MEXICAIN 175
Manuscrit Cahier de 20 pages In. 4°
Voyage par mer au nord de la Californie 1788.
N° 175.
Volume de 10 fevillets 4 Aout 1898.
{1} 1 Derrota de la navegacion que exe-cutaron los dos buques de su Mag[esta]dfragata Princesa, y paquebot San Carlos, en la exploracion al mar del norte de la California, y resumen individual de las noticias adquiridas durante el viage.
Haviendo salido del departamento de S[a]n Blas, en 8 de marzo, de 1788, los referidos buques, bajo las ordenes de el Alferez de Navio, y primer Piloto de la Real Armada, D[o]n Estevan Joseph Martines, se dirigieron en demanda de el puerto nombrado Entrada del Principe Guillermo; y recalando a la vista de este, en 16 de mayo, se hizo toda diligencia, hasta fondear ambos buques en 25 de el d[ic]ho, sobre la boca de el sudueste de el expresado puerto; y el sig[uien]te dia navegaron al norte, con el objeto de explorar y reconocer en aquellos parages, el orden, y situa- cion de sus naturales. En 27 de el citado mes, se dio fondo en una ensenada, que está en lo interior, al canal, o en- trada de el Principe Guillermo, a la qual se le puso el nombre de la Ensenada de Flores: y en primero de junio se tomó en posesion de la ysla Montangui, y sus inmediatas, con la mayor solemnidad, en nombre de Nuestro Catholico Monarca. Despues de haver hecho leña, y agua en la
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referida Ensenada de Flores, salió de este parage en la mañana de el dia 6 de el corriente, la lancha de la fragata, con un segundo piloto de su dotacion y el pilotin de el paquebot, con orden de el comandante, de navegar en el discurso de el dia, en la vuelta de el norte, la qual regresó a su bordo a las 10 de la noche: y al siguiente dia comunicó al comandante, en junta, al Capitan de el Paquebot, D[o]n Gonzalo Lopez de Haro, y demás pilotos de los buques, lo siguiente. Que en virtud de estar el tiempo declarado en el primer quadrante, y ser este por la proa para subir los buques a mayor altura, preguntó, si se juzgaba conveniente dar la vela para la ysla Trinidad, respecto a que ayer subió su lancha a la latitud de 60° 44 minutos, y que reconoció no haver estableci- miento ruso en el Principe Guillermo? A lo que se le contestó, que si la lancha exploró en los ter- minos propuestos, se podia esperar hasta el dia 10 de el corriente: y si durante este tiempo, perma- necia el viento contrario, convenia dar la vela y hacer derrota a la ysla Trinidad; pero si antes de el tiempo prefixado, se llamaba el viento al 2°, o 3° q{uadran}te no se debia omitir el subir a los buques hasta la latitud de 61 grados norte. Y conviniendo el comandante con el dictamen de todos, se firmó de un tenor. Sin embargo de haver ido la lancha de la Princesa a explorar al norte de la Ensenada de Flores, salió la de el paquebot, en la mañana del dia 10, con el segundo Piloto D[o]n Joseph Maria Narbaes, con el fin de descubrir, y re- conocer el puerto de la Entrada de el Principe Guillermo y haviendo regresado la tarde de el dia 11, dio el refe- rido 2° piloto, el parte siguiente. Que haviendo salido ayer a las 73/4 de la mañana
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en la lancha, se dirigió costeando la ysla de Montangui a una distancia regular de ella, haciendo los rumbos de el nor- nordeste, quarta al norte, hasta las 12 de el dia que consiguió estar tanto abante con lo mas norte de la ysla Vertiz, de donde se dirigió al norte quarta al leste por cuyo rumbo costeó lo restante de la ysla Montangui: y haviendo llegado a las 6, a lo mas norte, y este de ella, continuó la comision al rumbo de el nordeste con el fin de llegar al continente, de el que se consideraba distante siete leguas, que estando a las 8 ½, distante 3 ½ leguas de la tierra firme, reconoció bien la canal que forma esta y la expresada ysla Montangui, como igualmente la gran ensenada llamada del Puerto de Santiago por los españoles de la expedicion anterior, de lo que no tuvo duda: y para mejor comprobacion, afirmaron ser este parage el referido puerto de Santiago el Patron de la lancha, y el segundo guardian q[u]e llevaba consigo, los quales se hallaron en la expedicion de el año de 79, y comprobó con varias preguntas que les hizo para mejor satisfaccion; por lo qual desde este punto dimarcó la expresada ensenada al sueste de el mundo, y sondó en 21 brazas de agua, divisando al mismo tiempo el rio que pone el Capitan Cook en su plano y una mul- titud de yslas en la costa de el oeste. A las 8 ¾ se puso en derrota, aproximandose por la mas corta distancia a la ysla de Montangui, a causa de tener el viento al s[ur] fresco, y tirar con
