio a entender tan bien como si hablara en español, dixeronze que no las llevaban: En- tonces hizo mas insis{ten}sia fuessen a tierra, que el remediaria aquella necessidad, y prometio de dar diez mugeres a cada español, rieronse del ofrecim[ie]nto, el Reiezuelo pensando hacian burla de el y que no cumpliria su palabra, dijo fuessen algunos soldados a tierra en su barco, que el se quedaria en rehenes y un hijo suio, y verian como cumplia su palabra; era ya no- che, y assi dexaron la ida a tierra para otro dia y a el despacharon con muchos regalos que le die- ron: dentro de una hora vino soplando el vien- to sueste, y como era a popa no quisieron per- der la ocasión, y quando amaneció se hallaron en las ultimas islas de la canal, que son seis, y a dos leguas mas de otras: es la canal de 24 le- guas de largo. La costa de la tierra firme es {co}s- tosa, alegre, llana y gran gentio. Salieronse de {f. 30} 30 estas yslas y llegaronse a tierra para irla reco- nociendo, era alta, y montuosa y a su abrigo, ha- ze algunas ensenadas, y de una de ellas salieron quatro canoas, y en cada una dos yndios, y se vinieron a las naos, y les dieron mucho pes- cado, y muchas sardinas saladas y salpresas: dieronles en retorno algunas cosillas, y luego se volvieron; llegaron cerca de una tierra alta, y bermeja por las faldas, y muy blanco el copete llamase sierra de S[an]ta Lucia, esta es la que se vie- nen a reconozer las naos de China. Quatro leg[ua]s adelante entra el rio del Carmelo en la mar por entre peñas, baxa de unas sierras altas, y blancas, en sus orillas ay muchos alamos blan- cos y negros, zauces, zarzas, y otros muchos ar- boles de España. Dos leguas adelante está un famo- so puerto, entre el, y el rio ay un monte de Pina- les tiene dos leguas de travesia. La tierra haze una punta a la entrada del puerto, llamase punta de Pinos, el puerto se llama de MonteRei MonteRey[34] En este puerto entró la armada a 16 de diz[iem]bre y desde aquí despacharon el almiranta de aviso al Virrei, dandole razon de todo lo des- cubierto, con una mapa de toda la costa, con los puertos, islas, y su demarcacion. El general envió a pedir socorro para acabar de descubrir la California la boca adentro, y acabar de salir de la duda, si es ensenada o estrecho que sale a la {mar} de el norte por la costa de la Florida, como afir- man los yndios. Escrivio el General al Virrei, q[u]e para el mes de maio del año sig[uien]te estaria aguar- dando el socorro en la California en el puerto de año 1603 [35] la paz.
{f. 31} 31
Este puerto de Monterrei es por estremo bueno, repara a todos vientos, tiene muchas aguas, leña, muchas, y buenas maderas para fabricar naos, ay encinas, naxas, vetamas, rosales, zarzas, zauces, alamos. Fuentes de lindas aguas, lin- das, y fertilissimas deheras, buenas tierras para labores. Ay muchos, y varios animales, y algunos mui grandes; ay osos tan grandes, que tienen el pie de una tercia de largo, y un geme de ancho. Ay unos animales, que tienen el píe redondo como mula, cuernos como cabra, estas dizen son antas. Ay otros animales Antas[36] tan grandes como novillos, la hechura de cíer- vo, el píe hendido como buey, el pelo como peli- cáno, y largo de una quarta, el cuello, y pescu- ezo largo, y en la cabeza unas aspas largas como vbenado, la cola de una vara de largo, y media de ancho. Ay venados, conejos, ciervos, liebres, gatos monteses, tortolas, tordos,gorriones, sir- gueros, cardenales, codornizes, perdizes, tor- zales, aguzanieves, grullas, buitres, alcatra- zes, y unos paxaros de hechura de gallinas de la tierra, son tan grandes, que desde la una ala, a la punta de la otra, tienen de largo diez, y siete palmas. Tiene la costa todos los generos de pescados, y mariscos, que se hallan en la cos- ta de España. Ay muchos lobos marinos, y mu- chas ballenas. Está este pueblo, y su contorno mui poblado de yndios afables, generosos, ami- gos de dar lo que tienen. Estos sintieron mucho los españoles se fuesen de su tierra, porque les avian cobrado mui grande aficion. Son yn- dios, que tienen gobierno. Aquí estuvieron ca- pitana, y fragata hasta 3 dias del mes de henero {f. 32} 32 del año sig[uien]te de 1600. Salieron en demanda del cabo Mendozino, La capitana entró en el puerto de S[an] Fran[cis]co, para ver si hallaba rastro alli de una nao llamada S[an] Agustin, que en aquel puerto dio a la costa, año de 1595. La qual por mandado de S[u] M[agestad], y del Virrei D[o]n Luis de Velasco la avia des- pachado desde Philipinas el Governador Go- mez /…/ Perez das[37] Mariñas, para que se hiziese este descubrimiento, de que vamos tratando, y con temporal dio a la costa. Surgió la capitana detrás de la punta de los rios, que es una pun- ta, que el mismo puerto haze, no echaron gente en tierra, porque la fragata con un gran temporal se avia derrotado, oy no sabian de ella. Llegó la capitana a vista de unas tierras altas, y vermejas, y catorze leg[ua]s adelante a el norueste se vio un cabo tajado a la mar, y cerca de el mas tierras nevadas. Por las se- ñas, y altura dixeron, que era el cabo Men- dozino, que esta en 42 grados. La fragata, pasado el temporal, tomo el piloto el altura, y se hallo en $3 grados: haze la tierra una punta, que se llamó cabo Blan- co, desde el qual corre la costa al nordeste. Junto a el se halló un rio mui caudaloso y hondable, por arias orillas avia grandes fres- nos, zauces, naras, y muchos robles de España. Quisieron entrar dentro, y no die- ron lugar las grandes corrientes, y viendose en mas altura de la que la instruicion man- daba, dieron la buelta azia el puerto de Acapulco, que estas instruiciones llamo yo destruiciones en semejantes oraciones, si no {f. 33} 33 que hagan lo que la ocasión y tiempo les die ren lugar, y vieren conviene, tomando entre ellos consejo de lo importante. Dizen que este rio va a dar a la gran ciudad de Quivira, que es la ciudad que los estrangeros dieron noticia a S[u] M[agestad]quando con fuerza de tiempo atravesaron el estrecho de Anian, por lo qual relacion mando S[u] M[agesdtad] se hiziese este descubrim[ien]to. El General Sebastian Vizcaino llegado de buelta a la California, no aguardó alli el so- corro como avia determinado, porque ape- nas tenia marineros para marear las velas, por que fuera de los muchos, que se avian mu- erto, los demas estaban todos enfermos, y assi- se vino a la costa desta Nueva España, por ver si acaso los aires de ella, daban salud a los enfermos, como succedio, que assi como lle- garon al puerto de Mazatlan todos cobra- ron salud, y como en aquella ocasión le vino el gobierno del Piru al Conde de MonteRei ni embio el socorro, ni se ha tratado mas desta jornada, y assi todo ha quedado en silencio. En confirmazion desta gran ciudad de Quivira hace tambien una relazion que le dieron a Rodrigo del Rio Governador que fue de la Nueva Galicia la qual dize assi. Estando pescando vacallao en Tterranova dos naos de españoles les dio tan gran temporal, que los embió por el estrecho de Anian, y corriendo su fluctuacion, la una a pesar suio embocó {f. 34} 34 por un caudaloso rio, que en el mismo estrecho es- taba azia la parte del sur. Esta llegó a la vista de una, y mui populosa ciudad, cercada con puer- tas, y muralla, saltaron en tierra ocho mari- neros con sus arcabuzes, y llegados cerca de la ciud[a]d no les consintieron entrar dentro, aunq[u]e los recivieron de paz, mas cerca de la ciudad, poco mas de un tiro de arcabuz, estaba una fuente de linda agua, y alli junto una cassilla; dixeron a los españoles, se metiesen alli, y que descansasen, y asi lo hizieron, a donde fueron tres dias mui regalados de gallinas, tortillas de maiz, frutas diferentes, y castañas, y otras muchas cosas; al cabo de los quales quiso el Rey ver aquellos estrangeros como a cosa jamas vista. Salio tanto gentio, que llenaron aquellos campos, y a lo ultimo trahian al Rey cargado en unas andas de un metal amarillo, y el Rey con su corona vestido de pieles de animales, y en llegando a trecho, que el pudiesse ver, y juzgar las facciones, y talle de los españoles, pa- raron las andas, aunque no en el suelo, sino cargadas como las trahian, y dixeron a los españoles saliesen de la posada, para que los viese el Rey, y queriendo ellos llegarse a las andas, donde estaba el Rey para saludarle, les hizi- eron señas, que no llegasen, sino que se para- sen en pie; asi lo hizieron, a los quales estuvo el Rey mirando con grande atencion, y a cavo de un rato los hizieron señas se vol- viesen a entrar en su alojam[ien]to, y luego se volvio {f. 35} 35 el rey a la ciudad; continuando el regalarles, como avian hecho s[iem]pre. Los españoles perdieron el miedo, y como las /…/ mugeres iban por agua a esta fuente, uno de loseEspañoles qui- so por fuerza meter una muger alla dentro, ella se fue a quexar a la ciudad, y luego vini eron muchos yndios a dezirles a los españo- les se fuesen luego, y si no los matarian, y assi se fueron luego. Llegados a bordo contaron a los demas camaradas lo que les avia sucedido. So- bre a ver {suf}rido estas naos gran naufragio llegaron tanto los hielos, y crueles frios, que se elaron los mas de ellos, otros enfermaron de manera, que casi todos perecieron, los que escaparon, viendo eran pocos, para ir a Espa- ña arrivaron a la Florida, a donde el mas curioso, por dar aviso destas cosas, se embarcó en una fragata, que venia a esta N[uev]a Espa[ñ]a llegando al puerto de S[an] Juan de Ulua le dio el mal de la muerte, y conociendo eran cumplidos sus dias, llamó al hermano ma- ior del hospital, y le hizo escribir esta relac[io]n porque se supiese una cosa como esta, digna de ser vista; murio el hombre, y embiaron esta relación a Rodrigo del Rio. Segun las señas tengo por cosa cierta que N.B.[38] esta ciudad es la misma, que vió, y descubrió Anian el que dio aviso a S[u] M[agestad], y que es la mis- ma que vieron por tierra los treinta hombr[e]s que embio Fran[cis]co Vasquez Coronado desde los llanos de Cibola. Y aunque algunos curiosos han dado noticia {f. 36} 36 a S[u] M[agestad] destas cosas no han advertido en dezir el como, y por donde es facil este descubrim[ien]to por que la experiencia /…/ nos enseña cosas nuev[a]s, y s[iem]pre se va sabiendo mas desta tierra, y assi digo, que este descubrim[ien]to por el puerto d[e] Aca pulco, es trabajar en vano, por las causas ya dichas de vientos contrarios, y para descu- brir lo que falta de la California, no se ha de entrar en ella con nao de gran porte, porqu[e] tiene a medio del golfo muchos bancos y arrecifes, y van con mucho riesgo de perderse: lo importante es, que en Cinaloa se fabriquen qua- tro barcos luengos con sus cubiertas, que es co- sa facil, porque se aprovechan de remo, y vela, y son manuales para entrar en todas las ensenadas, y ver lo que ay, y si corre tormen ta, en qualquier rincon se abrigan, y favorecen. En lo que toca al descubrim[ien]to de la gran ciud[a]d de Quivira, se ha de descubrir por una de dos par- tes, por tierra firme del Nuevo Mexico, o sali- endo de la Florida dos caravelas, que emboquen por el estrecho de Anian. No digo salgan sol- dados de la Florida por tierra, aunque es toda firme con esta, como pondré al cabo, contra los incredulos, que afirman lo contrario, por que es pantanosa, y dista mucho desta ciudad por la quenta, y assi se ha de entrar por tier- ra ha de ser por el Nuevo Mex[i]co, y si por mar por la costa del Labrador, que esta en 50 g[rado]s y no por Acapulco, que es imposible el descubrirse por alli. Y de que esto se descubra resaltaran dos cosas La una el bien de las almas la otra el {f. 37} 37 augmento de la corona real, y que S[u] M[agestad] goze tantas riquezas como dizen, que alli ay, pues como tan chistianissimo las emplea tan bien sustentando estas doctrinas.
Entrada de D[o]n Juan de Oñate a el Nuevo Mexico.
