FONDO
MEXICANO DE LA
BIBLIOTECA
NACIONAL DE FRANCIA
Documento
No. 035-036
EL
CÓDICE AUBIN DE 1576
Rita
Fernández Díaz
Facultad
de Filosofía y Letras
Universidad
de las Américas-Puebla
INTRODUCCIÓN
El propósito de esta propuesta es establecer la importancia de método y
metodología exhaustivos y coherentes para el análisis del discurso
mesoamericano, así como su vinculación con los modernos medios electrónicos. He
dividido el contenido de esta presentación en cinco partes principales: breves
antecedentes sobre el estudio de los códices; historia del documento;
definición y descripción del códice; contenido temático; y los registros en
catálogos que lo refieren, así como sus copias, paleografías, traducciones y
publicaciones.
BREVES
ANTECEDENTES DE ESTUDIOS SOBRE EL DISCURSO MESOAMERICANO
Los
investigadores de los documentos pictográficos indígenas tradicionales o
códices mesoamericanos legaron, sin duda alguna, un importantísimo acervo de
conocimiento construido durante más de 500 años que ahora es cimiento de nuevas
propuestas y enfoques interdisciplinarios. Desde entonces, uno de los
principales y más polémicos cuestionamientos fue el de atribuirles a los
manuscritos indígenas el estatuto de escritura o no. Los congresos nacionales e
internacionales en esta especialidad invirtieron buena parte del siglo pasado
en álgidas discusiones al respecto.
A
partir de 1960, y hasta la fecha, se realizan una serie de estudios
sistemáticos que han gestado los que hoy se conoce como Teoría de la
escritura mesoamericana. Esta corriente afirma que los códices son
manuscritos pictográficos indígenas tradicionales que conforman una compleja
escritura a partir de la imagen codificada. Han desarrollado un método cuyo
análisis sistemático, exhaustivo y científico trata de dar cuenta de la
totalidad de los elementos en los códices y está creado de tal manera que
puede ser aplicable a los diferentes grupos de manuscritos indígenas
tradicionales. Joaquín Galarza, iniciador de esta línea de estudios, elabora y
desarrolla las bases de la Teoría de la escritura mesoamericana y propone este
método cuyo propósito es efectuar un verdadero descentramiento del ojo
occidental para descubrir leyes y reglas, a distintos niveles, así como funciones
variadas en los signos que conforman el complejo sistema de escritura.
(Galarza,1979) A partir de esta propuesta teórico-metodológica, el análisis de
los documentos pictográficos indígenas da un vuelco en esta dirección y su
aplicación ha permitido obtener resultados sobre leyes y convenciones del
sistema. En ello radica la importancia de la elaboración de catálogos que
redunden en una investigación deductiva, de la totalidad del discurso a los
elementos, a la vez que inductiva, de los elementos mínimos a la totalidad de
la estructura que conforma el texto mesoamericano.
Por
otra parte, cada uno de los investigadores ha utilizado esta orientación en
documentos distintos y desde sus propias áreas disciplinares, lo que ha
conducido a un notable enriquecimiento de su estudio. Nos referimos,
principalmente, a las aportaciones: antropológicas de Luz María Mohar (1983 y
1987) y Cecilia Rossell (1984); aportaciones semióticas de Perri (1996), Cid
Jurado (1990) y Fernández (1999); aportaciones en documentos hacendarios y
contables, Mohar (1990), José Luis Cruz (1989) y Leticia Tableros(1985);
aportaciones arquitectónicas, González Aragón(1993); de percepción visual y
meta imagen, Yankelevich (1992); histórico-etnológicas, Keiko Yoneda (1981),
Marc Thovenot, (1982); y las aportaciones en el estudio de documentos
Techialoyan, de Báez y Recillas (2000), Raquel Crespo (2001).
Varios de estos estudiosos han planteado la necesidad de relacionar los
resultados de las investigaciones con los recientes y modernos medios electrónicos.
