TRANSCRIPCIÓN
{f. a} {sello en la parte superior izquierda con la leyenda: Mexicain 270}
ManuscritQuatre cahier in folio 80 pages}
{Critique d’un sermon sur N[otre] D[ame] de Guadalupe et divers autres sujets (1794-95)}
No. 270 Volume de 39 feuillets Plus le feuilles A prêliminaire 22 septembre 1898
{f. b} {en blanco}
{f. c}
Crisis o censuras, que por orden del Ex[celentísi]mo V[enerable] Il[ustrísi]mo S[eñ]or D[octo]r Don Alonso Nuñez de {H}aro y Peralta Arzobispo de Mexico hicieron los señores cannigos, penitenciario, y magistral de esta s[an]ta iglecia metropolitana, d[octo]res y m[aes]tros D[o]n Jose Patricio de Uribe y D[o]n Manuel de Omaña y Sotomayor, sobre el sermon que el dia 12, de diciembre de 1794. Predico el Padre D[octo]r Fray Servando Mier del orden de predicadores, apoyado en los escritos y clave historial que pretendia dar a luz el Lic[enciado] D[o]n Ygnacio Borunda, Abogado de esta Real Audiencia, que igualmente le comprende la censura, especialmente en lo que escribe de N[ues]tra S[eño]ra de Guadalupe de Mex[ic]o. {centrado: Año de 1795}. {adorno caligráfico a cada lado} Copiada fielmente Ex[celentísi]mo e Il[ustrísi]mo Señor. Por la declaracion que ha dado el P[adr]e D[octo]r Fr[ay] Servando Mier de orden de V[uestra] E[xcelencia] I[lustrisima] consta ya en forma lo que sabian muchos, y presumian los mas: esto es, que el P[adr]e Mier no ha hecho sino publicar en el pulpito los pensamientos originales del L[icenciado] D[o]n Ygnacio Borunda sobre la aparicion de N[ues]tra Madre Maria S[antisi]ma de Guadalupe. Ha ex[h]ibido el P[adre] Mier un sermon que dice lo ha sacado fielmente de su memoria, y tenor preciso en que lo dixo. Parece que en el se olbidaron de algunas cosas que sin duda produjo y que constan en sus primeros apuntes. El notario por equiboco, en lugar de preguntarle, si la tradicion en que se apoyaba hera universal invariable y constante, refirio esta pregunta al libro manuscrito de Borunda. El {f. d} p[adr]e respondio lo que consta, diciendo y con razon que no entendia la pregunta; pero esto nada importa para el asumpto.
(.a.)[1] El predicador manifiesta claramente la persuacion en que se mantiene de ser verdaderas las ideas del L[icenciado]. Borunda en su libro manuscrito intitulado clave historial, que yntenta dar a luz, y dedicarlo a nuestro augusto soberano. Pero en obsequio de la verdad, y para que no se impute al L[icenciado] Borunda, la falta de q[u]e es culpable el Padre Mier, devemos haser presente, que dicho Licenciado, aunque le comunico al p[adre] predicador a repetidas instancias sus pensamientos, no tubo parte en que los publicara en el pulpito; pues antes procuro en algun modo retraelo de esto.
{Once renglones testados en el original que correspondian a la nota “b”}
{f. 1} {tres renglones testados en el original}
(.b.)[2] Copiaremos aqui a la letra el papel que en un dia de este enero escribio el L[icenciado] a uno de nosotros (el penitenciario). "Como hablo con quien conose mi cortedad, y se alla tan ocupado, dejo este apunte, de que aquel sugeto, ni le he bicitado jamas, ni le conocia, y el qual ocurrio como quatro o cinco vezes apurado por materia como quinze dias antes, y abiendole manifestado de buena fe mis apuntes, le prebine que exigen tratado-difuso, que aquel no podia fundar en un rato: no obstante el formo el que le parecio; pero con riesgo sullo, como que a mi no correspondia calificar si era propio o ajeno del teatro. Despues me pidio lo condusente de mis borradores para manifestacion de los fundamentos de su ruda indigesta quemoles." Por lo que no es nuestro animo culpar al L[icenciado] Borunda y protestamos sinceramente, que quanto digeremos sobre su sistema, debe referirse a la obra, y no al autor, a quien no pretendemos injuriar, ni zaherir. Para calificar nosotros el sermon del P[adr]e Mier, no necesitamos hasernos cargo del sistema de Borunda, ni exponer el juicio que formamos de el. Aun quando se calificara de verosimil; nuestra censura seria la mesma que expondremos en su lugar; pero creemos propio de nuestra obligasion no desentendernos enteramente de su sistema, que ha hallado ahora algunos protectores, y que en otros tiempos, especialmente si pasaba a paises en donde no tiene la instrucion que aqui del ydioma y tradiciones mexicanas, pudiera alucinar a algunos.
{f. 1v} Buen exemplo nos dan en esto los modernos, Buffon, Pau, y otros varios, que no obstante su erudicion, han delirado tanto en estas materias. Trataremos pues, antes de calificar el sermon del ridiculo y delirante sistema Borundiano, indicando algunas reflexiones que demuestren que los delirios de D[o]n Quixote de la mancha variada la materia, no se concibieron solo en el festivo celebro de Cervantes. En efecto el Licenciado D[o]n Ygnacio Borunda nos parese un D[o]n Quixote historico mexicano, que imaginandose como el manchego que se dolia tanto de ver enteramente perdida la caballeria, no haver historia fiel mexicana, haver cido todos sus historiadores unos ygnorantes del ydioma, tradiciones, religiones, y constumbres de las naciones del nuevo mundo, quizo el resucitar esta muerta y perdidas historia no extrañe V[uestra] E[xcelencia I[lustrisima] esta alegoria, que por ridicula podria pareser menos propia del serio y grave asunto que tratamos; porque quando ablamos de delirios y hombres delirantes, es necesario explicarnos de esta manera, y usar tal vez de una clase de estilo que segun las maximas de Horacio suele ser mas eficas y propio para el combencimiento. Ridiculum acri fortius et melius magnas plerique secar res. El Lic[encia]do Borunda hombre de mui buenas constumbres, aplicado y que no carese de talento, es por otra parte de un genio obscuro, tetrico y recondito, que desde su juventud en el real colegio de San Yldefonso, daba no pocos anuncios de una farmacia expuesta a perturbarse. Deedicado en estos ultimos años al ydioma mexicano, y proporcionandoles algunas comiciones relativas a yndios por su profecion de abogado, el trato con estos, y los viages a varios de sus pueblos, le hizo creerse ya en disposicion de hazer su primera {f. 2} salida, y desagraviar al orbe literario de los entuertos historicos que ha recebido de quantos historiadores de yndias han escrito hasta el dia. A este fin ha leido segun se colige de sus citas, a Torquemada, Clavigero, Boturini, y algun otro de esta clase de autores; pero ha tenido la desgracia de entresacar lo que ellos mismos califican o de menos probable o de enteramente infundado y falzo. Ha dado otro paso, y este ha sido su mallor precipicio. El ydioma mexicano, como en todo lo mas o casi en todo lo mas tiene palabras que significan mui diferentes, y a mas de esto es alegorico y simbolico, sirviendose muchas vezes para significar una cosa, de las calidades y atributos en que se asemeja a otras diferentes. Governado de estas ideas el Licenciado Borunda, se vale de una palabra, e interpretandola no segun su bulgar y comun significasion sino segun otra que pueda tener, busca alguna alegoria y semejanza, y como quantas cosas hay en este mundo pos disimbolas y distintas que sean se parecen en algo, las interpreta por aquella parte en que se asemejan, y que es conforme a la idea que se propone, y da por cierto aquel sentido alegorico que el intenta ha cido el de los yndios. Pero como no bastaban las alegorias para llenar su idea, recurre a otros dos adbitrios, que son bariar las palabras, y componerlas. Aunque todos los mexicano hayan escrito hasta ahora Huitzilupuchtli, Borunda quitando una letra, y aun dos si se cuenta con la h, escribe uitzilupuchtli para variar a su antojo la significacion. Arbitrio igualmente del ydioma en orden a la compocicion, hace a las palabras simples compuestas, y a las verdaderamente tales las anotomiza y {f. 2v} y divide a su capricho. El termino Omixiuluitzino en la ynterpretacion de Bezerra Tanco se compone del nombre ix que significa semblante, y el verbo cui que significa coger puesto empasiba cuito, y da a entender, ser patente a todos el semblante de algo: este verbo pues, lo diceca Borunda en iluitzino y mixiui dandole la disparatada inteligencia que despues trasladaremos. Y estos son los dos exes del sentido compuesto y alegorico sobre que rueda la portentosa maquina de Borunda. Sirva ya de exemplo el extrañisimo delirio con que prueba que la ymagen de Guadalupe representa a Maria Santisima preñada del verbo encarnado: dice pues que la ymagen esta señida con un cingulo, el qual solo se descubre por un nudo que esta sobre el vientre. Nudo en mexicano se llama Tlalpilli, y esta apalabra es simple; pero talpilli, continua, tambien se puede entender por le principal de la tierra (acaso sera componiendo una palabra de tlalli que significa tierra y pilli que significa caballero o noble) he aqui pues el discurso o delirio de Borunda. La Virgen de Guadalupe tiene sobre el vientre un nudo que en mexicano se llama Tlalpilli. Tlalpilli significa tambien, o puede significar el principal de la tierra: es assi que el verbo encarnado es el principal de la tierra luego el nudo que la S[antisi]ma Virgen tiene sobre el vientre significa que esta preñada de el vervo encarnado. ¿Fue otro el delirio de Don Quixote quando creyó que la manada de carneros significaba exercito? ¿Quando tubo por un gigante como el Briarco del molino de viento? Si este discurso de Borunda con todos sus tres terminos silogisticos se aplica a qualquiera yndia preñada aunque sea ramera, {f. 3} que este señida y que tenga como muchas vezes tienen nudo sobre el vientre; ¿no se concluye la heregia mas heretical que se ha oydo? No es menos ridicula la etimologia de Tomatlan Barrio situado al oriente de Mexico en las cercanias de San Lazaro. El Peñon, esto es, aquel cerrillo al oriente de Mexico a culla falda brotan mas saludibilisimas aguas, dice Borunda no tiene por memoria o por tradicion, anotacion con que se distingue entre los indios, y solo puede serlo aquel terreno o barrio que se llama Tomatlan, sea asi pues Borunda lo dice, y oygamos áhora su inaudito discurzo. La palabra Tomatlan aunque simple y que significa tomate, si se descompone, (capas es Borunda de componer y descomponer con este adbitrio los entes mas simples) resulta atl agua, y tome de Tomas. He aqui combertido a S[an]to Tómas en tomate, o al tomate en S[an]to Tómas. Sigue el discurzo: Tomatlán se compone de itlan cerca del Tomatl, esto es cerca del agua de Tómas. Raro y mo[n]struoso modo de alegorizar etimologias. Pasemos por la cercania imaginaria del barrio de Tomatlan que dista media legua o mas del Peñon; la realidad es que la palabra Tomatl que significa tomate y de la propocicion tlán que significa junto o entre, se compone el bario que tiene por nombre Tomatlan, o el lugar que está entre los tomates, por los muchos que habria en aquellos citios, o en otro tiempo cubiertos de agua, y en el que sin duda estarian plantadas muchas chinampas en las que se cultibaria el tomate, como se observa aun oy. (.C.)[3] En todas las Riveras de Mexico. Con este nuebo adbitrio etimologico no ay desatino que no pueda escu- {f. 3v} escusarse, ya dividiendo a su abbitrio las palabras compuestas, y ya haciendo compuestas, y dividiendo las simples, pudiendo (v.g.) desirse que la palabra latina corpus puede significar no solo el cuerpo, sino la podre del corazon, deribandolo de cor y de pus. Pero entre las graciosisimas y disparatadas aventuras del sentido compuesto y alegorico, felizmente acabadas por nuestro caballeresco historiador, ninguna ay mas rrara que la aventura del tompiate. Hay como todos savemos, en la Villa de Guadalupe junto a la yglecia antigua, un manantial de agua que llaman comunmente el Pozito. Supone Borunda que d[ic]ho manantial tiene la cavidad cilindrica, y por tanto da por asentado que su figura es de cilindro. Concedase por hoy esto, y oygamos el discurso. El Pozito de figura cilindrica se parece al tompiate que tiene igual figura: es assi que tompiate, en mexicano tompiatle significa lo que guarda el fugo de Tomás, luego el Pozitio adbierte parte de los prodixios que obraba aquel apostol. La menor de este silogismo (que por no estar en ninguna de las figuras que conosen los logicos estaria tambien en la figura cilindrica) la menor pues de este silogismo la prueba nuestro autor, usando del cuchillo anatomico, y dividiendo la palabra en el modo siguiente tetetl, fuego; pia, guarda; tome, Tomás: quod erat demonstrandum. No ymporta que tompiete sea palabra simple, no ymporta que el nombre tetl quando entra en {f. 4} En composision con bervo y se pospone rrara vez pierde las finales tl: nada ymporta todo esto, por que fuera cosa mui sensible que por dos letrillas, o por unos ympertinentes escrupulos que se formen, se ubiera de degraciar este ymportante descubrimiento. Dichosas tiendas mestizas y de cacaguateria que no ya por semejanza como el Pozito parecido a tompiate, sino rreal y verdaderamente depositan en los muchos tompiates que en ellas hay, tantos gloriosos monumentos que adbierten parte de los prodigios que obraba aquel apostol. Sobre estos fantasticos ridiculicimos y vanos simientos, ha levantado sin duda el señor Borunda su edificio de la clave historial. No es de nuestro cargo impugnar esta en toda su extencion; pero no podemos desentendernos de aquella parte de la clave que abrio a Borunada la puerta para los delirios guadalupanos que inspiró al P[adr]e Mier. Delirios que a no haver causado tanto escandalo en el publico, y que pudieran acarrear perniciosas rresultas, deverian mirarse con sumo desprecio, sin otra probidencia que curar el celebro a sus ynfatuados autores. Pero siendo preciso decir algo sobre ellos, y no siento justo empeñar mucho las armas rrazon para rrebatir locuras, solo tocaremos algunos puntos de este desvariado sistema. Todo el cae por tierra con solo rreflexionar las ymaginarias epocas que soñó Borunda relativas a los mexicanos y sus antecesores. El supone fundado ya y abitado el ymperio de los tulteces en el pais de Anaguac, a los 40 años de nuestra hera vulgar, siendo assi que apenas hasta el septimo siglo de ella no se encuen {f. 4v} cuentra entre todos los historiadores juiciosos, vestigios que den alguna ydea verosimil de la poblacion de{l} pais de Anaguac. El confunde el trancito de los pobladores de la America, que vien pudo ser o antes del diluvio, o si se quiere que sea despues, por los desendientes de Neptituim hijo de Nenain, y nieto de Cain el confunde desimos, este primer trancito que pudo ser a los paises septentrionales de la America, con la poblacion de Anaguac, de que no hay bestigios hasta el siglo sexto o septimo de a era vulgar. El adopta a vanissima opinion de una ynundacion general acaecida en todo este continente, que creyeron Buffon y Pau, y añadio de su celebro que esto acaecio en la muerte de Cristo. Pasa su desvario a asentar que este echo esta profetizado al capitulo 26 de Ysaias etcetera, sin duda en el verso 14 sin otro fundamento sino porque alli se nombran gigantes, lugar que no sabemos como pueda acomodarse a la pretendida ynundacion. Quiza es porque todo lo dicho, el que fixa la epoca de la fundacion del ymperio mexicano a los 400 años de la muerte de Jesucristo: desatino que solo puede producirlo quien no tenga ni la primera ydea de la historia de este ymperio. (.d.)[4] Pero que mucho que se asienten estas y semejantes quimeras contra lo que han escrito todos los historiadores desde Cates hasta Clavijero: contra todo lo que manifiestan los mapas y pinturas antiguas, contra las tradiciones unibersales, y mas bien fundadas, que aprendieron de los primeros yndios {f. 5} combertidos, y de sus hijos y nietos, los benaventes, y sahagunes, los alvas, pimenteles y acostas, si el concepto del L[icenciado] Borunda ninguno de los que han escrito hasta haora ha sabido esta historia, porque ninguno ha comprendido la energia, simbolica del ydioma, y el verdadero espiritu de sus geroglificos, como lo ha expresado alguna vez a mi el penitenciario, y lo da a entender claramente. Acabaron de alucinar a Borunda las piedras colocadas en la universidad, y al pie de la nueva torre de la catedral. Ha demostrado ya Don Antonio de Leon y Gama que la primera no es otra cosa que un conjunto de jeroglificos que rrepresentan varios atributos propios de diferentes dioses, como son los teoyoo miqui numen destinado a recoger las almas de los muertos assi en la guerra, como los sacrificados despues del captiberio. De Quetzalcouatl y Mictlantehuhtli señor del ynfierno, y de otros varios de sus dioses, sus muchos atributos, y geroglificos, que aunque diferentes tienen entre si cierto orden y analogia con que se forma un estatua, ante la qual hacian cada año las honrras y exequias en memoria de los reyes, y señores, y soldados muertos en las batallas. Ygualmente esta demostrado y lo conocera qualquiera que tenga ojos, y alguna idea de la astrologia y mitologia mexicana, que la piedra colocada al pie de la torre nueva a solicitud de los canonigos comisionados para la obra, es un monumento que contiene mucha parte de los fastos mixicanos, y tambien un calendario astronomico para explicar el periodo de los dos sientos sesenta dias del año lunar. Pero por mas que combensan este modo de pensar los calendarios que se hallan escritos en Baladés, Gemeli, Beytia, y Clavijero, con otros muchos, por mas que conspiren a lo mismo cuantos autores han escrito sobre la astronomia de los yndios, el L[icenciado] Borunda vee en ambas piedras con ojos {f. 5v} simbolicos una cronologia desde el principio del mundo hasta la muerte de Jesu Christo {sic}, y un compendio de misterios relatibos a la benida de Santo Tomas, y a su nuevo pensamiento guadalupano. Digan los autores quanto quieran, clamen quando puedan los estudios mexicanos que oy viven; Borunda se mantiene firme en que la piedra de la torre es el verdadero Teomoxtli o libro de dios, no de otro modo que a pesar de los clamores de Sancho, creia firmemente Don Quijote que la bacia del barbero era el mismo yelmo del mambrino fabricado de un oro puro. Es verdad que aunque el señor Borunda es un autor original, y segun nos parece el primero de este sistema por lo que respecta de la ympresion y estampacion guadalupana; pero en todo lo demas que sirve de fundamento a esta exotica idea, es decir, en la venida de Santo Tomas, y su ydentidad con de Quetzalco huatl, ha tenido autores que seguir y uno en particular de quien sin duda copio sus fantasticas alegorias. Esta identidad entre Santo Tomas y Quetzal cohouatl (unos escriben Quetzal cahuatl y otros Quetza couatl variacion que nada inmuta por que lo mismo significa couatl, que coatl) la promovio tambien el savio y erudito Sigüenza en un manuscrito de que hace mencion el mismo Betancur, y el s[eñor] Eguiara en su biblioteca mexicana. Esta obra o se perdio por que no sabemos que alguno la haya bisto, o no llego a escribirla Sigüenza, o se quedo solo en ydea y proyectada como juzga alguno no sin fundamento; pero para una dichosa contingencia ha llegado a nuestras manos en estos dias un volumen en folio manuscrito tan conforme en todo a las ydeas de Borunda, menos en las rrelativas a la ymagen de Guadalupe, que no dudamos aberlas trasladado fielmente de el. Debamos su {f. 6} autor por otra parte benemerito la moderacion de callar su nombre, al que hace tan poco honor esta disparatadissima obra yntitulada Fenix del oriente ave intelectual de rica pluma el apostol Santo Tomas. Pero no omitiremos para que no se nos censure la alucion con que algunas beces ablamos de la obra de Borunda, que el mismo autor del Fenix, lo anuncio en el prologo de la obra por su boca, “y cuando esto asi sea, y que ni la del celebre D[on] Carlos, ni la mia, hayamos emplumado a este Fenix, servira la falta de una y otra espuela, y estas mis rrudas ojas de selva en que entrando libremente y saliendo algunos cavalleros andantes por los campos de la historia sirvan a mi esquisito gusto y paladar de ensalada o vianda mas sabrosa”{.