Salio D[o]n Juan de Oñate desta ciudad de Mex[i]co año 1596. Llevo en su compañía diez reli- giosos de mi P[adr]e S[an] Fran[cis]co hombres de gran espi- ritu, y letras llamados F[ray] Alonso Martines Comiss[ionad]o desta jornada, F[ray] Fran[cis]co de S[an] Miguel, F[ray] Fran[cis]co de Zamora, F[ray] Juan de Rosas, F[ray] Alonso de Lugo, F[ray] Andres Corchado, F[ray] Juan Claros, F[ray] Christobal de Salazar Sacerdotes, y F[ray] Juan de S[an] Buena Ventura, y F[ray] Pedro de Vergara Relig[ioso]s Legos. Sacó D[on] Juan de Oñate desta N[uev]a Esp[añ]a para es ta jornada mas de setezientos hombres, la flor de la soldadesca de chichimecas, y otras person[a]s de quenta, mas como en semejantes ocasiones no faltan embidiosos, y hombres mal inten- cionados, procuraron pertubar esta jornada, de que resultó gran molestia, y menoscabos a la haz[ien]da deste caballero, y gran daño a aquella tierra, pues como la tardanza de la visita, que le hizieron aguardar tres meses en el casco, se volvieron mas de doscientos hombres, y much[o]s de ellos casados, porque con tan gran tardanza se destruieron, y comieron sus haz[ien]das, y assi se quedaron. Dexadas largas historias, que no hazen a mi intento, digo, que entró en aquella tierra D[o]n Juan de Oñate con mas de quatroz[ien]tos hombres, los ciento, y treinta casados con sus fa- milias, caminadas quatrocientas leguas via {f. 38} 38 recta al norte por el polo a {recto} en altura de 39 g[rado]s y medio. Llegaron a el valle de los yndios Te- guas, que esta en poblados en las orillas del rio, a quien los españoles llaman del norte, por que trahe sus corrientes de asia alla. Plantó su real entre este rio, y el de Zama en parte mui a su proposito, y porque algunos homb[re]s mal intencionados, han puesto doló, y ma- cula, solo por dezir mal, en la poblazion que hizo D[o]n Juan de Oñate, diziendo es tierra mala, y pobre, los tales son hombres que ha- ciendo fuga, se han salido huiendo, y pre- guntandoles la causa de la salida, por no con- fesar sus delictos publican estas cosas infa- mando la tierra; Y contradiciendo a los ta- les digo ser mui importante la di[c]ha poblaz[i]on y de mui gran momento, y utilidad a toda la tierra, cada y quando que se poblare lo demas. Porque como su intención de D[o]n Ju- an de Oñate fue hazer entradas, y explorar la tierra, no pudo hallar parte mas acom- modada, que el sitio de dicho, por ser el come- dio, y que por la parte del poniente tiene la Ca- lifornia doscientas leguas como se ha visto ya 200.[39] y por la parte del oriente la Florida, como trescientas Leguas por el aire, que no las he- 300.[40] mos de regular por las que anduvo Orantes, Cabeza de Baca, ni Hernando de Soto, pues todos anduvieron perdidos andando, y des- andando, yo no cuento sino diametralm[en]te, y por la parte del norte como cien leguas 100.[41] tiene el brazo del mar, que se llama rio de S[a]n Lorenzo, embarcaz[io]n facil pa[ra] España, pues {f. 39} 39 como abaxo pondré, sale este rio a la tierra del La- brador frontero de Terranova a donde todos los años se viene a pescar vacallao, y assi a esta causa es el mejor puerto, que se pudo elegir, y los Yndios de aquí se dieron de paz. Todas las prov[inci]as es gente afable poblada, y les socorrieron a los espa- ñoles con sus bastimentos, y les mataron la ham- bre, y les aiudaron a hazerlas casas, y a todo lo demas, y desde luego dieron el vasallage a S[u] M[agestad] quanto a la calidad de la tierra es fria, y sana; el temple de España. Pruebase la sanidad de ella pues llegan a vivir los yndios a mas de cien años, como yo los he visto, tierra fertil, de lindas aguas cristalinas: cria mucho ganado maior, y menor y sino fuera por la codicia de los governadores, que todo lo han sacado a vender, ya cubrieran todos los campos. Cogese mucho bastim[en]to de trigo, y maiz, y todo genero de legumbres, y en quanto a dezir que es pobre, respondo, que no se ha des- cubierto en el mundo tierra de mas minas que el Nuevo Mex[i]co, de toda ley, buenas y malas. Ay minas en la sierra del Socorro, en las salinas, en la sierra de Puarai, en Tunque, en el Tuerto, en la cienega en S[a]n Marcos, en Galisteo, en los Pecos, en los Picuries: en este pueblo ay minas de granates Grana en Zama, en todas las sierras de los Hemex; no tes.[42] no hay otra cosa sino minas. A donde yo describi mu- chas, y registre por S[u] M[agestad] de las quales saque diez y ocho arrobas de metal quando vine, y las re- parti por todos los reales de minas por donde pa- sé, para que todos viesen los metales del Nuevo Mexico, antes todas son minas, y no ay rincon que no las tenga. Los españoles que allá estan son {f. 40} 40 los pobres de caudal para beneficiarlas, y de menos animo, y enemigos de todo genero de trabajo, pues en la tierra hemos visto plata, cobre, plomo, pie- dra iman, alcaparrosa, alumbre, azufre, y mi- nas de chalchihuites, que los yndios benefician desde su gentilidad, que para ellos son diamantes y piedras preciosas. De todo esto se rien los españo- les que alla estan, como tengan buena cosecha de Nota[43] tabaco para chupar, estan mui contentos, y no quieren mas riquezas, que parece han hecho vo- to de pobreza, que es mucho para ser españoles, pues por codicia, de plata y oro, entraron en el mismo ynfierno a sacarla. Pruebo esta verdad, porque nadie dude si es asi su poco animo, y digo que avra nueve años que entraron en aquella tierra a buscar minas, tres flamencos vezinos desta ciudad de Mexico, llamados Juan Fresco, Juan Descalzo, y Rodrigo Lorenzo, hombres mui honrrados, de toda verd[a]d, y buen exemplo: hallaron muchas minas, hizieron muchas ensaies, sacaron plata como todos lo vimos, vinieron a esta N[uev]a España, com praron herramientas, y demas adherentes, llevaron minero, y afinador, volvieron segunda vez, el dia que llegó la nueva ala villa de los españo- les como volvian los d[ic]hos flamencos a beneficiar minas, aquella misma noche pegaron fuego a el yngenio en que se avian de beneficiar los meta- les, el qual estaba hecho desde que D[o]ln Pedro de Peralta fue Governador, por que fue inclinado a esto, y con sus pleitos todo calmó. Con esto se ve su depravada intencion, y que les pesa, ya que ellos son enemigos de plata, de que otros la saquen
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Los yndios de aquellas provincias son poblados, casas grandes, quiero dezir, de muchos aposentos, y de muchos altos: el vestido mantas de algodón, que se dá mucho en la tierra; pintan estas man- tas. Tambien usan de cueros de cibola, y de lobo, y mantas de pluma, para lo qual crian mu- chas gallinas de la tierra: no hay diferencia en las ropas, del hombre a la muger, todos andan cal- zados por el frio. El sustento maiz, frixol, ca- labazas, yervas, de que antes, que entren los frios, todo se previenen para su año. Carne de vena- do, liebres, conejos, gallinas montesas, codornizes, perdizes; tambien matan para comer; osos, que ay muchos, y mucho pescado: bagre, sollo, trucha, y matalote es lo mas general en todo el rio del norte, de manera, que no mueren de hambre. Una cosa ay que alabar a estas nacio- nes, y es que no son borrachos, ni tienen brebage, sino es agua del rio. Acuden bien a las cosas de la yglesia, y obedecen al religiosos, que las doctrina; con esto esta dicho todo lo que ay en el Nuevo Mexico. Despues de aver puesto las cosas en orden, y dado vista el adelantado D[o]n Juan de Oñate a todas las naciones pobladas, y circunvezinas, tra- tó de hazer entradas la tierra adentro: de las que tuvieron efecto trataré aquí.
Jornada de D[o]n Juan de Oñate a la gran ciuadad de Quivira.
Salió el adelantado D[o]n Juan de Oñate de la villa del Nuevo Mex[i]co a descubrir la gran ciud[a]d de Quivira el año de 1599: Llevó en esta jornada al P[adr]e F[ray] Fran[cis]co de Velasco, que a la sazon era comiss[iona]do {f. 42} 42 de aquellas provincias hombre mui docto, y varon apostolico, y por su compañero un religioso lego llamado F[ray] Pedro de Vergara y ochenta soldados. Llevaba por guia un yndio mexicano llamado Jusepe él que {ya avia} entrado la tierra adentro en compañía de Umaña, el qual yndio con otros dos mexicanos se huieron despues de aver Uma- ña quitado la vida del Capitan Leiba, portugues de nacion, hombre mui valiente. Los dos com- pañeros de Jusepe los avian ya muerto los yn- dios la tierra adentro, el escapó como pudo. Ulti- mam[en]te D[o]n Juan de Oñate hallo este yndio en el Nuevo Mexico en el pueblo de los yndios Picuries y guio al d[ic]ho D[o]n Juan de Oñate, por la parte, y camino, que el avia entrado, que era por los lla- nos de Cibola, donde nadie puede morir de hambre, por el innumerable ganado, que ay de Cibola: son llanos tan estendidos que nadie les ha visto el fin, y remate. Caminaron al lesnordeste, vieron grandes dehesas, bellos cam- pos, muchas aguas, tierra fertil, para labo- rios, buen temple, despues fueron subiendo azia el nordeste: anduvieron por su quenta dos- cientas leguas en estas subidas y baxadas, que no via recta. Llegaron a la tierra de promission en fertilidad, donde los campos producen suio ubas.[44] sin beneficio alguno ubas, ciruelas en gran abundancia, y otras muchas frutas. Por estos llanos, aunque ay yndios, no son poblados, tie nen unas chozuelas de paja a estos llamamos los baqueros, porque se sustenta con este ga- nado no siembran ni cogen bastimentos.
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hazen corambre y llevan a vender a lo poblado y con ella rescatan harina de maiz, y assi se sus- tentan. Encontraronse los españoles con los yndios Excanxaques, que iban a pelear con sus enemi- gos los Quiviras, serian numero de hasta cinco mil, y pensando que los españoles iban a lo propio se les llegaron, y los iban siguiendo , y ha- cian noche un quarto de legua de los españoles. Llegados los españoles al primer poblado de los Quiviras los Excanxaques enemigos comenza- ron a hazer mucho daño a el poblado, unos pegando fuego, otros apoderandose d[e] las casas el P[adr]e F[ray] Fran[cis]co de Velasco como tan christiano y piadoso, movido de compassion por el daño que hazian aquellos yndios, rogo al adelantado les fuessen a la mano en tanto daño: desto se pica- ron los yndios, y se volvieron contra los espa- ñoles, por su mal, pues de ellos murieron al pie de mil, y de los españoles no peligro nin- guno, aunque salieron muchos heridos. En este parage dizen mataron a Umaña y sus com- pañeros a la buelta, que se volvian cargados de oro. Aqui se hallo rastro desto, pues se hallaron algunas cosas de hierro, unas botas, y los huesos de los cavallos: el o[rd]en que tuvieron para ma- tarlos, fue pegar fuego al campo estando ellos descansando, no se escapo mas de un mucha- cho español llamado Alonso Sanchez, y una mulata medio quemada la qual quando se hizo esta Jornada era /…/ y dizen estaba tres jornadas deste pueblo: el di[ch]o Alonso, pocos años ha de que me dixeron los yndios era vivo y que {f. 44} 44 por su mucha valentia era capitan y mui temi- do de los yndios: tambien supieron como cerca de alli estaban siete cerrillos en un llano de adon- de los yndios Aixaos sacan el oro que benefician no se hizo diligencia por nada desto. Tambien dizen como los Quiviras avian embi- ado un embaxador a recivir los españoles, y co molos vieron acompañados de sus enemigos, te- mieron; el embaxador no se atrevio a pasar el rio, que los dividia de los españoles, mas el ade- lantado mandó a unos soldados le procurasen coger las espaldas, como lo hizieron, y echaron grillos, era yndio de suerte. Mas los yndios tu- vieron mas astucia, pues dando rebato falso, mientras los españoles cuidaban de las armas, cuidaron ellos de llevar cargado el preso con gril- los como estaba. Y pareciendo aquella tierra mui poblada según demostraban los innumera- bles humos, mando el adelantado entrassen unos soldados la tierra adentro; caminaron todo un dia, y vinieron a dezir como no da- ban fin a la poblaz[io]n y los yndios avian dicho era mui grande, y que mas azia el norte avia otras maiores. Dizen tambien que si quando los yn]dios colgaron la ropa en los arboles para pelear les mi- raran la ropa, les hallaran los hierros de las lan- /…/sas con que pelean de oro, y las escudillas de oro con que beben. Nada desto se vido. Estos Aixaos[45] tienen mucho oro, y lo benefician, al qual llaman cixao,[46] mas para prueba de que ay mucho oro, y que lo estiman, y benefi- cian, no quiero mas testigo que lo que todos {f. 45} 45 vieron en esta ciudad de Mex[i]co y en la corte, y es que en la refriega dicha con los Excanxaques sacó el adelantado dos yndios Aixaos de naz[ion] el uno era pequeñuelo el otro era mozeton: es- tos dos, por aver sido la guerra dia de San Miguel, quando los baptizaron, les pusieron el nombre del dia. Pues este yndio Miguel ha- cia el buitron en que se beneficia el oro, con tanto primor que se admiraban los que eran desta facultad, y no conocia ningun metal, sino era oro, porque decia: en mi tierra no ay otra cosa sino es esto, y asi no conozco lo demas; los plateros de Mex[i]co no le pudieron engañar con cosas sobre doradas, y cosas de alquimia, y otros metales. Llevaron este yndio a España para que lo viese la Mag[esta]d Catholica Philipo 3°. Los plateros de la corte le pretendieron en- gañar con una ensalada de todo genero de metales picados, y no pudieron, porque luego conocia lo que era oro puro. En casa d[e]l Duque del Ynfantado está una mapa, que el d[ic]ho Mig[ue]l hizo, de todos aquellos reinos, y prov[inci]as de la na- cion , y las circunvezinas de ellas con tan gran primor, como podia un cosmografo: testigo que la vio el P[adre] F[ray] Fran[cis]co de Velasco, que basta. Dio el d[ic]ho Miguel en la corte tanta noticia de la Magestad, y Señorio de su Rey, y de la gran riquesa de oro, que allá ay, que conociendo S[u] M[agestad] el yndio no mentia, mando se aprestasen mil hombres a este descubrim[ien]to. El cavallero que avia llevado el yndio a España por hazer {f. 46} 46 hacia servicio a S[u] M[agestad] dixo queria poner a su cos- ta la mitad, que eran quinientos soldados: pare- ciole mui bien al Rey el ofrecimiento, escriviole al Virrei, que en enterando este cavallero, y cumpliendo