mucha fuerza la corriente para el dia sig[uien]te. A las 10 ½ hallandose abrigado en un chico puertecito que está en la cabeza de el norte de la ysla Montagui, determinó quedarse el resto de la noche para descanso de la gente. A las 3 de la mañana de el sig[uien]te dia, principió
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a navegar en demanda de los buques, teniendo el viento al sudeste fresquito, que sin embargo de ser por la proa; e igualmente la corriente, procuró ani- mar los marineros, a fin de hacer toda diligencia con los remos, y por este medio evitar el que no se rematassen los viveres que quedaban. A las nueve de la mañana llegó a una ensenada grande, que tiene la ysla Montangui, distante como 5 leguas de la punta de el norueste de ella: en d[ic]ha ensena- da halló como 8, o 10 cayos, y en el mayor de todos y el mas inmediato, divisó una casa grande, a la orilla de la playa, a la qual le falta hacer una cara o pared. Haviendose aproximado a tierra, se desembarcó con la tropa, y conoció ser la casa de madera, y bejucos finos, techada con cortezas de arboles; y en lo interior de ella, no vio ninguna division, ni por consig[uien]te gente alguna, por lo que se internó un poco en el monte, en donde encontró muchos arboles cortados con hachas, y observó, que la casa tenia quatro ventanas quadradas, y bien dispuestas. A las 9 y ½ se embarcó en la lancha, y siguió su viage atracado a tierra por huir de la corriente, que seguia con fuerza para el norte, hasta las 7 ¼ de la tarde que llegó al paquebot. Cerciorado el capitan de el paquebot, de todo loacaecido en la lancha, pasó a la fragata, e im- puso al comandante de todo, y para que mejor se orientara, llevó consigo al referido 2° piloto. En 16 de junio, se pusieron a la vela los referidos buques, en demanda de la boca de la entrada de el S[ur] O[este] del Principe Guillermo, y en el dia 17 vinieron al paquebot seis canoas de yndios, y por señas decian estar fondeada una embarcacion de dos palos, en una ensenada q[u]e está en la parte del O[este] De la ysla
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de S[a]n Antonio, indicando que la citada embarcacion les havia hecho fuego, por lo qual el capitan de el pa- quebot, le pidio parte al comand[an]te de la exploracion. De las varias canoas de yndios que vinieron a bordo durante el tiempo que estuvo la expedicion en el Prin- cipe Guillermo, vino una grande, con 18 gentiles den- tro, entre los quales uno de ellos era de un aspecto in- teresante, con barba larga, ojos azules, color blanco, con media cara pintada de encarnado, y se notaba ser el superior de todos, pues lo respectaban los demas salvages que lo conducian , con su muger, e hijos; y de varias cosas que cambalacharon por avalorios, reci- bia el expresado una parte, a imitacion de tributo por lo que se conoció que era el Rey. Quando vino a bordo el expresado Rey, bogaban todos los yndios que lo conducian, y por su popa. Lo acompañaban varias canoas chicas, y haviendo llegado todas cerca de el paquebot, principiaron una musica cantada con las bocas, que la dirigia el Rey, haciendo este varios ademanes con el cuerpo, y dando golpes en la [1]y la canoa grande, con un palo chico que parecia macana, y todo a copas de la musica, y en los intermedios abrian los brazos en señal de la paz; y hasta tanto que la gente de a bordo no principio a imitarlos con los brazos abiertos, no atracaron al costado. Estos gentiles son de una estatura regular, el color blanco, y pelinegros, usan el labio inferior agujerado en donde colocan un hueso taladrado con varios agu- jeros, de los quales salen colgando avalorios ensartados de unos hilitos hechos de unos niervecitos, a imitacion de cuerdas de guitarra; y de las orejas sucede lo mismo de forma que a primera vista parece que son zarzillos; el cuerpo lo llevan bien tapado con una alba hecha