} No se nos oculta que aun cuando fuese sierta la venida de Santo Tomas a esta America, nada se concluia a fabor de la aparicion guadalupana en su capa conosemos tambien que el arribo y predicacion del apostol a estos paises, es un problema historico en el que no han faltado autores eruditos que sostengan la opinion que la afirma. Ha vista de esto, nos creeriamos excusados de tratar este asunto, si una triste experiencia no nos enseñara las perniciosas experiencias de consecuencias que personas eruditas han deducido de aquella venida, y como de siglo en siglo se ha desfigurado, pasando de grado en grado de una opinion probable, a un delirio improbable y pernicioso: esto nos obliga a tratar con alguna extencion este punto, haciendo ver, que el desnudo echo de la venida de Santo Tomas a estos paises, aunque no parezca del todo falso, es poco probable. Que su identidad con Quetzalcohuatl, es una anecdota evidentemente falsa, dimanada de un torpissimo anacronismo, y ultimamente, que aun cuando Santo Tomas hubiese benido a este reino y fuese de {f. 6v} verdad Quetzalcohuatl es, un gran delirio creer que se estampo Maria S[antisi]ma de Guadalupe en su capa. Afirmaron no hay duda algunos autores de esta America, de España, y aun de paises extranjeros sin fundarse en geroglificos y simbolos mexicanos, que Santo Tomas vino a estos paises y predico a sus gentes; pero esto por solo dos lexitimos fundamentos. Fue el primero que habiendose dado a las Americas el nombre de Yndias por ser semejantes a las que llevan este verdadero nombre en sus rriquezas, conducidos algunos en la equibocacion de los nombres, opinaron que Santo Tomas que habia predicado en la Yndia, avia evangelizado tambien a estas partes de las Americas aplicandoles el nombre de Yndias. El segundo fundam[en]to lo ministraron los rrestos de religion catolica que hallaron los primeros conquistadores en la America, ya por las noticias que encontraron en sus moradores de algunos misterios y ritos de nuestra religión (vien que obscurecidos entre groseras supersticiones y torpes herrores) y ya por las cruces celebres que se encontraron en varios lugares, conservadas en ellos antes de la conquista. Pero en cuanto a lo primero, no es inverosimil como opinaban algunos criticos e historiadores juiciosos, que el demonio a quien Dios habia permitido que dominara a estos pueblos, inspirara en ellos un compuesto abominable (.e.)[5] de todos los herrores y atrocidades quer recibio en diferentes partes la gentilidad, pusiese particular estudio en establecer aqui esta impia imitacion, lla fuese por abusar de las ceremonias sacrosantas, (assi se explica discretamente el elocuente D[on] Antonio /sol/ /… / {f. 7} mesclandola con sus abominaciones, o por que no sabe arrepentirse de aspirar con este genero de abominaciones a la semejansa del Altissimo. Quanto a lo segundo las cruces de Yucatan, de la Mixteca, de Queretaro, de Tepic y de Tianguiztepec, o pudieron ser levantadas por noticias que tuvieran de la que erigio en la ysla española Christoval Colon en su primera conquista el año de 1492. o despues de su segundo viaje, o ultimamente en el año 1503 en que fundaron alli sus monasterios los primeros religiosos de San Francisco. Los origenes y principios de los reynos, y los primeros años de sus conquistas, se allan siempre enbueltos en mentiras y fabulas. La piedad mal entendida especialmente si se trata de cosas extraordinarias y milagrosas, finge con facilidad, y cree sin rrepugnancia cuanto le parece que sirve de fomento a la devocion. Si las tradiciones de la antigüedad de dichas cruces ubieran cido universalmente recebidas, no reusariamos darles credito; pero ellas no se ben autorizadas en su origen sino por relacion de algunos yndios, y despues publicadas por uno u otro manuscrito, en que alguno de sus mismos autores protesta no saver si lo que escribe es cierto. Pero si nosotros hubieramos de tomar partido en este asumpto, no dudariamos exponer a la censura de los criticos una conjetura no mal fundada. Sea en buena hora que las noticias que se hallaron en estos paises de algunos de los misterios de n[ues]tra religion, que la semejanza en sus ritos, y que las cruces que en el havia anteriores a la conquista, prueban q[u]e alguno o algunos de los ministros evangelicos vinieron a este continente, y enseñaron en alguna o algunas de sus partes el ebangelio ¿luego hubo de ser este Santo Tomas, ocupado como consta en otras conquistas espirituales, cuya venida a estos paises no tubo al principio otro {f.7v} apoyo que la equibocacion del nombre de Yndias, y que despues se ha querido establecer, no solo enbuelta ni en mil ridiculas fabulas, sino tambien a costa de extraordinarios milagros? (.f.)[6] ¿no es mas conforme a las prudentes rreglas de una juiciosa critica conjeturar que siendo esta America continente, o ya con las fieras septentrionales de la Europa, o sea con las mas orientales de la Assia, algunos hombres celosos de propagar la religion, y si se quiere por un caso nada irregular, passaron a algunas de estas provincias, sembraron en ellas noticias de la religion de J[esu]c[risto],dieron ydea de sus ritos, y plantaron algunas cruces? diriase que no consta esta mission o pasaje; pero tampoco consta la de Santo Tomas si no es por unos argumentos comunes a la venida de otros: la de estos pudo ser sin milagro; la de Santo Tomas no se establece por sus autores son a costa de maravillas; aquellos pudieron morir en estas mismas religiones, y asi quedarse sepultada en el olvido su benida; pero Santo Tomas abiendo vuelto a la Europa, y a la Assia, hera rregular que hubiera dejado en ella alguna noticia de este nuebo mundo, el qual entonces, y hasta muchos siglos despues se creyo inavitable. Acaso para ocurrir a estas o semejantes {f. 8} semejantes dificultades inbentaron los posteriores fautores de esta opinion, la ydentidad de este de este {sic} apostol con Quetzalcohuatl, imaginando que en ella alaban un poderoso argumento para estableserla y acreditarla. En efecto, este ha cido el principal fundamento en que han estribado los autores posteriores a la conquista para establecer la venida y predicacion de Santo Tomas en nuestra America, y como esta identidad es a que haze mas a nuestro asunto, es necesario detenernos en ella. Y a la verdad si no nos {testado en el original} constara por incontestables documentos que el sabio y erudito escritor D[octo]r D[o]n Carlos de Sigüenza fue de esta opinion, (vien q[u]e no se encuentra la obra en la que la sostuvo) jamas nos persuadiriamos a ello. Y aunque su nombre le ha dado mucho credito, y se haya defendido tambien por algun otro, no dudamos afirmar que este es un herror, contrario a quanto han escrito los mas graves historiadores del ymperio y epocas de la poblacion de esta America. No nos atreveriamos a abanzar esta propocission si no creyeramos poderla demostrar con datos cronologicos ineluctables, e innegables. Decia bien el celebre abad Bellegarde que la cronologia y la geografia son los dos ojos de la historia, la que sin ellos camina a tientas tropezando y cayendo en los mas horribles precipicios. No decimos que el D[octo]r Sigüenza le faltasen estos, sino que alucinado por un exceso de piedad, no rreflexiono en lo mismo que sabia; que mucho que el Licenciado Borunda y el autor innominado de que hicimos mencion arriba, privados por lo menos del ojo de la cronologia hayan delirado tanto y afanadose para acomodar a Santo Tomas quanto rrefieren los historiadores {f. 8v} mexicanos del supersticioso Quetzalcohuatl! este, del qual por comun tradicion de los indios cuentan sus historiadores que viniendo por el rrumbo de Panuco llego a Tula, donde fue o rey, como juzgan unos, o sumo sacerdote, (como asientan otros) uno y otro como ynsinua Torquemada, fue un hombre de color blanco y barba poblada, vestido de rropa talar, casto, muy rrico y opulento, amante de las virtudes y enemigo de los bicios: legislador prudente, que al fin hechisado por Tezcatlipoca por medio de cierta vevida concivio vivos deceos de hir a los reynos de Tlapalla: que en el camino le detuvieron los de Cholula donde goberno 20 años hasta que pasando a la provincia de Goazacoalco se desparecio alli, despues de aber dejado a los chulultecas leyes y ritos, que arreglaron su gobierno y su calendario. Este es el heroe que pretenden ser el mismo S[anto] Tomas acomodandole al apostol con extrabagantisssimas violencias todas las acciones y proezas del divinizado Quetzal cohuatl. Ya pues, si esta ydentidad es falsa, cae por tierra todo el fantastico edificio de Borunda, y se destruye la aparente probabilidad con que se ha sostenido por algunos autores de Yndias la benida de S[anto] Tomas. Tiempo es lla de proponer la demostracion de ser falza esta ydentidad. Quetzalcohuatl fue posterior a la era de S[anto] Tomas por lo menos setecientos años, luego S[anto] Tomas no pudo ser el supersticioso Quetzalcohuatl, los tultecas primera nacion pobladora del pais de Anahuac o del valle mexicano, de quien han quedado algunas aunque escasas bien fundadas noticias, salieron desterrados y fugitivos de la patria Huehuetlapallan el año de 596 de la era Christiana. Caminaron hacia al medio dia por espacio de 104 años hasta llegar a un lugar q[u]e fundaron y pusieron por {f. 9} nombre Tollantzinco; pero apenas pasaron 20 años lo abandonaron, y caminando alli hasia el poniente fundaron la ciudad de tollas o Tula el año de 720 de J[esu]c[risto] y cuando se quieran atrazar estas cosas el año de 667 ho mas tarde el de 548 esta es dice Torquemada la verdad de las mas puntuales historias de estas naciones, y en ellas comvienen casi cuantos han escrito con juicio de ellas. No es menos asentado que Quetzalcohuatl florecio despues de fundado el reyno de Tollan o Tula, ya se haga coetaneo del Rey Huemac (.g.)[7] como afirma Torquemada, o ya anterior o posterior como sienten otros. Pero estando cierto que florecio en tiempo de los reyes tultecas, rresulta con no menos certidumbre que florecio 500 o 600 años por lo menos despues de la venida de J[esu]c[risto]y es de adbertir que estas cronologias sobre ser las generalm[en]te rrecebidas son las que adoptan los mismos autores de quienes han tomado Sigüenza y otros, que rrefieren del supersticioso Quetzalcohuatl ¿y podra en vista de esto sostenerse aun como probable la ydentidad de Quetzal cohuatl con Santo Tomas, siendo este anterior al otro 5 o 6 siglos. Y aunque esta sola rreflexion desvanece enteramente todas las ymaginaciones del L[icenciado] Borunda, no es fuera de propocito manifestar tambien las rridiculas alucsiones (mas propio seria llamarlas iluciones, con que esfuerza y aplica a S[anto] Tomas los hechos de Quetzal cohuatl. Y porque seria cosa infinita el referirlas todas, apuntaremos solo algunas.
{f. 9v} En efecto ¿quien puede contener la rriza al ver el empeño con que se ynterpreta el nombre de el sacerdote tulteca para descifrarlo en S[anto] Tomas? el compuesto de Quetzalli que significa pluma berde y cohuatl serpiente, ynterpretaron algunos que significaba cuate o mellizo, con alusion a que cohuatl ho- cuatl significa tambien mellizo, y Quetzalli metaforicamente tambien puede entenderse cosa preciosa pero Borunda en su nuebo arte de etimologia interpreta el que el que {sic} domina al dragon alado, ho al demonio, añadiendo que lo desterro S[anto] Tomas hasta Tabazco, en donde se halla todavia ¿que querra desir esto? Aqui llegabamos embista {sic por en vista} de los apuntes del p[adre] predicador, cuando recibimos los apuntes de Borunda que tenia aquel en su poder: mas con cuanto asombro hemos leydo estos papeles, conformandonos en el dictamen de la perturbacion y fantacia de Borunda, y no hallando en su clave sino hun libro qual descrivia Horacio. Cujus velut somnia vane Fingetia species: ut nec pes nec Caput uni Reddatur forme. Lo leiamos y releiamos con gran fatiga y confesamos yngenuamente que de muchos parrafos no hubieramos entendido el frenetico sentido, si nos hubiera serbido de ynterprete el mismo predicador en sus apuntes, que (como ha confesado) contienen los pensamientos de Borunda. Sean ejemplo del desconcierto y exotica obscuridad del libro, las clausulas que asentamos aqui a la letra, a las quales es muy semejante todo el cuaderno. “De manera que el sentido compuesto de esta clausula es, que la sabedora del s[eño]r de la tierra de mucho de ella, e yluminadora de pedir {f. 10} misericordia, al tiempo del desquicio de sierras, y al distribuir y hacer a veces el oficio de sus discipulos desde la cima, con la ciencia del señor se abatia en el trabajo, diligente de la tierra suya que es del hilo de la tierra suya lo que sabia para ci, estando en el plan o juego de la pelota, purificando la tierra del comun abandono de ella en las obras del señor que la es aquella tierra como referido su contexto e[tcétera].Vaya otra si puede ser, mas graciosa. “Ynstruye pues esta tercera clausula, que en dia de festividad viviendo aun en la tierra aquella señora, espero en la tierra lo que salio del camino de la cierra, donde frecuentemente vive en ella el agua, q[u]e es el asentado serro de la cima, en la tierra de la fiesta, del enrroscado sayo, que fue el fin de aquel desquicio, al volar como ave, el que tiro la cierra, que salio donde acabo el caserio de la alada de la haldra, obra de la carne que fue lo ocultado con la faxa colgada del vientre de aquella diligente que guardaba la cierra, al levantar las manos a lo alto donde salio su encarnacion, que corrigio la vida de los nacionales que era la negociacion de carne humana tratada de sembradura de la tierra e[tcetera]” ¿Hablaria de otro modo el loco mas desatinado? Pero el P[adr]e Mier nos explicará estos oraculos. Dice que como ynstruye el peñasco de la universidad, abitada esta tierra de hombres muy opulentos y situada su capital en las cercanias del sur, en el dia de la muerte de J[esu]c[risto] se arruino gran parte de todo este continente sin haverse escapado si no es solos doce esta cierra de Tenayuca, y que por tanto la muerte del salvador es la era regional de los yndios ¡Dura necesidad Ex[celentísi]mo e Yll[ustrísi]mo Señor la que nos {f. 10v} impone la apreciable comicion de V[uestra] E[xcelencia] de combatir con las armas de la rrazon el delirio! Las facciones y facultades manifiestas (decia el P[adre] S[an] Atancsio) no deben de ympugnarse, porque la ympugnacion les hace el honor de que parezcan creibles; pero como no hay vicio que no tenga abogado, ni herror que no encuentre patrocinio, la verdad aun que sea la mas clara, se hace acreedora a la defensa. Segun el cotejo que acabamos de trasladar, destruido casi todo el continente en la muerte del salvador, no quedaron sino dose personas rrefujiadas en la cierra de Tenayuca (assi se explicaba el p[adre] predicador rrepetidas veces en sus apuntes){.} De estos dose dise desendieron los que poblaron despues a Mexico: en la muerte del salvador dise en otra parte de sus apuntes, se hundio aquella capital con gran parte de este continente excepto doce hombres que se hallaron en d[ic]ha sierra. A los cinco años de esta epoca q[u]e forma la era regional de los yndios. Vino S[anto] Tomas y se mantuvo aqui por espacio de 20 años, y entonces volo para el oriente. Ahora vien: ¿cuantos moradores hallo S[an]to Tomas en esta sierra? Sin duda solo doce adultos, y suponiendo entre ellos varones y hembras, por que de lo contrario se acababa la comedia demos que las dos terceras partes de ellos eran mujeres y la otra eran hombres para propagar la naturaleza. Hayaria pues S[anto] Tomas quando vino a los 5 años doce adultos y 40 parbulos. Estos ultimos no estaban en estado de aumentar la poblacion hasta los 14 años, y formando progrecibamente el calculo de la propagacion hasta los 20 en que volo S[anto] Tomas, no pudieron existir entonces 100 hombres fueran los doce de veinte a[ño]s {f. 11} cumplidos, ni los que hubieran lla llegado a los quince ¿pues como ordeno S[anto] Tomas ocho mil sacerdotes aquí en el tiempo de su predicacion. Tantos fueron dice Borunda, los ministros que aqui consagro, sin otro fundamento que el de su trastornado cerebro. Toma la palabra Cempoalle que significa 20, y por cuanto en el yidioma mexicano hay esta palabra, acienta Borunda que el s[anto] apostol dejo aqui 20 fundaciones, que cada una de ellas ordenaba cada 20 años discipulos, y que resultaron ocho mil al tiempo de su partida ¿puede decirse cosa mas disparatada, ni mas contraria a la historieta qu[e] acaba de asentar de que 5 años antes de la venida del apostol no habia mas que doce personas? No dicimularemos en favor de el L[icenciado] Borunda que esta reflexion puede desvanecerse, reponiendo que aunque solo fueron 12 los que se hallaron de la ymaginaria capital del sur, fueron muchos otros los que escaparon refugiados en la misma cierra de Tenayuca, de otras muchas naciones que havitaban por la parte del norte hacia Tula; pero esto debia aberlo dicho claramente el P[adre] Mier, y no afirmar que perecio gran parte de este continente y solo se salvaron 12. Es verdad, que entre las clausulas yntrincadas y obscuricimas del licenciado se leen algunas que aluden aberse escapado otros fuera de los 12; pero esta noticia esta acentada en terminos tan confusos y enrredosos, que es disculpado el P[adre] Mier de no aber podido decifrarla, mucho mas si se atiende a que esta solucion destruye {el misterioso todo sistema}; (h)[8] porque sin sobre los doce se salvaron de la {f. 11v} de la{sic} capital del sur, se ha de entender en aquella era con otros muchisimos de otras naciones ygualmente salvados en aquella era, si de la mescla y confederacion de unos y otros resulto la numerossisima propagacion que se hacienta a los 20 años de venido S[anto] Tomas, el pueblo que entonces y despues hubo, deve rreferir su desendencia no tanto {a} aquellos 12 del sur, quanto a los muchicimos de las otras naciones del rumbo del norte ¿por que pues las piedras solo aluden aun pueblo desendiente de los del sur? ¿por que el geniecito que tiene la ymagen a los pies (segun su modo de pensar) acuerda solo la desendencia de aquellos doce y no la de los otros que por ser muchos mas en numero deben rreputarse como el origen y fundamento del pueblo desendiente? quede pues asentado que las monstruosas inconsequencias y anacronismos de que abundan los apuntes del P[adre] Mier, son herrores suyos porque los dice; pero mas herrores de Borunda porque los ymbentó y los dictó, pudiendose aplicar al autor, y representante de esta rridiculisima sena con poca variacion, aquella graciosa quintilla.