con lo prometido, se hizieron otros quinientos hombres a su costa. Como no cumplio, por que no pudo, tampoco el Rey, y assi se ha que- dado esta jornada, hasta que Dios mueva el coraz[o]n de algun rico, que quiera gastar para dexar memoria. Y volviendo a proseguir con mi jornada, digo que vueltos los españoles azia el Nuevo Mexico, por el mismo camino que avian ido, los Quiviras del dicho poblado, que de miedo {se}avian ausentado, y des- amparado sus casas, tambien se volvieron a ellas, y viendo la gran matanza en sus enemigos, conoci- eron dos cosas, la una, que el daño de su pueblo no lo avián hecho los españoles, sino sus enemigos la otra, que los españoles eran mui valientes, y bue- nos para amigos, y assi corrio esta voz de su gran valor por toda la tierra adentro, y deseando su amistad, y conmunicazion, embiaron de la Qui- vira un embajador, yndio de gran suerte y gra- vedad, trahia seiscientos criados de arco, y flecha, que le servian. Los yndios circunvezinos, viendo la tropa, que venia, publicaron, que venian para acabar con todos los españoles, y aun dixeron que el numero de gente era mucho, despues se vido lo contrario, mas en el interin sabe Dios como estaban los corazones de los españoles:a Al- fin llegó, y dio su embaxada, combidando a los españoles con su amistad, y tierras, para que {f. 47} 47 les aiudasen a pelear contra sus enemigos los Aixaos que son los que posehen el oro. El adelantado, no se halló con fuerzas, para ir alla, porque mientras el andaba en esta jornada, se le avian [hu]ido mu- chos soldados de los que avia dexado en la villa para conservar aquel puesto. Las platicas di- chos, y respuestas todas fueron por lengua de apaches, que la entendian ellos mui bien. Dio muchas noticias de su tierra, del señorio de su Rey, y del mucho oro, que alla ay. D[o]n Juan de Oñate, para satisfacerse de lo que el embaxa- dor decia, y para ver si era verdad, que cono- cian el oro, derritio una cadena de oro, y una plancha de plomo, otra de cobre, otra de plata, azojar, /.../ laton, hierro, todos estos metales jun- tos, llamó el embaxador, y demas yndios, aunque no todos juntos, sino en tropas en varias vezes, y preguntandoles, que de qual ge- nero de aquellos avia en su tierra, todos se in- clinaron al oro, y dixeron, que de aquello era lo que avia, y que lo demas no lo conocian, y los que de repente no lo conocian, tomaban el oro en la mano, y lo olian, y por el olor lo conozian luego, y assi no huvo yndio, que dexara de co- nozerlo, y decian que su Rey tenia mucho. Pre- guntandoles el adelantado, que si avia tanto oro como decian, que como ninguno de ellos llebaba siquiera un grano; respondio el embaxador q[u]e su Rey tenia puestas grandes penas al que lo sa- ca fuera de su reino, y al que quebranta este mandam[ien]to luego lo empalan, mas que si supieran ellos que {f. 48} 48 los españoles lo estimaban, que traheran alguno. Este embaxador dixo, que los españoles avian rodeado mucho por el camino, que fueron, que si salieran derechos al norte llegaron en breve; de suerte que según lo que dixeron, se ha de ir por los Taos, y por tierras del Capitan Quenia por aquellos llanos. Prosiguiendo con su embaxada, y viendo que el adelantado no se hallaba en disposicion de ir allá, le dixo, que le diese doze soldados que el iria con esto mui contento: dixo el adelanta- do, que no podia. Vino a dezir el embaxador, que como avia de volver delante de su Rei, con tan mla embaxada, que le diese siquie- ra seis soldados, que con estos iria mui con- tento: prometioselos el adelantado, y los nom- bró, y mandó hazer matalotage, y prevenir armas y cavallos. Con esto partio el embaja- dor mui contento a dar la nueva, dexando dos guias que los llevassen por camino dere- cho. Mas despues de averse ido el embajador, mudaron de intento, y no fueron estos soldados, que si fueran, ya estuviera visto el desenga- ño, y se huviera salido desta duda, si es, o no es; Aqui se perdió una mui grande ocasión, y po- demos dezir, que tarde se cobra la ocasión perdida.
Jornada de D[on] Juan de Oñate a la California por tierra.
Año de 1604 a 7 dias del mes de octubre salio D[o]n Juan de Oñate de la villa de S[a]n Gabriel, a descu- brir la mar del sur: Llevó en su compañía {f. 49} 49 al P[adre] F[ray] Fran[cis]co de Escobar Comiss[ionad]o, que entonzes era de aquellas Prov[inci]as, y un Religioso Lego, llama- do F[ray] de Juan de S[an] Buenaventura, Varones Aposto- licos, y el P[adr]e Comiss[io]n era hombre mui docto, y tuvo don de lenguas, Pues todas las deprendia con gran facilidad. Llevó en esta jornada tre- inta soldados, los mas de ellos visoños, y no lle- varon mas de catorze pares de armas de Cavallo: Caminadas azia el poniente sesenta Leguas, llegaron a la prov[inci]a de Zuñi, que está en Zuñi[47] unos llanos mas poblados de liebres, y conejos, que de yndios. Son seis pueblos, en todos ellos no ay mas de trescientas casas de terrado, de muchos altos, como las de el nuevo Mexico, El pueblo maior, y cabeza de todos ellos, es el pueblo de Cibola, que en su lengua se llama Hauico{Tlauico}, tiene ciento, y diez casas: el sustento como el g[ene]ral de la tierra toda, maiz, frixol, calabazas, carne de monteria; vistense de mantas de iztli texidas de cordoncillo no tie- nen estos yndios algodón. Partieron deste pue- blo, y a 20 leg[ua]s andadas, entre el norueste, y po- niente, llegaron a la prov[inci]a de Mooqui, son cin- Mooqui[48] co pueblos y en todas 450 casas, el mismo modo y casas, mantas de algodón. En la prov[inci]a de Zuñi, ay minas de plata, sobre azul tan fino, que es con que ellos pintan, y lle- van a vender a lo poblado del Nuevo Mexico, yo taxe unas piedras para enseñar, y me dixeron los pintores era el mejor azul del mundo, y que en esta ciudad, valia la libra de aquello a doze pesos, y que no se hallaba una li- {f. 50} 50 bra. Tambien el verde del Nuevo Mex[i]co en parti- cular el de los Hemex es finissimo en pan, y de estos dos generos se puede hazer cargazon pa- ra traher acá. Salieron de Mooqui, y a diez leguas azia el pon[ien]te llegaron al rio colorado: Llamaronle assi, porque es el agua casi colorada: corre este rio sueste norueste, despues dá buelta al po- niente, y dizen entra en la California: desde aqui hasta donde desemboca en la mar, ay mas de cien leguas de pinales. Desde este rio caminaron al pon[ien]te atravesando una serra- nia de Pinales, que tenia ocho leguas de tra- vesia, por cuias faldas, por la parte del sur corre el rio de S[an] Antonio dista 17 leguas des de S[an] Joseph, que es el colorado, corre norte sur, por sierras agrias, y peñas altissimas, es de poca agua, tiene mucho pescado, y bueno. Desde este rio es tierra templada. Cinco leguas adelante azia el pon[ien]te está el rio del Sacra- mento, es de tanta agua como el de S[an] Antonio, de tanto pescado, y tan bueno. Tiene su naci- m[ien]to onze leguas mas arriva azia el ponien- te, corre norueste, sueste, por las faldas de unas mui altas sierras, donde los españoles sacaron mui buenos metales, y ai muchas minas. Hasta llegar a este parage no avian hallado los españoles cosa que les contentase. Es mui acomodado para la vivienda de espa- ñoles. es parte, que se puede hazer Ingenios, ay tierras para laborios, bellos campos, y pastos para ganados y muchas aguas. En esta {f. 51} 51 sierra tienen sus moradas los yndios cruzados, Cruza son rancheados, las casas de paxa, no siembran dos[49] bastimento, sustentanse con la caza que matan, venados, y carneros monteses, que ay muchos, con las pieles se cubren las carnes ellos, y ellas, todos andan calzados, chicos, y grandes: tam- bien tienen para su sustento mezcalli, que es conserva de raiz de maguei. Llaman a estos yndios los cruzados por unas cruzes, que todos chicos, y grandes se atan del copete, que les viene a caer en la frente, y es to hazen quando ven españoles: el origen deste misterio no se supo entonzes. Despues a aca] se Nota[50] ha sabido como muchos años ha, que anduvo por aquella tierra un religioso de mi P[adr]e S[a]n Fran[cis]co el qual les dixo, que si en algun t[iem]po viesen hombres barbados y blancos, que para que no les ofendiesen, ni hiziesen mal, se pusiesen aquellas cruzes que es como a quien ellos esti- man tomaronlo tan de memoria, que no se les ha olvidado. Son bien agestados, y nobles, ellas hermosas, de lindos ojos, y amorosas. Estos yndios dixeron como la mar estaba de alli veinte jornadas, de las que ellos caminan, que se regulan de a cinco leguas. Hase de adver- tir, que no se les cogio en mentira a ning[un]a Nota[51] naz[io]n destas. Tambien dixeron como dos jorna- das de alli, estaba un rio de poco agua, por donde ellos iban a otro mui grande, que entra en la mar, en cuias orillas avia una nacion, que se llama Amacaua, y luego adelante otras muchas naciones que siembran, y cogen ma- iz, frixol, calabazas. Partieron del rio del {f. 52} 52 Sacramento caminando entre el pon[ien]te, y sudo- este quinze leguas, hallando a cada paso buenos aguages: llegaron al rio de poco agua, llamase de S[an] Andres; desde aquí es tierra caliente, avia mucha pitahaia, y arboles diferentes, cami- naron por el 20 leguas, y llegaron al rio grande, que buscaban, por la noticia que los yndios avian dado: llamas{e} rio de Buena Esperanza, y en la mar le llaman rio del N. 3.[52]Tizon: es de tanta agua como Duero, y tanmanso como Guadalquivir: corre noru-este, sueste, luego haze una boca angosta por entre sierras altas, que lo atraviesan, y pasada esta angostura, corre nordeste sudoeste, llevando por uno, y otro lado sierras altissimas, que corren de la misma mane- ra, haziendo por la orilla una ancha vega. Otro dia despues de aver llegado embio el adelantado el Cap[ita]n Geronimo Marquez con quatro soldados el rio arriva a descubrir esta nacion de los yndios Amacauas, y en breve rato traxo dos yndios, a los quales re- galo el adelantado, y los embio, para que lla- masen a los demas: ellos dixeron que si ha- rian, y que traherian de comer: el dia sig[uien]te viendo el adelantado tardaban los yndios, man- dó se preparassen luego doze soldados, para ir por bastimento a la poblaz[io]n, mas antes que los soldados fuessen, llegaron mas de 140 yn- dios, cargados de maiz, frixoles, y calabazas, y luego se levantó en pie un yndio, que se lla- maba Curraca, que en su lengua quiere dezir {f. 53} 53 señor, y hizo un largo parlam[en]to dando a entender a lo que se presumió que se holgaba aver visto los españoles y que queria su amistad. Aquí fue la primera noticia, que tuvieron de la laguna de Copalla donde se presume que sa- Copalla.[53] lieron los mexicanos, que poblaron esta Nueva España. Pintaron esta laguna en tierra, y todas sus orillas mui pobladas, y dixo un yndio mui claro Copalla, y el Capitan Geronimo Marquez, me dixo, como oyendo aquellos yndios hablar a un yndio mexicano criado de un soldado, pre- guntó uno de ellos: este de donde es? es acaso de Copalla? por que assi hablan los de allá. Y mas dixeron estos yndios, que los de aquella laguna, trahián brazaletes de oro en las muñecas de los brazos, en los molledos, y orejas, y que esta- ban catorze jornadas de alli, de las que ellos caminan. Señalaron esta laguna entre el poniente y norueste: tambien dixeron los yndios, como podian los españoles caminar por esta vega hasta la mar, y que avia diez jor- nadas de las que ellos caminan, y que todo era poblado. Puedese navegar mui bien por este rio. Salieron de aquí, y caminaron cinco leguas sin ver yndios, por que era la serra- nia mui agria, y angosto, y estrecho el Cami- no, pero pasada esta angostura, haze una an- cha vega, y mui poblada; aquí salieron a re civir a los españoles con bastim[en]tos, otros tan- tos yndios, como en la rancheria de atrás: es una misma nacion: Preguntandoles por la mar, dixeron que por el rio abaxo avia nueve jorndas, mas que si pasaban el rio {f. 54} 54 no avia mas que quatro, el qual rio llevaban por la parte del norte, y ellos iban caminando al norueste. No le parecio al adelantado ser cosa acertada dexar de seguir el rio abajo, como lo hizo, caminando por sus vegas, viendo s[iem]pre muchos yndios: a todos preguntaba por la mar, que ya sabian se llamaba Hacilla{Tlacilla}, y to- dos respondian señalando desde el pon[ien]te, noru- este, norte, nordeste, a éste, y decian que assi da- ba buelta la mar, y bien cerca, pues decian si pasaban de la otra parte del rio, estaba quatro jornadas no mas, y que aquel golfo de la Cali- fornia, no es cerrado, sino brazo de mar, que corresponde a la mar del norte, y costa de la Florida. Todos los yndios deste rio, son dispuestos bien agestados, y ellas hermosas, mas blancas que las de esta Nueva España, con ser gentes, que ellos andan en carnes, y ellas en cueros, solo trahen ellas cubiertas las partes de la puridad; siempre que los yndios caminan llevan un ti- zon encendido en la mano, por lo qual creo se debe llamar el rio del Tizon: Assi lo afirmo un soldado en esta jornada, el qual avia ido con Sebastian Vizcaino a la California, y dixo que iba en demanda del rio tizon, y creo que si llegara a el, no se volviera como se volvió, por faltarle bastim[en]to pues [aquí] ay mucho. Pasada esta nacion de Amacaua, de la qual ni de las demas no vieron mas de los que estaba en el camino, llegaron a la nacion de los de Bahacecha, casi es la misma lengua, son amigos, y se comunican unos con otros: las vi- viendas de todos los de este rio son unas casas {f. 55} 55 baxas de madera, y cubiertas con tierra. El prin- cipal desta nacion se llama Cahota, este salió con mucho acompaña[mien]to al camino a recivir los españoles, y a rogarles no pasasen aquel dia adelante, sino que hiziessen noche en su pueblo, y assi se hizo por darle gusto. Este yndio, y los suios dieron noticia de muchas cosas, y secretos de la tierra. Preguntaronle por la laguna de Copalla y dixo lo mismo, que queda dicho, y monstran- doles un escarbadientes de oro, lo fue poniendo por la muñeca del brazo, como dando bueltas, dando a entender, que los yndios de aquella laguna trahian brazaletes de aquello: ense- ñoles el adelantado un coral, y preguntando les donde avia de aquello, ellos señalando azia el sur, dixeron que los yndios de la