La finalidad es crear diccionarios cibernéticos que permitan observar el micro
film del documento original, simultáneamente al análisis histórico, plástico y
lingüístico del texto. Esta escuela, encabezada actualmente por Luz María Mohar
Betancourt, abre un amplio espectro dentro de las herramientas tecnológicas
para el estudio de los códices, así como para la divulgación sistemática de los
resultados; prueba de ello, son los proyectos que ella ha dirigido Machiyotl
(1998) y Amoxcalli (2000-2004) en donde participan más de 50 investigadores
mexicanos, franceses, italianos, austriacos, suecos, estadounidenses y polacos.
HISTORIA DEL DOCUMENTO
El Códice Aubin
de 1576 original formó parte de la colección de Lorenzo Boturini Benaducci
(1702-1749) y relata los acontecimientos hasta el año de 1606, actualmente se
encuentra el la Biblioteca del Departamento Etnológico del Museo Británico (
Trustees of the British Museum) en Londres, Inglaterra y relata los hechos
hasta 1606. Existen dos copias: una, atribuida a José Antonio Pichardo, narra
los acontecimientos hasta 1521 y se encuentra en la Biblioteca Real de Berlín
(Staatsbibliotec del Preussiecher Kulturbesistz, Berlín (RFA); la otra refiere
los sucesos hasta el año de 1523 y fue elaborada por Antonio de León y Gama
(1735-1802); hoy día se encuentra en el Fondo Mexicano, en la Sección de
Manuscritos Orientales, de la Biblioteca Nacional de París catalogada como el
Manuscrito Mexicano número 35-36 y su título oficial es: Manuscrito
figurativo en papel europeo, texto en lengua náhuatl. 4 páginas in-18. Copia
hecha por Gama del Códice de 1576. Éste último es nuestro códice.
El códice original y la copia de Gama fueron adquiridos por
Joseph-Marus-Alexis Aubin (1802-1891), de quien él mismo refiere:
“ De mi colección daré ahora una idea de sus
principales piezas; joyas, éstas del museo de Boturini, de quien seguiré en la
medida de lo posible, el catálogo (...): “§VIII, No. 14 Otra historia de la
nación mexicana, parte en figuras y caracteres, y parte en prosa, de lengua
náhuatl, escrita por un autor anónimo el año de 1576, del mismo modo, por otros
autores indios hasta el año de 1608”. -El texto mexicano es la explicación de
las figuras. En mi haber está el original y la copia de Gama, que a menudo cita
esta obra, suficiente en sí misma para dar la clave de la escritura y de la
iconografía mexicanas” (Aubin: 2002)
Toma el nombre
de su poseedor de quien Alfredo Chavero afirma que fue sumamente celoso de su
riqueza arqueológica y nunca quiso mostrarla públicamente conformándose con la
publicación de 1851, en París, la Memoria sobre la pintura didáctica, la
escritura figurativa de los antiguos mexicanos. Tan celoso era de ese
acervo que: “...ni el señor Ramírez pudo verlo nunca. Pero sí convencer a M.
Aubin para que se publicasen otras de sus pinturas, y entre ellas, el Códice de
1576, al que hemos impuesto el nombre de su poseedor por el gran servicio que
ha hecho dándolo a la estampa. Fue de Boturini y lo catalogó en el número 14
del párrafo VIII”. (Chavero: 98)
Otra
parte de su nombre lo conforma la fecha 1576. Varios autores (Dibble: 1963;
Barlow: 1989) afirman que éste es un año inadecuado para denominar al documento
pues no marca el inicio del los sucesos narrados, ni el final de ellos, tampoco
indica el año de la manufactura del original o de las copias. No obstante,
Boban refiere que en la primera hoja finaliza con una glosa en español
-antecedida de otra en náhuatl que describe la pictografía calendárica- que
refiere: “México á 27 días del mes de septiembre de 1576” (Boban: 415).