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de pieles de oso, gato montes, y lobo marino, y otros de pieles de patos, todo bien cocido, y arreglado al cuerpo. Sus canoas son de figura de arpa, aforradas por afuera de cuero, perfectam[en]te cosido con nier- vecillos: la formacion de estas canoas, son fabricadas por adentro de unas varengas mui delgadas de madera, tegidas en orden, de un perfecto enxare- tado, y por el mismo estilo es la cubierta, en la qual tienen algunos un escotillon redondo, a manera de boca de tinaja, y otras, dos, y las mas grandes hasta tres: en cada escotillon se mete un yndio, y por mucha manejada que haya, va libre de mo- jarse todo el cuerpo quasi, llevando los brazos bien desembarazados p[ar]a bogar con sus canaletas. Estos gentiles estiman mucho el fierro, y en es- tremo grado le dan mucho valor a el avalorio: en la cabeza lleban un sombrero perfectamente tejido de junco: el rostro lo pintan de color encar- nado que imita a el almagre, y otros se tiznan de negro: nuestra comida la comen con asco, y sus viandas se reducen a la ballena tasajeada, lobo marino, y toda clase de pescado crudo, usando en lugar de pan la ballena de el modo dicho: sus ar- mas son flechas en abundancia, unas de pedernal, y otras de hueso de ballena, con algunos harpones con que hacen su pesqueria: usan igualm[en]te unas dagas de fierro en unos palos largos, a imitación de garrochas: el fierro lo amuelan hasta que le sacan filo, con lo qual cortan sus cosas; y a falta de este me- tal, se manejan con pedernal. Por lo que respecta a su ydioma, no es posible entenderles, y solo se per- ciben algunos terminos de los que pone el Capitan Cook en su bocabulario, que repetidos por nosotros continuan su conversacion imperceptible; y el mejor
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modo de entenderse con ellos, es todo por señas. Re- gistran el buque con mucha atención, y en el des- embarazo con que andan a bordo, dan a conocer haver visto varias embarcaciones, y por varias señas que repiten, se les percibe haver estado en este parage dos embarcaciones de tres palos. Se les hizo varias preguntas, si conocian la nacion rusa? Y siguen ha- blando infinidad de cosas, de suerte que por mucho cuidado que se ha puesto, no ha sido posible enten- derlos, y solo se pudo comprehender que hacian muchos estremos de amistad, en terminos que por varias ocasiones querian que la oficialidad fuera con ellos a la rancheria, y lo mismo solicitó el Rey, haciendo varios ademanes de que entran en este puerto embarcaciones enemigas; y se com- probó mejor con una galesta que vió el paquebot fondeada, la qual decian les havia hecho fuego. La canoa de el Rey tiene los mismos galibos que nuestras lanchas, de forma que a larga distancia, a todos pareció de madera; pero haviendo atracado al costado, se notó que era forrada de cuero, y por adentro de enxaretado, igual a los de los de mas yndios. Quedando el dia 20 de junio los dos buques en franquia, se hizo derrota para la ysla Trinidad, y hallandose en 24 del d[ic]ho sin conserva de la capitanía siguió el paquebot para la referida ysla, con el pa- recer de el capitan y demás pilotos: y estando al leste de el cabo de dos puntas, vinieron a bordo doce canoas de yndios, y entregaron al Capitan D[o]n Gonzalo Lopez de Haro, dos papeles que parecian escritos en ynglés, o ruso, con fecha de año de 84, y señalaban que la gente que se los havia dado, estaba en una ensenada que demoraba al oeste; por lo que se infirió habria en ella establecim[ien]to o embarcacion: y hallandose el dia 29 mas inmediato a d[ic]ho cabo, vinieron a bordo dos ca- noas de yndios con camisas azules, zapatos, y
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medias: y preguntandoles que quien les havia da- do aquella ropa? señalaban, que en la ensenada estaban dos embarcaciones; y gentes como nosotros; por lo qual se arribó en demanda de la referida hasta los 15 brazos de agua en que se dio fondo. Dia 30 de junio, fue a las dos de la mañana, la lancha armada en guerra, con el segundo Piloto D[o]n Joseph Maria Narbaes, con orden de que fuera a explorar, y a las 5 ½ regresó con 7 canoas, y quatro rusos: y preguntando estos, si era buque español? se les dixo que si; y como quiera que miraban para la vandera que estaba larga, se les enteró que aquel era el pavellon de los buques de guerra de el Rey de España, donde el año de 86; y con el motivo de estar estos hasta las tres de la tarde, se pudieron averiguar las noticias siguientes. Primeram[en]te preguntandoles que nacion eran? dixeron, que rusos, naturales de la Siberia, y el capitan, hijo de Constantinopla, que era griego: continuando las preguntas, dixo el griego, que se llamaba Capitan de Haro, y señalando a los otros rusos, especificó, que eran sus oficiales, y que el estaba de capitan de el establecim[ien]to desde el dia 2 de noviem[br]e del año de 1784. Siguiendo las preguntas en la camara y con disimulo, dixeron q[u]e estaban aquí, al modo de armadilla, hasta el año de 1790, que entonces serian relevados de otros que han de llegar de la Siberia, en dos fragatas, las quales vienen cada dos años. Cesaron las preguntas por algun tiempo, porq[u]e no sospecharan que havia interés de saber la situacion de los rusos en estos parages. A las nueve, decia el capitan ruso, que fuera el paquebot a fondear adentro de la ensenada, que havia buen puerto, y se le dixo, q[u]e si entraba viento favorable se pensaba executarlo asi: seguidam[en]te dixo, q[u]e se iba para tierra; lo q[u]e procuró estorvar el capitan de el