costa lo saca- Coral ban de la mar, y que la mar quando esta braba llaman echa muchos en tierra, y que los yndios escar- le gua- ban el arena, y lo sacan para vender: en esto can[54] del coral lo dixeron todos los yndios por do pasaron, y se vio ser verdad, hallaron mu- chos en poder de los yndios. Pasando esto, estando descansando en el pue- blo del Capitan Otata de la misma nacion preguntandole a el, y a los suios algunas cosas, y monstrandoles unos botones de plata, afirma ron delante de muchos soldados, como cerca de alli, señalando azia el pon[ien]te avia mucho de aquello, y que se llama nañequerro: ense- Plata[55] ñaronles una cuchara de plata, y assi como la vieron dixeron, que aquello era lo que ellos {f, 56} 56 decian, y que avia mucho, y dixeron, que de aquello eran las escudillas, y cazuelas en que comian, y las señalaron, que eran bien grandes, y hondas: hizieron rodar un plato de plata, para que hi- ziese ruido, dando a entender, que asi suenan los otros, quando caen en tierra, y que no se qui- ebran, y poniendo ellos un plato de plata encima de lumbre, con agua, dixeron como en aquellos cozian carne, donde ellos decian, Pero que los otros aunque eran de aquello, que eran grandes, y es- ta dilig[enci]a fue de ellos, sin que nadie les persuadi- ese a ello, y tocando diversas vezes con un cu- chillo en el plato de plata, y dando con un xarro de plata en el plato, y dexandolo caer todo junto con violencia, para que hiziese mas ruido todo junto decian que assi sonaban los otros, y que no estaba de alli mas de cinco jor- nadas, señalando en tierra la mar, y en medio de ella una isla a la qual llaman Ciñogaua, que es el nombre de la nacion, que en ella habita, a esta isla se vá por mar en unas canoas, o barcos, y que desde la costa allá, no ay mas de un dia de navegacion, por la mañana salen, y antes que se ponga el sol, ya estan allá. Señalaron en tierra el grandor del barco, haz[ien]do en tierra una raia, y comenzo a medir, y tenia el barco 70 pies de largo, y 20 de ancho. Preguntandolos si aquel barco llevaba paño en medio, tomó un yndio un palo, y lo puso en medio del barco que avia pintado, y un yndio a la popa, haz[ien]do que governaba el timon; el entonzes tomó un paño, esten[dien]do[56] los brazos en el palo que avia {f. 57} 57 puesto, partio a correr con toda la velocidad, que pudo, diciendo assi corrian los otros por el agua y mucho mas: lo cierto es, que si los yndios no lo huvieran visto, no lo supieran pintar tan per- fectam[en]te. Tambien dixeron como los vezinos de aquella isla, trahen todos conchas de perlas al cuello, y orejas, a las quales llaman Xicullo: tambien dieron noticia de un instrumento con que hazen el son, quando bailan, que es un palo largo del qual estan pendientes much[o]s pedazos de aquel metal de que hazen losa con que comen, y haz[ien]do todo esto ruido a la par bailan al son. Con todas estas noticias no quiso el adelanta- do dexar de irse el rio abaxo a buscar puerto pues eran tan facil de ver, y con la commodid[a]d de guias, pues ellos se combidaban a ello. Pasa- do esta nacion de Bahacecho, llegaron a la na- cion de los yndios Ozaras, lengua dificultosa, los yndios mal agestados, menos afables, y de quien se puede tener poca satisfaccion, y menos seguri- dad. Estan poblados estos yndios en un rio grande, aunque no de tanta agua como el de buena es- peranza, llamase rio del nombre de Jesus, corre entre sierras peladas entra en el de buena es- peranza sueste norueste, veinte leguas antes de llegar a la mar. Supose como todo el rio esta- ba poblado desta nacion, y que es mucho el gentio, señalaron en el suelo veinte ranche- rias, o pueblos desta nacion. Hazen mantas de algodón; el trage, y el cabello diferente de los demas, el cabello es largo, y trahenlo trenza- do, y luego cubierto con un paño o gamuza {f. 58} 58
En esta vega haze el rio muchos esteros. Aquí tie- nen algunas bellotas de encino, lindas, y dulzes, las quales dixeron los yndios eran de la otra ban- da del rio, y que avia muchas. Preguntando por el nacim[ien]to del rio de buena esperanza, dixeron los yndios, que cerca de la mar azia el norueste, y que desde su nazim[ien]to hasta que entra en la mar, tiene 160 leguas, todo poblado, y que en su nazim[ien]to andan cibolas, y venados de los grand[e]s como caballos, en que se hecha de ver ser buena tierra llana, porque estos ganados no andan sino en tierra llana, y de mucha agua. Desde este rio del nombre de Jesus, hasta la mar, está mui poblado, con mas gente, que hasta alli se avia visto, mas la lengua como la de bahacecha, y sino es la misma, diferencia en poco; el trage el modo de vivir, las casas, como los mismos, bien agestados, y dispuestos: todos salian a re civir a los españoles, y les ofrecian, y combida- ban con sus bastimentos. Entre estos yndios se hallaron muchas conchas de perlas blancas, otras mui grandes resplandecientes, y que hazen unos visos, y arboledas mui para ver. Estos yndios dixeron como por la costa avia mu- chas de aquellas conchas, azia el pon[ien]te, y seña- laban, que por detrás de una mui alta sierra corria el mar, por las faldas de la qual sierra entra en la mar el rio de Buena Esperanza. Destos yndios se volvieron a informar de nue- vo de todas las cosas, que el Capitan Otata avia dicho, y no discreparon en nada, y enseñan doles una perla le dieron nombre, y dixeron avia muchas, y bien gordas, y llegandose un yndio {f. 59} 59 al P[adr]e Comissario y tomando un rosario de quen- tas gordas, llevaba el cuello dixo que avia per- las tan gordas como las quentas de aquel rosario y en razon de la ysla de Ciñogaua, dixeron estos, que la señora, o capitana de ella era giganta y que Giganta se llamaba Ciñacacohota, que quiere dezir muger capitana, o señora: pintaronla de alto como hom- bre, y medio de los de la costa, con ser como son mui corpulentos, de gran traves, y grandes pies. y que era vieja, y que tenia otra herma[n]a tamn[ie]n giganta y que no avia varonde su genero, y que no se mezclaba con ninguno de la isla. No se pu- do saber el misterio de su señorio en aquella isla, si era herencia, o tirania por fuerza de armas, y que todos los de la isla eran pelones, que no teni- an cabello en la cabeza. La primera nacion pasado el rio al nombre d[e] Jesus es Halchedoma, son ocho pueblos, el primero tiene 160 casas, juzgose por de dos mil almas; ya he dicho como no vian {sic} mas de lo que estaba en el camino. Luego esta la nacion Cohuana, son nueve pueblos, destos se iban acompañando a los españoles gran suma de ellos, por que vez huvo de mas de 600 hombres, y mugeres, y hacian no- che con los españoles. Luego está la nacion Tlalli son cinco pueblos. Luego los Tlalliquamaías, seis pueblos. Aqui se juntaron, quando traxeron el maiz mas de 200 almas. Luego los Cocapas, son nueve pueblos, esta es la ultima, que se vio, y llega hasta lo ultimo, donde se puede beber el agua dulze, que es cinco leguas de la mar, por que tantas en- tra el mar salado el rio arriba. En el espacio que ay desde el rio de nombre de Jesus hasta llegar a la mar, se vieron mas de veinte mil almas.
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solo desta vanda del rio, que de la otra dixeron que eran innumerables, solo se vian los humos. Los yndios dixeron como no pasaban ellos a la otra vanda, porque eran enemigos, con ser una misma nacion, y que los otros venian, y mataban, y ha- cian gran daño a estos, en que se ve, son los otros muchos. Llegaron dia de S[an] Yldefonso al parage ultimo, y el mas cercano a la mar y el ultimo, donde se puede beber agua; luego el dia de la conversion de S[an] Pablo, aviendo cantado su missa, partió el adelantado, y religiosos con nueve soldados, y llegaron a un famossimo puerto, el qual puerto, y bahia haze el rio de Buena Espe- ranza, quando entra en la mar; llamase puerto de la Conversion de S[an] Pablo. Es tan grande este puerto, que pueden surgir en el, mas de mil naos, sin estorvarse unas a otras. Entra el rio en la mar con quatro leguas de boca, haze en medio de la boca, una isleta baxa, no de arena como lo es toda la costa, sino de barrial toda la Isleta, que que sera como dos leguas de largo norueste sueste, a lo que se pudo ver haze gran reparo a la ba- hia. Entra en ello por aquel rio, hueste, leste, dividiendole en dos bocas la isleta, la una al leste, y la otra al sueste, cada una de mas de legua, y media de ancho, guarda, y defiende el puerto del sur, y del hueste, unas serranias, por cuias faldas, entra el rio en la mar que corre azia allá casi norte, sur, o norueste susueste y entra una punta de ella la mar adentro, mas de seis leguas. De la vanda del leste tiene este puerto o bahia otra serrania, que corre azia la mar nordeste, sudo- este, vese siete leguas distante de la bahia, acaba, y remata en la mar en siete u ocho cerrillos, o {f. 61} 61 mogotes con puntas baxas. Despues destos de la van- da de la tierra haze una punta redonda mas alta que las demas en que acaba la sierra. De la vanda del hueste, que es la que está junto a la bahia, aca- ba tres cerrillos, o puntas redondas, algo mas le- vantadas, que las de la otra serrania, y la ultima destas mas alta, que las otras dos. Despues de estas azia la vanda de tierra haze una punta levan- tada mas, de donde haze la serrania una cu- chilla, que corre mas de veinte leguas susueste nornorueste azia tierra. El golfo corre por esta costa adonde estuvieron, leste, hueste, y doblanbando la punta de la serrania de la vanda del hueste, que como ya dixe, entra en la mar mas de seis leguas, corre por detrás desta sierra azia el nor- te segun dixeron todos los yndios, assi los de la costa, como todos los de el rio, pues afirmaron da vuelta al norte, nordeste, y Leste. El adelantado D[o]n Juan de Oñate tomó posesion en nombre de S[u] M[agestad] deste puerto, y se la dio al P[adr]e Comiss[isari]o F[ray] Fran[cis]co de Escobar, en nombre de S[u] M[agestad] para que n[uest]ra sagrada religion pueda poblar, y pueble aquella tierra, y las de mas a ellas vezinas, y cercanas, y que nos podamos ocupar en la con- version de los naturales, en el sitio, y sitios mas acomodados a n[uest]ro modo de vivir. Tomamos esta posession a 25 dias del mes de henero dia de la conversion del Apostol S[an] Pablopatron de aquellas prov[inci]as y custodia del Nuevo Mex[i]co año del S[eñ]or de 1605 pa[ra] gloria, y honrra de Dios N[uest]ro S[eñ]or. Hecho esto se volvieron al real el adelantado y los que avian ido con el, para que los demas sol- dados fuessen, y diessen feé de la mar, y assi se {f. 62} 62 hizo, gastando en esto espacio de quatro dias. Algu nos soldados afirmaron avian visto atunes, y atunes.[57] que los conocian, porque eran hombres de España. Esto visto se volvieron por el mismo camino, que avian ido, siendo tan bien recividos de los yndios, y con el mismo agasajo, que a la ida; Llegados que fueron a los yndios Ozaxas, como ya se avian in- formado de las demas naciones, y todos decian que esta nacion es mui estendida, y corre por la costa, y que estos son los que sacan el coral coral Quacame.[58] de la mar, al qual llaman Guacame, haziendo diligencia halló unos pocos, y dixeron, que por estar apartados de la costa, no tenian muchos. Mas arriba en el rio de buena esperanza, entre yndios de esta misma nacion, se hallaron otros pocos. Pero en la pov[inci]a de Zuñi se hallaron mas, y rescataron, y dixeron que los yndios de los valles de Señora los llevaban alli a verder, y que estan no mas de siete jornadas de alli, y que estos los sacan de la mar, y que no estaban lexos la mar señalaban al sur, y sudeste. Desde las prov[inci]as del Nuevo Mexico hasta la mar, halló el P[adre] Frai Fran[cis]co de Escobar, solo por el camino avia diez lenguas diferentes. Era este religioso tan habil, y de tan gran memoria, que de quiera que llega- ba deprendia luego la lengua, assi a la buelta Nota[59] desta jornada, hablaba con todas las naciones, y to- das le entendian. Llegaron a los de bahacecha a donde la ida el Capitan Otata, y los demas avian dado tantas noticias de la tierra de la laguna de Copalla, y del oro de la isla, y de la plata, volviendolos a examinar, dieron la misma raz[o]n que a la ida, sin variar en cosa alguna: hizieron {f. 63} 63 las mismas diligencias, que a la ida con el plato de plata, como ya está dicho, solo añadieron que es- ta plata la sacaban de lo alto de un cerro, que está de la otra vanda de la isla, detrás de la qual se es- conde el sol, quando se pone, y dixeron que la cor- taban con un instrum[en]to, duro, preguntandoles si era de lo mismo, dixeron que no, y dieron a entender ser una cosa amarilla obscura, y mons- trandoles una planchuela de Laton, dixeron no era de aquello, y ellos viendo no les entendian se levantó uno, y se fue a la cozina del adelanta- do, y echó mano de un cabo de cobre, y dixo, como aquello era el instrum[en]to con que se cortaba el me- tal, de que hazen las escudillas, y cazuelas. Salie- ron de aqui, y salio el Capitan Otata al camino a recivirlos españoles, con gran acompañamien- to, y tropel de ceremonias, como suelen, arrojando el arco, y flechas en tierra: diole al ghov[ernad]or una sarta de quentas blancas, que trahia al cuello, y otra al p[adr]e comissario, que entre ellos es gran re- galo, las quales avia embiado a rescatar a la isla de Ciñogua con unas mantas de algodón, que a la ida el gov[ernad]or le avia dado para el. Bien se vé quan cerca está la isla, pues avian ido, y buelto en tan, brebe tiempo. Volvieronlos a examinar de todo, y en nada se contradixeron. Estos dieron noticia de muchos prodigios de naturaleza que Dios ha criado entre el rio de Buena Esperanza, y la mar, los quales han causado incredulidad en los oyentes, y assi quando los vea- mos afirmaremos con juram[en]to es assi, y en el in- terin los callo, y paso en silencio, y por dar fin a esta jornada digo, que despues de aver pasado {f. 64} 64 muchos trabajos, hombres hasta llegar a comerse los cavallos, que por no alargarme no lo cuento todo, llegaron a la villa de S[an] Gabriel de buelta, todos buenos, y sanos, sin que faltase nadie, a 25 de abril de año de 1605a donde descansaron, y fueron tan bien recivi- dos como deseados.
