VERSIÓN PALEOGRÁFICA

Transcripción[1]

 

 

{foja 00a}

{en tejuelo: Mexican 320}

Manuscrit

Un cahier in 4°

20 pages

_______

Recueil de notes de Gama

sur l’image de N[otre] D[ame]

de Guadalupe

N° 320

Volume de 15 feuillets

8 Août 1898

 

{foja 00b, en blanco}

 

{foja  01r}

 

   Para describir una ciudad observan los geógrafos, y lo pide el buen orden, dar noticia de la naturaleza del suelo o terreno en que está fundada, de las cualidades de sus aguas, de los vientos que reinan en ella, y de otras propiedades, buenas o malas de que goza, antes de pasar a explicar lo material de sus fábricas y edificios: esto mismo debemos observar en la descripción de nuestra Sagrada Imagen pues antes de pasar a referir lo admirable de su celestial pintura, lo particular de sus colores, la disposición y arte con que están empleados, sin aparejo, ni imprimación alguna, el extraño y hermoso dorado, y todas las demás circunstancias que la adornan, es necesario dar razón del tosco y grosero lienzo en que se ejecutó este bellísimo y milagroso simulacro. Es su materia extraída de una planta que en el idioma mexicano llaman Metl  y se conoce vulgarmente con el nombre de maguey del cual se sacan y benefician unos hilos que en el propio idioma nombran ichtli ( y de este ichtli torcido o suelto) hacen los naturales ciertos tejidos, mas o menos groseros, según la mayor o menor disposición y beneficio que les dan, y la especie de planta de que se extraen; llaman a cualquiera de ellos ayatl y nosostros ayate. De estos tejidos cuadrados o cuadrilongos usaban en lugar de capa (a la que llamaban tilmatli  y los españoles tilma) los indios pobres y plebeyos, pues los nobles y principales se cubrían con ricas mantas de algodón o de lana adornadas de diversas labores y colores a las que solían mezclar pluma o pelos de conejo como en otra parte hemos dicho; y los unos y los otros se ataban al cuello dos de sus cuatro puntas dejando colgar las otras dos por detrás cuya costumbre observan hasta el día.

 

   Uno de aquellos ayates groseros era el que tenía puesto Juan Diego cuando la Santísima Vírgen le mandó cortar las flores y en el que se representó su imagen al descubrirlas ante el Señor Obispo, no de los comunes abiertos en forma de red que de propósito fabricaban  y hasta ahora fabrican para que sirvan de harneros o cribas en que cernir el maíz (como se cree por la gente vulgar) sino de otros, que aunque tienen el hilo grueso, están cerrados y bien tejidos, los que hasta el día se gastan entre los indios de fuera. El Bachiller Becerra Tanco, a quien sigue el padre Florencia, el Doctor Bartolache y otros atribuye la materia del /…/ en que esta pintada la Santísima Virgen al hilo que se saca de cierta especie de palma nombrada iczotl por la suavidad que se siente al tacto cuando se llega a tocar la Soberana Imagen. Es cierto que el hilo que se beneficia de las hojas de este árbol es muy suave y estando bien preparado, según dice el Doctor Hernández, 

{foja 01 v}

se forman de él unos tejidos (de lienzos y esteras) mejores que los que se fabrican del maguey común pero después de repetidas lociones, maceraciones y asoleadas {a} lo que hace creer que no era de iczotl  la manta de Juan Diego porque todas estas preparaciones para poner el hilo en disposición de tejerlo hace que los lienzos sean más escasos y costosos que los del maguey, a que se junta lo raro de aquel árbol que no se halla sino en lugares montuosos y distantes, quando esta otra planta abunda tanto, que no hay lugar de la Nueva España en que no se encuentre multitud de ellas y por consiguente que usen de solo estos tejidos los indios pobres, como lo era Juan Diego.

 

   Ni la suavidad del lienzo puede probar que sea su materia de iczotl, la misma suavidad y blandura se consigue en los texidos del maguey como la planta sea tierna y este bien preparado el hilo.* El ichtli que gastan los zapateros, el que se emplea en la pita y en el que llaman hilillo es bastantemente suave, dócil y blanco. Pero sin salir de este género de planta tenemos en él varias especies que rinden un hilo suavísimo y delicado, aún más que el lino y algodón. De las diez y nueve especies de maguey de que hace mención el Doctor Hernández es una, la que llaman pati de la cual dice que se preparan unos hilos muy delgados tenidos en grande estimación por ser aptos para texer paños tan /…/ preciosos y delicados como los de lino (b). Y añade el padre F. Francisco Ximénez: Hácese de esta planta lindísima hilo muy delgado tenido en mucha estimación de las damas mexicanas para sus labores y galas y para sus preciosos tocados (c). Aún más suaves y delicados son los lienzos que se fabri-

 

{notas al pie de foja 01v:

a) E folijs hujus arboris fila parari linctis storeisque intexendis perquae acommoda, politiora, firmidraque eis quae ex Metl fieri passim consuevere, madentibus in primis aqua, mox protratis ac lotis, iterumque et iterum maceratis, et insolatis, donec apta redantur, et nei possint, et in usus accommodari, materiamque ejus esse levem ac lentam. Francise Hernand. Oper Edit. Matrit.anni 1790. tom. 1 /cap 2º/ pag. 347.

b) Imagen de la Virgen Maria. Fol.38 /…/.

c) De pati seu metl ex quo fiunt lenissima fila. Similis est metl, sed folijs angustioribus, minoribus, et tenuioribus, magnaque ex parte purpurascentibus, et radice fibrata, crassaque. Species est vocatae Pitae parantur exea fila tenuissima in magno habita pretio, pannisque lineis preciosis texendis aptissima. Ejusd. oper. tom. 2 (cap.8) pag.257 et in edit Rom. 1651 pag. 275 cap. 2º.

d) De la naturaleza y virtudes de las plantas y animales que estan recividos en el uso de Medicina en la Nueva España. Lib. 3, Cap. 2º fol.150 de la edición de México, año de 1615.}

 

* {nota al margen:  El Bachiller Miguel Sánchez, primer historiador de la Santísima Imágen dice: El lienzo y manta en que de las flores apareció pintada aquesta Santa Imágen es de un tejido tan natural de aquesta {sic} tierra que en ella solamente se agarra/…/) la materia que la compone. Es una planta llamada maguey , aquesta  planta se beneficia por mano de los indios naturales. Para poder tenerse, como lo hacen más o menos delgados los tejidos conforme el beneficio, cobrando tal vez apariencia de algodón basto. Este historiador manejó mucho tiempo a los indios y supo e indagó de ellos sus usos y costumbres.[2]

 

{foja 02r}:

 

La noticia de tan prodigioso suceso se divulgó inmediatamente por toda la ciudad y no pudiendo satisfacer los deseos de los que concurrían a ver tan raro  milagro por ser entonces las casas del señor obispo de corta extensión y mucha la incomodidad que había de sufrir, se daba entrada franca a toda la gente, determinó sacar de su oratorio la imagen y exponerla a la vista pública pasándola a la iglesia de los religiosos de San francisco, que llamaban la iglesia mayor y que según dice el padre Torquemada servía en aquel tiempo como de catedral. A ella acudía diariamente el señor obispo a visitar a la Señora hasta el día 7 de febrero del siguiente año de 32 en que se fue para España a consagrarse y a otros negocios a que había sido llamado por la Emperatriz, dejando encargado a los religiosos franciscanos el culto de la Santísima Imágen hasta su vuelta, que fue el siguiente de 33 en que concluida, perfeccionada y dispuesta su primera ermita se trasladó a ella el día 26 de diciembre segundo de Pascua de Navidad con la mayor solemnidad y lucimiento como adelante veremos.

 

{foja 2v, en blanco}

 

{foja 03r}

 

   Los sitios que santificó este último día la Santísima Virgen con sus sagradas plantas fueron ( a la falda del cerro por la parte que mira al oriente) el lugar donde había un árbol nombrado quauhzahuatl que vulgarmente llaman quauhzahuate * debajo del qual estaba la Santísima Señora cuando le salió al encuentro a Juan Diego. Este árbol se mantuvo muchos años,permaneciendo aún el tronco cuando escribió su historia el Bachiller Luis Becerra Tanco, esto es, poco tiempo antes del 1672 en que murió, quien dice: " conforme al sitio juzgo que es un tronco antiguo que hoy persevera en la falda del cerro a cuyo pie pasa una vereda por donde se sube a la cumbre por la vanda del oriente, que tiene el manantial de agua de alumbre de frente".  Parte de este tronco y sus raizes permanecieron hasta nuestros días y yo {lo} ví muchas veces, siendo aún conocido con la denominación de el árbol de la Virgen. El año de 17 en que se comenzó a hacer la calzada que por aquel lado sube a la cumbre del cerro, se quitaron las raíces y pedazo de tronco, que estaba en medio de las primeras gradas, en el lugar donde ahora está el pilar que contiene la inscripción de las indulgencias. El vulgo a pretendido dar el nombre de árbol de la Vírgen  á un arbusto que se halla como 500 varas distante hacia el norte respecto del pozo y lo tienen de pocos años a esta parte en gran veneración cercado de piedra y mezcla, creyendo haver sido este el {sic} en que apareció la Santísima Virgen pero cualquiera persona de juicio, al ver el arbolito, conocerá luego que su edad no puede llegar ni a cincuenta años y por consiguiente que despues de 264 años que han pasado desde el de la aparición en que ya era árbol grande, pues sirvió de ocultarse en él la Santísima señora, no podía mantenerse hasta ahora en todo su verdor y lozanía. Esto es para los que no tienen conocimiento del quauhzahuate, porque los que lo han visto o saben de sus propiedades por la descripción que de él hace el Doctor Hernández hallará que este árbol no conviene con aquel arbusto ni en su magnitud, ni en los granillos de las ojas ( ni en la figura de éstas, semejantes a las del limón aunque más pequeñas), ni en el verdor ni redondez de sus ramas ni en la disposición, tamaño y color de sus flores. Ni hay quien diga que en tanta distancia como en la que está ahora respecto del pozo (donde ciertamente estuvo la Santísima Virgen cuando envió{...}

 

{notas de la pagina 03r:

* El Bachiller Becerra Tanco dice que quauhzahuatl significa árbol de tela de araña o árbol ayuno;  pero ni uno ni otro significa. Qualquiera que tenga una mediana inteligencia de la lengua mexicana conocerá que no es este su propio significado. Su nombre se compone de las voces quahuitl, árbol y zahuatl, que es la sarna. Y todo el vocablo dice: árbol sarnoso. El que lo hubiera visto hallará que con gran propiedad le pusieron este nombre los mexicanos, por tener sus ojas cubiertas de unos granillos a manera de sarna como lo describe el Doctor Hernández por estas palabras: " Nomen sumpsit a foliis, quadam velut scabie infectis. Arbor est magna frecuentissima calidis locis ramos fundens virides ac rotundos, folia mali Medicae minora tamen et granulis quibusdam ut dictum est, refertur, florem magnum, albumque in corymbos compositum, et visu pulchrum, similem quadantenus hyosciamino Frigida humentique natura constat, et montuosis gaudet, calidis, aridisque". Tom.3 pag. 121 edit. Matrit, ann. 1790. }

 

{foja 03v}:

{...}a Juan Diego a cortar las flores) se le huviera aparecido. Sólo se sabe que las apariciones de la Señora fueron en la cumbre del cerro y al pié de él, donde brotó después el manantial que sólo dista del lugar en que estaba el árbol diez o doce pasos, y desde allí anduvo hasta el sitio donde se le fabricó la primera ermita que fue donde compuso las flores en la manta del dichoso indio para que las llevara al obispo a quien se lo demostró cuando fueron a reconocerle el día siguiente.