{Si el papel de la comedia Es malo (segun Heredia) no es el mas culpable aquel que rrepresenta el papel sino el que hizo la comedia}
Entendido esto solamente en orden a la censura profana y literaria de la obra original, y de la copia; y no respecto de la culpa teologica que es mallor en el P[adre] Mier. Pasemos adelante. Quetzalcohuatl prosigue nuestro l[icenciado] era muy rico, abitaba palacios magnificos, y S[anto] Tomas edificó un famocicimo templo en Tula, y usaba de muy ricos ornamentos sagrados. Quetzalcohuatl traia vestiduras largas hasta los pies, y sobre ellas capa o manta sembrada de cruzes coloradas; esta vestia S[an]to Tomas porque esta era la vestidura de los patriarcas subcesores de {f. 12} los apostoles, y porque a mas de esto lo comprueba el que Montesuma rregaló una capa de la misma echura a Cortéz. Añadese que en la cierra de Tula en donde esta en trozo dominio que significa la agua de el coyote, bautizaba S[anto] Tomas, quien tambien por su habilidad se llamó coyote. Delirios de esta clase se ympugnan con solo referirlos. Ni en tiempo de los apostoles se usaron capas como las de los patriarcas orientales con cruzes coloradas, ni la manta que regaló Montesuma a Cortés la tenia, ni en aquellos tiempos se usaban ornamentos ricos sagrados para selebrar, ni havia ynstituto monastico ¡raro trastorno de ydeas! Borunda confiesa que Torquemada traslada fielmente los echos conforme a las tradiciones de los yndios (aunque no entendiera sus alegorias; pero a pesar de esto asienta por datas historicas las que sueña, atropellando quanto enseñan la historia eclesiastica, la profana y la misma rrazon. Santo Tomas (continua) estubo 20 años en Tula, hasta que apostatando aquellos pueblos de la verdadera religion se pasaron a Cholula: alli estubo Quetzalcohuatl 20 años como asienta la tradicion, e insinua Borunda, otros tantos pues devio morar alli Santo Tomas si es el verdadero Quetzalcohuatl de lo que rresulta q[u]e el santo apostol estubo en estos paises no 20 años sino 40. Desapareciose al fin, y voló hasta Tlapala esto es a Meliapor donde fue sepultado, que es el verdadero Tlapala, porque esta palabra significa tierra o reyno de color. No sabemos porque Tlapala significa tierra o reyno de color. Tlapalli en mexicano significa (es verdad) color; pero entre quantos modos ay de componer palabras en este ydioma, no allamos que mudada la, i, en, a, dé un nombre, significa el lugar que abunda en lo que el mismo nombre {f. 12v} signifique. Pero sea de esto lo que fuere ¿que hay en Melia por que haga llamar a esta ciudad por antonomacia lugar de colores? Ciertamente que al leer esta verdadera y genuina historia de la fundacion de la yglecia catolica en esta America por S[anto] Tomas, tan exhacta, tan circunstanciada, tan menuda, en que se refieren no solo los hechos, sino que se asientan las epocas y datas fixas y presisas: el aver señalado el numero de 8000 sacerdotes de 20 yglecias, prediferido el tiempo de la venida de S[anto] Tomas y de su morada en Tula, como vera el lector en esta no menos que verdadera graciosa historia, (perdone Cervantes si le hurtamos sus adjetivos) al leer todo esto no podra menos de exclamar quitandole de la boca las palavras al B[achille]r Sanzon Carrazco, mudado el nombre de Cide Hamete Benengeli en el de el L[icenciado]. Borunda, y bariando hun poco las expreciones; bien aya el licenciado, que la historia de nuestras antigüedades dejó escritas, y re bien aya el curioso que tubo cuidado de hacerlas traducir del arabigo burundiano en sus apuntes de nuestro bulgar castellano!… se rrecerva esta fortuna para la America, y para nuestros dias. Las yglecias del mundo antiguo, aunque lograron unos escritores sabios, poco rremotos de su fundacion antigua: la misma Roma: los grandes Apostoles Pedro y Pablo cuyas yglecias y cuyos hechos escribe el mismo dios por la pluma de un historiador coetaneo San Lucas, no estan referidas con la exacta yndividualidad (.y.)[9] con que Borunda escribe las yglecias de America en aquella era {f. 13} y a su Apostol Santo Tomas. Por Borunda sabemos ni mas ni menos toda la fisonomia de este santo, su color, la configuracion de su rrostro, como vestia, que alimentos usaba, los baños que tomaba en la media noche, y hasta el numero fijo de los que ordenó en las 20 yglecias. Lo mas es que todo esto lo yinstruyen las piedras escabadas, sin que hasta ahora ayamos podido entender como binieron estas piedras a la plaza de Mexico. Ellas parece que binieron de la cercania de el sur segun yndica Borunda en el pliego primero de su clave; pero por otra parte parece, si se cree al padre Mier, que a lo menos la que está en la torre se grabó en Tula en tiempo de Santo Tomas (y) Borunda asienta q[u]e fueron no conducidas sino ympelidas al citio donde esta hoy Mexico desde el sur, ya por erupciones volcanicas, ya en fuerza del gran terremoto de quando la muerte de Jesuchristo, sitio que en todo el tiempo de Santo Tomas y hasta quatrocientos años despues no se pobló (estaba a cuenta de Borunda ) por los mexicanos; como pues se grabó este monumento a direcsion de Santo Tomas? ¿a donde se grabo? si no es que se diga que los mexicanos apostatas despues de quatrocientos años de la venida de Santo Tomas, conservaron tan puras (.j.)[10] y tan vivas las memorias de la historia universal, y las profe- {f. 13v} Profecias, {sic} (todo esto contiene esa piedra divina en consepto del P[adre] Mier), que les enseñó el santo, que ellos la grabaron, acentando por monumento historico lo mismo que ya entonces no creian. Esto si que mas que soñar es delirar freneticamente quien leyere S[eñ]or Ex[celentisi]mo en la clave de Don Ygnacio Borunda rrepetidas freguentemente estas clausulas: ynstruye la piedra: adviertase el monum[en]to allado: resulta de las piedras: creerá que en dichas piedras se hallan algunas figuras o simbolos alucibos a lo que establece, que cuando menos por el sonido de las voses con que significan, den ocasion a el juego de palabras, semejante a aquel con que el D[o]n Quixote de los pulpitos Fr[ay] Gerundio provava que Santa Ana havia tenido en su vientre a Maria Santisima 20 meses et hic mensis sectus e illi porque aunque ni en el texto habla de la Santa Ana ni diga 20, habla por lo menos de meses, pero ni aun estas semejanzas aunque disparatadissimas se hallan en las aluciones de Borunda ¿que figura hay en todas las que contiene la piedra colocada en la torre, que o por si misma, o por el nombre que tiene aluda a que Santo Tomas vino a la America a los cinco años de la muerte de J[esu]c[risto]? ¿qual hay en toda ella con la que siguiera al modo del et hic mensis sextus et ille pueda provarse el numero de los 800 ordenados por santo Tomas? nada hay en la piedra que aluda a saserdocio. No savemos con que ojos beria en ella Borunda la corona que dise usaban los ordenados. Si el P[adre] Mier nos prestara el singular micoscopio de que usan su p[adre] y el l[icenciado] no para abultar los objetos pequeños, sino para berlos que no hay, por medio de el alcanzariamos a distinguir? el tintero de S[anto] Tomas, el claustro q[u]e havitaba y la yglecia: por medio de el veriamos las datas de la creacion del mundo, de la muerte de Adán, del nacimiento {f. 14) -ento {sic} de Noé, de la prevaricacion de los hijos de dios con las hijas de los nombres: de la construc[c]ion del arca y el dilubio, de la fabrica de la torre de Babel, de las plagas de Egipto, y sobre todo del año, el dia y la hora de la muerte del redentor. Todo esto enseña la piedra, todo esto ha bisto en ella por ministerio del anteojo de Borunda el P[adre] Mier; pero nosotros q[u]e no vemos ni tinteros, ni yglecias, ni patriarcas muertos ni vivos, ni ranas, ni mosquitos, ni estrellas q[u]e en el mesmo dia se oscuresca por un eclipse, (rara astronomia) diremos como en otros tiempos Sancho a Don Quixote señor (lic[enciado].) encomiendo al hombre, ni gigante ni cavallero de quantos vuestra merced dice que parece todo esto… a lo menos llo no los veo. Pero el señor Borunda que vee en la piedra lo que ymagina, vee en ella ministros de orden sacro, vee 20 yglecias o fundaciones, y aludiendo a que el nombre de dioses o sacerdotes senzonuiznahuac, se compone de huiznauac corona de espinas, tzontli pelo, seme en cada uno argulle assi tzontli que significa pelo, puede significar 400 (desde luego sera perdiendo en la composiscion las primeras letras cende centzontli) uiznahuac corona de espinas es simbolo de sacerdocio: seme: quiere decir en cada uno, luego S[anto] Tomas ordenó en cada una de sus veinte yglecias 400 sacerdotes. Falta todavia Cempoalle que significa 20: quiere tambien decir “el que tiene la quenta; pero vale cada uno ceme, es assi que 20, quatrocientos, y 800 son los tres numeros mayores de la cuenta en lengua mexicana, luego S[anto] Tomas en los 20 años de su morada, y en las 20 yglecias, ordenó 400 en cada una, y 8000 en todas. Vengan quantos delirantes a havido desde que hay fiebres en el mundo, que sobre seguro no formaran silogismo mas disparata- {f. 14v} ratado {sic} temeriamos que creyese alguno que nos burlavamos, si no estubieran a la bista los papeles de Borunda. A la manera de aquel que sepultado en un profundo sueño, o acometido de una fiebre o delirio, ymagina que se halla en una apacible tarde, en medio de un agradable jardin, oyendo sonoras mucicas, y combersado alegremente con una festiva tropa de jobenes; pero de repente la tarde es noche, el jardin selva obscura, la mucica gritos espantosos, los jobenes fieras horribles, sin que el sueño o delirio advierta ni le haga fuerza aquella transformacion, asi nuestro Borunda, sin guardar congruencia con sus ficciones, las varia, las altera, y las muda arrepentinamente. Vimos a los doce mexicanos salvados de la serrania del sur, y trasladados a la del norte, y segun parece confederandose y mesclandose con los de con los {sic} norteños, formaron un pueblo (como dice Borunda) anfivio, pero trastornada la ydea del sueño, ya se aparecen estos mexicanos viviendo Santo Tomas en las ynmediaciones de Mexico, pidiendo a los de Tula la ymagen de Guadalupe para adorarla, ya la desuellan como a la Tetehuinnan, ya entra Santo Tomas en dicho templo e yrritado les quita la imagen. Despierten el L[icenciado] Borunda y el P[adre] predicador y diganos ¿como o cuando estos mexicanos que heran solo doce, se rretiraron de la serrania del norte donde estaban rrefugiados, y en 25 años formaron un pueblo, y una nacion ya no anfivia sino distinta del norte? antes no aparecia sino en el templo de Tula en donde era benerada la ymagen de Guadalupe, ahora fuera de aquel ya hay otro templo fabricado por los mexicanos en las inmediaciones de Mexico, en donde estos hicieron desuello de la ymagen {f. 15} antes sonaba que los mexicanos (.k.)[11] vinieron a fundar a Mexico 400 años despues de la muerte de J[esu]c[risto] ahora ya estan a los 250 años de aquella era, lebantando templos en las inmediaciones de Mexico. Si un loco S[eñor] Ex[celentisi]mo hace ciento, si mas nos dilatamos, los censores no tenemos muy seguro el juicio. A haberse de tratar este asumpto entre personas cuerdas, no omitiriamos una reflexion capaz por si sola de desvanecer las fantasticas alegorias de Borunda. Es berdad que los mexicanos, ya porque carecian del uso de la escriptura, ya porque como otros pueblos eran muy ynclinados a los simbolos y geroglificos, usaban de ellos yngeniosamente para explicarse, y para conservar por su medio la historia y la tradicion, y unas cosas pues las yndicaban con simbolos porque no podian explicarse de otro modo los que no conocian el uso de las letras: otras, como lo practican aun las mismas que hacen uso de la escriptura para poner a la bista ciertas propiedades o dotes de las cosas, pero no es menos sierto, que los yndios rrepresentaban a los hombres en sus pinturas assi con figura humana, como con el traje o bestidura que usaban. En este supuesto ¿quien podra creer que Huitzilupuchtli sea (como a cada. {f. 15v} paso sostiene y quiere probar el licenciado) el Santo Christo crucificado que oy llaman de Chalma, por el lugar en que se benera, cuando la figura de este ydolo no rrepresenta de modo alguno, ni la ymagen, ni lo que adoraban en tiempo de Santo Tomas, cuya ymagen tubieron y aun fue echa por escultores (si no es que en su escultura inbenta otro milagro semejante al guadalupano?) ¿por que no pintaban o esculpian un crucifijo? ellos sabian en el sistema de Borunda pintarlo y esculpirlo, conserbavan por la tradicion la ydea de su figura, el mismo nombre Huitzilopuchtli en sentencia de nuestro autor da a entender el señor de la espina al lado yzquierdo ¿por que pues bolvemos a decir los que pueden y saben no pintan y esculpen lo que entienden y corresponde al nombre y antes bien nos lo representan en una figura que en nada se parece al santo Christo? ¿en que se parece un hombre que trae en la yzquierda una rodela, en la derecha un dardo azul, rayado el rostro del mismo color, con un grande penacho de plumas verdes en la frente, emplumada, y delgada la pierna yzquierda, pintados tambien y rayados los muslos y brazos: en que se parece esta figura a la de J[esu]c[risto] crucificado? solo podra creer esto quien crea que las piedras escavadas tambien son monumento de la predicacion de San Juan Bautista, de la de Jesuchristo en vida mortal, y de la que hizo (dice Borunda) despues de resucitado antes de su ascension a los cielos. Alguno quiza tropesaria con este herror de haber predicado Jesuchristo despues de su resurrecsion, pero interpretese benignamente de las celestiales conbersaciones que tenia Jesuchristo con sus discipulos. Per dies cuadraginta apparens eis et loquens de regnu dei: pero es posible que todo esto instruyen las piedras? (.l.)[12] Ybamos ya a concluir este punto, quando nos encontramos con otra anecdota que no podemos entender. Esta es la benida y {f. 16} predicacion de los dos gemelos que el licenciado acienta, instruida por la tradicion y los monumentos ¿quienes son estos dos gemelos? el uno es Santo Tomas; sera el otro su hermano. Y he aqui un nuevo apostol de America, y si no es este; quienes son estos dos gemelos que predican y convierten naciones? assi duplica el sueño, transforma, varía y confunde los objetos. No es esto de admirar rrespecto del que sueña ¡pero que hombres despiertos y en su entero juicio den credito a semejantes e increibles ficciones! esto es lo que pareseria mas increible, si no supieramos que ha habido personas de juicio que adopten, y apoyen las ideas de don Ignacio Borunda ¡miserable devilidad del humano espiritu! el apoya su creencia sobre aquello mismo que devia dificultarla o rretardarla: bastando para el vulgo que una cosa sea prodigiosa y admirable, especialmente en asuntos de piedad, para abrazarla como verosimil. Sobre ya lo dicho para que conoscan los fantasticos y acres fundamentos sobre que se lebantan del sistema de Borunda y el sermon, tiempo es ya de dar alguna idea de las cuatro propociciones que hacen todo el cuerpo del mismo sermon. Las expondremos por el orden (si es que hay alguno) en que las acienta el predicador, yndicando solamente algunas de las notas que merecen, sin detenernos en ellas, porque no estriba principalmente en esto la censura propia de nuestro instituto {f. 16v} primera proposicion trasladada fielmente de los apuntes: “nuestra señora de Guadalupe no esta pintada en la tilma de Juan Diego; si no sobre la capa de Santo Tomas Apostol de este reino” Para prueba de esta proposicion, se acientan atras otras muchas que hiremos notando. “Santo Tomas Apostol vino y predico en estos reinos” esto es muy problematico, aunque no carece de probabilidad”. Santo Tomas es el verdadero Quetzalcohuatl”{,} salvo el respecto que se le debe al erudito D[octo]r Sigüenza, y algun otro, este es un ynvento mezclado entre mil fabulas, y un tejido de anacronismos. Nada hay Señor Ex[celentísi]mo e Il[ustrísi]mo nuebo debajo de el sol. El delirio mas estrabagante, que parece nacer en el dia, suele ser un sueño muy viejo y antiguo. Ya hemos referido que el L[icenciado] Borunda vevio sin duda en la graciosisima fuente del manuscrito que trabajo a mediado de este siglo el autor del Fenix del occidente; pero aun es mas biejo este monstruo, que lla corria segun parece desde Mexico hasta Manila desde el siglo pasado por los años de 1686: debemos este descubrimiento a un acaso. Habiamos ya estendido gran parte de nuestra censura, cuando estando (yo el penitenciario confesando en la yglesia llegó un sujeto distinguido y me presentó un cuaderno en 47 fojas escrito el año sobredicho, por el P[adr]e Manuel Duarte, religioso jesuita. Es berdad que está su autor muy distante de la confusa intrincada mescla de las extrabagancias de Borunda, especialmente de lo que toca a la sagrada ymagen de Guadalupe. Pero o fuese que este jesuita hubiese tenido presente los manuscritos del ynsigne Sigüenza, o que hubiese conferido con el esta materia (que uno y otro pudo ser habiendo sido ambos contemporaneos) conjeturamos que el sistema de Duarte es el mismo de Sigüenza. Si Borunda se huviera