Florida Tierra firme con el Nuevo Mexico.
Contra los yncredulos, que no quieren creer que la Florida es tierra firme con esta, y con el Nuevo Me- xico, sabiendo como se sabe, han venido hombres por tierra de alla, y assi pondre todo lo que por la costa, y tierra firme se ha visto aunque no son los de la costa los que mas han visto, que mas han visto los yngleses que los nuestros, pues Juan Dauise yngles año de 1586 llegó hasta 72 grados, adonde halló la mar quaxada por causa del mucho frio, se salio huiendo, que a no hallar este impedim[en]to a mas altu- ra llegara. Otro yngles llamado Haudson año 1612 llegó por el mismo rumbo a 65 grados, entro por un seno que haze la costa en 60 grados, corre al po[ien]te mas de 300 leguas, y despues al sur por mas de otras tantas. Al principio deste seno, llego el mismo año 1612 Henrrico Hudsono yngles, con que se ve tienen mas curiosisdad, que nosotros. Con este fundam[en]to digo, que lo mas setentrional de las yndias es de Totitlan, hasta frontera de Gudlancha, y desde Gudlancha corre esta costa 200 le- guas hasta el rio nevado que esta en altura de 60 grados. De rio blanco a la bahia de Maluos ay 200 leg[ua]s esta se llama la costa del Cabo del Labrador tiene azia el sur la ysla que llaman de los Demonios está en 56 g[rado]s
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En esta costa del Labrador los naturales son dispu- estos grandes trabajadores, son morenos, grandes cazadores; vistense de pieles de animales adova- dos, y blancos. Ay grandes montes, y mui espesos, y en ellos muchos animales fieros, grifos, osos, leones, donde hay una cosa que considerar, y es, Nota que todos los animales terrestres, y las aves todos son blancos. Todos los varones, y mugeres trahen zarsillos de plata, y cobre: todos se embixan el rostro por gala. Uso comun de todos los yndios. Son ydolatras, y ferozes. Muchos bretones, y algunos de Noruega han pasado a poblar esta tierra; pararonse muchos en compañía de Sebastian Gabuto, Piloto, y gran Cons- mografo, y tambien se han pasado muchos yngle- ses, los quales se han quedado alli, y han poblado. De Maluos a la boca de Marco ay 60 leguas, está en 56 g[rado]s . de marco a cabo delgado ai 56 leg[ua]s, está en 56grad[o]s. Desde cabo delgado corre la costa mas de 200 leguas azia el pon[ien]te hasta el rio de S[an] Lorenzo, que es el rio, que arriba puse, al norte de Nuevo Me[xi]co cien eguas o poco mas. Este llaman por otro nombre el estrecho de los tres Hermanos. En este parage haze un golfo quabrado, y baxa desde S[an] Lorenzo hasta la punta de Bacallaos mas de 200 leguas, según las noticias de los yndios del rio de Buena esperanza, como que- da dicho en la jornada de D[o]n Juan de Oñate. Es- te estrecho es que ellos dizen, sale de la mar del norte, y pasa a la mar del sur: entre esta punta y cabo delgado estan muchas islas bien pobladas, llamanse cortes reales. Destas islas estan apodera- dos los franceses. La isla de Corte real, Baye, Dur- charteux, cabo de Sprar, cabo Breton, donde ay {f. 66} 66 muchos franceses de Bretaña. Con esta isla se encu- bre el golfo. La punta de Bacallaos está a 48 g[rado]s, y medio, es tan fria como Flandes, por estar en una misma clima que son 48 g[rado]s y medio. Aqui despoblaron los franceses un fuerte, por no poder sufrir el frio, que era in- tolerable; Desde aquí ay 70 leguas a la bahia del rio, la qual está en 45 g[rado]s. Desde Terranova a la Flori- da ay 900 leguas. Desde la bahia del rio a la bahia de los isleos ay 70 leg[ua]s está en 44 g[rado]s. Desde los isleos a rio fondo, puestos en 43 g[rado]s ay 70 leguas. De rio fondo al rio de las Gamas, que está en la mis- ma altura, ay setenta leguas. De rio de Gamas, a cabo d[e] S[an]ta Maria ay 50 leguas. Desde el cabo al cabo baxo ay 50 leguas. Desde cabo baxo al rio de S[ant]a Anna ay 100 leguas. Del rio de S[an]ta Anna al cabo de arenas que esta en 39g[rado]s ay un ensenada de 80 leguas. De cabo de Arenas al puerto del Principe ay 100 leg[ua]s Este parage se llama Chicoria. Los moradores de este Nota[60] Chicoria parecen gigantes, y el Rey era grande a maravilla; son morenos a mulatados, trahen el cabello largo, y las mugeres mucho mas. Son ido- latras, aunque creen, que el alma es inmortal, y que ay ynfierno, o lugar de penas, en tierras mui frias, donde los dioses permiten purgar los pecados para despues subir al cielo, que es tierra templada. Tambien creen, que viven muchas gentes en el cielo, y debaxo de la tierra, y que debaxo del mar ay dioses. En esta provincia ay plata, alfojar, y piedras {f. 67} 67 preciosas: apacentan en los campos manadas de ciervos, como aca carneros, y ovejas hazen quesos de leche de las ciervas. Junto a esta prov[inci]a en la misma latitud, está la prov[inci]a de Guadalupe, tiene las mismas cosas, que requisi- tos, que esta de Chicoria. Desde el puerto del Principe al rio Jordan ay 70 leguas, en este comedio queda el rio negro, ochenta leguas a la sierra está el monte de los diamantes, Diaman-cerca del qual llegó el alferes Moyano y llevo algu- tes. nas yndias a la Florida: eran tan hermosas, que todas ellas se casaron con los españoles de la Flori- da. Del rio Jordan a la punta de S[an]ta Elena ay 40 leguas, está en 32 g[rado]s. Desde la punta de S[ant]a Elena al rio seco, que esta en 31 g[rado]s ay 40 leguas. De rio Seco a la Cruz ay 20 leguas. De la bahia de la Cruz al cabo del Cañaveral ay mas de 80 leguas, y quedan en medio la bahia de los baxos, y de las Ballenas, la de los Osos, la de S[an]ta Catharina de Guale la de Espoguache, la de Zapa- la, donde oy en dia se ve la planta de un fuerte que fue de yngleses; la de Reinoso, por otro nombre Gua- dalquine, que puede entrar en ella qualquier gale- on por grande que sea. Los baxios desta bahia estan dos leguas a la mar; la de S[an] Pedro, La de S[an]ta Maria de Cena, la de S[an] Mathes, donde Pedro Melendez Mar- ques mató a los franceses: doze leguas desta, la de Ma- tamas, donde mató a Juan de Rivao, tio de Reina D[oñ]a Isabel, de la primer muger que fue de la Magestad de Philipo 2° aquí está el presidio nuestro en 28 g[rado]s, y medi o hoy dia esta el presidio en S[an] Agustin, en el ca- bo del Cañaveral donde suelen reconozer las flotas {f. 68} 68 que desemboca de la Havana. 38 leguas, en altura de 28 grados. Desde el puerto del Espiritu S[an]to hasta Moscoso ay nueve leguas. Aqui tomo puerto el adelantado Her- nando de Soto, y desde aqui entró la tierra aden- tro año de 1539, con novecientos soldados, que lleva- ba, y vió lo sig[uien]te, hasta que murió el adelantado, como adelante se verá. Desde Moscoso a Airiba- racusi, ay 17 leguas, que son 26; a tres leguas deste pueblo ay una mala cienega con laguna de una legua de ancho, y mui honda, a las orillas tiene mucho cieno, de largo tiene doze leguas. Seis le- guas de ella, ay unos valles de mui linda milperia, de maiz, que los yndios siembran, tierra fertil, esta se llama la prov[inci]a de Aquera. Desde Airibacusi, a Aquera, que agora se lla- ma S[an]ta Lucia, ay veinte leguas: corre norte sur. ya son christianos. Desde Vita Chucu a Ozachile, ay diez leguas de tierra llana, y se pasa un rio gran- de, ay doze leguas de despoblado. Desde Ozachile al cabo de ellas esta una mui gran laguna aunque se puede vadear. Desde el puerto del Espiritu S[an]to a Apalache ay 150 leguas, ya se ha descubierto camino mas breve. Desde la bahia de Aute, a la de Acuse ay 60 leg[ua]s es un buen puerto, hondable hasta la orilla. Desde este puerto de Aute, despacho el adelanta- do Hernando de Soto a Diego Maldonado en unos bergantines a dar aviso a la Havana de lo que le iba sucediendo en el descubrimiento de la tierra adentro; mas como en esta jornada, no lleva- ban piloto para la demarcacion de la tierra, no di- ze su historia a que rumbo caminaban, y assi lo hago yo
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Desde Apalache a Arapaha ay 20 leguas, es gente de paz, y hasta aqui son todos christianos. Desde Arapaha se camina un rio arriba 40 leg[ua]s tierra buena, y fertil como la de Apalache, son tam- bien de paz, caminase norte sur. Desde aquí, que es el presidio de S[an] Agustin, está el cami- no derecho a Amachaua, de ay seis pueblos de chris- tianos. A manizquierda queda Tarihica, que son mas de diez pueblos, y los de la laguna de Ocomij, todo christianos, y a los lados muchos pueblos de ynfieles, en los quales pueblos ay mucho gentio. Desde Amachaua, ya se llama S[an]ta Elena a Abacara, ay 12 leguas. Desde S[an] Juan Abacara a S[an] Martin, donde esta uno de los caziques mas pr[incipa]les, ay ocho leguas. Desde aquí hasta S[an]ta Feé ay quatro leguas. Desde S[an]ta Feé a Elaca ay 16 leguas, y quatro al presidio, de mal camino. Llegaron a otra prov[inci]a, que se lla- ma Chalaqui, mui pobre de bastim[en]tos los mas eran chalaqui viejos, y ciegos, poco gentio, está de Abapachi 20 le- guas. Caminaron 24 leguas, y llegaron a la prov[inci]a de Cofaqui, por lo mas angosto, tiene ocho leguas 110.[61] de travesia, aqui esta una pieza de bronze. Entre Pieza Cofaqui, y Cofachiqui ay un gran despoblado, y de bronze {sic} muchos arroios de agua, y dos rios grandes; a 24 leguas comienza el despoblado, y caminando un rio arriba doze leguas, se llega al primer pue blo de Cofachique, del fin del descierto, a Cofa- chique ay dos leguas, y está de la otra parte de Aioque, vase costeando. Aqui ay mucho azofar mas lucido, que el oro, los que entienden esta facul- tad dizen, que tiene mezcla de oro. Este rio dizen que sale de S[ant]a Elena de la Florida. Aqui ay templos, {f. 70} 70 do se entierran los principales, y caziques, e infinitas perlas en unas caxas de madera, y mu cho alfojar. Una legua deste pueblo está la cabe zera, un gran pueblo, y el templo, y es tierra de los caziques tiene grandes arboledas una legua en contorno, llamase el Pueblo Tolomeco, tiene el templo 100 pasos de largo, y 40 de ancho, y doze gigantes.