 

   El orígen del manantial (según se refiere en la antigua relación citada por el Padre Florencia (a) fue que deseosas varias personas de saber el lugar  cierto, para adorarlo y venerarlo, donde estuvo la Santísima Virgen esperando a Juan Diego todo el tiempo que tardo en subir al cerro, cortar las flores, y bajar con ellas, no pudiendo señalar el indio a punto fijo, salió repentinamente un borbollón de agua que con ímpetu y ruido a permanecido brotando incesantemente hasta el día, levantando un plumero como de una tercia de alto. Hasta pocos años hace que excarbando un devoto, comenzó a brotar por allí la agua y a faltarla del pozo. Y aunque ocurrió prontamente a tapar lo que había abierto, ya no brota en éste con tanto ímpetu y ruido como antes. Estuvo esta milagrosa fuente por más de un siglo descubierta con sólo un cerco de piedra hasta que la piedad y devoción del Bachiller Luis Laso de la Vega, vicario que fue de aquel santuario, por los años de 1648 ó 1649, la hizo cubrir, cercar de paredes y adornar éstas con curiosas pinturas que representaban toda la historia de las apariciones cuya fábrica permaneció así hasta el año de 1777 en que se le comenzó a hacer el pequeño pero curiosísimo y bien dispuesto templo que tiene hoy de que hablaremos en su lugar*.

 

   Las aguas de este manantial son gruesas, amarillas y de un sabor desagradable y dejan en el fondo del vaso mucha tierra friable de que forman unos panecitos, que se dan como reliquia. Ellas son saludables en muchas enfermedades, sea porque fueron producidas milagrosamente o por las sales nativas de que constan **. Y aunque según el ímpetu con que brotan  y el volumen que levantan  parece que debían formar un caudaloso arroyo, sólo despiden un hilo muy delgado, que se recoge por un lado y otro en unos pequeños estanques hechos a propósito para que se laben en ellos los enfermos. El pozo en que se recogen está en forma circular y tiene como dos varas de diámetro y tres de profundidad y se halla a la entrada del vistoso templo que en aquel lugar se ha fabricado por la parte del poniente. Aquí entra el párrafo que comienza: En la cumbre del cerro{...}

 

{notas de la pagina 03v:

** El olor y sabor de éstas aguas indican que pasan por algún mineral de asphalto o betum judaico  a que llaman los indios chapopotli. Con efecto, a poca distancia de este milagroso manantial y a la parte del S.O. de él, en las zanjas que se hicieron para los cimientos del convento de religiosas capuchinas que se fabricó contiguo al templo de Nuestra Señora, se halló el año de 1785, sobre la agua que salía, mucha cantidad de petróleo o napta, que la gente vulgar creyó ser un azeite milagroso. Las propiedades que tiene el petróleo y el asphalto, que refiere el Señor de Bomare en sus respectivos artículos de su Diccionario de Historia Natural y en el segundo tomo de su Mineralogía y los usos médicos que de ellos se hacen, convienen con las destas saludables aguas: ellas fortalecen los nervios, curan las úlceras y otras enfermedades del cutis y preservan de ellas; y por esta razón van frecuentemente los indios a labarse en los derrames del pozo y hacen lo mismo con sus hijos aunque estén sanos. Bebidas, matan las lombrices, fortalecen el estómago y obran otros efectos maravillosos.}

{nota al margen: En un lugar poco distante para formar otro pozo cuyas aguas sirviesen de apagar la cal, hacer la mezcla, y a los demás usos de la obra de la iglesia que se iba a fabricar brotó allí con el mismo ímpetu y comenzó a bajar la del pozo milagroso.}

* {nota al margen: Con ocasión de limpiar su fondo de alguna tierra y cascajo que le havía caído cuando se demolió el chapitel antiguo que tenía, se encontró en él a la parte del S.O. una gran piedra dura por debajo de la qual viene la agua con un vapor o gas tan dañino que inmediatamente se sentían los operarios con los sentidos perturbados con los /…/ y los estómagos revueltos hasta que salían fuera y tomaban un poco de aguardiente y de este modo /…/ consiguieron el limpiado.}

 

{foja 04r}

cuyo canto forman con dulces trinos y delicados quiebres. De ambos hace mención el Doctor Hernández, de coyotototl (que significa pájaro cascabel) dice: Nomen habet á sonitu illi sonalium simili. Histor avium Nov. Hisp. cap. 149 pag. 44, Pero que de tzinitzcan  de que trata en dos distintos capítulos /…/ pinta su hermosura  por los matizados colores de las plumas de que se servían  los naturales para formar imágenes y para ponerse sobre las cabezas en sus bailes y quando salían á la guerra y en quanto a su canto no tuvo noticia alguna ni se usa su carne para viandas pues dice pulcherrima avis est,  sed neque   cantillat, neque (quod  sciam) eduli carne constat . Loc. cit. cap. 43 pag. 23. Parece por estas expresiones y por la magnitud de su cuerpo igual al de una paloma, avis est parva columbae pone par

 

De Tzinitzcan trae dos especies, la una cuyo cuerpo dice ser igual al de una paloma, consat de hermosas y matizadas plumas de que se servían los naturales para formar imágenes y para adornar sus cabezas en la guerra y en sus mitotes o bailes públicos pero que ni cantaba ni se hacía uso de su carne para las viandas. Avis est parva, dice, columbae penè par plumis multorum colorum vestita quibus imagines mirae subtilitatis intexunt Indigenae... et utebant festiuis diebus in bello, Templis, ac publicis tripudijs.... Pulcherrima avis est, si que alia, sed neque cantillat neque(quod sclam) eduli carne constat. Loc. cit. cap. 43, pag. 23. La otra especie (cap. 135, pag. 42) es una avecilla pequeña menor que un jilguero que también consta de plumas de diversos colores de que se servían los indios para los mismos usos que las de la antecedente y aunque nada dice de su canto, parece que ésta debe ser la que expresó Juan Diego, si buscamos la etimología de su nombre, parece que deriva del verbo tzilini que significa sonar el metal /…/ y tzinitzcan, syncope de tzilinitzcan que es como si dijera, Ave de fino canto, como de sonoro metal que es como si dijera, ave de fino canto, como de sonoro metal. (figura de que se usa mucho en la lengua mexicana).

 

{...} á la misa de la Virgen que se canta los Sábados y á oir la Doctrina que explican los padres de San Francisco y haviendolo oído la Santísima Señora le dijo: "yo soy la misma Virgen María, Madre del Verdadero Dios cuya Misa y Doctrina vas á oir.   Pero quiero que pases a la ciudad de México y digas al obispo que es mi voluntad {incompleto}.

 

Se excusó el humilde Juan Diego con éstas palabras: canel nicnotlapaltzintli, canitconi mecapalli, cani edcapoli, cani cuitlapilli canatlapalli, canitconi, nimamaloni,  que literalmente suenan: pues soy un vil hombrecillo, cordel para cargar angarilla donde se carga, pero son frases de reverencia para expresar su bajeza y humilde nacimiento como lo dá a entender más claramente con las otras voces itconi y mamaloni que son sinónimas y significan gente baja, plebeya y subordinada, como si dixera:" mándame señora que lleve a cuestas alguna carga a que me emplee en otro ejercicio mecánico de los que entendemos los pobres macehuales, pero no quieras elevarme a la excelsa dignidad de embajador de tan celestial Reyna que no soy capaz de desempeñar". He puesto a la letra las palabras mexicanas que constan al fol. 3 de la Historia impresa por el Bachiller Luis Laso de la Vega, que son las mismas que se hayan también en el fragmento citado de papel de maguey, para comprobar mas no haver sido el autor de la referida historia el dicho Bachiller Laso pues éstas expresiones son propias del estilo de hablar que usaban los mexicanos en aquellos tiempos inmediatos a la conquista cuyo frasismo y mexicanismo ya estaba enteramente perdido y muy adulterada la lengua más de 100 años después que havían pasado hasta el de 1649 en que la sacó a luz el expresado Bachiller Laso.

 

{foja 04v}

 

{...}no podré decidir si el ayate es tejido de hilo de maguey o de palma por no haver tenido la dicha (que tanto he deseado) de tocarlo con mis manos, ni aún ver de cerca la Sagrada Imagen, quitada la vidriera. Lo que si puedo asegurar es que tanto en el M.S. original, como en el impreso que dió a luz el Bachiller Luis Laso de la Vega se dice que era de maguey. Pero sea de una o de otra materia, ámbas producen un hilo áspero y difícil de pintar en él sin aparejo. Lo cierto es que los pintores Don Miguel Cabrera  que lo reconocieron y palparon aseguran

{entre lineas: cito} algo grueso /…/ formado de ichtli que sacan de él, que de esto se vestían y cubrían los plebeyos o macehuales porque de las mantas {aquí se corta el texto} /.../ses de algodón o lana sólo se vestían los caballeros o señores y los capitanes generales*.