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paquebot, diciendole, q[u]e si gustaba de hacer el honor de q[u]e todos juntos comieran a bordo, lo estimaria mu- cho, significandole, q[u]e toda la oficialidad se hallaba mui contenta con tan buena gente, y q[u]e a la tarde irian en la lancha de a bordo, por ser buque mas cómodo q[u]e las canoas q[u]e les conducian, y q[u]e al mismo tiempo llevarian un barril de vino español, q[u]e por ser de todo gusto, queria q[u]e lo disfrutasen en memoria de la buena amistad con que havian venido a bordo; lo q[u]e aceptaron con mucho agrado. Despues de haver comido, preguntó el capitan ruso, que si havia visto el paquebot, una galesta en el Prin- cipe Guillermo? se le respondio, que quedaba en los 60 grados de latitud norte, y q[u]e tambien se havia visto una casa al oeste de la ysla Montangui: y contestó, q[u]e la casa, y galesta, eran suyas, que tenia otra casa en el Principe Guillermo, por los 61 grados de latitud. Con el hecho de haver comido, y conocer el buen estilo, se principió a explicar con mas libertad, y observando q[u]e entendia el pilotage se le enseñó el plano de esta costa, para ver si se inclinaba a puerto de Nootk, o si conseguia alguna noticia importante. Haviendo tomado en la mano el expresado plano, pidió un lapis, y formó una canal mui amplia, y navegable para qualquier navio, la qual principia al sur de la rivera de Cook, y va a saliral cabo de la Trinidad, quedando hecha una ysla, cabo de Trinidad cabo de dos puntas, y cabo Griville, hasta la punta de Rada, q[u]e es la punta mas sur de d[ic]ha rivera. En- terados los explorador[e]s de una noticia tan util se le dixo, q[u]e enseñara una de sus cartas, p[ar]a enmendar por ella la de la expedic[ci]on y respóndió, que regalaria una. A las 3 fue la lancha a conducirlos a tierra, y a lle- var el barril de vino q[u]e havia ofrecido, y juntamente chocolate, y otras varias cosas q[u]e se les regalaron al
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capitan, y se mandó al seg[un]do Piloto D[o]n Joseph Maria Narbaes, para q[u]e los acompañara, y tuviera cuidado con nuestra gente en tierra. A las once de la noche, vino la lancha, y taxo {sic} la carta q[u]e ofreció el capitan ruso, la qual comprehende desde el cabo de la Ysabel, hasta el cabo de la Trinidad, y la canal q[u]e señaló a bordo, y al referido segundo piloto enteró al capitan de el paquebot q[u]e estaba el establecim[ien]to en lo interior de la referida en- senada, situado en un puerto mui hondable; y abrigado de todos los vientos: que en la playa havia dos embar- caciones baradas, de el parte como de 80 toneladas, te- niendo una de ellas, 4 o 5 pedreros: que vió en el esta- blecimiento como 14 o 15 casas, y 50 o 60 rusos, y varios yndios de todas edades, y de ambos sexos, que por no empeñarse en la noche, y para q[u]e no notaran los rusos q[u]e hacia escrutinio, procuró mirar de refilon. Dia 1° de julio, a las 7 de la mañana fue el Capitan de el Paquebot D[o]n Gonzalo Lopez de Haro, con la lancha al establecim[ien]to a imponerse de todo lo q[u]e fuese mas util: y haviendo llegado, salió a recibirlo el capitan de el establecim[ien]to y sus oficiales y despues de haverlo cumplimentado, le sacó a pasear; y con este motivo pudo veer lo siguiente. Vio que estaban acabando un almacen de buen tamaño, con dos cuerpos, fabricado de madera de pino, y mas adelante una casa q[u]e sirve de escuela, la qual tiene muchos yndios aprehendiendo a leer, y escribir en ruso, y otros la Ddctrina: seguidam[en]te vio una cordillera de casitas chicas en que viven los yndios, y haviendo subido a las dos embarcacion[e]s q[u]e tienen baradas en tierra, y apuntaladas, observó que es- taban las bodegas de estas bien abarrotadas de pieles de nutrias, y que la camara de una, servia de capilla, o yglesia, en donde tenian un oratorio portatil en que celebraban su rito, sirviendo al mismo tiempo de alojam[ien]to al sacerdote, a quien llamaban los rusos pastor, el q[u]e halló enseñando la doctrina a unos