[62] Gigantes con armas a la puerta en entrambos lados, seis caxas de madera de perlas, y al- fojar figuras de madera de los difuntos caziques, y parientes, 88 salas de armas con hierros de azofar, y garnecidas con perlas, y al- jofar. Saliendo de Cofachique se caminan 32 leguas; llegaron a la prov[inci]a de Chalaqui. De Chala- qui a Xuala ay 50 leguas, y desde Apalache hasta aqui ay 270 leguas. Por este Xuala pasa el rio de Cofachique, y de la bahia deste puerto donde se embarcaron abrá 250 leguas a Apalache, que todas son 400 leguas: desde Xuala a la prov[inci]a de Guaxule ay 20 leguas de despoblado. De Guaxule a Ychiaha ay 30 leguas, di ay un rio como Gua- dalquivir, quando pasa por la ciudad d[e] Sevilla, aqui ay mui buenas perlas. Abriendo un solda- do un ostion saco una perla como una avella- na, que la apreciaron en 400 ducados en Espa[ñ]a. Tiene esta ysla de Ychiaha cinco leguas de largo, salieron desta ysla, pasaron el rio, y durmieron en un poblado de Acorte, donde avia mas d[e] mil yndios de guerra es mui buena gente. Coza es una prov[inci]a de mas de cien leguas, toda bien poblada y fertil, el pueblo Coza está a lo ultimo, es de mas de 500 casas, aqui vive el cazique, y les dexaron un christo. Aqui se quedo un soldado huido, que {f. 71} 71 se llamaba Falco Herrado, y quedó un negro enfermo, el ultimo pueblo es Talici, y luego se entra en Tas- caluca, luego a ocho leguas se pasa un rio grande que es el de Taleste, y entraron en Tazcaluca. El cazique era gigante, y un hixo suio, no huvo cavallo, que lo pudiese cargar, solo un rozin de carga lo pudo cargar; aqui mataron los yndios dos soldados; desde aquí avia legua, y media a Mauuilla. Aqui dieron de repente mas de diez mil yndios en los españoles, que llegaron prime- ro, y les mataron algunos caballos, y robaron todo lo que avia en el aloxamiento. Este pueblo estaba cercado de gruessisimos maderos, y de a tres es- tados de alto, estaban atados, y embarrados, te- nian sus troneras, y no avia mas de dos pu- ertas, peleaban de dentro con tal furia, que hi- zieron retirar a los de a cavallo mas de dosci- entos pasos, porque de la cerca les tiraban mu- cha piedra, y les hazian gran daño, y assi se re- tiraban, para mejor arremeter. Pelearon 9 horas, salieron con 1600 heridas penetrantes, sin las de poco momento, que fueron otras tan- tas. Murieron 82 soldados, y 45 cavallos: yndios, e yndias, murieron mas de diez mil, que tam- bien peleaban ellas con grande animo. Aqui se quema la harina, vino, aras, calizes, ornamentos, no se dixo mas missa, no se escapó cosa, sino lo que tenian vestido, todo se quemó en las casas. Hisieron un ornam[en]to de gamuza, y decian missa en seco, adoraban la cruz, la qual alzaba el sacerdote en lugar de hostia, dero esto tres años hasta que salieron a tierra de christianos.
{f. 72} 72
Desde Mauuila al puerto de Acusi, que está azia el oriente, o nornordeste ay 30 leguas, dó avian lle- gado las naos de la Havana, que los iban a buscar. En esta prov[inci]a castigan a los adulteros rigorosam[en]te. Salieron desta prov[inci]a de Tascaluca en dó caia este Mauuila dó fue la sangrienta batalla, y de Ezunde caminadas doze leguas entraron en Chicaza, está, el pueblo a la orilla de un gran rio, y hondo, vieron un esquadron de mas de quinze mil yndios de guer ra, pasaron en canoas a impedir el paso, y de la otra parte avia tambien mas de ocho mil yndios, y dos leguas a trechos estaban muchos esparcidos, todo para impedir el paso, mas ellos pasaron. Caminadas diez y seis leguas, llegaron al pueblo pr[rincip]al Chicaza, do ay muchos nogales, y muchos arboles frutales, tiene el pueblo 200 casas: en este aloxam[ien]to sobre seguro dieron los yndios sobre los españoles, unos a pelear, otros quemando las casas, peleron dos horas, murieron 40 soldados, y 50 cavallos, murieron 500 yndios. Salieron de Chica- za, y combatieron el fuerte de Alibanco, que era de quatro lienzos de a 200 pies cada uno, murier- ron dos mil, y mas yndios e yndias. Desde Ali- banco a Chisa ay un despoblado de 16 leguas. Está Chisca a la orilla del mejor rio, que se vio. De Chis- ca salieron para Casquin, pasaron el rio en barcas, caminaron 12 leguas azia arriba, do hal- laron paso, en el qual avia muchas canoas. Avia de la otra vanda mas de seismil yndios Para impedir el paso. caminadas 16 leguas, lle- garon a Casquin. Estos yndios pidieron se hiziese procession porque no llovia, hizose, y collocaron {f. 73} 73 una cruz, y luego llovió, y mui bien. Los clerigos y frailes, iban cantando las etanias: Colloca- ron la cruz en un zerrillo alto, que estaba junto al rio. Salieron de Casquin para Capafa, está 12 leguas, dividese en dos caziques, en una gran cienega, y laguna, pasada la qual ay unas mui lindas dehesas; luego a 8 leguas estan unos cerros, desde los quales, se dá vista a Capafa. Quarenta leguas de Capafa ay sal christalina, y mui lindo azofar, la tierra donde lo ay es esteril, y mala, y assise volvieron a Casquin. De aqui caminaron 36 leg[ua]s el rio abajo, tierra fertil, y mui poblada; llegaron a Quiguate, de aquí toma nombre la prov[inci]a caminaron 24 leguas al rio abajo de Casquin, llegaron a Colima, recivieronlos de paz, a media legua está el pueblo pr[incip]al, hallaron en el mui gran resistencia, hasta las mugeres peleaban, y se dexaban matar antes que rendirse; quatro mugeres arremetieron a un español, y a puña- das, y bocados lo tenian casi muerto, has[ta] que lle- gó un soldado, y a puñaladas las mató, porque no lo quisieron soltar, y un yndio a dos soldados les partio las rodelas, y los hirio mui mal, y a otro de a cavallo de un golpe le abrio el cavallo desde la cruz, hasta los pechos, con una hacha que le quitó a un sldado, y otro de un bastonazo le derribo to- dos los dientes a un soldado. Todos se embixan pa[r]a parecer mas ferozes; las cabezas las entablan des- de niños, y algunas son mas de media vara de largo, aguzadas azia arriba. Aqui estuvieron 20 dias, curando los heridos de tres crueles batallas, que con ellos tuvieron. Caminaron dos dias, y sa- lieron desta prov[inci]a. Llegaron a a Utiange, camina- ron quatro dias por tierra buena, y fertil, pero de {f. 74} 74 poca gente, llegaron a este pueblo, que es la cabezera, los yndios se ausentaron, y no quisieron paz, ni amistad con los españoles. Son bien agestados. Avia mucha pasa, y ciruelas pasas, muchas nue- zes, y otras muchas frutas. Estaba el pueblo cer- cado de maderos, y dos rios a los lados; muchos conejos, liebres, y venados. Aqui invernaron, y nevó tanto, que en mas de mes, y medio no pudieron salir al campo, tuvieron bastante maiz para to- do el ynvierno, y mucha leña. Aqui estuvieron cinco meses. Aquí se quedó Diego de Guzman amar, amanzebado con una yndia hixa de ca- zique. Caminaron por la Prov[inci]a de Naguatex, y llegaron a la Prov[inci]a Guacane, atravesaronla en ocho dias que no pararon, por no pelear con los yndios. Avia cruzes en las casas, que de mano en mano avia pasado el bien, que avian recivido de la cruz, quando pasó Alvar Nuñez Cabeza de Baca, y Andres de Orantes, y sus compañeros, pasaron curando enfermos con la señal de la cruz, que tanto fruto como esto, haze el buen ex emplo; estos pasaron veinte años antes que el adelantado Hernando de Soto, que es la jornada de que voy tratando. Salidos de aquí, pasaron siete prov[inci]as pequeñas azia el pon[ien]te, llegaron a la prov[inci]a de Anilco, tiene 120 leg[ua]s de travesia; llegados a los terminos de Anilco, caminaron 30 leguas, llegaron al que está a la orilla de un rio maior Guadalqui- vir. El cazique estaba aguardando a los españo- les con 1500 yndios de guerra, mas no pelea- ron. Caminadas quatro jornadas llegaron a la prov[inci]a Guachoia, caminando por despoblado. Aqui se entierran con el cazique que muere {f. 75} 75 todos aquellos, que mas quiso, y amo en vida, hijos, muger, deudos amigos, y criados, todos los entier- ran vivos con el. De Guachoia a largas jornadas caminaron, (despues de muerto el adelantado Hernando de Hern[an]do de Soto) al pon[ien]te mas de 100 leguas. Aqui anduvieron Soto. perdidos, porque ya era muerto la guia. Al ter- .....a 27 Le. cer dia llegaron a los llanos de Cibola, a donde ma- taron la hambre, con la mucha carne de cibola. Los yndios destos llanos no tienen casas, sino unas chozuelas, no siembran bastim[en]tos, sustentanse con lo que matan con la flecha, yervas, y raizes de arboles, y otras cosas. Estos, y los apaches son unos mismos, como ya queda dicho arriba, y con esto queda probado como la Florida, y el Nuevo Mexico es todo tier- ra firme con esta donde estamos, pues los lla- nos de Cibola comienzan a correr azia la Flo- rida 20 leguas de lo poblado del Nuevo Mexico, y muchas vezes sucede en años de seca, llegar estas bacas hasta las salinas, que es lo poblado del Nuevo Mexico de la nacion de los yndios Tompiros, y nos consta por lo que se ha visto desde el Nuevo Mexico, que estos llanos de Cibola los que en ellos habitan son yndios Apaches que llamamos baqueros, porque se sustentan con es- tas bacas, y assi no estuvieron lexos estos solda- dos del Nuevo Mexico. Desde aqui se volvieron estos soldados atrás con mui grandes trabajos, y arremetidas de los yndios, matandoles muchos soldados; demas de 60 yndios criados de servicio, no quedo nin- guno, y 100 españoles, y 60 caballos: Llegaron al {f. 76} 76 rio grande, y se aloxaron en Aminoia, de dó se avian partido con intento de irse a Mexico, y se huvieron de volver. Aqui murio Juan Ortiz el Ynterprete, y 150 personas. Aqui hallaron mas de veinte mil fanegas de maiz, y muchas frutas secas. Este rio de catorze en catorze años sale de madre, por las muchas nieves, que derrite en las sierras, el tiene mas de quinientas leguas desde el nazim[ien]to, hasta donde entra la mar, que es, según se colige, donde agora está el yngles, que se llama la bahia de S[an]ta Maria el Xacal, por otro nombre la Nueva /…/ Birginia, La Nueva Francia: llamanla Birginia, por que en su lengua quiere dezir paraiso. Aquí ay mas de 25000 hombres yngleses, y franceses. Entre rios tienen tres fuertes: doze leguas la tierra adentro tienen una mui gran ciudad, y en 43 grados y medio, sacan mui ricos metales, y los llevan a beneficiar a Ynglaterra. Estos soldados se embarcaron dia de S[an] Pedro en siete caravelones, para irse el rio abajo. Salie- ron de Aminoia, al segundo dia les salieron al encuentro mas de mil canoas, y les mata- ron quarenta y ocho soldados: Llevaban estas canoas a 25 remos por vanda, y en cada canoa 30 flecheros. Trecientos cinquenta caballos em- barcaron, y en el ultimo pueblo se los flecharon todos. Fueronlos siguiendo rio abajo 15 dias: tenia el rio por aqui mas de quince leguas de ancho. A los veinte dias reconocieron el mar, lue- go se fueron costa a costa hasta Panuco, adonde fue tal jornada. Aquí dexo esta jornada, porque ya {f. 77} 77 salieron de tantos peligros, y tribulaciones, y si en algun tiempo entrare alguien por esta tierra, con esta relacion sabra los nombres de las na- ciones, y el orden que tienen, y quales tierra poblada, y qual despoblada, y desierta. A otros les parecerá cosa mui vieja esta, por quanto anda por ai un libro desta jornada, y, conquista de la Florida, yo lo confieso, y tambien me confesará el tal, que ay gran diferencia el averlo visto en un libro de historia, que tiene mas de 400 foxas, a verlo en suma en no mas de quatro, y que por lo menos a costado trabajo el resumirlo, solo por dar gusto al lector.