{nota al pie de pagina: En obsequio de las personas inteligentes del idioma mexicano que carecen de la Historia del bachiller Laso , pongo aqui el texto a la letra para que tengan la satisfacción de leerlo como lo escribió su autor en aquel tiempo tan inmediato a la milagrosa aparición en que {aquí se corta el texto} /.../ los de su Nación. Dice pues: " In timatzintli ineolol catca in Juan Diego in itech tlamahui}

 

{foja 05r}

 

Luis Ponce de León, no murió antes de entrar en México como se asienta falsamente, pues publicó la Real Cédula hecha en Toledo a 4 de noviembre de 1525 que le vino co/…/ para que no hubiese juegos que pasasen de 20 pesos. Consta por diligencia asentada por Francisco de Orduña, escribano, con fecha de 4 de julio de 1526. Puga f.69
Todo esto consta impreso por un autor (D.C.C.Q) que si como impondría  tanto trabajo en registrar archivos privados y reconocer papeles antiguos, huviera moderado su severa crítica y afectado estilo, no conociera el público de muchas noticias ciertas y bien circunstanciadas que desentrañó de los más ocultos documentos de la antigüedad.

 

{foja 05v}

 

Quauhzahualotli, el camino del árbol Quauhzahuate

Dice Torquemada lib.5, cap.9, pag. 606 que llegó a México el señor Fuenleal el año de 1531, y en la pag. 608 dice que governó poco más de 3 años.

 

Referencias. 1a. sobre la plática con el obispo en mexicano, 2a. sobre el nombre de Guadalupe que no pueden pronunciar los indios, 3a. sobre la consagración del /ermita/ que dice Betancurt que fue por el señor Garcés el año de 27, 4a. sobre que no había convento en Santiago hasta después del año de 43. Sobre no haber escrito Torquemada veanse las contradicciones en el padre Betancourt. Sobre lo que dice Becerra Tanco, que enviudó Juan Diego dos años después de la aparición, haviendo sido dos años antes. Sobre el paradero de las flores. Sobre el día en que se debía celebrar su fiesta que dice Becerra Tanco debe ser el 22 de diciembre, pag. 56. Y también se ha de refutar a este sobre lo que dice de la venida de Santo Tomás.

 

{foja 06r}

 

Para decribir una ciudad observan los geógrafos y lo pide el buen orden, dar noticia de la naturaleza del suelo o terreno en que está fundada, de las qualidades de sus aguas, de los vientos que reinan en ella, y de otras propiedades buenas o malas de que goza, antes de pasar a explicar lo material de sus fábricas y edificios. Así debemos observar en la descripción de nuestra Sagrada Imagen, pues antes de pasar a referir lo admirable de su celestial pintura, lo particular de sus colores, la disposición y arte con que están empleados, sin aparejo ni imprimación alguna, el exquisito y hermoso dorado y todas las demás circunstancias que la adornan es necesario dar razón del tosco y grosero lienzo en que se executó este bellísimo y milagroso simulacro. Es su materia extraida de una planta que en el idioma mexicano llaman metl y se conoce vulgarmente con el nombre de maguey del cual se sacan y benefician unos hilos de que hacen los naturales ciertos texidos, mas o menos groseros, segun la mayor o menor disposición y beneficio que les dan y la especie de planta de que se extraen. Llaman a cualquiera de ellos ayatl y nosotros ayate. De estos texidos cuadrados o cuadrilongos usaban en lugar de capa ( a la que llamaban tilmatli y nosostros tilma) los indios pobres y plebeyos porque los nobles y principales se cubrían con ricas mantas de algodón, de lana, de pelo de conejo o de pluma que mezclaban con la lana y algodón y adornaban de diversas labores y colores como en otra parte hemos dicho. Y los unos y los otros se ataban al cuello dos de sus cuatro puntas, dexando colgar las otras dos por detrás, cuya costumbre observan hasta el día. Uno de aquellos ayates groseros era el que traía puesto

 

{foja 06v}

 

En las excavaciones que se hicieron el año del 79, se hallaron pederales y bases de columnas, fragmentos de estas y varias piezas de mamposteria que se registraban no sólo en cimientos sino en mucha parte de paredes sobre el talud que cubría la tierra en aquella elevación que tenía antes el piso del cementerio cuyas ruinas no podían ser de otra cosa que de la iglesia y convento que fabricaron en aquel sitio los religiosos franciscanos.

 

Juan Diego cuando la Santísima Vírgen le mando cortar las flores y en el que se representó la imágen al descubrirlas ante el señor obispo, no de aqullos comunes, abiertos que de propósito fabricaban y a oy en el día fabrican para que sirvieran de harneros o cribas en que cernían el maíz (como se cree por la gente vulgar) sino de otros que aunque tienen el hilo grueso estan cerrados y bien tejidos, los que aun ahora se gastan entre los indios de fuera. El Bachiller Becerra Tanco a quien sigue el padre Florencia, el Doctor Bartolache y otros, atribuye la materia del en que esta pintada la Santísima Virgen (ver pags. 01r, 01v fragmento de texto igual) al hilo que se saca de cierta palma que nombran iczotl por la suavidad que se siente al tacto cuando se llega a tocar la soberana imagen. Con efecto el hilo que se beneficia de las ojas de este árbol es muy suave y estando bien preparado según dice el Doctor Hernández se forman de él unos tejidos mexores que los que se fabrican del maguey común (a) pero /…./te, mismo hace creer que no era iczotl la manta de Juan Diego porque para poner el hilo de sus hojas en disposición  de tejerla, necesita de muchas preparaciones, de lo que hace que los texidos sean más caros y costosos que los de maguey y por consiguiente que no se usen /…/ por los indios pobres como lo era {continúa al margen: Juan Diego. Ni la suavidad del lienzo puede probar que sea su materia de iczotl, la misma suavidad de}

{foja 07r}

las que unidas a las demás diligencias que se estaban practicando y a lo que constaba de las informaciones recibidas el año de 1666, se remitiese todo a Roma (como se hizo por mano del reverendo padre Juan Francisco López de la Compañía de Jesús, que iba de procurador por su provincia a aquella corte) a fin de impetrar de Su Santidad la aprobación del patronato en que se havía con juramento declarado a la Santísima Señora de todo el Reino de  Nueva España y se le concediese Misa y oficio propio para el día de su milagrosa aparición con otros particulares privilegios que la misma Insigne y Real colegiata solicitaba de la Silla Apostólica. Embiaron por escrito sus declaraciones los citados profesores que lo fueron por entonces el dicho Don Miguel Cabrera, Don Joseph de Ibarra Don Manuel de Ososrio, Don Juan Patricio Morlete Ruiz y Don Francisco Antonio Vallejo #, aún de las mas mentadas partes de que se compone la Divina Imagen.

 

Fue mas contínuo en estas asistencias Don Miguel Cabrera pues conociendo sus grandes aciertos y profunda instrucción en su arte, el Ilustrísimo Señor arzobispo S.D.D. Manuel Rubio y Salinas le encomendó el que a presencia de la sagrada imagen y con la mayor atención y cuidado posible sacase tres copias semejantes entre si y a la original una para su Ilustrísima, otra para embiar al Señor Benedicto XIV (la que agradó tanto a su santidad que para que tuviera mayor veneración y culto la donó al convento de religiosas de San Francisco de Sales) y la otra para que quedando en poder del mismo Cabrera sirviese de ejemplar y modelo a los demás pintores para el acierto  de las que se les ofrecieran copiar. Para ejecutar estas copias destinó varios días también del mes de abril de del siguiente año de 1752 , acompañado unas veces de los ya referidos profesores y otras de Don Joseph de Alzivar y de Don Joseph Ventura Arnaez, como lo testifican todos seis en sus dictámenes que suscribieron al fin de la exacta descripción que dió a luz de la Sagrada Imagen el referido Cabrera. De manera que ya no se puede desesar una noticia más individual de todas las circunstancias que

# {nota al margen: quienes así en este día como en otros anteriores y posteriores a él repitieron sus asistencias para conseguir una perfecta instrucción aún de las más menudas.}

 

{notas al pie de la pagina 07r:

** Es sabido que el manto de Nuestra Señora tiene un color azul que más tira a verde mar y como no hay voz en el idioma mexicano que exprese por si misma este color, por eso parece que el autor indio puso la expresión: ilhuica xoxouhqui como si dijera verde celeste porque esta voz xoxuhqui tiene dos significados, uno es el hermoso azul celeste y el otro es el color verde que se expresa por metlalli y esta misma voz se toma tambien por el azul y así parece que aqui xoxouhqui se debe tomar por el color verde y concordado con el adjetivo ilhuicac  que es cosa celeste, vendrá a significar el verdadero color azul verdioso que tiene el manto de la Santísima Imagen porque de otra manera sería un gran pleonasmo ilhuica xoxouhqui. Vease el vocabulario del padre Molina.

*** En el numero de rayos padeció este autor equivocación, pues ni son ciento los que cercan el cuerpo, no doce los que rodean el Divino Rostro y cabeza, son ciertamente más como después veremos sino es que tomó el número redondo, como también lo hizo el licenciado Miguel Sánchez de cuya Historia  formó un extracto el padre Matheo de la Cruz  y de ésta copió a la letra el padre Francisco de Florencia la descripción de la Sagrada imágen que son los que asientan ser 100 el número de los rayos. Don Miguel Cabrera como que tantas veces  vió y copió a la Señora en su presencia y por perfil que se sacó exactamente de ella}

 

{foja 07v}

concurren en esta celestial pintura que las que se manifiestan en su cuaderno, como observadas repetidas veces con el más prolijo exámen por estos siete celebres profesores del arte y dadas a luz por el principal de ellos (Don Miguel Cabrera {testado} con el título de Maravilla Americana, cuya obra pequeña en el volúmen pero grande en la substancia de que tengo hecho el debido aunque /exacto/ elogio.

Observada la materia y magnitud del ayate y la falta de aparejo de que se ha hecho mención, comienza nuestro autor por el dibujo de la divina Señora diciendo que sea tan perfecto que cualquiera que tenga unos principios de este arte ha de quedar admirado al ver su bien dispuesta y arreglada simetría conforme a los preceptos del mismo arte. Midió la Sagrada Imagen con la más prolija y atenta inteligencia y halló que tiene en toda su altura ocho rostros y un tercio* a que añadiendo otro tercio mas, por lo poco que se inclina, resulta toda su estatura de ocho rostros y dos tercios que dice que corresponden a 7 módulos  o cuerdas menos medio tercio; medida bien proporcionada a la estatura de una doncella de 14 o 15 años de edad que es lo que representa nuestra divina imagen, cuyo dibujo es tan /peregrino/, extraño y difícil de imitar que siempre se ha resistido a los mejores artífices **, hasta que determinan sacar con papel aceitado un exacto perfil de los tamaños y proporciones que guardan entre sí todas las partes de que se compone la Santísima Imagen como expresa en su declaración Don Joseph de Ibarra cuyas palabras, copiadas a la letra por el autor son las siguientes:

 

   "Es notorio que en México han florecido pintores de gran rumbo como lo acreditan las obras de los Chavez, Arteagas, Jiménez, Becerras y otros de que no hago mención que florecieron el que menos de éstos, ciento y cincuenta años ha, y aunque antes vino a este reino Alonso Vázquez, insigne pintor europeo quien introdujo buena doctrina que siguió Juan de /Ruz/ y otros, ninguno de los dichos ni otro alguno pudieron dibujar ni hacer una imágen de Nuestra Señora de Guadalupe perfectas pues alguna que he visto de aquellos tiempos estan tan deformes y fuera de */*  contó bien el número de los rayos y halló que caen por todos 125, de los cuales, 62 están por el lado derecho y 67 por el izquierdo.

