FONDO
MEXICANO DE LA
BIBLIOTECA
NACIONAL DE FRANCIA
Documento
No. 152
EL
MAPA DE LA ISLA DE CUITLAHUAC
Enrique
Delgado
UNAM
El mapa marcado
y señalado con el numero como “Mexicain 152” plasma el “plano topográfico de
Cuitlahuac”, una villa situada en una isla en el lago de Chalco, obviamente al
sur de la cuenca de México. En la misma hoja de presentación se escribe
“hauteur 0.28 cm” y “largeur 0.41 cm”. Si bien se compone de seis folios, en
dos de ellos no se encuentra leyenda alguna, dos están unidos, formando un solo
documento en una presentación, por decirlo así, doble carta, y un tercero lo
constituye el plano indicado.
La secuencia de
los folios inicia con la presentación a la que se alude en los renglones
anteriores; luego un segundo folio sin escrito o imagen alguna, siguiendo uno
tercero en donde se puede observar el número del documento dentro de un óvalo
en el que se escribe además “collectión E. Eug, GOUPIL a París, ancienne
Collection J. M. A. AUBIN”. En la parte superior de este mismo tercer folio está
anotado el número 437. En la parte media se observa una palabra escrita,
ilegible prácticamente y, un poco más abajo, el número 2; este folio se une con
un cuarto en el que se anota toda una serie de párrafos explicativos acerca de
la toponimia que se escribe en el mapa y, en la parte central, una abreviatura
de número, esta es, con mayúscula, “No.”
En
la leyenda que se anota se puede observar, en francés, toda una serie de
explicaciones sobre la región cartografiada. Entre los nombres que es posible
leer en castellano se encuentran Xochimilco, Hacienda de San Nicolás, Tizapan,
Xaltocan y Mixquic.
El
siguiente folio aparece en blanco y el ulterior muestra el mapa de la región de
la Villa de Cuitláhuac, al cual se enfocará este escrito. Cabe indicar que en
el documento no se observa alguna fecha de referencia que ubique al mapa en el
tiempo.
Peter Gerhard
se refiere a este poblado de Cuitláhuac como una comunidad añadida a Chalco,
que era recinto de toda una serie de señoríos indígenas, particularmente
hablantes de lengua náhuatl, aunque es probable que también existieran
habitantes otomíes, tributarios todos ellos de los mexicas. También fueron
comunidades añadidas a Chalco, Ixtapalocan y Mixquic; de esta última se dice que
tenía su propio tlatoani.
La parte correspondiente a Chalco está ubicada a la orilla del lago por
las laderas de los dos volcanes, siempre la cúspide de cada uno de ellos
cubiertos de nieve. Con el paso del tiempo según el mismo Gerhard, el pueblo de
Cuitláhuac, ubicado en una isla en el lago de Chalco se convertirá en el
poblado de Tláhuac,
Cuitláhuac poseyó gobiernos de cuatro tlatoques, Tizic, Teopancalcán,
Atenchicalcan, y Techan y estarán presentados en el mapa No. 152 como adelante
se verá.
En lo que corresponde a la iglesia, la región fue ocupada por los Franciscanos
desde tiempos tempranos, aunque las otras órdenes mendincantes también
establecieron su doctrina en las inmediaciones de Chalco. Menciona Gerhard que
hacia 1570 en un poblado llamado San Pedro Cuitláhuac, existía un convento Dominico.
En las Relaciones Geográficas del siglo XVI existen referencias a
Cuitlahuac, particularmente en la correspondiente a Iztapalapan. De
hecho en la pintura que acompaña a dicha relación se encuentra la leyenda “va
este camino a Cuitláhuac y a Puebla” que muy probablemente sea el camino que
cruza por la villa observado claramente en el mapa.
La relación geográfica de Iztapalapan la elaboró Diego de Paz,
“interprete para el dicho efecto nombrado”, Alonso Axayaca, “gobernador y señor
natural del dicho pueblo de Iztapalapan” y el señor doctor Francisco de Loya
“beneficiado del dicho Pueblo”.