Noticias de la Nacion Mexicana, que pobló esta tierra de la Nueva España.
Lo que se ha rastreado, y se tiene por cosa cierta es, que los yndios mexicanos, que poblaron esta Nueva España, salieron de la laguna de Copal- la, que está catorze jornadas de la otra parte del rio de Buena Esperanza, dista desta ciudad de Mexico mas de 400 leguas via recta, que si se vá por el Nuevo Mexico ay mas de 540. Via recta es entrando por los valles de Señora, sin llegar al rio del norte, cortando derecho a la prov[inci]a de Mooqui, y de alli a los Cruzados, y luego subir a descabezar el rio de Buena Esperanza; y si desde el Nuevo Mexico se vá a este descubri- miento, se ha de ir por rl rio de Zama, cami- nando al norueste; Assi me lo dixeron los yn- dios del Nuevo Mexico informandome de ellos. En la jornada de D[o]n Juan de Oñate a las Californias apunte como se hallo un yndio, {f. 78} 78 que viendo hablar a otro en lengua mexicana dixo, assi hablaban los yndios de la laguna de Copalla.Tambien dixo, como abaxo pondria las noticias, que en esta jornada tuvieron deesta nacion, que por no interrumpir, aquella jorna da, y contarla sussintam[en]te toque, y pasé a proseguir con lo comenzado, y agora digo, que se supo lo siguiente. En aquella jornada se hallaron muchos edifi- cios, y ruinas antiguas, azequias, que es como lo avia antiguam[en]te en Mexico, y Azcapuzalco, y las grasas de los metales, que beneficiaban, esto se vio adelante de la prov[inci]a de Mooqui, y preguntando a los yndios que ruinas eran aquellas, respondieron, que era tradicion de los viejos, de quienes oian con- tar, que muchos siglos avia, que pasaron por alli gran numero de gente, la qual avia sali- do de la laguna de Copalla, aunque ello la nom- bran con otro nombre, porque es otra lengua, que iban a poblar nuevos mundos, caminando azia el sur, y que fueron tan lexos, que nunca se supo de ellos, si eran vivos, o muertos. Todas estas señas, y rastro de ruinas, ques, azequias, grasas, se hal- lan por los valles de Señora, Cinaloa, y Culiacan, que según demuestran, es el camino derecho, que ellos traxeron, quando vinieron a poblar esta tierra. Tambien es tradicion antigua entre los yn- dios, que un pedazo de hierro virgen, que esta tres leguas de S[an]ta Barbola, media legua apartado del camino, por dó pasan los carros, que van al Nuevo Mexico, que es memoria de la venida de los mexicanos a poblar esta tierra, y que pasaron por alli, y el ydolo, que hablaba con ellos les dixo, {f. 79} 79 que se quedase aquello alli para memoria. Debe de pesar el hierro ochoz[ien]tos quintales, y di- zen que un demonio en forma de vieja india, y mui arrugada, lo trahia cargado: buenas fuer- zas de yndia vieja. Esto es cosa, que todos los que pasamos por aquel camino, por curiosidad lo va- mos a ver. Un herrero de S[an]ta Barbola le partio un poco de un lado, y otros no creiendo ser cosa movediza, y trahida de lexos, sino sospechando ser mina de hierro virgen, le dieron socabon por abajo, al qu- al hierro jaleandole la tierra en que estribaba se ladeó, y assi está agora ladeado. El P[adr]e F[ray] Fran[cis]co de Velasco, religioso de las prendas que todos saben, y arriba queda dicho, tratandole yo destas noticias me dixo como yendo en comp[añi]a, del Maese de Campo Vizente Zaldivar a descubrir la mar del sur, quando se volvieron, a cabo de qua- tro meses de peregrinacion, sin llegar a la mar. En esta jornada llegando a la nacion de los yndios cru- zados, se perdieron unos cavallos, y fueron en bus- ca de ellos dos soldados, y un yndio mexicano cri- ado de un soldado, preguntando a unos yndios, si avian visto los cavallos, respondio uno en lengua mexicana, que no los avioa visto, y preguntandole al yndio de donde era, que sabia hablar en lengua mexicana, respondió, que de la tierra adentro, señalan- do azia el norueste, que es adonde está la laguna de Copalla, con el cuidado de buscar sus cavallos no cuidaron de llevar este yndio al real, para que todos lo viesen, y examinaran, y despues haziendo diligen[cia]s por buscarle, no pareció, que se avia escondido. Haziendo yo muchas, y estrahordinarias dilig[encia]s en el Nuevo Mex[i]co, por averiguar, y apurar esta ver- dad, si ay allá yndios mexicanos, me dixo el Ca- {f. 80} 80 pitan Geronimo Marques, como la primera vez que estuvo en el Peñol de Acoma, entrando en una astufa, vido en ella pintados yndios, y conociendo por el trage Ser mexicanos, preguntó a los yndios qui- en eran aquellos, que alli estaban pintados; y res- pondieron, que pocos años avia, que avian venido por alli de azia la costa del mar unos yndios de aquel trage, y como cosa no vista entre ellos los pintaron, y que de alli avian ido azia el pueblo de Zia de la nacion Queres. Con esta noticia hize gran diligencia, y preguntandole yo al Capitan Maior del pueblo de Zia; llamado D[o]n Andres Pochate y a otros viejos, si tenian noticias de aquellas gentes que avian venido de azia dó se pone el sol, respon- dio, que si, que mui bien se acordaba averlos visto y que algunos de ellos estuvieron en su casa hospeda- dos, y que esto fue pocos años antes, que los españo- les poblasen el Nuevo Mex[i]co, y que si me queria in- formar de ello, que lo preguntase a los yndios de la nacion Hemex, en cuios pueblos estuvieron mas dias descansando. Hize esta diligencia con los capitanes de la naz[io]n Hemex, y llamando al Capitan Maior del pueblo de Amoxiuonqua, llamado D[o]n Fran[cis]co Guaxiunzi, y al Capitan Maior del pueblo de Quiunzigua lla- mado D[o]n Alonso Piztazondi, y D[o]n Gabriel Zandu, su herm[an]o, y otros viejos, y todos dixeron, que es verdad que estuvieron alli aquellos forasteros algunos dias descansando, y que siempre, que me oian hablar con un yndio mio en lengua mexicana, se acor- daban de los forasteros, por que hablaban de aquella manera, y que todavia se acordaban de algunos voca- blos, que les avian oido en lngua mexicana, y me los decian. A estos mexicanos llaman los yndios Hemex en su lengua Guaguatu, Guapatu, y preguntandoles yo a {f. 81} 81 los yndios, porque les dan este nombre, respondieron que por el modo de vivir, porque no tienen casas de terrado, como las de el Nuevo Mexico, sino cubier- tas de paja, y que no tienen atufas para su yn- viernó, que assi lo avian dicho ellos, y que allá donde ellos estan, no haze tanto frio como en el Nuevo Mexico, y que luego se volvieron a su tierra, no por el camino, que avian venido, sino por el rio d[e] Zama arriba, caminando azia el norueste, según la de- resera, que ellos me señalaron. Diziendoles yo a estos Hemex, que si hallara guias, me fuera de buena gana a descubrir esta nacion, por lo mucho, que los quiero, y por quanto si la lengua, y que mediante esto fuera facil el re- ducirlos, al verdadero conocim[ien]to, y gremio de la yglesia, respondieron, que para ir derecho a la lagu- na de Copalla, que no era menester guia, sino sa- lir por el rio de Zama, y que pasada la nacion de los yndios Apaches del Nabaxú, está un rio mui grande, que lleva sus corr[ien]tes a esta laguna, y que el rio basta por guia, y que todo era llano, con bue- nos campos, y pastos, y que si caminaban mas arriba azia el norte, entre el norte, y el norueste que era tierra fertil, buena, llana, y que ay mu- chas naciones, la prov[inci]a de Quiazula, los Gutas, y mas adelante otra nacion poblada, que tienen es- caleras de piedra para subir a las casas, y que todas estas cosas sabian ellos de los yndios Apaches, y de otros, que avian visto todo aquel mundo. Esto es lo que alcanzado a saber acerca de la na- cion mexicana; permita Dios se abra la puerta a tan gran mies, como alla ay, para el bien de aquel- las almas, y gloria, y honrra de Dios N[uest]ro Señor.
{f. 82} 82
Ochenta leguas antes de llegar al Nuevo Mex[i]co para la parte del pon[ien]te, dos de las del camino apartados del rio del norte, y camino real, se tiene noticia de muchos pueblos de gente politica, que siembran algodón, maiz, y otras legumbres; texen mantas las mas finas, y delgadas, que de aquel genero se han visto, de que doy feé, que llegaron algunas pocas a mis manos, las quales rescaté, solo para tra- her a enseñar a esta tierra, como cosa no vista jamas. Dizen que la tierra es llana, fertil, y de Cozoias en 34 g[rado]s[63] muchas aguas: llamase esta nacion los Cozoias hasta agora se tenia sospecha eran Hanos, por que de pocos años a esta parte, salen algunos en compañia de los yndios Gorretas al camino a ver los españoles, que van, y vienen del nuevo Mex[i]co y en este ultimo despacho, quando sali de aquella tierra, hize diligencias por saber, que nacion era, assi se supo agora son Cozoias. Tienen por la parte del oriente por vesinos los Gorretas, por la parte del medio dia los Conchos, y son sus enemigos, por que los yndios del Ojo Caliente, que pensaban hasta agora eran Tepeguanes, son Conchos, y mas a de- lante pasan los Conchos, pues llegan a confirmar con estos Cozoias. En el el valle de S[an] Martin 50 leg[ua]s delante de S[an]ta Bar- bola enseñandoles yo estas mantas a unos yndios Conchos de las encinillas, que salieron al camino, a vernos, al fin como christianos baptizados por mano del S[an]to F[rai] Alonso de Oliva; assi como vie- ron las mantas las conocieron, y dixeron, que no era lexos de alli, donde tenian aquellas mantas, y señalaron el camino drecho, y llano, la Cañada deste valle de S[an] Martin toda derecha al norte. {f. 83} 83 dexando el camino real a el Nuevo Mex[i]co, sobre ma- no derecha: esto se supo por ynterprete mui ladino, en la lengua mexicana, y de nacion Concho. Esto es mui facil de ver con dos dozenas de hombres, y si son hombres, con doze bastan, qui- za sera aquello el momento, y todo es ir hallan- do la tierra, y resulta en bien de las almas que no deben de ser pocas, pues los yndios dizen son mas de quarenta pueblos.
Relacion del Piloto Morera, que pasó de la mar del norte a la del sur, por el estrecho.