{notas al pie de la pagina  07v: * Estos 8 rostros y un tercio corresponden exactamente a los 10 sexmas  que hemos dicho antes pues son iguales a 7 cuartas menos un tercio, según la proporción de módulos o cuartas de nuestra vara castellana con que los compara el autor a la pagina 8, pues reduciéndolos a tercios de cuarta, resultará tener 20 tercios y estos comparados con los 12 que corresponden a las 6 partes de la vara forman justamente las 10 sexmas  conformes con la medida del autor indio. {al margen: Siguiendo en este modo de media por rostros a los principios de la pintura.}

 

** La eficacia, paciencia y prolija observación de los indios, juntas con el natural don que siempre han poseído desde el tiempo de su gentilidad de imitar con perfección en todos sus artes las obras de la naturaleza, hizo que entre los mas diestros pintores sobresalieran estos en copiar con mayor precisión nuestra Sagrada Imágen, aventajando a todos los de su nación {al maregen:  los celebren indios que florecieron el siglo pasado; de dos hace mención el padre Florencia en el número 2 ó 3 de su citada Historia, aunque anduvo emiso  en callar sus nombres, estos fueron padre e hijo, del segundo dice que por ser tan perfecto imitador de la Sagrada Imágen no trabajaba todo el año sino en copiarla y que habiendo mandado hacer tres copias  de la medida de la original para llevarlas a España fue necesario valerse de una persona de toda autoridad para que no le faltase al tiempo señalado por lo mucho  que le ocurria que hacer de éstas imágenes. De otro cuyo nombre totalmente se ignora  al presente, tambien famoso imitador de la Sagrada Imágen haremos memoria adelante quando tratemos del maravilloso suceso que en cierta ocasión le aconteció al querer copiar  a Nuestra Señora. Otro que vivía aun por el año de 40 de este siglo  nombrado Juan Pablo, también se señaló en copiar con la mayor perfección la imagen de Guadalupe y algunas personas dicen hoy que lo conocieron, ay otras que oyeron su fama en esta materia.}

 

{foja 08r}

 

Hay a distancia de una legua de la ciudad de México por el rumbo del norte {entre líneas: quarta al este}, un pequeño lugar que en tiempo de la gentilidad estaba despoblado a causa de hallarse casi siempre  cubierto con las aguas que por los otros rumbos de oriente y poniente lo inundaban quedando solamente libres los cerros que lo cercan y unos estrechos caminos por donde se comunicaban los de la ciudad con los pueblos sujetos a los reyes de Tlacopan y Tetzcoco. Divide a este lugar de los demás barrios que están a la parte austral de él, un río cuyas aguas que corren de occidente a oriente desembocan en la laguna llamada antiguamente de México, por sus barrios y hoy por estar muy reducida se conoce con el nombre de Tetzcoco. Lo cercan aquel lugar por la parte del norte varios cerros de los quales cuatro son los principales y más vecinos, quedando detrás de ellos los demás. {continúa al margen: Al más occidental y más alto de los tres primeros llamaron Yohualtecatl y el mismo nombre dieron al que se le sigue al oriente, ya sea porque los juzgaran uno mismo continuado o porque en ambos hicieran los mexicanos en tiempos de su gentilidad, los sacrificios en honor de Yohualtehutli señor de la noche, uno de sus principales dioses, el tercero  el más oriental se nombraba Coyotepec que se interpreta Cerro del Coyote o Zorra, ahora le dicen vulgarmente Coyoc o Coyuco. A distinta dirección de éstos tres y separado de ellos, está el cuarto, cuya longitud corre de norte a sur y al terminar por esta parte, se levanta otro pequeño que mira a la ciudad y está a corta distancia del río. El nombre de aquel es Zacahuizco o lugar lleno de espinas, o de yerbas espinosas y el del este  pequeño en que remata, Tepeyacac que quiere decir, remate, punta o extremidad del cerro que con gran pripiedad le dieron esta denominación por estar unido a Zacahuizco por este  rematar en él; de suerte que se puede decir que Tepeyacac no es cerro distinto a Zacahuitzco sino parte de él.} {testado: El más meridional es el que llaman Zacahuizco o lugar lleno de espinos o matas espinosas, el cual remata en otro pequeño nombrado Tepeyacac que es punta o extremidad del cerro}.

 

Aunque pudieron dar al lugar nombre de alguno de sus altos cerros, se lo dieron al menor por haberse hecho más celebre a causa de tener en él colocado los mexicanos un famoso ídolo que decían  ser la {testado: Madre de sus dioses y} madre común de todos los naturales con cuyo(s) {testado: dos} nombre{s} era conocido y reverenciado, llamandole {testado:unas veces Tezeoina, la madre de los dioses y otras} Tonantzin o Nuestra Madre. Por este adoratorio o falso santuario que veneraban no solamente los supersticiosos sacerdotes a ofrecer sus cruentos sacrificios en él, sino cuantos  pasaban por alli, tomó la denominación de Tepeyacac todo el lugar {testadas tres líneas}.

 

Este católico General o su Capitán Gonzalo de Sandoval quien cuando (se cercó) después cercada la ciudad asentó su real en él, mandarían a sus soldados que lo demolieran como lo havían hecho en otros lugares con varios ídolos. Fuese el uno o el otro lo cierto es que el año de 1531 ya no existía en aquel cerro ni el ídolo ni las ruinas de su templo o capilla.

 

Pasaba pues por hacia la falda que mira al occidente de este pequeño cerro la mañana del 9 de diciembre del citado año de 31, día siguiente de la festividad de la Concepción /…/ de Nuestra Señora, un pobre indio plebeyo natural de Guautitlán distante 4 leguas de la parte del norte de la ciudad de México, poco tiempo antes pusieron en el Bautismo  dos nombres, de Juan y Diego.Venía con el destino de asistir a la Misa de la Virgen y oir la doctrina cristiana que enseñaban los religiosos franciscanos en el barrio de Tlatelolco en una pequeña iglesia que por entonces tenían construida, dedicada al apostol. Se presume que duró allí este ídolo hasta que el cristianísimo éroe Hernán Cortés vino de Tezcoco para combatir la última vez a México que fue cuando hizo asiento qn Aquel lugar que llamaron (los españoles) Tepeaquilla , a distinción de Tepeaca, ciudad grande, distante 6 leguas acia el oriente de Puebla, corrompiendo en uno y otro su propia denominación que es Tepeyacac o quando (cercada la ciudad) asentó despues en él su real el Capitán Gonzalo de Sandoval, cuyos soldados lo demolieron como lo habían hecho antes  en otros lugares con varios ídolos. Fuese con uno o en otro tiempo  o por orden de uno u otro capitán, lo cierto es que el año de 1531 ya no existía allí el ídolo, ni las ruinas de su templo o capilla.

 

{nota al margen y pie de pagina: * el cristianísimo heroe Hernán Cortés vino de Texcuco cuando volvió la segunda vez sobre México que hizo asiento en aquel lugar  (al cual llamaron los españoles Tepeaquilla por ser muy corto respecto del otro Tepeyacac, ciudad distante 6 leguas hacia el oriente de la de Puebla, cuya voz corrupta por los mismos españoles se conoce hasta hoy con el nombre de Tepeaca).

// Santiago, cuando al acercarse al cerro oyó}

 

{foja 8v, en blanco}

 

{foja 09r}

 

can del hilo que produce otra especie de maguey, al que los naturales llamaban por antonomasia quetzalichtli, que es decir, hilo a manera de pluma, o tan suave como ella; y es la décima octava especie de esta planta de que tratan los dos citados actores. También le dan algunos el nombre de maguey de pita: los hilos de esta planta dice el mismo Hernández, que son más delgados y más apreciables para hacer vestidos (d)

   Parece, pues, que por razón de la suavidad, sin haber analizado sus hilos, ni comparándolos con otros de las diferentes especies de maguey que con tanta abundancia se producen en todo el suelo de la Nueva España, fue una ligera, e infundada aserción del Bachiller Becerra Tanco atribuir la materia el lienzo guadalupano al hilo que se beneficia a costa de muchas proposiciones del árbol Iczotl, debiéndole constar lo contrario, por la invariable y antigua tradición, que  así lo publica, y que dijo, haver oído desde su juventud a los indios, a quienes con frecuencia comunicaba, y por los escritos de estos que tuvo presentes, los cuales expresa y terminantemente dicen, ser Ayate, como se declara en el citado antiquísimo manuscrito en lengua mexicana, y en la historia Que sacó a la luz el Bachiller Lazo de la Vega, por estas palabras: La manta de Juan Diego, en la que milagro semejante se apareció la Sagrada Imagen de la Reina del Cielo, era Ayate un poco grueso y bien tejido; porque entonces todos los macehuales, o plebeyos se cobijaban con ayates: solamente los nobles, los caballeros, y los capitanes, en la guerra se adornaban con mantas de algodón, o de lana pues ya se sabe, que el Ayate se hace del ichtli, que se saca del maguey (e) compara no obstante este genero de lienzo esto es, el de iczotl, el bachiller Becerra Tanco (f)

{notas al pie de la pagina 09r: (d) Quetzalichtli quam alij metl pitae vocant, ad species metl videtur  posse referri assurgit in arboram altitudinem, radicem fundit cassam, fibratamque, et sensim graciles centem, folia verò spinisera,et metl simuia. Fit exea quidquid ex Metl fieri consueuit quod ex eius filis, delicatiores, et maiori in precio habitae parantur vestes. In esd. Tom. 2. Cap. 81. pag. 258.