contenido en explicar lo que (en {f. 17} nuestro juicio) leyó en Duarte, no exhcederia su sistema de los limites de un ynvento ingenioso, bien que (rrepetimos la salva echa antes al erudito D[o]n Carlos de Sigüenza cuya profunda literatura merece nuestro respeto) falso en nuestro dictamen y contrario al sistema cronologico comunmente receibido entre los historiadores de Yndias; pero nuestro licenciado pretendio adelantarse tanto, que lo en que {sic} otro pudo pasar por ingenioso, lo convirtio en un monstruo sin cabeza ni pies. Sigamos los pasos del p[adre] predicador “la benida de Santo Tomas a este reyno como 5 años despues de la muerte de {testado} J[esu]c[risto] la comprueba la piedra escavada en estos ultimos años, y colocada al pie de la torre nueva de la catedral por los canonigos comisionados para la obra de ella”. Este delirio va enlazado con muchos otros muchos “esta piedra es monumento trabajado por orden de Santo Tomas, y contiene y una historia universal de lo pasado, y una profecia de la venida de los españoles el año de 1515”{,} los españoles habian descubierto el nuevo mndo vajo la conducta de Colon desde el año de 1492: el de 1517 descubrio Francisco Fernandez de Cordoba el Cabo de Catoche de la peninsula de Yucatan: el de 1518 llego a ella Grijalva ¡que epocas son estas de Borunda! “esta piedra manifiesta la destruccion en gran parte de este continente por el terremoto acaecido en la muerte de J[esu]c[risto]”. Ya se ha demostrado que esta destruccion no es un sueño” señala tambien manifestando un eclipse la muerte del salbador a la hora del medio dia y tercero de luna nueva”. Concuerda Borunda con esta exprecion diciendo en la segunda oja del pliego 17 que “aquel general terremoto esta singularmente anotado por eclipse solar extraordinario cuando estaban llenos de vino, o a tiempo de los bacanales romanos al tercero dia de luna nueva e[tcétera]” {f. 17v} Esta expresion con la expresa terminante proposicion del predicador, afirma claramente que el dia de la muerte de J[esu]c[risto] el que acaecio el terremoto universal, y el extraordinario eclipse era el tercero de luna nueba; pero esta proposicion si no es heretica, es proxima ha heregia, porque si no es de fee que J[esu]c[risto]murio el dia 14 ho el 15 del mes de marzo, es por lo menos proximo a la fee, y por consiguiente decir que aquel dia fue tercero de la luna nueba es heregia ho proximo a heregia “esta piedra en es verdadero Teomochtli “este es un sueño “en ella tiene (dice el predicador en los apuntes sueltos que presentó) la catolica religion una prueba irresistible de las sagradas escripturas un testimonio el mas irrefragable de su berdad, y una como llave maestra o hilo de Adriadne, para salir del laberinto de sus mas intrincados pasajes”{.} La primera parte de esta clausula es a mas de improbable por lo menos temeraria: la segunda es erronea, porque se opone a una conclusion teologica deducida como de principios de fee. La escriptura sagrada no tiene otro testimonio irrefragable de su verdad, sino la misma revelacion. Que Dios en ellas habla es ynfalible. Si se toma en otro sentido, el testimonio no tiene otro que la tradicion por lo que sabemos ser aquellas y no otras las verdaderas escripturas, y la yglesia cuya autoridad nos obliga a creerlo assi, conforme aquella sentencia de San Agustin: Evangelio non crederem niesime eccleise moveret authoritas. Ultimamente /…/ en testimonio se entiende el argumento de credibilidad, es herror, temeridad yescandalo asentar que esta piedra, comparada con milagros, martirios e[tcétera], es el testimonio mas irrefragable de la berdad de las escripturas. La ultima clausula es cuando no otra cosa, falsa, rridicula, es insolente. La verdad es que esta piedra como la explicaban Borunda y el p[adre] predicador, es una prueba yrrefragable, y el testimonio {f. 18} mas irrefragable de que ambos estan locos. La segunda propocicion. La ymagen de N[ues]tra Señora de Guadalupe 1750 años antes lla era celebre y adorada por los yndios ya christianos en la sima plana de esta cierra de Tenayuca, donde la erigio templo, y coloco Santo Tomas. Esta propocision se explica y desembuelve en otras. Maria S[antisi]ma viviendo en carne mortal bino a la America a vicitar a Santo Tomas. Proposicion falsa e ymprobable. Estando aqui la madre de Dios se estampó en la capa de Santo Tomas. Esto sobre ymprobable y falzo, es contrario diametralmente a lo que hacientan el predicador y su autor: Santo Tomas (dicen ellos) bino aqui, y usava una capa en Tula sembrada de cruzes coloradas, y semejante a las que usaron los patriarcas orientales: es assi, que la manta en que esta pintada la ymagen de Guadalupe no es de esta clase; luego esta asercion es contraria a lo que afirman sus mismos autores. No se oculto al predicador esta dificultad, y para ocurrir a ella dice que Santo Tomas en el Perú usaba capa de dos lienzos, y que aun en Tula no usaba de esta capa, sino de capa de la otra sembrada de cruzes coloradas como los patriarcas orientales, pero de aqui mismo se deduce que la otra la dedicó aqui a Maria Santisima. Spectatum admisirrifom teneae tu amici? ¿puede aber cosa mas rridicula? ¿con que Santo Tomas que benia ya bestido con su capa de cruces, traia guardada la manta peruana para que se estampara Maria Santisima? ¿y se podra tolerar (o no excusarlo un celebro delirante) que ha unos hombres cristianos, desfigurarán con cuentos aun yndignos de biejas y niños, objetos respectables de la debocion solida, y de la piedosa cre[e]ncia? la ymagen de la virgen se estampó (continua) en la capa de Santo Tomas no por pintura o ymprecion de mano agena, sino aplicandola a Maria Santisima con un contacto fisico a su cuerpo, que que {sic} sirvio de molde natural {f. 18v} natural de la ymagen que de el contacto resulto. Esta propocision si no es proxima a heregia, es proxima a herror, porque de ella se ynfiere legitimamente los mas escandalosos absurdos. El valor de estas dos palabras mexicanas omomachiotinax tiquuz y omoco pintzino con que se explica en un escrito antiguo la aparicion guadalupana, precipito a Borunda en este enorme yerro, la primera compuesta de tres vervos, machiotia señalar o sellar, nextia que significa mostrar y quiza que significa salir, da a entender (dice Becerra Tanco) salio a berse figurada o ympresa. De aqui ynfiere Borunda que la ymagen guadalupana estaba pintada muchos siglos antes de apareserse ¡rara logica! como si el salir a descubrirse, no se dijera con toda berdad que la que estando oculta se descubre por la primera vez, lo que puntualmente se berificó en la ultima aparicion al señor Sumarraga, pues teniendo Juan Diego plegada la manta, y descubriendo entonces la ymagen q[u]e nadie veia, salio la ymagen a berse descubierta. Lo mismo se debe decir de la otra palabra omocopintzino: opina en sentido propio significa segregar o apartar una cosa de otra, y de aqui metaforicamente, se usa para significar el traslado o copia, ya sea de una cosa por otra, ymitandola o ya sea amoldandola. Pero Borunda entendiendo ambas palabras en el sentido material, y unicamente para sacar a molde, infirió que aplicandose Maria Santissima viviendo aun en carne mortal la capa de Santo Tomas a su cuerpo, sirviendo este de molde, salio la ymagen ympresa y amoldada si en los delirios hay consequencias, siganse las siguientes: luego Maria Santissima quando vivia en carne mortal, y bino aqui a bisitar a Santo Tomas, estaba coronada de lucientes rallos, bestida de el sol, y pizaba la luna, teniendo a sus pies un genio o jobencito, adornada de estrellas: luego tenia un semblante de 14 a 15 años {f. 19} años luego (habia esa heregia) estaba preñada con el vientre abultado: por que todo esto en sentir de Borunda y de el p[adre] predicador se halla en la ymagen amoldada, pues la ymagen no figura sacada a molde, no puede tener sino lo que tiene el mismo molde. Molde lo saben todos (y asi lo explica el diccionario castellano) es aquella piedra hueca o ynstrumento aunque no sea hueco en que artificialmente se hacia la figura con todas las proporciones de aquella cosa que se quiere formar en bulto. Y quando quisieran rresponderse que esto solo es berdadero tomando la cosa en riguroso sentido, y no extencibo a toda ymagen, de hay mismo se ynfiere, que las palabras mexicanas no significan lo que ymagina Borunda, y que se explican bien sin contacto ni molde, sino pòr solo una ymagen pintada, para rrepresentar un original. Tercera propocicion “la ymagen guadalupana (dicen nuestros caballeros historiadores) estubo adorada en el magnifico templo de Tula hasta que hapostatando los yndios, la desfiguraron mal tratandola, y la maltrataron de manera, (dice el p[adre] predicador) que los primeros españoles quicieron retocarla aunque no pudieron. ¿y de donde consta q[u]e la maltrataron? porque esto significan dicen la fabula mitologica de los yndios sobre el desuelle de los de Tehuinan. Por cierto que si desollaron la ymagen cual quedaria ella. Pero ¡O{h} ignorancia! (dice el p[adre] predicador) de los fracismos de la lengua, que ha ympedido decifrar tan claras alegorias! ¡O{h} locura! (exclamemos nosotros) ¡O{h} furor atrebido y blasfemo, de unos hombres tan faltos de juicio como de historia! dexemos aparte la ympropisima alucion de la de Tehuian ¿quien les ha dicho a estos hombres que la ymagen fue assi maltratada, y la hallaron assi los españoles? ¿no saben por declaracion de testigos los mas fidedignos, oculares, y jurados, q[u]e el año de 1666, en que escrebia Bezerra Tanco se conserbaba {f. 19v} baba la ymagen sin haberse deslustrado ni rrecebido alteracion? ¿de que fuentes bevieron la turbia noticia de q[u]e los españoles quicieron retocar la ymagen aun en el dia y año en que escribimos esto, esta la ymagen en un estado en que no puede alegorizar a la desollada de Tehuinan pero quando llegamos a este punto, permitase Ex[celentisi]mo e Il[ustrisi]mo Señor a la cordial debocion y humildicimo respecto q[u]e profesamos al echizo de nuestros corazones la ymagen guadalupana, permitasenos dirigir a V[uestra] E[xcelencia] una sentida y bien fundada quexa. Es berdad dice el citado Bezerra Tanco, que cuando el lienzo en que se figuro la ymagen huviera padecido corrupcion con el tiempo, o la padeciera en lo benidero, ni esto fuera argumento de no ser berdaderas las apariciones de la Virgen Santicima y la imprecion de su ymagen en el lienzo, ni de no ser esta milagrosa. Lazaro milagrosam[en]te buelto a la vida murio despues, y el cuerpo sacrosanto de J[esu]c[risto] presente rreal, pero milagrosam[en]te bajo las especies sacramentales, pierde esta presencia por la corrupcion de aquellas. Despues de todo, Dios por una probidencia no comun ha conserbado esta ymagen por mas de dos siglos y medio, contra las ynjurias del tiempo, del terreno, y acaso lo que es mas, a pesar de las piadosas yrreberencias de sus mismos adoradores. Digase la berdad: la ymagen no esta maltratada, su rostro conserba aun aquella brillante hermosura y hapacibilidad que hizo cantar al divino poeta mexicano Diego Jose Abad, qua negue amabilius est negue pulchrius orbe. ¿pero acaso los colores se han amortiguado, deslustrado en una u otra parte, se ha saldado el oro, y el lienzo sagrado se ha lastimado?. Bien podria ser esto (sin perjuicio del milagro que beneramos) efecto de los vorazes y rroedores dientes de tiempo, pero no ha sido assi, dos siglos y medio nada pudieron contra la ymagen pero han {f. 20} han{sic} podido y podran mucho contra su conservacion las acciones y practicas de un culto mal entendido. Porque ¿que no se debe temer de un lienzo por su naturaleza fragil y delesnable, expuesto a ympreciones continuas y muchas vezes toscas, que hacen mella aun en los marmoles y bronces? ¿millares sin numero de estampas, de lienzos, de medallas, rosarios que se tocan a la ymagen, osculos con que se comprime aplicando a el los labios y ojos humedos con salibas y lagrimas, y esto executado en ocaciones mui repetidas? pero que decimos: descubrese la ymagen, la veneran millares de personas, y aplican a ella con recio contacto, no solo las cosas piadosas que hemos d[ic]ho; sino aun los hombres sus espadas, y las mugeres sus pulceras. Le consta a uno de nosotros que en alguna de estas ocaciones ha llegado mujer imprudente a besar la ymagen rosandose contra ella y llebandose en la saya algunas particulas de el oro de los rayos. Pero aun ay mas, se dice no sin fundamento, que algunas de las innumerables ocaciones que la ymagen se expone sin el resguardo de la vidriera, han tenido varias personas la osadia de cortar y llevarse algunos hilos de la manta. Dicese no sabemos con que berdad, que tambien alguna bez se ha cortado y dado un pedazo de lienzo a persona de alto respecto; pero lo acaecido ultimamente en el proximo diciembre de 94 es un hecho q[u]e no deja duda. Vió un capitular de la colegiata en una de las noches que con tanta franqueza se expuso la ymagen, que llegandose a ella un deboto atrebido cortó con las tixeras un pedazo del lienzo y lo llebó concigo. Estamos firmemente persuadidos a que V[uestra] E[xcelencia] ignora muchas cosas de estas, y que si ha permitido otras, lo ha hecho por un efecto de prudencia, porque no se crellera si lo estorbaba, que se oponia a unas piadosas cuestiones que no havian ympedido sus respectables antecesores. V[uestra] E[xcelencia] que sabe mui bien el respecto con que se tratan la milagrosa ymagen y el portentoso {f. 20v} toso {sic} de Zaragoza, V[uestra] E[xcelencia] a cullas luzes no se oculta que las cosas quanto son mas sagradas se deben estar mas reserbadas del contacto, ha tolerado a costa de su amargo y biolento sufrimiento, estas devotas ireberencias mas ahora que ser soriado V[uestra] E[xcelencia] de estos desordenes, y de que ygualmente q[u]e nosotros los lloran todas las personas de seso, ahora que todos uniendo si tubieran ocacion sus botos a los nuestros, claman por el remedio esperamos en la yntegridad y solida piedad de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] que se corregiran estos abusos. El medio mas facil seria que la vidriera se mantubiese serrada con tres llabes, de las quales una estubiese en poder de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima], otra del Ex[celentisi]mo S[eñ]or Vir[r]ey, y otra del señor abad de aquella colegiata, sin poderse jamas abrir por respecto alguno, o motibo de piedad, sino solo en caso de que condujese su manifestacion para algun ymportante fin del culto de la milagrosa ymagen? creemos que cuando se conciderase combeniente para esto algun soberano r[ea]l orden, no se negaria a expedirlo el catolico monarca que nos gobierna a representacion de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] pero bolvamos ya al asumpto de que nos divirtio el celo de la conservacion de nuestra ymagen y el respecto q[u]e le es devbido. Deciamos pues, que es un sueño quanto se dice del maltratamiento que sufrio la ymagen por los yndios apostatas, y el retoque yntentado por los primeros españoles. Este es ciertam[en]te uno de los pasages que manifiestan con mas claridad los groseros yerros en que precipitó a Borunda su empeño de acomodar alegorizando a Santo Tomas, y a la ymagen de Guadalupe quanto leia de los antiguos mexicanos. Estos (conforme al comun sentir de sus historiadores) recien fundado Mexico havian alludado a los culuas contra los de Xochimilco con una guerra. Poco tiempo despues pidieron al reyesuelo de Coloacan una de sus hijas para consagrarla en madre de su dios protector Huitzilupuchtli, y obtenida, o fuese por orden del demonio, o por barbaridad de, {f. 21} de {sic} sus sacerdotes, o por bengarse de un desaire que havian recebido de los mismos culuas, desollaron cruelmente a la joven princesa de Coloacan y bistieron con su piel a un mansebo de los mas esforzados. Aunque su padre el rey estaba en el templo cuando se executó este horrible sacrifico, no pudo berlo por la obscuridad que era uno de los dignos adornos de aquel ynfernal santuario: mas luego que la voz del copal que ardia en el yncensario con el que el rey iba a tributar adoracion a su divinizada hija pudo descubrir tan horrible espectaculo, lleno de compacion, y de yra, salio de el templo gritando para la venganza. Este es el celebre suceso de Teteohuitzan o Tetehuinan madre de los dioses llamada tambien Tocitin, que el predicador explicando la doctrina de el L[icenciado] Borunda, aplica al maltratamiento de la ymagen guadalupana, haciendo aquella selebre exclamacion que tanto honor hace a todos los historiadores mexicanos, ¡Oh ygnorancia de la lengua en los historiadores, que les ympedia des[c]ifrar tan clara alegoria!” el Rey de Coloacan es Santo Tomas, la doncella su hija es la ymagen de Guadalupe, los que matan y desuellas a la princesa son los mexicanos que haviendole pedido a Santo Tomas que les embiara desde Tula la ymagen de Guadalupe, la colocaron en su templo en las ynmediaciones de Mexico: pretendieron destruirla a tiempo que bino Santo Tomas, y a pesar de la obscuridad vio aquel sacrilego atentado, les quito la ymagen y salio de alli lleno de una santa yra (.m.)