El P[adre] F[ray] Antonio de la Ascencion Religioso Carme- lita Descalzo, uno de los tres, que fueron con Se- bastian Vizcaino al descubrim[ien]to del cabo Men- dozino, me dio esta relacion, por cosa cierta, y por eso pongo aquí su nombre, y dize assi. Un Piloto estrangero llamado N. Morera, que entró al yngles de la mar del norte, a la del sur por el estrecho de Anian, dio esta relacion al Cap[ita]n Rodrigo del Rio, Gov[ernad]or que entonzes era de la Nueva Galicia, volviendose a su tierra el Capitan Fran[cis]co Draque en cuia compa[ñi]a avia venido. Saliendo por el estrecho, iba este piloto mui enfermo, y mas mu- erto que vivo, y por ver si los aires de tierra le daban vida, como cosa muerta lo echaron en tierra, el qual a pocos dias cobró salud, y anduvo por aquella tier- ra por espacio de quatro años; salio por el Nuevo Mex[i]co, y de alli a S[an]ta Barbola, y luego paso a las minas de Sombrerete en busca del d[ic]ho Rodrigo d[e]l Rio y el d[ic]ho piloto le contó lo sig[uien]te. Dada larga relazion de su mucha peregrinaz[io]n {f. 84} 84 le dixo como el mismo yngles Fran[cis]co Draque en el parage del estrecho de Anian le avia echado en tier- ra por la ocasion dicha, y que despues, que cobro salud, avia caminado por diversas tierras, por muchas prov[inci]as mas de quinientas leguas por tierra firme hasta llegar a dar vista a un brazo de mar, que di- vide la tierra del Nuevo Mex[i]co, de otra tierra mui grande, que está a la parte del pon[ien]te y que en la orilla de aquel mar, avia muchas, y grandes poblaziones, entre las quales usan andar a cavallo, y pelean con lanza y adarga. No se sabe que nacion sea esta, el d[ic]ho P[adr]e F[ray] Antonio dize creé son Moscovitas, yo digo, que Mosco- bitas-[64] quando los veamos sabremos quien son; y dixo este piloto, como este brazo de mar corria de norte a sur, y que le parecia iba por la parte del norte a dar al puerto, donde a el le avia hechado en tier- ra el yngles, y que en aquella costa de mar avia visto muchos, y buenos puertos, y grandes ensena- das, y que desde la parte que a el le hecharon en tierra se atrevia a ir a España en quarenta di- as en un buen patacke, y que avia recono- zer la costa de Ynglaterra. Ofrecieose de llevar al d[ic]ho Rodrigo del Rio al pa- rage del brazo del mar, que el descubrió, y dixo que con facilidad lo pasaria de la otra parte. Este brazo de mar se tiene por cosa cierta es el de la California, llamado Mar Roxo, y la tierra que está de la otra parte es de las Californias. Como me lo dixeron lo pongo, sin quitar ni poner. Todas estas noticias de las grandes riquezas del Nuevo Mexico, y de la tierra adentro, no las han ig- norado los españoles del Nuevo Me[xi]co, sino que no las {f. 85} 85 merezen gozar, por los secretos juizios de Dios, que nosotros no podemos comprehender; donde se vé cumplida la profecia del S[an]to F[ray] Diego d[e] Mercado, religioso desta seraphica religion, hixo de la prov[inci]a del S[an]to Evangelio, el qual viendo pasar por el pue- blo de Tulla tropa de gente, quando D[o]n Juan de Oñate entró a poblar el Nuevo Mex[i]co, dixo, por vida de F[ray] Diego (que este era su juram[en]to) que tiene Dios en aquellas partes remotas del Nuevo Mex[i]co, grandes riquezas, mas por vida de F[ray] Diego, que no las hande gozar los presentes pobladores, que no las guarda Dios para ellos; y assi ha sido, pues[65] todos, los primeros han fenecido sin gozarlas, y con gran dolor, porque s[iem]pre vivieron con estos deseos, y an- sias de riquezas, que es al fin a que alli entraron a poblar, y gastaron sus haziendas. Dios N[uest]ro S[eñ]or que es el sabidor de todas las cosas, sabe el quando, y como se hande manifestar estas riquezas a los hombres, para que las gozen, que a el solo le es dado el saberlo, que assi nos lo enseña diziendo: non est vestrum noscere tempora, vel momenta[66]. Aa:1.c.[67] Y no solo han gozado riquezas los vezinos del Nuevo Mex[i]co, sino que el azote de Dios ha estado s[iem]pre sobre ellos, y es la gente mas oprimida, y avasallada del mundo, pues no son señores de sus voluntades, y haziendas, pues con facilidad, y sin que ellos puedan hazer resistencia, se las quitan con mano poderosa, quedando ellos en cue- ros, y los otros medrados: ellos son secretos juez[e]s de Dios. Y quando no fuera bastante todo lo dicho, a que se animasen los hombres a entrar la tierra aden- tro, a ver, y gozar de tantas riquezas como Dios {f. 86} 86 N[uest]ro S[eño]r allá tiene guardadas, para todos los yncredulos, que son tardos en creer, bastaba el caso siguiente pa- ra caer en la quenta, y salir de su incredulidad. Siendo guardian del conv[en]to de Quauhquecholan el S[an]to Varon F[ray] Juan de Escalona religioso desta prov[inci]a del S[an]to Evangelio, una tarde a puertas del sol a la hora, que tañe el Ave Maria, estando con sus com- pañeros paseandose por el patio de la yglesia porque el calor del puesto lo requiere, tañeron al Ave Maria, hincaronse todos de rodillas para re- zarla, acabada la oracion se levantaron todos los re- ligiosos, salvo el S[an]to Varon F[ray] Juan de Escalona, que se quedo en oracion, porque mientras los demas rezaban el Ave Maria, fue el arrebatado en spiritu. Los demas religiosos, como lo conocian, y respectaban por santo dexaronlo, y volvieron a pasearse por el patio. Acabo de un rato, comenzó el s[an]to varon a dar vozes diziendo: Beati primi; beati primi. Los religiosos que lo oyeron, estuvieron con gran atencion, y cuidado, por ver si podian oir otra alguna cosa, mas no oieron mas. Quedaron con este deseo de saber, que queria dezir con aquellas pala- bras: Beati primi; beati primi, repetidas dos vezes. A cabo del rapto, y que volvio en si, pregun- taronle los religiosos, que vozes avian sido aquellas, mas el no quiso dezir nada, y los religiosos al fin co- mo gente curiosa, quedaron con este deseo de saber aquel misterio. Otro dia llegandose el s[an]to varon a reconciliar, para celebrar, con uno de los d[ic]hos religi- osos, debaxo de confesion le rogo mui encarecidam[en]te al cnfessor, le dixese que vozes avian sido las de la noche antes, y el respondió: con tal condicion {f. 87} 87 Padre Mio, que mientras yo viviere nadie sepa el caso, yo lo dire. El confesor le dio palabra de no de- zirlo a nadie, mientras el viviera, y daba esta palabra dixo. Sabra V[uestro] R[everendo] P[adr]e Mio, como aier tarde quando esta- bamos rezando el Ave Maria, me fueron reveladas todas las riquezas, y bienes temporales, que Dios N[uest]tro S[eño]r tiene guardadas la tierra adentro del Nuevo Mexico debaxo del norte. Tambien me fue revelado como lo han de descubrir frailes de mi p[adr]e S[an] Fran[cis]co y como los primeros, que allá entrasen los han de martirizar, los quales se me represen- taron, y los vi de martirizar en spiritu, y gozar de verles padezer el martirio, con tanto animo y esfuerzo, por eso dixe: Beati primi, beati primi. Tambien me fue revelado como pasado esto y despues de estar regada aquella tierra con la san- gre destos martires, entrarán allá los españoles, a gozar tantas riquezas como alla ay. Y este santo varon con este buen deseo entro en el Nuevo Mexico, en el segundo despacho que en- traron religiosos, en tiempo de D[on] Juan de Oñate y dio principio al baptismo en el pueblo de S[an]to Domingo a las Orillas del rio del norte, yn- dios de nacion de Queres, en el qual pueblo acabó los dias de la vida santam[en]te. De cosas prodigiosas, que a este santo varon le succedieron con aquel- los yndios, son muchas, y como ya queda dicho, por ser esta relacion, y no historia, no pongo todo lo succedido, por abrebiar. Yo no se R[everendisi]mo P[adr]e que corazon ay tan epeder- nido, que con estas cosas no se ablande, y vuelva mas que blanda cera, y deseé ser el primero a gozar de tal palma, y corona. Pues honrra {f. 88} 88 D[io]s N[uest]ro S[eño]r tanto n[uest]ra seraphica religion, y recivimiento, de sus liberales, y francas manos, cada dia tantas mer- cedes, pues para n[uest]ra sagrada religion, y no a otra tiene guardada esta impresa, para honrrar e illustrar mas este su pobre rebaño. He dado noticia a V[uestro] P[adre] R[everendissi]mo de de todas estas cosas con la brevedad, y mejor estilo, que la cortedad de mi entendimiento, y tosco lenguaje alcanza, para que como p[adr]e piadoso, y de quien depende el cuidar del bien de aquellas almas, abra la pu- erta, y de licencia, para que entren la {tierra } adentro del Nuevo Mex[i]co, y nuevo mundo /.../ dos los religiosos, que tuvieren el espiritu de en- trar apostolicam[en]te sin recibir gaxes de S[u] M[agestad] sino como digo apostolicam[en]te, que religiosos tienen esta santa prov[inci]a del Santo Evangelio, co- mo los ha tenido s[iem]pre de mui grande espiritu que desean entrar entre aquellos infelizes, y barbaras naciones a dexar las vidas entre ellos a imitacion del que por n[uest]ro amor dexó la suia en el arbol de la cruz. Despues de aver acabado de escribir esta re- lacion, llego a mis manos la relazion que se sigue, con que se echa el sello a todas estas verdades, deste gran mundo del Nuevo Mexico llamado España la maior, porque es tan gran- de por tierra firme, que otro como el no se ha descubierto. Porque. Por la parte del sur se puede andar por tier- ra hasta 52 g[rado]s, y medio, que es el estrecho de Ma- gallanes, y por la parte del norte no tiene ter- mino señalado, que es como inacabable. Tiene esta tierra de norte a sur 2178 leguas. De leste a hueste [tiene][68] 1277. leguas, que tantas ay desde {f. 89} 89 Terranova hasta el cabo Mendozino: gracias sean dadas al señor que lo crió. amen.
Relacion de la S[an]ta Madre Maria de Jesus Abadesa del Conv[en]to de Santa Clara de Agreda.
Es mui probable, que [en] la prosequcion del descubri- m[ien]to del Nuevo Mex[i]co, y conversion de aquellas almas se dará presto en un reino, que se llama Tidam, qua- trocientas leguas de la ciudad de Mex[i]co al occidente o entre el occidente, y el norte, que según se enti- ende está entre el Nuevo Mex[i]co, y la quivira, y si acaso se errare la cosmografia, aiudará el tomar noticia de otros tres reinos llamados el uno de Chiles- cas, el otro de los Guismanes, y el otro de los Aburcos, que confinan con este dicho reino de Tidam, y des- cubiertos, que sean, se procurará saber, si en ellos, particularm[en]te en el de Tidam, ay noticia de nuestra s[an]ta feé catholica, y porque medios, y modos se la ha manifestado N[uest]ro S[eñ]or. Nos D[o]n Fran[cis]co Manso y Zuñiga electo Arzo[bis]po de Mex[i]co del Conss[ej]o de S[u]. M[agestad] y del R[ea]l de las Yndias, encar- gamos mucho esta ynquisicion a los r[everendos] p[adres] y cus- todios de la d[ic]ha conversion, para que la hagan, y soliciten con la puntualidad, feé, y devocion, que tal caso requiere, y para que de lo que resultare nos vaian dando aviso, en manera que haga feé, de que, sin duda, procederan grandes aug- mentos espirituales, y temporales, en gloria, y en honrra de D[io]s N[uest]ro S[eño]r. Dada en Mex[i]co a 18 dias del mes de maio de 1628 años- El Liz[encia]do Fran[cis]co Manso Zuñiga.
Esto es R[everendíssi]mo P[adr]e lo que se ha visto, oy do, y sabido assi por mar como por tierra, y certifico a V[uestra] R[everendíssi]ma que no lo he ponderado con el encarecimiento que pudiera, que antes quedo corto, temiendo los {f. 90} 90 varios pareceres de hombres incredulos, que estos de ordinario son los que no han salido de su aldea ni conocen mas de un cura, y un sacristan, y assi todo lo que oien les parece imposible, y que el mundo no es tan grande como lo pintan, por que no pasan con su entendimiento, a mas de lo que alcanza la vista; mas a los hombres pla- ticos, y leidos nada de esto les ofusca los entendi- mientos, porque como lo tienen alcanzan esto y mucho mas. Lo cierto es, que en no acabar de explorar esta tierra S[u] M[agestad] pierde un gran mundo y N[uest]ro S[eñ]or Gu[ard]e a V[uestro] P[adre] R[everendíssi]mo como todos sus hixos desea- mos. Amen.
LAUS DEO
[1] “Proclamad el evangelio a toda la creación” [2] Anotación al margaen derecho [3] Anotación al margen derecho [4] “No temais a los que matan el cuerpo, pero que no pueden matar el alma”. [5] Anotación al margen derecho [6] Al margen [7] Anotación al margen derecho [8] Anotación al margen derecho [9] “No es por el poderío, ni por la fuerza, sino por mi espíritu.” [10] “Rogad pues al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a sus mies.” [11] Anotación al margen derecho [12] “Con él estoy en la aflicción.” [13] Anotación al margaen derecho. [14] Lectura dudosa. [15] Al margen [16] “{Te alabo Padre …} porque ocultaste las cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los sencillos” [17] Al margen [18] La palabra “anuar” se refiere a “anvar” ámbar. [19] “Acabo de contraer matrimonio y por eso no puedo ir”. [20] El pueblo probablemente se llamaba “Santiago Tegua”. [21] Al magen derecho [22] Anotación al margen derecho. [23] Anotación al margen derecho. [24] Anotación al margen derecho. [25] “Con el veneno de la serpiente en sus labios.” [26] Anotación al margen derecho. [27] Al margen izquierdo. [28] Anotación al margen derecho. [29] Al margen derecho. [30] Anotación al margen derecho. [31] Anotación al margen derecho. [32] Anotación al margen izquierdo [33] Palabras entre líneas. [34] Anotacion al margen izquierdo. [35] Anotación al margen izquierdo. [36] Anotación al margen derecho. [37] Lectura dudosa. [38] Anotación al margen derecho. [39] Al margen izquierdo [40] Al margen izquierdo [41] Al margen izquierdo [42] Anotación al margen derecho [43] Al margen izquierdo [44] Al margen izquierdo [45] A ese grupo se le llamó Ahijados o Aixaos. [46] Lectura dudosa,, podría ser “eixao”. [47] Anotación al margen derecho. [48] Anotación al margen derecho. [49] Anotación al margen derecho. [50] Anotación al margen derecho. [51] Anotación al margen derecho. [52] Al margen izquierdo [53] Anotación al margen derecho. [54] Anotación al margen derecho. [55] Anotación al margen derecho. [56] Letras tachadas y la adición correcta arriba de la palabra. [57] Al margen izquierdo [58] Al margen izquierdo [59] Al margen izquierdo [60] Al margen izquierdo [61] Al margen izquierdo no totalmente legible. [62] Al margen izquierdo. [63] Al margen izquierdo. [64] Al margen izquierdo [65] palabra borrosa, con un manchon [66] “No es asunto vuestro conocer las fechas ni los tiempos.” [67] Al margen derecho [68] Esta escrito sobre la línea. |