(e) En obsequio de las personas inteligentes el idioma mexicano, que conocen de la historia del Bachiller Lazo, ponga aquí el tanto a la letra, para que tengan la satisfacción de leerlo como lo escribía su lector en aquel tiempo tan inmediato a la milagrosa aparición, en que sabían los usos y costumbres que observaban los de su nación. Dice pues, intilmatzintli incolol catca in Juan Diego in itech tlamahuizoltica “monexiti in icoiptlatzinIlhuicac Cihuapilli ca Ayatriotli achitilactic catca, ihuantlayec iquitille, ye ica ca iniquac in, in macehualtzintzintin mochtin ayatl inin tlaquen inin Neololtzin catca, zan yehuantzin in Pipiltin, in Tetevetin, ihuan in yaoticahuan in yamanque, inichca tilmatli ic mochichihua ya, ic mololoaya in ayatl cayemomatli ichtli ic mochihua in itech quizain Metl. Fol. 8

(f) Felicidad de México. Pág. 64. de la impresión de Sevilla.

 

{foja 09v}

 

Con la lona, de la que dice se diferencia, en que es menos áspero que ella, conque aquí se nos concede su aspereza, poco menos que la de la lona, luego la suavidad que se advierte en la superficie exterior en que está pintada la sagrada imagen no depende de la naturaleza de la planta de la planta de que es fabricado el lienzo, porque tanto el hilo extraído del maguey, como el que se beneficia el iezotl para fabricar un te–ido grosero, semejante a la lona, o al contenido ordinario (como quieren Don Miguel Cabrera, y el Doctor Bartolache), debían ser ásperas, no habían de producir un tejido que tuviera la misma suavidad que un lienzo fino, fabricado con hilos, pues tendría respectivamente, cada lienzo grosero comparado con otro delgado de su propia materia u otro tejido fino de su especie, la misma diferencia que la lona o el cotence crudo, respecto del cambray. Pero supongamos que en todas las especies de texidos desde el más grosero, hasta el más delicado que se fabriquen del iczotl, se sienta al tacto la misma suavidad, esta debe sentirse en todas sus partes, esto es, tanta quanta tiene por una superficie, debe tener, por la otra. Su certificación que produjo el doctor  Bartolache, dada por Don José Bernardo de Nava, escribano Real a 29 de Diciembre de 1786, que es la primera de las quatro piezas impresas al fin del opúsculo, dice, que de dos ayates que hizo el autor fabricar, el uno de pita de maguey, y el otro de iczotl, ninguno de los dos igualó la finura del de Nuestra Señora; pero con esta diferencia, que el maguey, con todo que demuestra haber sido muchas veces lavado y estrujado, se siente áspero al tacto; y el de palma silvestre tiene mucha blandura y suavidad, semejante a la del algodón; y en esto conviene con el original, que tiene la misma suavidad.

   Parece pues por esta certificación, que el ayate de nuestra Señora es de ictzol, mal tejido que se dice hecho por la parte que está pintada su Santísima Imagen por ser igual su suavidad y de esta palma silvestre, pero al mismo tiempo parece también que es de maguey, por la parte opuesta, según su aspereza. Esta consta por las declaraciones que dieron, en 25 de Marzo del año de 1666, los tres Protomédicos, Doctor Don Lucas de Cárdenas Soto, Don Jerónimo Ortiz, y Don Juan de Melgarejo, ante Luis de Perea, Notario Apostólico (g), quienes habiendo registrado y observado, con especial atención y prolijidad, por uno y otro lado el lienzo, tocando su material, dixeron, que por la parte del revés está áspera, dura y consistente; y por la parte de la haz, suave, mite, y blanda como una seda: de suerte, que siendo un sujeto mismo, por la superficie interior tiene distintas, y aun contrarias cualidades, que por la superficie anterior, conque la suavidad que se observa por la parte en que está pintada la Sagrada Imagen (que es por donde solamente la tocaron, el Bachiller Bartolache, y los profesores del arte de la pintura que le acompañaron), no prueba que sea su material de iczotl; y si que es de maguey, por la aspereza que se nota por demás, y que aquella suavidad que se experimentaba en la imagen, sin que se le advierta bruñido, ni otro artificio alguno, es tan milagrosa como su bella pintura. La inspección que se hizo  por estos profesores, y por el Doctor Bartolache, fue propiamente muy superficial, como ya vamos a demostrar.

{notas al pie de pagina 09v:

(g) Véase al P. Florencia cap. 13. S.V. n. 142.}

 

{foja 10r}

  

    Dos vezes solas le reconocieron en los días 29 de Diciembre de 1786, y 25 de Enero de 87, sin mover a la Señora de su tabernáculo, y sólo con la vidriera abierta, {al margen: porque aunque concurrieron otra vez, el día 24 de Enero de 1788, en que también se abrió la vidriera, fue solamente para hacer cotejo con la original de dos imágenes que se havían pintado en ayates de iczotl, que en nada se asemejaron a su original; como consta de la cuarta pieza, que es otra certificación dada por Don Joseph Antonio /Bionilbo/, Escribano Real y de Provincia} con que no pudieron observar mas que  la medida de la longitud y latitud del lienzo y la suavidad de su superficie exterior sin poder examinar la igualdad o desigualdad de sus hilos, ni la materia de que son, ni la del con que están unidas las dos piezas del ayate, por estar todos cubiertos con los colores de la Imagen. Vamos a ver ahora, las formalidades con que en repetidas ocasiones se han practicado antes otros reconocimientos de la Sagrada Imagen, as’ por lo respectivo a lo material del lienzo, como en lo substancial de su milagrosa pintura. Los Profesores de este arte que asistieron a la inspección hecha de orden del Venerable Señor Deán y Cabildo sede vacante de está Santa Iglesia Catedral, el día 13 de Marzo del año 1666, en presencia del Excelentísimo Señor Virrey Marques de Mancera, que fueron el Licenciado Juan Salguero, Clérigo Presbytero, el Bachiller Thomás Conrado, Sebastián López de Avalos, Nicolás de Fuen Labrada, los mejores facultativos de aquel tiempo,  Nicolas de Angulo, Juan Sánchez, y Alonso de Zarate, aclararon bajo la Sagrada Religión del juramento, ante los Señores Jueces Comisionados, y el referido Notario, Luis de Perea, ser solamente, obra de Dios, por la perpetuidad de su concertación (son sus palabras) en la fortaleza y permanencia de sus lindos colores, y dorado de las estrellas, labores, y orla de la vestidura, y tez de la pintura, que parece está acabada de hacer, con la hermosísima encarnación del rostro y manos, y con las demás circunstancias con que la han visto infinitas veces, y al presente la han reconocido.

 Y por lo imposible de poderse aparejar y pintar en dicha tilma o lienzo de Ayate. Para este reconocimiento y el que hicieron los protomédicos se bajó el Sagrado lienzo del tabernáculo, al presbyterio, se puso en un altar formado con la mayor comodidad para que pudieran registrarlo a su satisfacción, por todos lados, (libre entonces de las dos láminas de plata que cubren y resguardan ahora la Imagen); haviendo precedido una solemne misa que se cantó, para implorar de Dios, sus divinos auxilios a fin de que los iluminara para el acierto, que iban a hacer, y en lo que habían de declarar en honra de su Santísma Madre, se procedió a la inspección.

   Con estas preparaciones se procedió al reconocimiento, el que ejecutaron con todo espacio, y comodidad; Y de el resultaron las declaraciones juradas que en parte, hemos asentado, a /adiendo/ los profesores del arte de la pintura la siguiente cláusula: Y advertimos y notamos, que toda la Santísima Imagen, se ve distintisimamente pintada por el envés del Lienzo, y de la misma manera los colores: en que se reconoce evidentemente, que no tiene aparejo ninguno, ni imprimición el dicho lienzo, más que el cuerpo que los mismos colores le dieron, tupidas, e incorporadas con los hilos toscos del dicho lienzo. Y los doctores protomédicos expresaron con singular prodigio, y obra praternatural, el que, no viéndose en toda la haz de la Sagrada Imagen, colores verdes, ni en el rostro, ni en las manos, ni el ropaje, ni en otra parte del lienzo; por el en-  

{foja  10v}

vés se divisan y distinguen, finísimos colores verdes, como de hojas de azucenas, y otras hiervas. (h) El Doctor Bartoloche asiente, y confiesa como cierto, que en el envés del ayate hay manchas de vivísimos colores, no porque él los vio, sino porque creyó lo que dijeron los que los vieron según expresa por estas palabras: Ya ha sido constante, en virtud de inspecciones hechas por lo pasado y en el día puede hacerse ver, que por envés del Ayate guadalupano, hay manchas de los diferentes colores del haz, pero muy vivos. (i) conque por (al margen continúa) está confesión se infiere que el lienzo carece de todo aparejo; pues a tener alguno no pasarán al envés los vivísimos colores que hay en el haz.

 El celebre pintor de nuestros tiempos Don Miguel Cabrera, después de referir el dictamen de dichos profesores sobre la falta de aparejo en el Sagrado lienzo, dice: “Ni sólo el dicho de los pintores citados convence este mi pensamiento, también la Sagrada Imagen nos lo hace ver. Está ahora cubierto su respaldo con dos grandes láminas de fina plata, apartadas como dos o tres dedos de ella: entre lámina y lámina hay una pequeña hendidura, por la qual, sin que estorbe el lienzo, se ven con claridad y distinción, los objetos que están de la otra parte: así lo he experimentado repetidas veces; por lo que me persuado a que no tiene aparejo está nuestra Imagen prodigiosa; pues si lo tuviera, impidiera el paso a la vista la interposición de la pintura entre los ojos y el objeto" (j). Sin embargo de estas observaciones hechas repetidas veces por un tan insigne pintor, tan verídico, y de tanto juicio prudencia y madurez, como saben todos los que lo conocieron, comprobadas con los pareceres de otros seis profesores excelentes en la pintura que hemos nombrado en el n. 26 y de las deposiciones juradas, el año 1666 de los otros siete que quedan antes referidas, a las que asintió el Doctor Bartolache, como hemos visto, produjo la segunda pieza, que es una certificación dada por Don Joseph Antonio Morales, escribano de su majestad de su Real Casa de Moneda, del Juzgado Privativo de Lanzas y Media Anata, y de Reales Azogues, en que habiendo hecho, dicho doctor, seis preguntas a los cinco facultativos que le acompañaron, consta sea la tercera con su respuesta, la siguiente: Preguntó también; si les parece, que el ayate tiene aparejo suficiente en todas sus partes para mantener esta pintura, sin que sus colores se transportasen o rechupasen por el revés = Dixeron, que sí. De esta absoluta aserción se deducen dos cosas; la primera, que los facultativos procedieron con suma ligereza, sin el maduro examen que demandaba un asunto de tanta gravedad, en que tenían probado lo contrario, con demostraciones físicas, los mejores profesores del arte de la pintura, que florecieron en el siglo pasado y en el presente. Y la segunda, la poca reflexión del Doctor Bartolache en producir entre sus comprobantes, un instrumento que destruye enteramente, el nuevo argumento que propone a las páginas 94 y 95 de su Opúsculo, que prueba con la transmisión de los colores,

{notas a pie de la pagina 10v.