Al responder la pregunta número 12, se menciona que
El pueblo de
Iztapalapan, dista de la ciudad de Xochimilco, dos leguas, y está a otras dos
leguas del pueblo de Cuitláhuac, que tiene en encomienda Alonso de Cuevas,
vecino de México. Y, toda, es tierra y caminos llanos.
La relación de Iztapalapa puede mostrar también, con el cuidado debido,
el paisaje de la región. Escribo algunos pasajes de la relación geográfica con
el fin de tener idea de las características físicas del entorno. Así, en la respuesta
a la pregunta 4, se dice que es
tierra llana y rasa, y hay muchas tierras de pan llevar, donde se coge
algún trigo y maíz y otras legumbres de la tierra; aunque esto no es bastante
para su sustento de los naturales dél, porque van a otros pueblos para
sustentarse. Parte de ello es tierra salitral y estéril, que de ninguna manera
se da fruta en ella.
A su vez, la correspondiente a Culhuacán, menciona en la respuesta
número 8 que este pueblo se encuentra “a dos leguas del pueblo de Suchimilco
y a otros dos del pueblo de Cuitlahuaca. Y las leguas son comunes, y, toda,
tierra llana, de buenos caminos y derechos. Con todos los cuales dichos pueblos
parte términos.”
Como se puede observar no se presenta alguna alusión a la fertilidad de la
tierra.
En relación con la tema de las encomiendas, también Gerhard indica que
hay ignorancia en relación con las primeras correspondientes a Cuitláhuac. La
aledaña isla de Xico, fue asignada a Hernán Cortés en 1529; en 1743, todavía
pertenecía al marquesado. Existen indicios de que Juan de Cuevas adquiere
Cuitláhuac en encomienda hacia 1544, misma que hereda a su hijo Alonso, quien
está como encomendero hasta 1606; después de 1678, fue reasignada y en 1743 sus
tributos iba a la duquesa de Atlixco.
Vayamos al mapa, que por lo demás es sumamente interesante por varias
razones. Una de ellas es su mano de obra indígena, al juzgar por los cuatro
tlatoques pintados en posición sedente, por la iglesia central dibujada sin
perspectiva, por la forma en la cual se indican los caminos y los canales, por
los glifos que aparecen en diversas partes del documento y en los motivos que
se ubican en la parte baja, en los que se aprecia algunas casas y pequeños
palacios.
Al respecto, Miguel León-Portilla y Carmen Aguilera
indican que en las formas de representación de los pueblos prehispánicos, se
reúnen los siguientes argumentos:
1.
Grifos y representaciones de montes, corrientes de agua, lagos, mares,
litorales, promontorios, ancones y tipos de suelos, casi siempre con colores
determinados.
2.
Señalamientos de límites y pertenencias de determinadas regiones.
3.
Topónimos (de diversas clases) para denotar los nombres de accidentes
geográficos y asentamientos humanos: casas, templos, palacios.
4.
Delineación de derroteros con grifos toponímicos y con trazos de caminos
con huellas de pies.
5.
Representaciones esquematizadas de plantas y animales, con us
correspondientes colores.
6.
Frecuente presencia de elementos históricos con imágenes de personas y
grifos antroponímicos y calendáricos.
Finalmente,
señalan que estos documentos buscan una representación convencional, es decir,
cuando se trazan los grifos de un monte o de una corriente de agua no se busca
reflejar su peculiaridad misma, sino denotar que existen
y para ello incluyen grifos toponímicos y escenas históricas.
Como mencioné renglones atrás, se ignora la fecha de su elaboración pero sí
tiene un indicio claro de orientación, esta es una letra “N” en uno de sus
extremos, por lo que el mapa está literalmente orientado, esto es, el este, el
oriente, se ubica en la parte superior del mapa. Con esta orientación entonces,
la cruz de la iglesia apunta hacia el sur.
Alguna vez este poblado estuvo asentado en una isla, en la pintura se
percibe claramente una división en el terreno, que a una primera instancia
puede ser llano y un relieve montañoso lo circunda; aunque también pudiera
tratarse de un terreno lacustre con la isla en el centro, prácticamente
ocupando la isla de Cuitláhuac, y uno emergido representado en color ocre.