[13] si no hubieramos ya demostrado que los mexicanos en el sistema de Borunda no podian en 25 años siendo solo 12 los escapados de la general destru[c]cion, haver formado un pueblo distinto de los demas en estado de hacer la guerra, tratar con federaciones etcetera si no fuera notorio que el caso de la Teteoinan en sentir de todo {f. 21v} dos{sic} los historiadores fue posterior a la fundacion del ymperio mexicano, y esta aun en la extrabagante opinion de Borunda, que la establece mui temprana 400 años despues de la muerte de J[esu]- c[risto], si esto no fuera tan patente, ya nos detendriamos en hazer ber los insignes anacronismos del nuebo autor; pero aun sin ellos sobrara materia da para reir la ynaudita y disparatadicima alegoria. Pero tenga le señor Bounda el consuelo, que si hai autores originales el lo es mas q[u]e ninguno, porque dice lo que nadie ha soñado, y sueña lo que nadie ha dicho. Siguese como corolarios freneticos los que asienta Borunda de que Santo Tomas ocultó la ymagen gudalupana, y otras muchas milagrosas, como el Santo Christo de Chalma, la de N[ues]tra Señora de los Remedios, la de la Macana, la conquistadora q[u]e esta en la Puebla, y no se escapa segun parece la ymagen de J[esu]c[risto] sepultado que se benera en Ystapalapa ¿y esto sobre que fundamentos? sobre los mismos que un maniatico se persuade, y quiere persuadir, que es lobo, gallina, o cosa semejante. Entre todas aluciones que fomentaron esta su mania, ninguna es mas graciosa y disparatada que la del ydolo Huitzilupuchtli supone Borunda contra quanto han dicho los historiadores {f. 22} (.n.)[14] que el nombre de este ydolo es Huitzilupuchtli, y segun su constumbre lo divide en la palabra upuchtle y uitzli upuchtle: dice significa el que tiene a la yzquierda; querriamos que nos explicase este modo de componer, porque no percibimos como de opuchmaye u opuchtli que significa lo yzquierdo, y de tle, puede salir upuchtle, para significar el que tiene a la yzquierda. Mas sea de esto lo que fuere, de opuchtli y huitzli que significa espina, saca nuestro licenciado, que el nombre del ydolo significa “el que tiene a la yzquierda la espina”, esto es (continua) la antiquisima ymagen de Christo crucificado que se venera en Chalma” ¿y que espina tiene a la yzquierda este señor? sera la llaga que abrio la lanza, y por quanto la espina hiere, del hay sale la alucion; la misma podria sacar Borunda de un nombre que significa espada, pedernal, y qualquiera ynstrumento agudo con que puede herirse. Con este modo de transformarlo todo, en todo, que se ocultó a Ovidio, quedo combertido Huitzilopuchtli; (llamado asi el hermoso pajarito chupamirtos Huitzilin cullas plumas tiene en el pie yzquierdo) fiero marte yndiano, en Santo Christo de Chalma. Y no sse quedo sin parte Santo Tomas, porque tambien este apostol es Huitzilupuchtli, aludiendo a la llaga del costado situada a la yzquierda a quien la mira que tanto punzó como espina al Apos- {f. 22v} tol Santo Tomas por su incredulidad de dos cosas son aqui dignas de notar. La primera que el ydolo que beneraban con este nombre no tenia espina ni llaga a la yzquierda ni a la derecha. La segunda, la ingeniosidad de nuestro autor, porque reflexando sin duda en que la ymagen de Chalma, como casi las mas que representan a nuestro redenptor muerto en la cruz, no tiene la herida en el lado yzquierdo sino en el derecho, para que no se desbaneciera su disparatada alucion con solo este argumento, ocurrio a el, diciendo que el señor tiene la espina a la yzquierda, no quiere decir en su lado siniestro, sino a la yzquierda de quien lo mira: que vale tanto como querer probar que Borunda es zurdo porque escribe con la mano yzquierda respecto de quien lo mira. Ni ay que admirarse: el Santo Christo de Chalma es tambien el dios del estiercol o de la basura Tlaçolteutl porque es el que limpia las conciencias de los yndios que alli se confiesan. Nunca acabariamos, si quisieramos referir uno por uno los desconcertados sueños del autor, ni podemos hasernos cargo de todos ni seria razon ocupar mas la respectable atencion de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] en estas, que por mas que quisieramos moderar las expreciones, no allamos otras que las signifique sino de locuras. Pasemos ya a la quarta propocicion, que aunque asentada con bariedad en los apuntes y sermon del predicador, se reduce en substancia a que tal ymagen guadalupana representa el misterio de la encarnacion. A consequencia de esta verdad, y para prueba de esta, se producen blasfemias, y desatinos, de los que hemos apuntado algunos, e indicaremos otros. Aqui entra el blasfemo raciocinio del Tlapilli de que hablamos al principio “que la ymagen representa una mujer embarazada que la fimbria {f. 23} o parte de tunica que fluye sobre sus pies, significa el almaisal, y este las sagradas escripturas: que el color moreno del rostro significa tambien la encarnacion y pasion de J[esu]c[risto] que los /..../ fracismos con que los mexicanos explican la virginidad, dan a entender que Maria Santissima es virgen antes del parto, en el parto, y despues del parto”{.} Maravilloso descubrimiento de que se sigue que usando los mexicanos de estos fracismos para denotar que qualquiera doncella, toda la que lo fuere, sería virgen antes del parto, en el parto, y despues del parto. Y es menester no olbidarse que la joyuela que la virgen trahe al cuello es diamante, segun el lapidario Borunda. Sigamos aluciones, apuntandolas solo por mayor{.} “la luna que pisa la virgen representa su aspecto de tercer dia de nueba, y esta de color de tierra oscura para significar el eclipse solar a la hora de mediodia de la muerte del redemptor, que el la {sic} era regional de yndios”{.} Portentosa fecundidad de herrar, dando a luz en una sola clausula, mas yerros que palabras. La muerte del redemptor acaecio en plenilunio, y no al tercer dia de luna nueba. La luna no fue la eclipsada u obscurecida, y lo que es mas, abiendo sido el sol el que se cubrio de tinieblas por el eclipse, la ymagen guadalupana esta bestida de el sol rodeandola sus rayos que manifiestan esplendor y lucimiento.” El ynfantito que esta vajo de la luna significa la estatura mediana de los yndios que en la epoca de la muerte del redemptor susedieron a los gigantes destruidos entonces: significa tambien por sus alas la rapida incorporacion de la yglesia reciente mexicana en la antigua, y (¿que querra decir esto?) la rapida incorporacion de la antigua naciente yglesia mexicana con la fee de la encarnacion y pacion de J[esu]c[risto] significa tambien este ynfantito, que la yglesia entonces tierna y siempre joven, durará hasta la consumacion de los siglos.” {f. 23v} significan tambien los tres colores de las alas “las prerrogativas de la yglecia”. La tunica significa las escripturas si mas se apura la materia hemos de encontrar en la ymagen a Borunda escribiendo claves y al padre predicando sermones. La corona de la virgen significa la pacion de J[esu]c[risto] porque corona y mexicano se dise de tres maneras, “ohuitznahuac serco de espinas, oxiuitiolli pegamento de la espina, del año alucivo de la muerte de J[esu]c[risto], o tlatocayotl o nombre de la tierra tratada hasta el tiempo de la conquista de Teotlix: Coanahuac, corona de la frente de el señor por aber quedado aislada en el terromoto de su muerte” ¿se creeria esto si no se leyera? si porque corona en ydioma mexicano se explica con dichas tres palabras, que zazonadas por nuestro Borunda significan tan grandes cosas, lo mismo significa sin duda la corona del gran turco, o la de el Rey de Prusia. Corone la obra de oro de las significasiones de nuestro simbolico historiador, y de nuestro predicador alegorico, el imponderable parrafo tan lleno de graciosos disparates, como tejido de reconditas, abstrusas, y extrafalarias clausulas, en que Borunda prueba con una de sus aluciones del sentido compuesto, que la ymagen guadalupana representa el misterio de la encarnacion. Copiaremos a la letra este parrafo, que merecia estar gravado en las puertas de todas las casas de locos, como la ynsignia mas propia de la demencia “por el mismo contexto de aquel escritor, en que referir del tercer modo, o frasismo de la tradicion, como compuesta de ix, resulta aquel omixihui luitzino significatibo de la que reverencialmente otro descubrio en secreto, iluitzino, que abia de parir mixihui o el alto misterio de la encarnacion del verbo divino, rebvelado por el Arcangel San Gabriel, y representado por simbolos nacionales en tan ynsigne ymagen, el mismo fracismo omixihuiluitzino es comun para significar {f. 24} ficar la que descubrio el secreto iluitzino de parir mixihui usandose hasta hoy la singular yerva que facilita los partos conocida por suapatli, medicamento patli de mujer suatl, y concordando la ceremonia preliminar al desuelle de la mujer que representaba a la Tetehuinan, de acompañarla gran numero de las de su sexo especialmente medicas y parteras”. Pero basta lla Señor Ex[celentisi]mo de fatigar la atencion de V[uestra] E[xcelencia] con la relacion de tantos y tan desconsertados delirios, es verdad que por muchos que sean los que hemos trasladado aqui, son muchisimos mas los que contienen la clave historial, y el sermon, nos contentamos con solo haver manifestado al leon por solo una uña, y lla es razon de yegar por ultimo al punto capital de nuestra sensura. Esta no depende ni esta ligada a la verdad de quanto hasta aqui hemos expuesto; porque aunque todo lo dicho no fuera sierto y evidente como lo es, aun cuando la clave borundiana fuera un ymbento yngenioso y verosimil, el sermon del P[adr]e Mier hera digno de la censura que bamos a exponer. Censura del sermon. Supongase por haora como verosimil que Santo Tomas bino a predicar a estos reynos. Supongase que tiene algun fundamento su edentidad con Quetzalcohuatl, permitase que las aluciones simbolos, greglificos, y resultados (que como dice Borunda instruyen las palabras y el ydioma) no fuesen sueños, delirios, blasfemias, y herrores; sino un yngenioso y probable sistema: aun en estas falzisimas suposiciones, el sermon que predico el Padre Mier el año proximo pasado en el dia de la aparicion guadalupana, deve ser proscripto por V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] por contener doctrina escandalosa, que perturba la piedad y devocion unibersal de esta America ympugnando una tradicion la mas autori- {f. 24v} torizada, y publicando en el pulpito supersticioso e inauditos milagros. Y comensando por esto ultimo, el expresa la decision del sacro santo concilio de trento en la sesion XXV bajo el titulo de Imbocatione santorum, en el que expresamente manda que los obispos cuiden y velen que no se admitan ni publiquen nuebos milagros sin su conosimiento y aprovacion: nulla etiam admitenda esse nova miracula: nici codem recognocente et aprobante episcopo. Concuerda con la desicion de Ynocencio III que se halla en el Concilio General Lateranence, y esta ynserto en las decretales en el c[apitulo] II bajo el titulo 45 de Reliquiis et veneratione santorum en la que terminantemente se manda que los prelados no permitan que los que conqurren a sus yglecias para venerar a los santos y a sus reliquias sean engañados con ficciones y falzos documentos. Prelativero non permitant eos quiad eorum ecclecias causa venerationes accedunt variis figmentis aut falacies documentis decipi. Es mui claro este punto, y no nesecita confirmarse con desiciones conciliares y pontificias autoridades y razones. Milagros nuebos, esto es, que nuebamente se publican o refieren, aunque se digan hechos en tiempos mui antiguos nesecitan para publicarse del reconocimiento y aprobacion del obispo ¿mas que ha hecho el P[adre] Mier? el ha engañado al pueblo con falzos documentos y ficiones, y el ha publicado en el pulpito multitud de milagros que ni la silla apostolica, ni V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima], ni sus dignos antesesores, ni historias fidedignas, ni el comun consentimiento de los fieles han aprovado por tales, ni se havian oydo hasta el dia. Numeremos algunos. Santo Tomas apostol se desaparece volando desde la America hasta Caromandel (vendria tambien desde la Assia hasta aqui {f. 25} aqui {sic} volando) Maria S[antisi]ma viene en carne mortal desde la Assia hasta la America y se regresa (no se nos dice como; pero sin duda seria tambien por ministerio de angeles) estando en Tula se aplica la capa de Santo Tomas, y amoldandose a ella se estampa. Los yndios apostatas pretenden destruir la ymagen y no lo consiguen aunque la deslustran. Santo Tomas retirandose de Tula por la apostacia de los tultecas, guarda en cuebas la ymagen de Guadalupe, y las tres de los Remedios, de la Macana, y la conquistadora de Puebla. Oculta tambien la ymagen de el Santo Christo de Chalma y algunas cruzes prodigiosas que han parecido despues. Los primeros españoles intentan retocar la ymagen guadalupana y no lo consiguen. Y he aqui pasando en silencio otros prodigios que refiere Borunda, mas de una dosena de sucesos milagrosos. Los mas de ellos los publica el P[adre] Mier en su sermon como historia genuina y verdadera: trata a los historiadores guadalupanos, y aun a todos quantos han escrito historias de esta America, ya, de desidiosos, ya, de equivocados, y ya, de ygnorantes, y engañando al pueblo con fi[c]ciones en materia tan sagrada, alega no solo documentos, sino con que canoniza por monumentos historicos de sucesos mui principales desde la creacion del mundo hasta la encarnacion del verbo divino, la piedra que esta en la unibersidad, y mucho mas la que esta al pie de la torre nueba de catedral, soñando ver en esta ultima, profecias singulares. ¿Y este solo capitulo bastaba para condenar el sermon del P[adre] Mier, quanto debe gravarse la censura por la doctrina escandalosa {f. 25v} losa y temeraria que contiene, ofensiva a los oydos piadosos y perturbados en una devocion solida, creensia establecida unibersalmente en todos los fieles de la America? en efecto el padre ympugna y combate con pretesto de que exalta, un a tradicion respectable, y tan autorizada, como despues diremos. La tradicion constante y que se expuso a la silla apostolica en el libelo suplicatorio presentando al Sumo Pontifice Benedicto XIV acienta que apareciendose por quarta ves Maria S[antisi]ma al yndio Juan Diego y tomando en sus divinas manos las flores q[u]e el mismo por orden de la señora acabava de cortar en el esteril peñascoso serro de Tepeyac, las puso en la manta de Juan Diego, encargandole que las yebe al electo Obispo señor Sumarraga, sin mostrarlas antes a otro ninguno: que los familiares del obispo desembolviendo con violencia la manta, vieron el ella rosas; pero sin poder decernir si eran naturales, o solo bordadas en ella: que al fin a presencia del obispo desplego Juan Diego su manta o tilma, y cayendo en el suelo las rosas, aparecio entonces pintada en la misma tilma (.p.)