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quantos yndios grandes, y en el otro buque tenian a popa, como a imitacion de cuerpo de guardia, con un oficial, tropa, y una vigia a manera de centinela con su fusil al hombro, la qual esta en una garita mal hecha, que parece torreon, esta especie de tropa no se diferencia de los otros rusos, mas que en tener el vigote largo: se puso el mayor cuidado en veer las fuerzas que tenian, y no se vió mas q[u]e 4 pedreros ricos, y un armero con fusiles, todo en el expresado cuerpo de guardia. Las referidas embarcaciones son de dos pa- los y los rusos las llaman galeotas. Preguntandole al Capitan de Haro, para que tenia en aquella disposicion los buques? Dixo, que era para amedentrar los yndios, y rechazar sus asaltos significando, que los gentiles de este parage, eran traicioneros, y que no havia que fiarse de ellos por la costa, enseñando al mismo tiempo varias heridas de flechas que tenian los oficiales, y los mas de los rusos. Despues de haver visto los dos buques, volvió el referido capitan de el paquebot, para el establecim[ien]to acompañado de el capitan ruso, y de sus oficiales, y lo llevaron a ver un caseron grande, a donde halló dies calderas al fuego, y muchos yndios sa- cando aseite de ballena, unos friendo pescado, y otros sacando el frito, y en la limpieza, pregun- tando, para qué beneficiaban tanto pescado? res- pondió el capitan ruso, q[u]e eran prevenciones para pasar la invernada. Seguidam[en]te lo llevaron a un corralon donde havia varias pieles de nutria a secar, y tomando el Capitan de el Haro, una en la mano explicó, que aquella piel tenia mucha estimacion en Canton, y el capitan de el paquebot la miró con desprecio, diciendo que en España no valia nada. Saliendo de el corralon le dirigieron
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a que viera dos huertecitos en que tenian sembrado algunas hortalizas. Visto todo lo re- ferido, lo llevaron a casa de el guarda almacen de algunos efectos para los yndios, y encargado de el acopio de las pieles d[ic]has, en donde comió con el capitan, oficiales, y la muger de d[ic]ho guarda almacen. La referida muger era joven, y bien parecida vestida honestam[en]te con ropa fina de la China, y estaba criando un niño mui blanco, y hermoso; se ha notado que todos los oficiales la cumplimen- taban, y preguntando a su marido, q[u]e de donde era? que hija de la Siberia. La casa de el capitan, y la del guarda almacen, son de buen tamaño, y con bastan- te extension para alojar a todos los rusos, aunq[u]e bajitos sus techos: por afuera estan cubiertas de yervas como palapas, y en lo interior separadas las habitaciones de el guarda almacen, y de el Ca pitan de el Haro, cuyas piezas son bien fabri- cadas de tablas, y por la parte de adentro estan con bastante aseo, y los tabiques perfectamente aforrados de papel pintado de la China, y un espejo grande colgado en la testera, y a los lados varios quadritos de nuestros santos; y se observó, q[u]e la cama de el guarda almacen, era bien pomposa. Con Capitan de Haro vive otro oficial q[u]e estaba enfermo, y tenia vigotes largos: y preguntando q[u]e empleo tenia? dixeron que era el capitan de la Tropa: y viniendo el capitan de el paquebot por la tarde, para a bordo, vió en la puerta de una casa, dos mugeres q[u]e estaban vestidas, co- mo la de el guarda almacen; y preguntando, quienes eran? le dixeron q[u]e rusas de la Siberia. En la extension de el establecim[ien]to no se ha visto fortificacion, ni artilleria, y pareciendo q[u]e las
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fuerza de el cuerpo de guardia no era suficiente para contener los asaltos de los yndios, se les preguntó al capitan de el establecim[ien]to que modo tenia de defenderse? respondió que se retiraban todos a la galeota, y con pistolas, y fu- siles los rechazaban, haciendo a un mismo tiempo, fuego con los quatro pedreros. Los yndios de este establecim[ien]to visten con igualdad a los de el Principe Guillermo, y los que estan catequi- zados, y achristianados en el rito ruso, les dan la misma ropa que a los demas rusos, y tienen distinto tratam[ien]to de los otros yndios; pero estan mui obedient[e]s a qualquiera voz de el ruso. Acabado de comer llevó el Capitan de Haro, al de el paquebot a su casa: y pre- guntandole, si en la ysla Trinidad havia establecimi- ento? respondió el ruso, q[u]e solo havia un vigia: y continuo diciendo, que los establecim[ien]tos estaban en la rivera de Cook, ysla de Onalasca, y otros parages de la costa, y que toda la gente q[u]e está repartida en estos pa- rages son 462. Seguidam[en]te se le preguntó, que si en