(h) P. Francisco Florencia en el /…/ citado.

(i) Opusculo Guadal. Pag. 95      

(j) Maravilla Americana &[3] III pag. 5}

    

{foja 11r}

y muy vivos que se hallan en el envés del lienzo, diciendo, ser constante por las inspecciones hechas en lo pasado, y que se pueden hacer ver en el día.

   Asienta Don Miguel Cabrera (k) que el lienzo es de dos piezas iguales, cosidas con hilo de algodón bien delgado que lo mismo que refiere el Bachiller Miguel Sánchez y los Padres Mateo de la Cruz, y Francisco de Florencia que en virtud de las inspecciones hechas tantas veces, así lo reconocieron los testigos y hombres prácticos; porque Cabrera ni vio el lienzo por el reverso (por estar cubierto con unas láminas de plata, que apenas dejaban un resquicio, por donde se conocía su trasparencia para poder cerciorarse de estar sin aparejos); ni podía discernir por la superficie exterior cual era la materia del lienzo (y por esto sigue la opinión de Becerra Tanco, que dice ser de iczotl) ni si era el hilo con que está cosido, de algodón, u otra materia, por estar cubiertos todos los hilos igualmente con los colores de la Imagen; y lo que sí pudo ver fue la costura, por estar manifestándose con claridad a la vista, pues como pudieron afirmar el Doctor Bartolache y el escribano en su certificación, que el hilo con que esta cosido no era de algodón, sino de la misma materia del lienzo. Las mantas o tilmas, sean de la materia que fueran, no las embían cosidas de los lugares donde se fabrican sino en piernas que llaman, de un ancho regular, y cada individuo los une o cose con el hilo que tiene a más a mano, y el que parece que tuvo Juan Diego fue el de algodón, que abundan en todas las chozas de los indios. El Licenciado Miguel Sánchez, y el Padre Florencia $ (y cita erróneamente a Becerra Tanco al fin de su obra, no siendo sino a la página 51(*) que la manta de Juan Diego tenía tres piernas, y que después del milagro se le cercen una (**) Aquel erudito escritor, supone tres piernas en la manta, por adaptar su pensamiento a las leyes de óptica, conque quiso explicar la impresión de la Sagrada imagen en ella; pero su modo de pensar, carece de todo fundamento físico. Lo cierto es que está especie de mantas son solamente de dos piezas: y contradice a la razón que sí hubiera sido de tres lienzos, no se hubiera pintado la Santísima Virgen en el de en medio, que estaba libre de costuras, y no donde le cogía una por en medio de su sagrado cuerpo, y parte del cuello y cabeza. Los indios, que sin duda fueron más observativos que el Doctor Bartolache; que poseyeron mayores conocimientos de las materias de que se vestían los nobles, y plebeyos en su nación; y que les fue más fácil

 

{notas al margen izquierdo:

(Á) Y el mismo Padre Florencia que tuvo la dicha de ver, y observar por el envés la Sagrada Imagen, según dice al número 270 de su obra;

(.) Está la manta compuesta de dos lienzos cosidos con hilo de algodón. En el lugar citado.

($) Pretende también persuadir el Doctor Bartolache en la nota 4 y cita erróneamente.}

 

{Nnta al margen derecho:

($) Que reconocieron por sí mismo el lienzo por el envés afirman ser de algodón el hilo con que está unido lo que fácilmente pudieron advertir a la simple vista, por no estar por aquel lado cubierto con los colores de la Imagen, como le está por la parte exterior, por donde lo vieron el Doctor Bartolache, y el escribano. Afirma también el Licenciado Sánchez otra particular circunstancia de está costura, que dice haber observado con toda atención y cercanía; y es, que llegando (son sus palabras) la costura y unión de los dos lienzos a encontrar con el rostro de la imagen, tuerce a la parte, siniestra, dexando libre, y entero aquel espacio hasta lo alto que ocupa todo el lienzo de la manta. Lo mismo asienta el rojo Mateo de la Cueva, y el Padre Francisco de Florencia, que lo copió al número 70 de su Estrella del Norte.}

{notas al pie de la pagina 11r.

(k) & I pag. 2.

(*) Se conoce bien la precipitación con que el Doctor Bartolache formó estos apuntes sin cuidar de verificar las citas, y añadiendo según su idea cosas que no dice el autor

(**) Esto no dice, y lo que /se/ lo dice a la página 41, es, que los nobles, era los que solamente usaban en aquel tiempo, mantas de hilo blanco de algodón; y que en la que está pintada la Sagrada Imagen, es de hilo de palma, como se ve el día de hoy, (son sus palabras) y consta de su orla que se la ha ido cercenado para reliquias: con que parece que lo que se le ha cercenado ha sido por una  y otra parte; y si se hubiera hecho de una pierna o lienzo entero lo dixera.}

 

{foja 11v}

examinar el lienzo en aquellos tiempos inmediatos, en que no solamente carecía de vidriera la Sagrada Imagen (pues esta no se le puso hasta los 116 años, esto es, el de 1647) sino que estaba entre los mismos indios que la cuidaban, expuesta y manifiesta por todos lados a su vista, afirman, ser la tilma, ayate hecho de maguey, como hemos dicho, de solas dos piernas, y estar cocidos con hilo de algodón, como se percibe de la misma relación citada, donde su autor expresamente dice estas palabras: Y este precioso Ayate en que se apareció la Purísima Virgen nuestra Soberana Reyna, es de dos piernas cosidas con hilo de algodón (l).

   Me he detenido en probar ser ayate fabricado de maguey el lienzo en que está pintada la Santísima Imagen, en lo que casi todos los que la han visto convienen, y no de palma, como quiere el Bachiller Becerra Tanco, no porque para el caso aparezca menor el milagro, siendo de este y no de aquella materia, pues lo que únicamente resultaba, era, ser un poco menos grosero; pero siempre tosco, y mucho más basto que el cañamazo de Europa, según confiesa  el Padre Florencia en su zodiaco mariano (m); desigual en su superficie, ralo, y con unos hilos más gruesos que otros, o con marras, como dice, el Don Miguel Cabrera, y como tal, difícil de admitir la pintura, aún el aparejo, como lo tenian declarado con juramento en dos distintos tiempos los maestros del arte; sino para que se vea que no es de seda, lino, ni otro materia extranjera, de que sería la capa del apóstol Santo Tomás, que con extravagancia y falsedad se asentó en el sermón a predicado, el día 12 de Diciembre del año inmediato pasado de 1794, como lienzo donde se había estampado Nuestra Señora (*), y que trajo consigo  el Santo Apóstol desde la Asia por cuya proposición, y otras falsedades y delirios que vertió el Padre Predicador, sé publico un edicto del Ilustrísimo y Excelentísimo Señor Don Alonso Núñez de Haro, dignísimo Arzobispo de está Metrópoli en 25 de marzo del presente año, declarando por impías, falsas, y temerarias y escandalosas, sus proposiciones; y por apócrifa, y fabulosa la obra manuscrita reciente que se pretendía dar a luz con el título de Clave general de Jeroglíficos americanos, de donde las sacó; mandando se suprimiesen,

{notas al pie de la pagina 11v:

(l) “Auh inintlazo ayatzintli initech manexiti in Cenquizca Ichpochtrineli tocihuapilatocatzin ca ozzotitica yamancaicpatl inic itzontica inic zaliuhtica.” Véase en el lugar citado. Aunque el literal significado de yamanqui es, cosa blanda o suave, se toma aquí por el algodón, para distinguirlo de ichcatl, que es su propia voz, que también significa la lana suave de ovejas, y la misma oveja.

(*) Entra las ridículas, erróneas y falsas proposiciones que sé virtieran en él sermón y sacadas de una historia apócrifa, impía, contraría a la constante y recibida tradición, a lo que todos los historiadores uniformemente han escrito, y a la verdad autorizada por nuestros soberanos, por repetidas Reales Cédulas, y por la Silla Apostólica en sus Bulas y Breves Pontificios; fue una, la de que el Santo Apóstol, fundó en los extramuros de está ciudad el Barrio que nombran Tomatlan, fundado su autor de la asonancia que tiene este nombre, con el del Santo.

(m) Obra póstuma que dio a luz el Reverendo Padre Don Juan Antonio de Oviedo, de la Compa–ña de Jesús Par. 2. Cap. 1 & III. Pág. 40.}

 

{foja 12r}

1. La longitud del ayate debió ser en su origen, de 2 varas y cuarta, y su latitud, de vara y media, medidas que corresponden proximamente con las tilmas que aún en el día usan los indios de varios pueblos distantes de México; y este tamaño es correspondiente al modo en que acostumbran  ponérselas que es este, recogen los dos extremos o puntas de la parte superior y plegándolas, forman con ellas un nudo en la par/.../ que les queda por delante, y lo  restante de la tilma por detrás cubriendo la espalda, brazos y piernas; que por estar en parte recogida o plegada hacía arriba por medio de nudos le baja lo demás hasta cerca de los calcañales; quedando al arbitrió de ellos, subirla más o menos, recogiéndola, o /deteniéndola/, según los pliegues que hacen en el nudo. Y así no infiere bien el Bachiller Becerra Tanco, la corpulencia que supone en Juan Diego, por razón de  la longitud de la manta quando tienen que cargar  alguna cosa en ella, para llevarla con más comodidad, se la atan  al revés, poniendo por detrás el nudo que quedaba por delante y cogiendo las otras dos puntas con las manos, llevan en ella lo que han de cargar no siendo cosa de mucho peso, porque entonces la cargan con otra disposición en las espaldas. Como cosa ligera que eran las flores, las cargo de aquel modo el dichoso indio cuando las trajo en la tilma al señor obispo, y en esta forma lo pintaban antiguamente, entregándoselas y descubriéndose la Imagen en la tilma y aún se ve en el día, así pintado en la primera iglesia que tuvo nuestra Señora; el tamaño en que ahora está el ayate, manifiesta bien, haber sido aquella...

el manto que la cubre desde la cabeza hasta los pies, sin cubrirle el rostro, es azul celeste que tira a verde (**) y acia en medio hace un doblez, está todo guarnecido alderredor con una cinta de oro algo ancha y por todas partes con estrellas también de oro, que son 46. Tiene inclinada acia el lado derecho su Santísima cabeza, y en ella, sobre el manto, una corona con rayos de oro. A sus pies tiene la luna con las puntas o cuernos acia arriba y en medio de ella está parada la Purísima Virgen y según parece, está también en medio del sol que con sus rayos de oro resplandeciente y ondeado como llamas, la cerca por todas partes, el número de estos es ciento, unos grandes y otros pequeños y doce rodean su Santísimo rostro y cabeza, correspondiendo a cincuenta por cada lado (***). El resto de la tilma hasta las orillas está cercado de nubes blancas, y a los pies tiene está Divina Imagen un ángel sobre el cual está parada, que como metido...