[15] la ymagen que oy veneramos. ¿Que cosa mas contraria a la constancia de este milagroso suceso, que negar q[u]e Maria Sa[ntisi]ma se estampó o pintò en la manta de Juan {f. 26} Diego? negar esto en la sustancia, en el modo, en el tiempo, en el lugar afirmando que ni se pinto entonces la ymagen, ni a las faldas de Tepeyac, ni se pinto del modo dicho, ni se pinto en la tilma del yndio neofito; que se estampó mil y quinientos años antes en la antigua Tula en la capa de Santo Tomas, sirviendo de molde el cuerpo mortal de Maria Santisima? ¿es exaltar la tradicion o es ympugnarla en todo? pues que: ¿se exalta la verdad quando se niega, con el pretexto y la ymbencion de echos mas prodigiosos? la verdad como disen los filosofos consiste en indivisible; y tanto la contradice y la ympugna el que le añade algo, como el que le quita. No exaltaria el verdadero echo de la ynstitucion eucaristica, el que hereticamente afirmara que J[esu]c[risto] avia consagrado en vez de un pan comun, un pan amasado por ministerio de angeles: ni dejaria de ser herege el que pretestando que exaltaba el amor de J[esu]c[risto] en su muerte, afirmara que no havia muerto en la cruz estando en ella tres oras, sino quemado vivo por el espacio de un año. No nos detengamos en esto, porq[u]e es ebidente que Borunda, y el P[adre] Mier han ympugnado y combatizado la tradicion ¿pero que tradicion? Si ablaramos con otro que no fuera V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] devieramos difundirnos en este punto; como el mas ymportante para haser ver el alto grado de credulidad piadosa en que esta colocada esta tradicion. Pero si la sabiduria, la juiciosa critica y la solida piedad de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] nos escusaran de un largo discurzo sobre esta materia, la censura que nos ha confiado, nos hobliga a decir algo aserca de ella. Y asentado desde luego que la tradicion guadalupana, inferior a la divina, y apostolica, pertenese a la clase de las tradiciones eclesiasticas, concideremos mui en breve, de las tradiciones el lugar tan distinguido que ocupa entre estas; y para graduarla confrontemos {f. 26v} –temosla {sic} con la savia regla que en mui pocas palabras da el grande Vicente Linirense para dicernir las verdaderas tradiciones. Habla este grande teologo de las divinas, y apostolicas, y enseña conforme a la doctrina de San Agustin, que aquellas (*)[16] verdades no contenidas en las escripturas, y cuya creencia no debe su origen alas deciciones pontificias y conciliares; si se hallan establecidas en todo tiempo, en todas partes, y por el consentimiento de todos, pertenesen a las tradiciones divinas, y apostolicas. Quod abomnibus, quodubique quod semper retentur est. Tres notas y caracteres, con la debida proporcion, se ben resplandeser en la tradicion guadalupana. Quod semper. Docientos y sesenta y tres años han corrido desde la aparicion de la milagrosa guadalupana, hasta el presente, y desde entonses se halla establecido el culto de la ymagen y creencia del milagro ¿qual y quanta ha sido esta en el ultimo siglo? no ay para que desirlo quando la publican hasta las piedras, y los bronces ¿qual fue en el siglo anterior? lo demuestra la ynformacion juridica recevida el año de 1666 por orden del venerable dean y cabildo de esta santa iglecia, comisionados para ella como jueses cuatro capitulares de la misma: ynformacion en que testifican de comun acuerdo el milagro y la creencia de los años anteriores mas de 20 testigos y entre ellos personas de 80 de 100, y de mas años, que recibieron la noticia de esta verdad, de los mismos que vivian al tiempo de el milagros, y lo supieron de los sugetos por cullo medio lo hobró Dios. Ynformacion presentada a la silla apostolica en la congregacion {f. 27} de ritos en e l mismo año de 1666, como atestigua Anastacio Nicoseli en su Relacion ympresa en 1681. Ynformacion a que dio motivo la anterior solicitud que el año de 1663 hicieron los señores virrey, y arzobispo, cabildos, eclesiastico, y secular, todas las religiones, pidiendo al señor Alexandro VII que el dia 12 de diciembre fuese festivo en todo el reyno, y se resase generalmente en memoria de dicho milagro en toda la Nueva España: ynformacion a que abiendo presedido las historias escritas por Miguel Zanches ympresa en el año de 1648 y la de el B[achille]r Luiz Lazo de la Vega, escrita en ydioma mexicano, y dada a luz en el siguiente de 1649, y si retrosedemos hasta los años anteriores a estos, bien savido es el culto y creencia de este milagro por los de 1629 de la memorable ynundacion de Mexico. Mas serca del origen consta por papeles de la ylustre congregacion de Guadalupe, el culto de esta milagrosa ymagen por los años de 1573 hó 74 que paran en el archivo de la colegiata que he visto yo el penitenciario y quien (volviendo mas atras) tengo tambien en mi poder, la escriptura de ymposision otorgada en 1562, de cierta cantidad de reales que Martin de Aranguren mayordomo que abia sido de el señor Zumarraga recibio sobre sus casas, perteneciente (dicha cantidad) a la hermita y bienes de N[ues]tra Señora de Guadalupe. La perpetuidad constante de esta creencia desde su origen, sugiere aun mayor prueba, lo atestigua con moral sertidumbre la antiquisima relacion copiada por don Fernando de Alva, muerto antes del año de 1650, y nacido por los de 1570 o poco mas. Este asegura que traslado dicha relacion de unos papeles mui antiguos, y curiosos de un yndio, lo que evidencia que la relacion original se escribio mui pocos años despues de la aparicion y quando no baste (que sobra) el testimonio del laboriosisimo {f. 27v} simo y eruditisimo padre Florencia que vio y tubo en su poder esta copia, añadense, Siguenza, Miguel Zanches, y Luis Becerra Tanco, testigos no menos fidedignos, y que escribieron por esta antiquisima relacion argumentos todos ynvictos de la perpetuidad de esta creencia, a quien no se descubre otro origen ni principio, que el de el mismo milagro, y el tiempo en que se obró, sin que se sepa que en algun año no se creyó, o que empesaba en otro que o sea de 1531. Primera nota de la tradicion, quod semper, y de una tradicion comun quod ab omnibus y unibersal del pueblo, difundida no solo por el bulgo, sino apollada por los savios y piadosos prelados de todas las provincias de esta America, y especialmente por los de esta yglecia metropolitana, sostenida por las historias, sermones, y libros de piedad que han escrito hombres literatos de todas las religiones, autorizada por la proteccion devota de los ex[celentisi]mos señores vireyes, los señores arzobispos, y obispos, con todos los eclesiasticos, seculares y regulares. Los señores vireyes y magistrados, la nobleza y la pleve, mujeres y hombres, viejos, y niños todos han tributado a este milagro el culto y la veneracion mas solida y tierna. Pero que gloria ex[celentisi]mo señor para la sagrada mitra mexicana que dignamente siño las cienes de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] haver cido siempre el mas firme apoyo de este culto. No hablemos ahora de este siglo y medio ultimo en que tenemos a la vista, y tocamos casi con las manos, los muchos y solidos monumentos del empeño con que los señores arzobispos de esta metropoli han promobido la devocion guadalupana. Y reduciendonos solo al primer siglo de sus aparicion, puede con toda verdad, afirmarse, que quando se perdieran todas las historias, todos los escritos, los monumentos todos de la tradicion guadalupana, quedaria esta sobradamente autorizada {f. 28} con solos los fastos de la yglecia mexicana, y de los prelados que la governaron en d[ic]ho primer siglo. Ocho de estos sagrados varones se cuentan desde el año de 1531 de la aparicion hasta el de 1631, y omitiendo al Yllustrisi]mo Señor Vonilla que no llego a tomar posecion de esta mitra, todos los demas no dejaron un piasdoso monumento de su amor a Maria Santisima de Guadalupe. El S[eñ]or Zumarraga da principio con sus expensas a la fabrica de la santa hermita que se lebantó: la perfecciono el señor Montufar: el señor Moya y Contreras pone en corriente la dotacion de huerfanas en aquel santuario. Y para que en ningun tiempo estubiera sin exercisio la devocion de la yglecia mexicana acia esta ymagen en la vacante que hubo desde la muerte de el s[eñ]or Moya, y despues de la presentacion del s[eñ]or Bonilla hasta el gobierno del señor Don Fray Garcia de Santa Maria, que se hizo admirable entre otras cosas por su aprecio acia la portentosa ymagen y a cuyo exemplo trataron los mexicanos de edificarla una nueba yglecia, comenzó esta a lebantarse en el gobierno de el Ex[celentisi]mo e Yl[ustrisi]mo Señor Don Fray Garcia Guerra, y se dedico y bendijo por el Yl[ustrisi]mo Señor Perez de la Cerna en el año de 1622. Reparó esta misma yglecia el señor Manzano y Suñiga, y restituyó a ella la ymagen guadalupana desde n[ues]tra catedral que por causa de la ynundacion del año de 1629 se havia conducido a esta catedral. Siglo dichoso, siglo verdaderamente guadalupano, el que corrio desde el año de 1531 en que se aparecio la ymagen, por los cultos que en el recibió, y y honroso para los prelado mexicanos que se lo tributaron. No ha sido V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] inferior a sus gloriosos predecesores en esta parte. Pero que sabemos si aquel Dios que permite muchas veses los males, y se vale de ellos como ocasion para haser muchos bienes, y que del {f. 28v} del fondo de las mas densas tinieblas hace salir las mas brillantes luzes, que sabemos si este gran dios habra permitido el publico desbario con que se desfiguraba la tradicion del milagro guadalupano, para proporcionar a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] la oportuna ocasion de confirmar a mas y mas el portento y su creencia ynterponiendo a este fin su respectable autoridad. Nada mas necesitamos nosotros para demostrar la universalidad segunda nota de esta tradicion: quodab omnibus. Pero como podremos pasar en cilencio una circunstancia, que la realza y haze ver quan unanime y firme ha cido el consentimiento de los fieles a esta creencia ¿por que quien no se admira quando concidera atentamente, que aviendo la severidad de la critica que declina tal vez en el escollo de la temeridad huyendo de la credula superticion, atrebidose a poner en duda las mas respectables tradiciones, acobardada y timida a vista del portento guadalupano, le ha tributado por lo menos, el culto de un respetuoso silencio? y sin hablar ahora de otras piadosas tradiciones, acaso ha respetado la atrebida critica ¿no ya de los hereges sino de algunos catolicos para no poner en duda en publicos escritos, la verdad de la traslacion de la santa casa de Loreto? ¿ha respetado la celebre tradicion solida y digna de la mas piadosa creencia de la aparicion de Maria S[antisi]ma al Apostol Santiago en las orillas del Ebro, y del singular don que hizo a la España de su ymagen y del pilar sobre el qual se benera en la cuidad de Zaragoza? ynjusta y atrebidamente; pero han ympugnado a una y otra en publicos escritos aun escritores catolicos: mas la tradicion guadalupana a manera de un sol en el medio dia mas sereno, cuyas luces no se atreven a opacar los vapores de la tierra, brilla y resplandese en el orbe de la yglecia, sin que hasta ahora se {f. 29} se {sic} halla atrebido una terrena critica a lebantar abiertamente, nubes de sospechas que la confundan ¿y esto en que tiempos? puntualmente en este ultimo siglo, en que perdido todo el respecto y veneracion q[u]e se debe a la yglecia, y a sus piadosas tradiciones, desenfrenada contra ellas la erudicion sobervia del espiritu filosofico, se califican las tradiciones piadosas de herrores vulgares, y la creencia de todos los milagros de superticiosa credulidad. Corre si, o por mejor decir, vuela en las alas de la piedad, y con las plumas de escritores piadosos, no solo por toda España que casi compite con nuestra America en el culto de nuestra ymagen, y en la cre[e]ncia de su aparicion, sino por Italia, y Francia, por Austria y Alemania, Babiera y Bohemia, por Polonia y Napoles, por Flandes, Yrlanda, y Transilvania: en todos estos payses se venera la ymagen guadalupana de Mexico: en todas corre y se leen relaciones ympresas, en Roma y Alemania se describe con toda puntualidad este portento. Mas hasta ahora no ha avido escritor alguno extrangero o nacional, que halla osado impugnar publicamente esta marabilla. Admirable providencia de dios que tanto se ha esmerado (permitasenos esta exprecion en que se propague esta piadosa creencia, reprimiendo tal vez, y dejando sofocadas en los senos mas ocultos de algun critico, sospechas y dudas. ¿Y podra haver alguna en que esta tradicion está caracterizada con la nota de universal? quod ab obnibus. Y lla con esto queda tambien demostrada la tercera nota de ser esta una tradicion de los fieles de casi todo el mundo catolico. Si las dos Americas se pueden llamar la mitad de el, y si la España, e Ytalia componen su mas floreciente parte ¿en qual de todas ellas no se venera esta tradicion? y si ella no ha cido ex {f. 29v} trangera como ya expucimos en los demas payses catolicos ¿que resta ya para concluir que le combiene la otra nota de difundida por todo el mundo? quod uvicue. Ni podra faltar la uniformidad en una tradicion de esta clase. Esta es como enseñan los doctores catolicos la nota que mas caracteriza la verdad, ya sea la ynfalible de los articulos de n[ues]tra santa fee, ya sea la moral objeto de una piadosa pero digna creencia. La mentira es una separable compañera de la variedad, y la verdad siempre se sostiene en la uniformidad. Este poderoso invicto argumento que tanto ha confundido a los protestantes, es (ablando con la devida proporcion) el mas eficaz para provar la verdad del milagro guadalupano. Doscientos sesenta y quatro años ha, que se cree este portento, que se escribe, que se pinta en lienzos y laminas, q[u]e se graba en bronces, y marmoles; pero siempre se ha creido como se ha escrito, se ha escrito como se ha pintado, se ha pintado, como se ha gravado, que Maria S[antisi]ma despues de haverse aparecido quatro veces al feliz neofito Juan Diego, aparecio pintada en la tosca tilma del mismo, a presencia del señor Zumarraga; esto es lo que han creido los fieles, lo que han escrito los autores, lo que los pintores han trasladado al lienso, y lo que nos han puesto a la vista los gravadores y los escultores. Ninguna otra cosa podria exhigir la mas severa critica para graduar esta divina tradicion eclesiastica, y verdaderamente universal de la America, y casi universal de todo el orbe catolico; pero la piedad no se contentaba aun con esto, y dios en honrra de su madre y de su ymagen de Guadalupe {f. 30} lleno los deseos de sus devotos dando el ultimo y mayor realze a esta tradicion. Es notorio el empeño con q[u]e este cavildo mexicano, uniendo sus votos al s[eñ]or Escobar y Lamas Obispo de la Puebla, Vi[r]rey de Mexico, y Governador de su Arzobispado, los de la novilisima ciudad, y de todas las religiones, pidio en 1663 al s[eñ]or Alejandro Septimo, la misa y reso propio, relativo a la aparicion guadalupana, para el dia 12 de diciembre: es ygualmente notoria la solicitud sobre esto mismo que repitio en 1667 acompañando la selebre ynformacion que en 1666 se recibio con la mayor solemnidad, previa citacion fiscal, y aprobada por el cabildo sede vacante, remitida a Roma el siguiente año de 1667. (+) Pero no es menos savido, que a pesar de una postulacion tan vien fundada, de los esfuerzos de los apoderados en la curia, y del ynteres que tomó en el particular el eminentisimo señor Cardenal Julio Rospillion, ni el de 63 se ympetró la gracia, ni el de 67 aun ocupan el solio pontificio con el nombre de Clem[en]te IX el expresado cardenal protector. La empresa, decia este eminentisimo, en carta escrita al magistral de la Puebla de los Angeles el señor Peralta es muy dificultosa y no sera facil la consecucion de los que se pide. En yguales terminos se explicó siendo ya sumo pontifice por el año de 67 ponderando la dificultad de la postulacion. Sepultose pues en {a manera de nota, el siguiente texto} (*) Consta en devida forma que esta ymformacion comensada a recibir en enero de 1666, y concluyda, se aprobó en abril del mismo 66 por los señores jueses diputados de v[uestr]o cavildo sede vacante remitiose a Roma en el mismo de 66 y acaso no se presentó hasta el de 67, lo q[u]e ha dado lugar a la variedad siguiente. Se nota en los autores asentando unos q[u]e se presento en 1666 y otros en 1667. {f. 30v} en el silencio y olvidando este punto por espacio de 80 años, exitó el heroyco celo del P[adre] Juan Francisco Lopes de la compañia de Jesus, el que pasando de procurador a Roma como procurador a su provincia, ympetró del Sumo Pontifice Benedicto XIV el oficio de misa propia de la aparicion quien examinare en las balanzas de una juiciosa critica el peso y autoridad que dio a la aparicion guadalupana esta gracia, no podre menos que confesar que toca en la raya de la temeridad quien contradise esta piadosa creencia. Examinarse la aparicion una, y dos veses por la savia congregacion de ritos con todo el rigor y severidad que aconstumbra: calificarla digna de que se celevre con misa propia, y que se lea en todas las yglecias , por todos los fieles de Nueva España, en los sagrados fastos el divino oficio, haciendo expresa mencion de ellos en las lecciones del segundo nocturno, aplicandole un pasage, el mas alucivo a este favor en el tercero y elogiandola en alguna de sus antifonas especialmente en aquella en que haciendose una comparacion de la America, con todos los paises del mundo, resuena por todo el, desde el alto solio del vaticano, que Maria Santisima no ha hecho gracia semejante a la que se digno conceder a Mexico, a alguna otra nacion. Non fecit taliter omni nationi. ¿no combence que nuestra tradicion ha subido casi hasta el ultimo grado de piadosa credulidad? ¿y quando y por quien se concedio esta gracia? a los 223 años de aparecida Maria Santicima en Mexico, siendo asi que en mas de 350 años no pudo conseguirlo la piedad ytaliana para la santa casa del Loreto, ni la España en cserca de 1700 para la milagrosa ymagen de Maria Santissima del Pilar de Zaragoza ¿y no parece que {f. 31} que {sic} para cerrar enteramente los lavios del la osada critica disponia Dios que esta aprovacion por medio de oficio y de misa propia, la hiciese aquel pontifice cuya savia erudicion en materia de milagros, y culla severa circunspeccion en calificarlos manifestada en sus inmortales escritos, ha puesto a la curia romana, y a la santa silla a cubierto de las mordaces satiras de los hereges en esta materia? un pontifice pues, que a la autoridad de supremo pastor y caveza de la yglecia, añadia la que le davan su profunda sabiduria, su unibersal erudicion, y su severa critica, no contento con los savios dictamenes de la sagrada congregacion, todo lo examinò por si mismo, leyó quantas historias y papeles llebaba consigo el Padre Lopez, confirio con el muchas veces esta materia, y llego a persuadirse tan yntimamente de la verdad de este milagro, q[u]e el mismo (si cree al autor de la relacion del culto de la real congregacion guadalupana sita en Madrid) compuso la oracion para la misa y oficio. Lo que no admite duda, es, la cordial tiernisima devocion que profesaba el señor Benedicto a la ymagen mexicana de Guadalupe, debocion que explico en terminos lo mas afectuosos, quando ynstandole pero eficasmente el Padre Lopez, a que en la oracion se hiciese como se hace en las lecciones expresa mencion del milagro, le respondio (no teniendo a bien condesender a esta parte con su suplia) el santo padre ¿que mas he de concederte de lo que has conseguido? te aseguro que hecho mas por los mexicanos, y en obsequio de la Virgen Guadalupana que por los ytalianos en honor de la casa santa del Loreto (.q.)