No puedo señalar que sea un terreno totalmente lacustre, porque se aprecia
un delineado que posiblemente alude a las chinampas; sin embargo me inclino a
pensar en un terreno en proceso de desecación que permitía un camino que
posiblemente sea el que conduzca a Cuernavaca, delineado en el mismo mapa de Mexico-Tenochtitlan
y sus contornos hacia 1550.
Persisten los canales en diversas partes de la región y, justo en el
centro, hacia el este, se ubica un terreno anegado que puede ser identificado
gracias a que en la pintura se plasma lo que parece ser la vegetación propia de
un terreno con estas cualidades.
Estos parcelamientos o bien chinampas a los que hago alusión se dibujan
con líneas gruesas tanto verticales como horizontales, de muy diferentes
tamaños, pero sí formando conjuntos igualmente de distintas proporciones,
aunque en el noroeste de Cuitláhuac está un espacio vacío, lo mismo que hacia
el sureste, aunque este último de mayores proporciones.
Pero este terreno tiene también otro tipo de división de tierra,
particularmente hacia el este, es decir, en la parte superior partiendo del
centro de Cuitláhuac. Esta división no guarda ningún patrón, cada uno o cada
línea divisoria demarca un territorio con diferentes dimensiones, aunque todos
ellos ubicados justo en lo que parece ser la línea de la costa del lago.
Desde luego que Cuitláhuac se dividía en cuatro señoríos: Tizic,
hacia el suroeste; Tecpan; o san Juan Tecpan en el noroeste; Atenchicalcan,
en el noreste y Teopancalcán en el sureste. Cada uno de los cuatro tiene
a su propio señor, en posición sedente, con el pie desnudo. En este primer
cuadro se ubica también el poblado de Mixquic que, lógicamente y a
juzgar por la escala es un poblado de segunda importancia. Una cuestión
importante es que existen diversos lugares en donde aparecen las letras A y B y
en el margen del mapa las respectivas explicaciones en su mayor parte
ilegibles.
También es necesario resaltar los canales que tiene
la región, desde luego reminiscencias de aquella zona lacustre ya en proceso de
ser sepultada. Son tres canales principales, radiales, es decir, confluyen al
poblado de Cuitláhuac. Uno de ellos, el de mayor tamaño cruza el pueblo en
dirección norte sur; un segundo corre por entre lo que parecen ser chinampas y
un tercero corre justo hacia el oriente para perderse desde luego en la línea
limítrofe del lago. Un cuarto canal de dimensiones semejantes al anterior corre
paralelamente al primero, dirección norte sur. Un último canal, con una anchura
menor, corre de la línea de costa hasta el pueblo de Cuitláhuac.
El canal principal, que tiene dirección norte-sur,
topa con lo que parece ser un glifo de forma orbicular; en el ovalo exterior se
presentan siete personajes, igualmente en posición sedente, aunque en sólo tres
de ellos si se aprecia la silla respectiva.
Muy cercano a este motivo, iniciando en el canal, parte una línea con un
claro color ocre que corre en casi perfecta delineación, luego de pasar un
segundo canal hasta encontrarse con un glifo que al parecer corresponde con el
poblado de Tlapacoyan; esta línea gira hacia el norte, paralelo a un
camino de tierra, para luego virar hacia el centro y toparse con la línea de
costa. Precisamente en esta línea, en el oriente del plano, se ubican ya
poblados como san Lorenzo Tezonco, San Nicolás, Tzapotitlán y Tlaltenco, entre
otros. En la costa occidental la toponimia cuenta nombres como Xochimilco,
Jaltocan, San Juan Iztayopan y Tulyehualco, Tetelco, Ayotzinco.
El mapa de Cuitlahuac, o el plano del mismo nombre es uno de los muchos
documentos cartográficos de origen indígena que desde luego atestiguan esta
rica tradición. El espacio geográfico es percibido de cierta manera y cada
documento guarda sui peculiar importancia. El espacio se representa en el mapa
y sus cualidades se detienen en el papel y como documento histórico detiene el
tiempo y se convierte en una ventana que permite asomarse a la cosmovisión del
pasado.