el puerto de Nootk, o por otro nombre el Rey Guillermo, tenian establecimientos? contestó q[u]e no; diciendo, q[u]e el año de 1789, salia una expedicion de la Siberia con dos fragatas, para poblar el expresado puerto, signi- ficando que havia en este parage mucha abundan- cia de nutrias. Visitó lo mas esencial de el establecim[ien]to y enterado de todo lo referido, salió a las 3 de el expresado, y se dirigió al paquebot, acompañado de el oficial guarda almacen: a las 7 llegó a bordo el Capitan de Haro, con una carta, y un parte, que acababa de recibir por una canoa, que le mandaba el capitan de el establecim[ien]to de el cabo de la Ysabel: el parte escrito en idioma ruso, y la carta, al parecer en ynglés: esta la dió a leer al capitan de el paquebot, y demas pilotos, pareciendole que estaba escrita en español; especificando q[u]e el parte le decia, q[u]e la carta la entregó el capitan de una fragata, q[u]e
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acababa de fondear en la rivera de Cook, pareci- endole q[u]e la expresada fragata, podia ser de la con- serva de el paquebot, la entregaba, a fin de q[u]e se impusiera de el capitan de este, de su contenido: a lo q[u}e se le respon- dio; q[u]e no era española, por quanto aquella carta indicaba no estar escrita por español, y si parecia letra ynglesa; y quedando suspenso, se puso irritado, hablando con el oficial guarda almacen, y leyendole a este el referido parte, continuaron algun tiempo en su conversacion; y despues de haver acabado, dixo, que sentia mucho no entender la carta, y que se la havia de remitir a la Emperatriz: y diciendole, que si la dejaba copiar? respondio; que no tenia embarazo; y despues de haver cenado, se le volvió a preguntar, qué numero de rusos havia dicho al capitan de el paquebot, estaban repartidos por todos los es- tablecinientos de la costa; y pareciendole q[u]e en tierra no lo havia entendido, puso en un papel, 462, nu- mero igual al q[u]e tenia dicho; y conociendo q[u]e se deseaba saber donde estaban los establecimientos, pidió al capitan su plano, y teniendolo sobre la mesa, hizo la explicacion siguiente. Primeram[en]te puso el dedo en su establecimiento, y con la pluma en un papel, marcó 60 rusos, y dos galeotas: seguidamente puso el dedo por la parte de el oeste de el cabo de la Ysabel, y numeró 40 rusos: y por este orden señaló otro establecim[ien]to en cabo de Rada, con 37 rusos: y en la costa de el sur de la canal de Flores, hay una ysleta, en la qual señaló un esta- blecimiento con 40 rusos: despues señaló una galeota grande, tripulada con 70 rusos, y fondeada en el estremo de d[ic]ha rivera. Y preguntandole, que para qué tenia tanta gente? especificó, que esta embarcacion se empleaba en auxiliar los establecim[ien]tos de las inva- siones de los yndios. Seguidamente señaló en cabo Albide un establecim[ien]to con 55 rusos, y dos galeotas. Haviendo acabado de señalar los referidos 6 establecim[ien]tos
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se le preguntó, con qué objeto tenia en el Principe Gui- llermo la casa, q[u]e vió la lancha de el paquebot, al oeste de la ysla de Montangui, y la otra de los 61 gr[ado]s de latitud? y respondió; q[u]e estas servian para almacenar las pi- eles de nutria q[u]e recogia una galeota q[u]e navegaba con 40 rusos, durante el verano, por toda la costa, hasta el puerto de Nootk, la qual internaba todos los años en el establecim[ien]to de cabo de dos puntas, y era la misma por quien havia preguntado el primer dia q[u]e vino a bordo: y acabado de referir todo esto, se sumaron las partidas q[u]e havia notado en el papel, y resultaron los mismos 462 rusos q[u]e havia dicho antes; con cuyo hecho tan practico, y patente, quedó el capitan de el paquebot, y demas pilotos, bien enterados de todos los establecim[ien]tos rusos, y asi mismo de todo lo especificado. Dia dos de julio se hizo a la vela el paquebot, en de- manda de la ysla Trinidad, con el fin de incorporarse con la capitana, que según las noticias q[u]e ayer dixeron los rusos, se halla fondeada en d[ic]ha ysla: y conseguida la reunion, se dio fondo en la cabeza de el norte, y leste de ella; y concluida esta faena, fue el capitan a la Prin- cesa a dar parte al comandante, de lo acaecido en el establecim[ien]to de la ensenada de el cabo de dos puntas y despues se comprobó ser cierto, de que hay en esta ysla un solo ruso de vigia, el qual está acompañado de al- gunos yndios. Dia 5 de d[ic]ho mes a invitacion de el comandante se dio la vela en demanda de la ysla de Onalasca: y en 4 de agosto se dio fondo en la referida, hallando alli la Princesa, q[u]e se havia reparado en la navegacion de la ysla Trinidad, a la de Onalasca. En la llegada de la Onalasca, se halló un solo gefe, lla- mado Capitan Cosmiche, y en el establecim[ien]to hay dos almacenes q[u]e sirven para guardar pieles de nutria