[17]. Em bista de esto, no puedo menos que ca- {f. 31v} calificarse {sic} de escandalosa y perturbadora de la solida piedad, la doctrina q[u]e contiene el sermon del Padre Doctor Mier. En efecto no puede ponderarse la commosion que ella ha causado, no lla en el pueblo rudo, y vulgo, si no en los mas savios, la ridicula soñada aparicion que publicó. Pero si estos se escandalizan despreciandola, podria sin duda causar otro genero de escandalo mas nocivo en el pueblo menos instruido. Este que no distingue las tradiciones piadosas de las divinas: este que en la comun y antigua creencia de sus padres y mallores, encuentra uno de los mayores argumentos de la credulidad de los misterios de la religion y los que llegan a sus oydos por el organo de los predicadores en los pulpitos, ya que en cierta manera se les sensibilisan por medio de las festividades sagradas con que se celebran. Este pueblo digo, quedaba expuesto a caer en el herror mas grosero inducido por este sermon, porque formando un discurso, bien que falso; pero de mucha fuerza para unas bulgares luces, diria o podria decir, doscientos y mas años ha que se nos predica que Maria Santissima {f. 32} nos dio su ymagen pintada en la tilma del yindio Juan Diego esto han creido nuestros padres, esto se escribe en los libros, esto protestamos en nuestras piadosas oraciones publicas y privadas, esto celebra la misma yglecia en la santa misa, esto nos dicen no solo nuestros curas, sino nuestros obispos, esto veneramos pintado en los lienzos que penden de las paredes de los templos, y de las cazas, y despues de todo, esto es mentira segun lo ha dicho y predicado en la fiesta mas solemne un ministro del señor, a presencia del Ex[celentísi]mo S[eñ]or Arzobispo, pastor de nuestras almas, oyendolo en Ex[celentísi]mo Señor Virrey, los mas respectables tribunales, y un numeroso pueblo; luego es mentira, o por lo menos dudoso lo que por tantos años hemos creido acerca de este milagro; pues que se yo, (se diria), si será lo mismo de quanto nos enseñan aserca del misterio de la trinidad, de la encarnacion, etcetera. El discurso seria falzo no hay duda, y lexitima y mala tambien la conseqüencia; pero a ella induse el sermon del Padre Mier, como ynducen aunque por medio de discursos falzos y malas conceqüencias, a herror contra la fee todas aquellas doctrinas que sin ser hereticas son escandalosas, temerarias, y perturbadoras de la solida piedad. Esto sin duda tubo presente el tribunal santo de la ynquisicion general de España para prohibir por su decreto de 28 de agosto de 1720 cierto papel ympreso yntitulado examen de la tradicion del pilar. El decreto se halla copiado en la dicertacion del Padre Fr[ay] Enrique Flores, en el tomo 3º de la España sa- {f. 32v} sagrada, {sic} y es del tenor siguiente: “nos Don Diego de Astorga y Cespedes etcetera hasemos saber q[u]e se ha difundido un papel ympreso en dies ojas, cuyo asunto es negar la tradicion de la venida de la S[antisi]ma Virgen Maria nuestra señora a Zaragosa, el qual papel contiene muchas propociciones contrarias a los decretos pontificios, irreverentes a los piadosos decretos del rey nuestro señor, y de sus gloriosos progenitores expedidos en favor de la piedad de esta tradicion, injuriosas a gravicimos autores españoles y estrangeros, arrojadas y presuntuosas, desprecivas del honor de nuestra naion, y que entibian y retrahen de la piedad y religion con que los españoles veneran aquel santo templo, y del culto que dan a Maria Santisima en su santa capilla, exitativas de emulacion entre personas y comunidades eclesiasticas respectivamente, y poniendo en duda el autor de dicho papel la venida del Apostol Santiago a España. Contraviene tambien a lo decretado por el santo oficio en el yndice expurgatorio del año de 1707 en que mandó borrar la propocicion de la misma dada en las obras de Lorino y haviendose conferido y tratado este negocio con pleno consentimiento con los señores del consejo de su Mag[esta]d de la santa general ynquisicion, y con mui graves teologos y calificadores, se ha hallado que ademas de las censuras referidas, el asunto y questiones de dicho papel se desvian del dictamen de los preceptos apostolicos, que prohiven la ciencia de inflacion, y inutil curiosidad con tenacidad del propio juicio, y sin el devido rendimiento a los verdaderamente savios, y al de no sentir con unanime afecto y caridad las cosas que ynclinan y persuaden al favor de la devocion con religion y pie {f. 33} piedad. Y por quanto es de nuestra obligacion promover la devocion y piedad de la referida tradicion de Nuestra Señora del Pilar, con acuerdo y parecer de los señores de dicho consejo de S[u] M[ajestad] prohivimos d[ic]ho papel yntitulado examen de la tradicion del pilar, y mandamos poner y ponemos perpetuo silencio, para que nadie pueda escrevir contra dicha tradicion: antes si permitimos y damos facultad a los escriptores, para que en sus obras siempre que llegase articulo en que oportunamente se pueda tratar de la dicha tradicion, escriban en su apoyo, con todos los fundamentos que hallaren conducentes. En testimonio de verdad etcetera”. El arzobispo de Toledo Ynquicidor General en el mismo año a los 8 dias de marzo del año de 1720. El catolico y piadoso Rey Felipe V dio ygual testimonios al de la ynquiscicion por su soberano decreto que es a la letra como se sigue. Haviendose publicado un libro en quarto cuyo titulo es, Historia de España, parte sexta ympreso en Madrid por Francisco del Hierro, este presente año se hallan puestas en el principio de este tomo antes del articulo del argumento, tres ojas en las quales entre otras se yntenta hacer incierta la historia de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, que por tradicion piadosamente se cree, y devotamente se testifica en aquella santa capilla todos los dias en la oracion que canta en ella y siendo mui de mi desagrado, que con ymportantes vanas curiosidades, se quiera entiviar la devocion con que en España y todas las provincias christianas veneran aquel santuario, y que se eviten disputas inutiles que ocasionan escandalo en los {f. 33v} los {sic} animos constantemente catolicos, y ardientemente pios de mis vasallos: mando a el consejo q[u]e luego luego de providencia para que de todos los exemplares del libro referido, se quiten y supriman las tres ojas primeras de el, y que de esta mi resolucion se despache cedula, y se remita al cavildo de Zaragoza para que la ponga y guarde en el archivo, como prenda de mi especial devocion ha aquella santa y milagrosa ymagen. A no ser tan clara, y mucho mas la erudicion de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] y conocimientos que lo adornan de la historia de la semejanza de las dos tradiciones cesaraugustana, y guadalupana, nosotros hariamo{s} ver cotejando lo que han escrito los historiadores de la primera, y de la segunda, que son casi los mismos fundamentos en que se apoyan. Y valga la verdad; si la falta de historiadores contemporaneos es una congetura tan debil para ympugnar la verdad de un hecho constante por la tradicion, (como demuestran los juiciosos criticos que tratan esta materia) contra ninguna milita menos este devilisimo argumento que contra la guadalupana ¿qüantos siglos pasaron para que las tradiciones francesas sobre el obispado parisino de San Deonicio, y sobre el arribo de Santa Maria Magdalena al reino de Francia se publicara en las historias? ¿quantos hasta la primera que refiere el favor de Maria Santicima del Pilar? pero por singular veneficio de Dios a esta America, apenas abia pasado un siglo quando comensaron a publicarse ympresas en el ydioma español, en 1648 la relacion de Miguel Sanches, en 1649 la mexicana del Luis Lazo de la Vega, en 1660, la de el jesuita Ma- {f. 34} Mateo {sic} de la Cruz y apenas corrido siglo y medio salio a la luz en Tosano la de Nicoseli. Pero hemos hablado hasta ahora de una epoca muy atrasada, porque como demostramos arriba, en los años sercanos a la aparicion comenzó ya a publicarse esta por relaciones mexicanas de cuya exhistencia hay moral certidumbre. La autoridad pues que da a la verdad del milagro de Maria Santicima del Pilar la tradicion, movio al catolico monarca Felipe V y al tribunal santo de la fe en España a las severas prohiviciones que hemos trasladado. Porque en la historia a que se refiere el real decreto “se intenta hacer incierta la historia de Nuestra S[eñor]a del Pilar porque ella dio motibo” a que se ex[c]iten disputas inutiles que ocasionan escandalo en los animos constantemente catolicos y ardientemente pios” de los españoles mando nuestro monarca catolico que se quiten las tres hojas, y se supriman de aquella historia en que hace dudosa la tradicion. El mismo tribunal santo de la fe condena el otro papel, ya porque contiene propocisiones contrarias, unas a los decretos pontificios, otras ynjuriosas a gravicimos autores españoles y extrangeros, y ya por otras arrojadas y presuntuosas que entibian y retraen de la piedad y religion con que españoles y extrangeros veneran aquel santo templo. Un papel dice este venerable tribunal, que fomenta la inflacion, e inutil curiosidad, con tenacidad del propio juicio, y sin el debido rendimiento a los verdaderamente sabios; no sintiendo con unanime afecto y caridad las cosas que indi[g]nan y persuaden fervor, debocion y piedad de la religion, merece una gran censura. Por tanto el S[eñ]or Ynquisidor General Arzobispo de Toledo con acuerdo y parecer de los señores del consejo de S[u] M[ajestad] de la Santa Ynquisicion, no solo prohivio aquel escrito, mas tambien mandó poner perpetuo silencio para que nadie {f. 34v} die {sic} pueda escribir contra la tradicion del pilar. El escandalo que dio motibo a estas justisimas providencias aunque muy grave, es menor al que podia causar el sermon que censuramos. En las historias muchas veces se echa mano de lo verosimil a falta de lo verdadero. En los papeles criticos es permitido y aun necesario que el ingenio corra por la provincia de lo provable, tropezando tal vez en lo incierto; pero en el pulpito cathedra divina en que el predicador como ministro de Jesuchristo enseña las verdades santas, deben ser estas el fondo de todos los sermones, a los que si conviene el adorno de la eloqüencia y erudicion que los hermosee, deve estar muy distante de ellos el afeite de la mentira que desfigure las verdades comunm[en]te recevidas. De aqui es que mas escandalo recibe el pueblo de una falza doctrina predicada en el pulpito, especialmente las circunstancias de una extraordinaria solemnidad a presencia de un pontifice de la yglecia, de un principe secular que representa al rey, y de los magistrados y cuerpos mas respetables de la republica) que de ella misma publicada en una historia, o en un papel critico. Esta ultima reflexion teniendo presentes los fundamentos que hemos expendido, comprende y justifica el dictamen que hemos formado del sermon del Padre Doctor Mier, reducido a los dos siguientes puntos. Primero: este sermon (pre{s}cindiendo de las censuras teologicas con que merece calificarse en otro tribunal) contiene una doctrina escandalosa agena del lugar sagrado en que se publicóo, injuriosa a gravicimos autores españoles y extrangeros, fomenta la ynflacion y tenacidad del propio juicio, contra los preceptos apostolicos, perturva la devocion, religion, y piedad, convatiendo una tradicion constante uni- {sic} {f. 35} uniforme y universal, por lo menos en esta America, y calificada como piadosa por la misma silla apostolica: segundo: siendo propio del celo autoridad y potestad de V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrísima] corregir los desordenes, y precaver los abusos que pueden originarse de semejantes doctrinas escandalosas en el pulpito por los predicadores, jusgamos que V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrísima] si su prudencia lo estima por conveniente, mande estender un edicto, o carta pastoral, en la que haga saber al pueblo, que el sermon predicado en la yglecia de la ynsigne colegiata de Maria Santisima de Guadalupe el dia 12 de diziembre de 1794. es un texido de sueños, delirios, y absurdos que no tienen otro origen y fundamento, que el de una fantasia alterada, vendiendose en el por historia genuina y verdadera, vanas y ridiculisimas fabulas, y que por tanto no meresen ser adoptados, no ya como doctrina probable, mas ni aun como lebe congetura: que con esta ocacion se ex[h]orte a todos los fieles a que se conserven en la devota creencia, apoyada en la piadosa tradicion de que Maria Santisima Madre de Dios y Nuestra, haviendose aparecido al yndio Juan Diego, se dignó dejarnos para nuestro veneficio y consuelo, pintada su celestial ymagen en la tilma de Juan Diego, la que se venera hoy en la yglecia de la ynsigne y r[ea]l colegiata que a este fin, y para que no se perturbe esta piadosa devocion, se prohiva en todos los predicadores seculares y regulares, que puedan predicar contra esta tradicion, y antes bien se les exhorte y encargue, que quando se trate en los pulpitos oportunamente de ella, hablen en su apollo con todos los fundamentos que hallaren condusentes. No parece Señor Ex[celentisi]mo que sien- {f. 35v} siendo {sic} este el mas oportuno medio para corregir los escandalos y perturbaciones que ha causado en los animos el sermon censurado, es al mismo tiempo una providencia correspondiente a la lexitima autoridad V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrísima] a quien toca guardar y conservar, y prescrivir los medios de distribuir en los pulpitos el deposito de la sagrada doctrina. Pero haviendonos pasado los papeles del Licenciado D[o]n Ygnacio Borunda, y siendo ellos el origen primero del echo que ha dado ocacion a este expediente, nos parece propio de nuestro cargo exponer sobre ellos nuestro dictamen, y desde luego estamos persu[a]didos a que el Licenciado Borunda esta libre de culpa, y que no hay motivo para sospechar en el malicia, o siniestra yntencion, y menos para hacerlo reo del herror que contienen muchas de sus propocisiones, hijas en parte de su ygnorancia de la teologia y de la historia eclesiastica, y en el todo de la perturbacion de su fantacia. El no menos que el ymaginario heroe de Cervantes que ymprecionado de las ydeas caballerescas, ya ponia en livertad los delinquentes que llebaba en collera la justicia, ya en descomunal batalla rompia los cueros de vino tinto, ya acometia la devota posecion de los disciplinantes, creyendo firmemente que en estos hechos por ci culpables, hacia un servicio grande al mundo todo. El no menos persuadido a que sirve a la santa madre yglecia catolica, a la monarquia, al estado, enrristra la pluma, y comete mil entuertos teologicos e historicos, con la mas sana yntencion. Con la misma (porque no dudamos de ella) hace presente a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrísima] que a los calificadores no les asiste ynteligen- {f. 36} cia en el ydioma mexicano especialmente en los sentidos compuestos y alegoricos, y los quales son notorios a las personas de juicio, que por muchos años lo han observado, y comprueban las citas de ympresos que se apuntan en los mencionados borradores. (*)[18] Este hera ni mas ni menos el escudo con que se armaba don Quijote para rebatir a todos aquellos que pretendian desganarlo de sus disparatadas y graciosas ideas, porque con decirles que, no entendian de achaques de caballerias, con añadir como lo hizo con el canonigo, el sin juicio de V[uestra] Ma[jesta]d, pues se ha puesto a decir tantas blasfemias contra una cosa tan verdadera, lea estos libros, y verá el gusto que recibe de su lellenda, dava solucion a quanto se le oponia. No de otra manera nuestro licenciado a quanto pueda oponersele sacado de todos los historiadores, responde que estos no sabian de achaques de los sentidos compuestos y alegoricos. Asi lo ha creido y asentado. Y si aquellos savios historiadores mexicanos peritisimos en el ydioma, e instruidos mas que otros como mas sercanos a la era de la America gentil nada entendieron de esto ¿quien habrá entre los que hoy florecen que la entienda? /.../ de lo que inferimos que a todos comprende la tacha que el licenciado nos ha puesto. Pero para no dejarlo en este escrupulo sera razon decir algo sobre esto. Y en primer lugar, no estamos tan desnudos, ni somos tan pobres en el ydioma *. El otro(el penitenciario) cura tambien por algun tiempo, hizo un largo estudio de esta lengua, y cree que aunque no le posee para ablarla, le bastan los conocimientos que tiene de su sintaxis, y el manejo de artes, diccionarios de ella, y de los historiadores mexicanos, para {f. 36v} para {sic} di[s]cernir el sentido compuesto alegorico. Mas a la verdad, no es necesario tanto para absolver este escrupulo. El mas ygnorante del ydioma mexicano puede calificar el sermon del Padre Doctor Mier, y el sistema de Borunda, con sola una mediana tintura de teologia, historia eclesiastica e historia de yndias. Pues que ¿para calificar un papel en que dado a los ydiomas hebreo, cyriaco, y caldaico, una ynteligencia diferente y aun contraria a la recebida por los ynterpretes, se asentará (.n.)