FONDO
MEXICANO DE LA
BIBLIOTECA
NACIONAL DE FRANCIA
Documento No. 239
Documento sobre la empresa del canal de
Huehuetoca
Gerardo González Reyes
uaem
Nota introductoria
El documento que aquí se
presenta forma parte de la colección de Eugene Goupil, acervo resguardado en
la Biblioteca Nacional de París. La clasificación asignada por aquella
institución al manuscrito es el número 239. Según anotaciones de la portada se
trata de un volumen compuesto de 9 hojas más una página introductoria. La fecha
de confección es 1898, por lo que posiblemente se trate de una copia de una
memoria anterior.
El contenido de la memoria
es un recuento pormenorizado de los trabajos de desagüe realizados en la ciudad
de México, sobre todo en el siglo xviii.
Sin embargo, como complemento a la información catastral de este registro, se
recuperan datos interesantes referentes a los intentos realizados desde la
época prehispánica para evitar la inundación de Tenochtitlan. Un dato curioso
sobre el particular, por ejemplo, es la anotación de la primera página en la
que se destaca la fundación de Tenochtitlan, hacia 1322. Otro más, la
caracterización de los caminos y calzadas que bordeaban la ciudad, a saber: de
agua, de agua y tierra y de tierra sola.
La cuarta inundación de la
ciudad tuvo lugar en los albores de la época colonial. A partir de este suceso
las autoridades novohispanas se dan a la tarea de organizar los trabajos
tendientes al desagüe de la misma, aprovechando la fuerza de trabajo de los
naturales que, organizados por tanda y rueda, acudían procedentes de los
pueblos de indios de la comarca. Luego de varios estudios minuciosos y de
varios intentos se procede a realizar el desagüe por la vía de Nochistongo y
Huehuetoca, encaminando el líquido de la cuenca hacia el río Tula.
La magna obra requirió no
sólo del concurso de la fuerza de trabajo de los naturales, la voluntad
política de las autoridades en turno; o la audacia e ingenio de profesionales
en la materia, como el arquitecto Enrico Martínez, cosmógrafo de Indias, sino
también de recursos económicos para cubrir los gastos de los trabajos que
iniciaron a principios del siglo xvii.
Esta particularidad, creemos, fue la que animó la confección de la memoria en
turno, pues se describe de una manera minuciosa el manejo de los dineros, su
procedencia, aplicación y balance general. Se trata, sin duda alguna de un
sello característico del gobierno borbónico que a toda costa trató de imponer
el orden, no únicamente en el ámbito político novohispano, sino también en sus
finanzas.