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esperma de ballena, y varias vasijas en q[u]e benefi- cian los rusos la pesqueria, y en todo el estable- cimiento no hay mas que una casa, la qual tiene una pieza grande q[u]e sirve de quartel para todos los rusos, y otra pieza chica en q[u]e habita Cosmi- che; y en las inmediaciones de la expresada casa habrá como 20 chozas con varios yndios, los quales estan exercitados en el servicio de los rusos; y en la playa está una galeota barada sobre polines, y apuntalada. Entre los yndios de la ysla, se señala uno bien civilizado que lo respectan los rusos, por haver estado en Petersbourg, y haverle honrado la Emperatriz con varios privilegios, y la patente de juez de todos los yndios, el qual en el ynvierno, queda haciendo como de govern[ad]or por retirarse Cosmiche con las embarcaciones y rusos, a la ensenada de cabo de dos puntas, obligado de los fuertes temporales, y frio q[u]e hay en esta ysla, y sus inmediaciones. El expresado establecim[ien]to está situado sobre un terri- torio mui humedo, a manera de cienega, inmediata a la playa, y a la orrilla de un rio: se ha notado que en toda esta ysla no se halla leña, y la poca q[u]e queman los rusos, es la que arroja el mar en las playas; y quando está escasa, cozinan con unas raizes parecidas a las de re- tama. Los yndios de esta ysla visten con igualdad a los de el Principe Gulliermo, y comen las mismas viandas; los rusos se sirven de ellos, y los tratan con bastante rigor; y cada uno paga tres pesos de tributo a el año a la Emperatriz. En la ysla de Onalasca se ha sabido, q[u]e en cabo de Rada hay algunos rusos: 60 en la ensenda de Cabo de dos puntas: 120 en Onalasca, y la casa que se vió en el Prin- cipe Guillermo, la fabricó Cosmiche, el año pasado: q[u]e todos los rusos q[u]e estan repartidos por la costa, y la ysla de Onalasca, son 500; y en llegando de la Siberia dos fraga- tas que esperan para el año proximo de 89, van inme-
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diatam[en]te, a poblar al Rey Guillermo. Según esto, diremos q[u]e las noticias q[u]e adquirió el paque- bot, en el establecimiento de la ensenada de cabo de dos pun- tas, son iguales con las q[u]e se han conseguido en la ysla de Onalasca, y solo hay la diferencia, q[u]e aquí niegan el establecimiento de el cabo de la Ysabela, el de los 55° y 15 de latitud norte, y 198° 37’ de longitud de Grenvik, y el otro de la canal que entra por la rivera de Cook llamada de Flores; y en caso de que esto sea verdad, diremos, que son falsas las noticias de que ha dado al paquebot el Ca- pitan de Haro; y en este caso preguntaremos, en donde están invertidos los 320 rusos, q[u]e restan de los 120 de Onalasca, y de los 60 de la ensenada de cabo de Dos Puntas? responderán, q[u]e estaban en el cabo de Rada, y repartidos en varias vigias; pero esto no puede ser respecto a que se ha visto que en la vigia de la ysla Trinidad hay algunos yndios con solo un ruso, y lo mismo sucede con la otra vigia que está al norte de Onalasca; y para inferir q[u]e la mayor dotacion de gente está en el cabo de Rada, tambien se implica respecto de haver dicho q[u]e en el expresado cabo hay algunos rusos, y era mas natural, que asi como dieron el num[er]o cierto de los de Onalasca, y cabo de Dos Puntas, hicieran lo mis- mo con el cabo de Rada; pero se deja entender q[u]e les ha precisado, por haver sabido q[u]e el paquebot há es- tado en el establecimiento de la ensenada de cabo de Dos Puntas, q[u]e a no ser asi, huviera ocultado en- teramente en Onalasca el orden, y situacion de los rusos en estos parages. Que hay establecim[ien]to ruso en la rivera de Cook, no queda duda, por haver llegado a él una embarcacion, y su capitan haver escrito una carta al Capitan de el Haro, la qual fue conducida al cabo de Dos Puntas por los rusos de aquel establecim[ien]to acompañada de un parte, y con el motivo de no entenderla el referido Capitan de el Haro, la traxo el paquebot, para que el capitan, y pilotos viesen si estaba escrita en español, o si havia a bordo quien la entendiese para enterar