              

La ignorancia de algunos, entre ellos personas de carácter, ha adherido a tan débil y despreciable pensamiento opuesto enteramente a la razón, a la cronología, y a la verdad histórica, porque, o fundó el santo el barrio de Tomatlán, antes que  se fundará México o despues. Sí antes ¿cómo, y por quienes se pobló este sitió ocupado entonces con las aguas del gran lago mexicano que se extendían y circundaban lo que es ahora ciudad, por este y otros arrabales? Y si después de su fundación, es necesario retrotraer la existencia del santo a los tiempos de ella; o que nos pruebe se autor haber vivido algunos siglos más que los patriarcas antediluvianos: pues habiéndose fundado México el año 1325 de la era cristiana, como en otra parte decimos, debía tener más de 1,300 años de edad quando se formó dicho barrio, caso que se huviese establecido inmediatamente después de la fundación de la ciudad. Semejantes anacronismos se cometen en cuanto a suponerse que el mismo Santo Apóstol vino a está Nueva España a predicar el Evangelio, como difusamente hemos probado en el Libro. 1. &.

{nota al pie de pagina 12r:

(n) Quipia chicuacem iztetl, ihuan ce cihua iztetl, que son seis palmos de hombre regular que corresponde cada uno a la quarta parte de la vara castellana; y otro palmo de mujer que igual al que llaman comúnmente xeme, y que es la sexta parte, o sexma de la misma vara. El Doctor Bartolache, para persuadir que la historia que sacó a luz el Bachiller Laso de la Vega, no fue obra compuesta por él (lo que no hay quien dude) dice, que este modo de}

 

{foja 12v}

examinar el lienzo en aquellos tiempos inmediatos, en que no solamente carecía de vidriera la Sagrada Imagen (pues está no se la puso hasta los 116 años, esto es, el de 1647) sino que estaba entre los mismos indios que la cuidaban, expuesta y manifiesta por todos lados a su vista, afirman, ser la tilma, ayate hecho de maguey, como hemos dicho, de solas dos piernas, y estas cosidas con hilo de algodón, como se percive de la misma relación citada, donde su autor expresamente dice estas palabras: Y este precioso ayate en que se apareció la Purísima Virgen nuestra Soberana Reyna, es de dos piernas cosidas con hilo de algodón (l).

   Me he detenido en probar ser ayate fabricado de maguey, el lienzo en que está pintada la Santísima Imagen, en lo que casi todos los que la han visto convienen, y no de palma, como quiere el Bachiller Becerra Tanco, no porque para el caso aparezca menor el milagro siendo de este y no de aquella materia, pues lo que únicamente resultaba era ser un poco menos grosero pero siempre tosco, y mucho más basto que el cañamazo de Europa, según expresa el Padre Florencia en su Zodiaco Mariano (m); desigual en su superficie, ralo, y con unos hilos más gruesos que otros, o con marras, como dice Don Miguel Cabrera, y como tal, difícil de admitir la pintura, y aún el aparejo, como lo tenían declarado con juramento en dos distintos tiempos los maestros del arte; sino para que se vea que no es de seda, lino, lana, ni otra materia extranjera, de que sería la capa del apóstol Santo Tomás, que con extravagancia y falsedad, se asentó en el sermón predicado el día 12 de Diciembre del año inmediato pasado de 1794 como lienzo donde se había estampado Nuestra Señora (*), y que trajo consigo el Santo Apóstol desde la Asia. Por cuya proposición, y otra falsedades y delirios que vertió el padre predicador, se público un edicto del Ilustrísimo y Excelentísimo Señor Don Alonso Núñez de Haro dignísimo arzobispo de está Metrópoli en 25 de marzo del presente año, declarando por impías, falsas y temerarias y escandalosas, sus proposiciones, y por apócrifa y fabulosa la obra  manuscrita reciente que se pretendía dar a luz con el titulo de Clave general de Geroglíficos americanos, de donde las sacó mandando se suprimiesen,

{notas al pie de la pagina 12v:

(l) “Auh inin tlazo ayatzintli initech menexiti in cenquizca Ichpochtzintli tocihuapitlatocatzin ca azzotitica yamancaicpatl inic itzontica inic zaliuhtica. Véase en el lugar citado. Aunque el literal significado de yamanqui es cosa blanda o suave, se toma aquí por el algodón, para distinguirlo de ichcatl que es su propia voz, que también significa la lana suave de ovejas, y la misma oveja.

(*) Entre las ridículas, erróneas y falsas proposiciones que se virtieron en el sermón, sacadas de una historia apócrifa, impía, y contraria a la constante y recibida tradición, a lo que todos los historiadores uniformemente han escrito ya la verdad autorizada por nuestros soberanos, por repetidas Reales Cédulas, y por la Silla Apostólica en sus Bulas y Breves Pontificios, fue una, la de que el Santo Apóstol fundó en los extramuros de está ciudad, el barrio que nombran Tomatlán, llevado, su autor de la asonancia que tiene este nombre y con Žl del Santo.

(m) Obras póstuma que dio a luz el Reverendo Padre Don Juan Antonio de Oviedo de la Compañía de Jesús. Para 2. Cap. 1 & III. pág. 40}

 

{foja 12va}

 

1. La longitud del Ayate debió ser en su origen, de 2 varas y cuarta y su latitud, de vara y media. Medidas, que corresponden proximamente con las tilmas que aún en el día usan los indios de varios pueblos distantes de México; y este tamaño es correspondiente al modo en que acostumbran ponérselas, que es este, recogen los dos extremos o puntas de la parte superior y plegándolas, forman con ellas un nudo en la garganta, que les queda por delante y lo restante de la tilma por detrás, cubriendoles la espalda, brazos y piernas, que por estar en parte recogida o plegada hacía arriba por medio del nudo, les baja lo demás hasta cerca de los calcañales; quedando al arbritió de ellos, el subirla más o menos recogiéndola o delantandola, los pliegues que hacen en el nudo; y as’ no infiere bien el Bachiller Becerra Tanco, la corpulencia que supone en Juan Diego por razón de la longitud de la manta cuando tienen que cargar alguna cosa en ella, para llevarla con más comodidad, se la atan al revés, poniendo por detrás el nudo que quedaba por delante, y cogiendo las otras dos puntas con las manos, llevan en ella lo que han de cargar no siendo cosa de mucho peso, porque entonces la cargan con otra disposición en las espaldas. Como cosa ligera que eran las flores, las cargó de aquel modo, el dichoso indio cuando las trajo al señor obispo: y en está forma lo pintaban antiguamente, entregándoselas y descubriéndose la Imagen en la tilma, y aún se ve en el día así pintado en la primera iglesia, que tuvo Nuestra Señora. El tamaño en que ahora está el ayate manifiesta bien, haber sido aquella

{foja 12vb}

su medida, pues descontando lo que dice el Bachiller Becerra Tanco, haversele cercenado para reliquias, y lo que tiene embutido en el bastidor o contramarco, aun queda su longitud de 2 varas y un doceavo, y su latitud de una vara y poco más de quarta, según expresa don Miguel Cabrera; campo suficiente, en que pudo caber bien la Sagrada Imagen, la luna, y lo que se descubre del ángel y nubes que la rodean.  2. En cuanto al texido, se conoce ser ralo  por las mismas expresiones de los que lo han visto, y por consiguiente no tener semejanza con la lona, y el cotence, pues al través de estos no se pueden ver los objetos con la claridad, y distinción, como certifica el mismo Cabrera acontecer por entre el lienzo guadalupano, según dice lo cual experimenta, que están de la otra parte repetidas veces. Con el que si parece poderse comparar es con el cañamazo, siendo aún mucho más basto que este, como refiere el Padre Florencia en el lugar citado de su obra postuma. Ni es de omitir la expresión de él hace este autor al número 270 de su Estrella del Norte, que comprueba lo ralo del lienzo, y es la siguiente: “Este día, dice, puse atención en el revés de la sagrada y milagrosa pintura, y se la ayude a poner al dicho Don Francisco de Siles, que fue quien me la hizo mostrar y a otros, y todos convenimos, que en lugar de la Imagen, que había de salir en sombra, por ser tan rala la manta, lo que se vía, eran unos manchones de colores, como el jugo exprimido de varias flores, y hojas de ellas.

 

{foja 13r}

y retuviesen, para guardar en el secreto del Archivo Arzobispal

3 En este ayate pues, refiere el autor indio, la pintura de las Sagrada Imagen de la manera siguiente: su altura, dice es de seis palmos y un xeme (n) desde la planta del pie hasta el vértice, o coronilla de la cabeza, medida en que todos concuerdan (*) su rostro algo trigueño, muy hermoso y agradable, su cuerpo en ademán humilde, puestas las manos sobre el pecho y ce–ido con un cíngulo de color purpúreo o violado, sobre el vestido que es rosado con sombra y arnesios, y bordado de diversas flores doradas por todas las orillas; descubre solamente la punta del pie derecho, cuyo zapato es de color de tierra.