[19] que el maná que llovio del cielo eran unas dulces chirimoyas de la America, y que la vara de Moyses era del arbol de chicozapote, que el santo Rey David usava una peluca blonda, y otros yguales desvarios, especialmente o lastimaban algo las verdades recevidas por la yglecia: para calificar semejante papel era menester la posecion perfecta de d[ic]hos ydiomas? si los resultados (para ablar con los propios terminos del autor) de las ynterpretaciones borundianas son contrarias a lo que enseñan comunmente los historiadores ecleciasticos y profanos; a las tradicio- {f. 37} nes eclesiasticas, y a una sana razon, no es necesaria la ynteligencia de los sentidos compuestos y alegoricos de la clave de Borunda, que en su ultima declaracion re[h]usa que se llame clave historial, y huviera acertado si digera que ni es historial, ni es clave. Ella no es otra cosa como hemos demostrado que una confuza coleccion de fi[c]ciones, de absurdos y delirios, que contra la fee que se deve al comun consentimiento de los historiadores de la America, inventando epocas y susesos desconosidos de todos los historiadores eclesiasticos, fingiendo monumentos profeticos, soñando milagros aunque viejos por la era que de ellos supone, enteramente nuebos por inauditos, que caresen de toda calificacion y aprovacion superior, mescla y confunde entre ridiculas y vanicimas fabulas, una respetabilisima tradicion, impugnandola, y combatiendola en puntos mui sustanciales. Por todo esto, y sim perjuicio ni ofenza de la juri[s]di[c]cion, y derechos del santo tribunal de la ynquisicion, que devera tambien en nuestro juicio tomar conocimiento sobre la clave y el sermon, a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrísima] pertenece no menos conoser como ya fundamos del sermon y de la clave, asi por incidencia del sermon, como por los milagros que en ella se asientan. Nulla etiam admitenda son palavras del santo concilio de trento esse noba miracula… nisi codem recogncente eta probante episcopo qui simulat que de his aliquid corn pertum habuerit ad huivilis in concilium teologs. Et alus püs viris ea faciat que veritati et pietati consentanea judica verit. Y para precaver toda alucinacion o siniestra ynterpretacion sobre la ynteligencia de milagros nuebos, los que Borunda establece son tales, no solo para inauditos hasta ahora {f. 37v} ahora {sic}, y nuebamente publicados, sino también en todo rigor material, porque si acaso lo fuesen erase milagros actualmente y del tiempo presente dice de Borunda que la ymagen guadalupana, el Santo Christo de Chalma, y las otras de Maria Santissima que fueron del tiempo de Santo Tomas, se conservaron en cuevas y lugares subterraneos guardadas. Y bien ¿no es milagro que actualmente se obra y se verifica la actual conservacion se ymagenes en materias fragiles y delesnables, que cuentan mas de 1700 años, haviendo estado guardadas cerca del 1500 entre polvo y la humedad, que habrian destruido aun bronces y marmoles? es pues yncontestable que toca privativamente a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] el reconvenimiento de estos nuebos soñados milagros, y que calificandolos como sin duda las calificaria por falzos es propio de su autoridad determinar lo que jusgue mas conforme a la piedad y a la verdad. A ambos jusgamos que en la presente materia es lo mas conforme que V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] mande que se retengan los papeles del Lcenciado Borunda, y que si no ubieren de pasar a otro tribunal se guarden en el archivo secreto con la nota correspondiente de esta censura: convendra no menos que V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] haga saber y entender a dicho licenciado que por su superior autoridad se ha calificado por ridiculo y vano en la mayor parte quanto asienta tocando a los prodigios y milagros de la nueba yglecia americana en tiempo de Santo Tomas, y especialmente lo que respeta a las nobedades que establece sobre la ymagen santisima de Guadalupe que a concequencia de esta superior calificasion se le amoneste, serene su fantacia, y deponga las falzas {f. 38} zas{sic} las ideas de su nueba clave, mandandole con los apercibimientos que haya lugar, que en lo de adelante, ni escriba, ni hable, como ha escrito y hablado hasta aqui en orden de la ymagen de Guadalupe, sino que sujete su dictamen y uniforme su creencia al dictamen y creencia comun de los fieles aserca de lo que enseña la piadosa tradicion. Pero sabiendo nosotros de ciencia cierta, que hay en esta ciudad algunas personas distinguidas por su empleo o su profecion, alucinadas con los delirios de Borunda, nos parese presiso dar cuenta de esto a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] y que si lo estimare conveniente nos prevendrá que expresemos sus nombres. Acaso para estos sujetos no seria bastante desengaño el que contubiera el edicto que hemos consultado, y seria necesario una particular amonestacion. Y para evitar qualquiera reparo que pueda ofreserse sobre la providencia consultada en orden al sermon, hacemos presente a V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] que aun quando este expediente deviera seguirse por los tramites comunes judiciales, y con todo rigor de una causa criminal, nada falta en el dia para que V[uestra] E[xcelencia] Y[lustrisima] pronuncie formal sentencia contra el sermon del Padre Mier. Nada mas necesita una causa para concluirse en forma, supuestas las demandas de la parte actora, que la audiencia del reo reducida a su declaracion, cargos, confesion, y descargos. Todo esta evacuado, y completo en este expediente. Han pedido contra el sermon del Padre Mier el venerable cavildo guadalupano, y la ylustre congregacion de Guadalupe. Ha declarado el Padre Mier: ha presentado los docu- {sic} {f. 38v} documentos que podrian servirle de unico descargo, ha confesado ingenuamente que nada save y entiende aserca de ellos porque ignora el ydioma mexicano, y lo que ha d[ic]ho ha cido en la fee de Borunda: ha confesado tambien su yerro, y retra[c]tado la doctrina que predicó, re[c]tificandose en que su retra[c]tacion es cinsera, y hecha con plena voluntad ¿se necesita mas? Sin duda la /.../ /ba/ menos de lo que hemos dicho, para el desempeño de nuestra comision y siertamente, no nos huvieramos difundido tanto, si con un grave dolor de nuestro corazon nos supieramos de ciencia cierta que hay personas en Mexico que siguen la carrera literaria, a quienes pareciendole sublime lo obscuro y extrabagante, admirable lo yncreible, y medio para exhaltar la aparicion guadalupana lo que la destruye y deprime, han visto la clave de Borunda como un plausible sistema, y han aplaudido el sermon del P[adr]e Mier como un yngenioso pensamiento ¿pero sera posible que una tradicion uniforme, constante, universal en esta America de todos tiempos desde su origen, y comun a toda suerte de personas: que una tradicion apoyada por testimonio aun de autores contemporaneos: que una tradicion autorizada por la yglecia, de un modo y por un medio que casi canoniza el milagro: que una tradicion que si se compara con quantas tradiciones particulares eclesiasticas ha havido, podra tener ygual, pero siertamente ninguna de mayor autoridad: es posible que una tradicion tan venerable ha podido menos en el consepto de estos hombres, que la fi[c]cion de una persona, texida de extrabagantes y ridiculas ydeas? este ha cido ex[celentisi]mo Señor (ya lo hemos dicho y lo repe- {f. 39} repetimos) {sic} y el poderoso motibo que nos ha obligado a difundirnos en nuestra censura, y ojala que asi como en fuerza de ella hemos podido y devido exponer nuestro juicio aserca del sermon y de la clave, pudieramos pedir oportunamente lo que nos parece sobre la opinion que establece la identidad de Santo Tomas con Quetzalcohuatl que se halla en pocos manuscritos que se guardan y leen por no pocas personas si los novelistas no huvieran atestado el mundo de libros de cavallerias, no huvieran en otros tiempos infatuadose muchos, a quienes quizo ridiculizar el yngenioso Servantes con su imaginario Quixote. Si el erudito D[on] Carlos de Siguenza y Gongora no huviera por desgracia nuestra imaginado que Quetzalcohuatl era Santo Tomas; ni el jesuita Duarte, ni el clerigo nuestro autor del Fenix, ni el Licenciado Borunda huvieran copiadose unos a otros, y escrito tales extrabagancias a las que se puede aplicar oportunamente que erit movisimus error pejor priors: E bia el Padre Duarte por los a[ño]s de 1686, y si congeturamos escrebia lo que habia leydo en los manuscritos de Siguenza, y lo que havia conferido con el, en su obra tenemos las ideas de aquel erudito, y aunque inverosimiles y vanas, podian aun pasar como un ingenioso delirio, a que expone aun a los sabios el fuego de una fantasia viva, y preocupada de noticias historicas antiguas y obscuras. Siguio a Duarte, y desde luego tubo a la vista sus papeles escribiendo a mediados de este siglo el presbitero que no hemos querido manifestar su nombre. Pero que de gracias desatinadas puso de su propia caveza ¿que asombros, y que milagros? despues de todo se conservaba intacta la ymagen guada {f. 39v} dalupana, reservandose para los pinceles de Borunda y del Padre Mier que la rebocara para destruirla. Asi se propagan las fi[c]ciones creciendo siempre mas y mas, y pudiendose desir de todas y especialmente de la de nuestro asunto, lo que Virgilio de la fama monstruo horrendum ingens cuilumen ademtiptis vires adquirit cuindo… Assi pudieramos Señor Ex[celentisi]mo en vista de estas juiciosas reflexiones, pedir y alcanzar, que se recogieran y archivaran en el mas profundo secreto los manuscritos en que se ha sostenido la ydentidad de Santo Tomas y Quetzalcohuatl, que assi han trastornado la caveza de Borunda, que por medio de este ha precipitado al Padre Mier en un profundo abismo, y que en lo subsessivo son capases de formar mil caballerescos nobelistas historiadores. D[octo]r y M[aes]tro Jose Patricio de Uribe D[octo]r Manuel de Omaña Sotomayor.
{el sello de la coleccion Eug. Goupil a Paris} {otra parte del sello ancienne collection J.M.A. Aubin} {Aqui temina el manuscrito por que la foja 40 recto esta en blanco}.
{Critique d’un sermon de Guadalupe manuscript 260 de la Biblioteca Nacional de Francia}.
[1] (.a.) En el discurzo de este expediente se retrato el P[adr]e Mier, y reconociendo vajo la religion del juramento su retratacion, se ratifico en ella, declarando aberla echo expontanea y libremente. [2] (.b.) Esto mismo y mucho mas dise el L[icenciado] Borunda en la declaracion que ha dado despues, la qual corre en el expediente. [3] (.c.) (f. 3 v)Aun en el dia en que las aguas se an rretirado tanto hay algunas chinampas en el barrio de Tomatlan [4] (.d.) Habla Ysaias no profetica, sino historicamente de las rruinas del dilubio. [5] (.e.) Ente los mexicanos se encontraron tambien, restos de judaismos, del mahometismo, y de otras religiones. [6] (.f.) Sin ocurrir a esta conjetura hay un rrumbo solido de explicar el origen a que deven atribuirse las cruces y semejanzas del rito christiano que se hallan en n[ues]tra America. Las transmigraciones de hunos, de scitas, de turcos, de chinos, y otras muchas naciones que despues de la venida de J[esu]c[risto]y con algunos conosimientos de su religion vinieron a esta America, ministran un medio verosimil de explicar este problema que lo es la yncierta venida de Santo Tomas. Vease el erudito tratado de George Horno De Orginibus Americanis.
[7] (.g.) Es digno de notar que los manuscritos de quienes se han salido los que creen esta ydentidad, conbienen en haber cido Quetzalcohuatl coetaneo de Huemac. [8] (.h.) Aunque el P[adre] Mier afirma claramente y sin rrestriccion muchas vezes q[u]e solo fueron doce os que se salvaron; (en alguna parte dice 14) pero entre sus apuntes se halla en rrenglones una clausula q[u]e alude haberse salvado otros de estas naciones; pero pero [sic] la ficcion siempre muda trajes, y todos de color negro, por lo obscuro. [9] (.y.) De aquella altura (son palabras de Borunda) de la serrania del sur, resultan venidos estos peñascos, dictandolos impelidos los monumentos volcanicos que conserva. Sin (f.13 f) vestigio de costumbres nacionales de maquina, con que pudiera haverlos dirigido la industria. [10] (.j.) Pero esto no puede decirse porq[u]e el P[adre] Mier afirma q[u]e el apostol enseñó a poner las datas de las pinturas en la orla, como lo hizo el s[an]to en la orla de la proeza de la torre de la catedral. Pero data q[u]e aun no nos ha explicado Borunda, dejandonos tambien en la ygnorancia de donde se grabó este que llama el P[adre] Mier precioso relicario que les dejo el santo, y en q[u]e se contienen los mas altos misterios de n[ues]tra religión. Que gloria sera ver alli descifrado el alto misterio de la augustisima trinidad? [11] (.k.) Los mexicanos fueron la ultima nacion que vino a poblar al pais de Anahuac. En esto convienen todos los historiadores, si no es Betancur que dice aber cido los penultimos y los ultimos los otomites; pero no hemos bisto ni sabemos que haya havido autor alguno juicioso q[u]e haya establecido la venida de los mexicanos a este pais, ni la fundacion del ymperio antes del año de mil y ciento de la hera christiana. [12] {f. 16} (.l.) Mas que mucho si la piedra ayudada del maravilloso sentido compuesto borundiano, ynstruye que el trozo dezarraigado de la serrania de Tula, es simbolo ejemplar de la conservacion de la naturaleza divina despues de encarnado el verbo, y de la virginal yntegridad de su ynmaculada madre: y tambien lo es de la que J[esu]c[risto] conserva en la ostia eucaristica aun dividida! ¡de q[u]e hay hombres ha havido celebro mas fecundo de disparates! [13] (.m.): las expreciones de Borunda, semejantes {f.21v} a los oraculos de la gentilidad, son siempre enfaticas, obscuras, y equibocas. La apostasia de los yndios se declaró en Tula: assi lo dice expresamente en la llana 3ª de el pliego 12; pero si ellas declararan su apostacia desollando la ymagen ¿como se egecuto este desuelle en el otro templo que lebantaron los mexicanos en las ymediaciones de Mexico? asi ba todo lo del señor Borunda. [14] (.n.) Eh aqui los prodigios que obra Borunda, quitando y poniendo letras, Huitzilin significa el precioso pajaro chupamirtos: uitzili significa espina, y como esta ultima significasion es la q[u]e acomoda a Borunda, a el ydolo q[u]e todos nombran Huitzilopuchtli o Uitzilupuchtli, quita una i y le llama Uitzilupuchtle. Bien puede decir lo que D[o]n Tristan en el entremes del poeta mas faltale una letra solamente; pero por una letra no es presepto, que halla yo de perder tan gran concepto. [15] (.p.) Ut coram episcopo Joanes pallium expandit veris belliisimis- recenti que rores maddiris floribus dectentibus in codem ricino non modo supra verum et contra omnia pinture precepto apparuit quans beneramus Beatisime virginis ymago guadalupanencis. Estas son las terminantes palabras de libelo suplicatorio, q[u]e se copia a la letra en la bula non est equidem de señor Benedicto, por la que se consedio el oficio y misa, propio a Maria Santisima de Guadalupe. [16] (*) Agust. Lib[ro] 4 Cont. Donat. Cap[ítulo] 24 Quod universa tenet eclecia nec consiliis institutum id semper retentum est: non nisi autoritate. Apostolica traditum rectissime creditur. [17] [f. 31 v] (.q.) No es esta una de aquellas anecdotas que deven todo su origen a un rumor vulgar. El Padre Juan Francisco Lopez refirio esto muchas veces a un yntimo amigo el señor Doctor y M[aes]tro Don Calletano de Torres maestre escuelas de esta santa yiglesia, de cuya boca le oy tambien muchas veces yo el penitenciario [18] * Como nos supone el L[icenciado]. Borunda. Uno de nosotros (el magistral) fué mucho años cura de yndios, trató con ellos lo que basta para que no le sea extrangero el ydioma mexicano. El otro &{etcétera}. [19] (.n.) Quien lee en el Licenciado Borunda que en el tiempo de Santo Tomas avia lla en la America capas pluviales con cruzes coloradas como las de los patriarcas orientales. Al maizal etcetera, quien ve en las dos piedras escavadas, no ya escrita la ley sino gravada la historia sagrada universal, los misterios principales de nuestra religion, y muchas profecias, quien advierte en los manuscritos de q[u]e bebio Borunda q[u]e en la era de S[an]to Tomas havia ya sotanas negras talares, mitras episcopales, procesiones de corpus etcetera no extrañara las ridiculas semejanzas de q[u]e nos valemos. |