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a la Emperatriz de su contenido; pero haviendola vis- to no estar en español, ni frances, y si parecia escrita en ynglés; enterado el Capitan de el Haro, de que no havia quien la entendiese, la dejó copiar, y dixo, que respecto a que se ignoraba su contenido, se la havia de embiar a la Emperatriz. En el primer dia que vino el Capitan de el Haro, a reconocer el paquebot, se observó q[u]e su carácter era de un hombre bastante natural, y agradecia la mas leve finesa: y con la casualidad de ser su apellido el de el capitan de paquebot, se demostró alegre, ha- ciendo bastantes extremos de amistad; por lo q[u]e no queda duda de quantas noticias ha dado. Dia 12 de agosto, dio el comandante orden verbal que si despues de haver salido de Onalasca se ofrecia la separacion de los buques, se dirigiera el paquebot en derechura a Monterrey, respecto a q[u]e la estacion ya no permitia reconocia [2] al Rey Guillermo, y en 13 de d[ic]ho, haviendo este pasado al paquebot, repitió al capitan la misma orden. Dia 18 de el referido, a invitacion de la fragata, se dio la vela en demanda de la salida de Onalasca. Y estando ambos buques al ancla, el dia 21 de expre- sado, sobre una de las yslas de el norte de Onalasca y teniendo el viento mui duro de el oes soeste, y la mar tendida de esta parte, se vio a las dos de la tarde la capitana con mesana y contrafoque, y la cabeza al sur, cuya maniobra indicaba haverle faltado los cables, notando al mismo tiempo, q[u]e la lancha, según parecia, la havia perdido, respecto a q[u]e no la llevaba por la popa, y que desde el principio de el temporal, no se le havia visto meterla a bordo. A las 3 cambió la vuelta de el norueste, amuró el trinquete, y cazó las gavias arrizadas; en cuya forma se perdió de la vista de el paquebot, al tiempo de anochecer: y haviendo abo- nanzado el tiempo en la mañana siguiente, se hizo la descubierta, y no se vio la comand[an]ta para lo qual se hizo a la vela el paquebot, a fin de salir de este empeño, y juntam[en]te divisar la fragata, lo que no ha sido posible
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conseguir, por impedirlo la variedad, e inconstanc[i]a de los vientos que reynaban, como assimismo de la mucha cerrazon que cada ves tomaba incremento: y como quiera que la estacion se abanzaba por instan- tes, se hizo todo lo posible, hasta que se consiguió franquear de todas estas yslas en el dia 27 de d[ic]ho mes; y respecto a que en todo este tiempo no se havia visto la fragata, se hizo derrota, a fin de no perder tiempo, considerando el rigor de los temporales, que en estas inmediaciones se ha ex perimentado, y a la larga distancia que restaba navegar para dar parte al Ex[elentisi]mo S[eñ]or Virrey de Un- eva España, de todo lo acaecido en la expedicion. En la noche de el dia 9 de septiembre, llamo el capitan de el paquebot, a sus pilotos, y en junta les hizo saber que por la derrota executada desde la separacion de el comandante, en las inmediacion[e]s de la ysla de Onalasca, se hizo la navegacion, como a todos constaba, en atracar la costa por los 50 grados de latitud, con el animo de levantar, y reconocer desde d[ic]ha altura para abajo, lo posible, según el tiempo lo diera, y con arreglo a las ynstrucciones de S[u] E[xcelencia] y que en virtud de considerarse 100 leguas de el con- tinente, propuso igualm[en]te q[u]e por ningun motivo convenia atracar la tierra, por lo abanzado de la estacion, proximidad de el equinoccio, y cordonazo de S[a]n Francisco: y si, le parecia mejor formar nave- gación desde esta hora, a lo largo de la costa, para en caso de experimentar rigor en los vientos, tener por donde correr, y q[u]e la orden que le comunicó en Onalasca el comandante de la expedicion, dice, que en caso de separacion, se haga derrota para los pre- sidios de Monterrey: a lo q[u]e respondieron, q[u]e todos eran de el mismo sentir, y q[u]e ya no era tiempo de hacer navegación aterrada, asi por todo lo expuesto,
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como por la experiencia de el tiempo crudos {sic} y continua cerrazón de neblina, y agua, la que no permite los mas de dos dias una completa legua de claridad por todo el orizonte, y porque ya se ha visto, que la observacion de el sol no se logra las mas veces; por lo qual, a las dos de la mañana se puso la proa al sueste (rumbo a que corre la costa) con toda la vela posible, a fin de llegar al departamento de San Blas, en donde se con- siguió dar fondo en la tarde de el dia 22 de octubre, de el año de 1788: y haviendo preguntado por la fragata, no se ha visto noticia de ella ; por lo que se infiere habrá entrado en Monterrey. |