Tiene pendiente del cuello un círculo de oro perfilado al derredor con una línea negra, y en medio está una cruz. Acia dentro también se le descubre otro vestido de algodón blanco, con puntas como melindre que llegan hasta las muñecas de las manos. El manto que la cubre desde la cabeza hasta los pies, sin cubrirle el rostro, es azul celeste que tira a verde (**) y acia en medio hace un doblez, está todo guarnecido al derredor con una cinta de oro algo ancha y por todas partes con estrellas también de oro que son 46. Tiene inclinada, hacía el lado derecho su santísima cabeza; y en ella, sobre el manto, una corona con rayos de oro. A sus pies tiene la luna con las puntas o cuernos hacía arriba, y en medio de ella está parada la Purísima Virgen; y según parece, está también en medio del sol, que con sus rayos de oro resplandeciente ondeados como llamas, la cerca por todos partes el número de estos es ciento, unos grandes y otros pequeños y doce rodean su santísimo rostro y cabeza, correspondiendo a cincuenta por cada lado. (***). El resto de la tilma hasta las orillas está cercado de nubes blancas, y a los pies tiene está Divina Imagen un ángel sobre el cual está parada, que como metido

 

La ignorancia de algunos, entre ellos personas de carácter, ha adherido a tan débil y despreciable pensamiento, opuesto enteramente a la razón, a la cronología y a la verdad histórica; porque, o fundó el santo, el barrio de Tomatlán antes que se fundará México, o después. Sí antes ¿cómo, y por quienes se pobló este sitió, ocupado entonces con las aguas del gran lago mexicano, que se extendían, y circundaban la que es ahora ciudad, por este y otros arrabales? Y si después de su fundación, es necesario retrotraer la existencia del santo a los tiempos de ella; o que nos pruebe su autor haver vivido algunos siglos más que los Patriarcas antediluvianos, pues habiéndose fundado México, el año 1325, de la era cristiana como en otra parte decimos, debía tener más de 1,300 años de edad cuando se formó dicho barrio, caso que se huviese establecido inmediatamente después de la fundación de la ciudad. Semejantes anacronismos se cometen en cuanto a suponerse que el mismo Santo Apóstol, vino a está Nueva España, a predicar el evangelio, como difusamente hemos probado en el libro 1. &

{nota al pie de la pagina 13r: .

(n) Quipiachicuacem iztetl, ihuan ce cihuaiztetl, que son seis palmos de hombre regular que corresponde cada uno a la quarta parte de la vara castellana; y otro palmo de mujer, que igual al que llaman comúnmente xeme, y que es la sexta parte, o sexma de la misma vara. El Doctor Bartolache, para persuadir que la Historia que sacó a luz el Bachiller Laso de la Vega, no fue obra compuesta por Žl (lo que no hay quien dude) dice, que este modo de} 

 

{foja 13v}.

entre nubes, descubre solamente medio cuerpo, en acción de coger los extremos del vestuario de la Reina del Cielo, que bellamente cuelgan hacia sus pies formando dobleces por uno y otro lado. La ténica del ángel es encarnada, y atada al cuello con un botín de oro, sus alas están compuestas de varias y hermosas plumas, y según parece está muy alegre por estar cargando a la Reyna del Cielo.

   Esta es en substancia la descripción que hace este autor indio, bastante buena para aquellos tiempos en que no se había hecho inspección formal de la Sagrada Imagen por personas inteligentes en la pintura, cuyas más puntales observaciones se reservaron para el presente siglo, para que se ejecutaran por las más diestros profesores del arte; como ya vamos a ver, pues aún los que lo fueron en el siglo pasado de que se ha hecho mención, no nos dejaron una exacta relación de las partes que componen el todo de la Imagen, contentándose con referir en general su hermosura, su bellos y permanentes colores, y otras cosas que probaban solamente lo milagroso de su pintura. El Licenciado Miguel Sánchez hace una casi semejante descripción desde la foja 38 vuelta, hasta la vuelta de la 39, que omitiremos aquí, por haberla copiado el Padre Mateo de la Cruz y de este a la letra, el Padre Francisco de Florencia; pasaremos ya a referir las exactas observaciones hechas en este siglo por el insigne pintor Don Miguel Cabrera.

&

Descripción que hizo de la Sagrada Imagen Don Miguel Cabrera, Profesor del arte de la pintura, comprobada con los pareceres de otros seis facultativos.

 

El día 30 de Abril del año 1751, el señor abad y Cabildo de la Isigne y Real Colegiata de Nuestra Señora de Guadalupe, hizo juntar en su santuario los mejores pintores de México, para que observando con una prolija inspección la Santísima Imagen, así en cuanto a la materia del lienzo en que está pintada, y falta de disposición para recibir los colores; como en lo perteneciente al orden y modo en que están estos empleados, y demás circunstancias que conforme a las reglas de su arte, advirtieron; dieron sus declaraciones sobre el asunto,

 

frase mexicana no puedo haberle ocurrido a dicho B, y que es del siglo de la conquista; pues ni aún el padre fray Alonso de Molina, doctísimo en el mexicano, y que publico su Vocabulario en 1571, trae la voz iztitl en este sentido y significación, sino en la propia y rigurosa en que quiere decir u–a Pág. 5 y 6 de su opúsculo. Sí el Doctor Bartolache hubiera revisado más despacio al padre Molina, y buscado en su Vocabulario del castellano al mexicano la voz palmo; hubiera hallado que dice al folio 32 Palmo tendido, o xeme cemiztetl, esto es un palmo; y por consiguiente chicuacemiztetl serán 6 palmos y como significa también xeme, el autor indio tomó la voz en toda su extensión, y para distinguir la sexma dijo: Ihuan ce cihua iztetl, esto es, y un palmo de mujer, que equivale al xeme, o sexta parte de la vara. Muchas voces mexicanas tienen varias significaciones, según el sentido a que se aplican v.g. Xiquipilli significa la bolsa; y se toma también por el número ocho mil, por la razón que dice en la nota al número 5. pág. 20 de mi Descripción histórica y cronológica de las dos piedras. Véase también al mismo Padre Molina en el Aviso Séptimo.

{nota al pie de pagina 13v:

(*) Está medida es justamente igual a diez sexmas; y conviene con la que usó  Don Miguel Cabrera, por rostros o módulos, como adelante veremos.}

 

{foja 14r}

 

Hay a distancia de una legua de la ciudad de México, rumbo al Norte cuarta al Este, un pequeño lugar, corre un pequeño río, cuyas aguas que van de occidente a oriente, desembocan en la laguna llamada antiguamente de México, por llegar entonces sus aguas hasta los barrios de la ciudad; y hoy, que está muy reducida, se llama Tezcuco. Pasado el pequeño río se descubre un lugar, en aquel tiempo despoblado, por bañarlo las aguas, que por ambos rumbos de oriente y poniente rebalsaban sobre él, quedando solo unos estrechos caminos por donde se comunicaban con los pueblos sujetos a los Reyes de Tlacopan y Tezcuco, por las faldas de quatro altos cerros, que lo cercan a la parte del norte, los que rematando en uno pequeño, que mira al mediodía, y por consiguiente a la ciudad, apenas quedaba un corto espacio de tierra entre ellos y el río, que estuviera libre de las aguas. A este pequeño cerro llamaban Tepeyac, que significa, en la punta del cerro, porque en él remata otro cerro que tiene unido a sus espaldas, nombrado Zacahuitzco, que quiere decir, entre las espinas como zacate, o entre el zacate espinoso. El más occidental de los otros tres, y él más alto de todos llamaron Yohualtecatl, esto es, hecho de la noche, igual nombre dieron al que se le sigue hacia el Oriente, ya sea porque los juzgaran uno mismo; o porque, en tiempo de su gentilidad los mexicanos hicieran algunos sacrificios, en ambos en honor de Yohualteuhti, señor de la noche, uno de sus principales dioses. Al último cerro del Oriente dieron nombre de Coyoc, que se interpreta, animales.

Aunque pudieron dar a este lugar la denominación de alguno de estos altos cerros, lo tomaron del menor, por haberse hecho más celebre, a causa de estar colocado en el un famoso idolo que creían ser la madre de sus dioses, madre común de todos los naturales, con cuyos dos nombres era conocido y reverenciado, y le llamaban unas veces Teocinan, la madre de los dioses, y otras Tonantzin, nuestra madre. Por la falda de este pequeño cerro, que mira al occidente, venía caminando, para la iglesia de Tlatelolco, barrio de la ciudad de México, la mañana del sábado 9 de Diciembre, del referido año 1531, día siguiente de la festividad de la Concepción Purísima de Nuestra Se–ora, un indio plebeyo, natural del pueblo de Quahutitlan, distante como 4 leguas, de la ciudad , a quien pocos años antes, habían puesto en el bautismo los nombres de Juan Diego, con destino de oir la misa, que los religiosos franciscanos, cantaban ese día, y asistír a la doctrina cristiana, que explicaban. Al llegar hacia la frente de la cumbre oyó que en él  sonaba una suave y armoniosa música

{notas al margen de la pagina 14r:

Hay al rumbo del N.N.E. De la ciudad de México, y a distancia de una legua, un pequeño lugar, que separado por un río, cuyas aguas corren de occidente a oriente, hasta entrar en la laguna llamada antiguamente de México.

($) En el Coyote, animal que es especie de Zorra.}

 

{foja 14v, en blanco}

 

{foja 15r}

A.      La primera Ermita.

B.      Su cementerio.

C.      Casita de Juan Diego.

D.      El primer templo.

E.E. E. Su cementerio.

F.      Casa de Novenas.

G.      Cruz.

H.      Puerta del cementerio.

Y.   Otra puerta.

CERROS   1¼. Tepeyacac.

2¼. Zacahuizco, al Norte del de Tepeyacac.

3¼. Yohualtecatl, al Oriente de Zacahuizco.

4¼. Coyoc, al Oriente de Yohualtecatl, que sale hacia donde llaman la Estanzuela.

5¼. Yohualtecatl, al Norte de Tepeyacac, Žl m‡s alto, y el œltimo.

 

Está en el pueblo de Santa Isabel este mapa, y el Fiscal se llama Don Felipe de Santiago Mendoza.

 

{foja 15v sello de la Biblioteca}

 

{foja 16v, en blanco}       

     

   

     

 

 

 

 

 

 

 

 

                  

 

 

 

 



[1] La transcripción paleográfica se ha hecho actualizando la puntuación, la acentuación,  las mayúsculas y las abreviaturas  para dar mayor claridad a los textos;   sin embargo, el texto perrmanece fiel al manuscrito, ya que todas las palabras se transcriben de verbo ad verbum, con la ortografía del original, no cambiando ni una sola letra, es decir siguiendo la transcripción literal modernizada. Asimismo se han escrito entre llaves nuestros agregados y usamos las diagonales para indicar palabras de dudosa lectura y acompañadas con puntos suspensivos indican que definitivamente no se pudo leer.

[2] Nota al margen del texto.

[3] Signo de párrafo.