El
original desapareció después de que León y Gamma hiciera la copia; según
Lehmann, el documento fue adquirido por M. Des Postes en 1880 y para 1908, S.
De Ricci lo descubrió en el Museo Británico.
Charles Dibble y Robert Barlow atribuyen la elaboración del documento a
un recopilador colonial de datos prehispánicos, originario del barrio de San
Juan, que vivía cerca del templo de San José, templo construido por el jefe
tezcocano Ixtlixóchitl. Es probable que este tlacuilo se haya basado en códices
y anales anteriores, la mayoría posteriores al año de 1540.
Los dos manuscritos- el original de Londres y la Copia de París- formaron
parte de la colección M.E. Eugéne Goupil.
DEFINICIÓN
Y DESCRIPCIÓN DEL CÓDICE
Como ya hemos mencionado
en el apartado anterior, este documento es una copia hecha por Antonio de León
y Gama del Códice de 1576. Relata la historia mexicana desde la salida de
Aztlán hasta la llegada de los conquistadores españoles y narra los sucesos
hasta el año 1523. Es una rica fuente de información etnográfica, histórica,
lingüística y plástica.
El texto consta de 84 páginas de papel europeo, cosidas por el lado
izquierdo a la manera de un libro occidental, de 11 x 15 centímetros. Su estado
de conservación es excelente, sin embargo, las hojas están muy resecas y son
fácilmente quebradizas; el color del papel es beige y la pintura de las
pictografías, se ha pasado ligeramente en las páginas que quedan cara a cara.
El encartonado en el que estaba empastado ha sido recientemente cambiado por
pastas duras forradas de pergamino, se ata con unas tiras de gamuza. Sin
importar el diminuto tamaño del libro -casi del tamaño de una servilleta de
papel- el trazo es claro y firme. Del mismo modo, la pintura ha sido
distribuida con precisión y los colores permanecen muy vivos.
La glosa en náhuatl, de color sepia, es perfectamente legible y uniforme
en todo el texto; con la misma caligrafía, el documento fue numerado con cifras
arábigas en el ángulo superior derecho de todas sus folios rectos, mientras que
el verso carece de paginación alguna. Ocasionalmente la glosa cambia la
caligrafía, la tinta a color café obscuro y al idioma español, tal es el caso
de los folios 03r y 38r.
La
primera hoja es de papel moderno rayado y tiene la siguiente trascripción en
idioma francés:
Manuscrit figuratif sur papier europèr. Texte en langue Nahuatl. 84
pages in 18. Copie faite pau Gama du Codex de 1576.
Historie de la Nation Mexicaine defuis le départ d' Aztlan jusqu'à l'arriveè
des Espagnols. (Cette copie s'arrête en 1523) pages 1 & 2. Aut.: o. 15.
Larg: o. 11 Nos. 35 es 36.
En el margen
izquierdo de esta hoja se encuentra impreso, en tinta morada, un sello ovalado,
en dirección vertical, que dice: Collection E. Eug. GOUPIL à
Paris. Ancienne Collection J. M. A. AUBIN. Dentro del sello se
encuentran manuscritos: N° 35 y 36. El mismo sello aparece en el verso del
folio 44, último del documento.
Es un códice mixto porque ofrece información en idioma náhuatl en
escritura tradicional indígena (glifos) y también en caracteres latinos. El
lenguaje figurativo o pictográfico sigue la tradición indígena de escritura:
contornos delineados en negro iluminados con colores rojo, azul turquesa,
verdeazul, verde, café y gris aplicados en técnica de aguada. Esta técnica
permite realizar una mayor concentración de color en las partes centrales de
algunos glifos, por ejemplo las tilmas o mantas y los tepetl o
cerros, y matizando estos colores hacia la periferia interna dando un efecto de
tridimensionalidad o volumen. También cuenta con espacios en los que
deliberadamente se ha suspendido el color, es decir, hay una ausencia
cromática, obviamente significativa; ejemplo de ello son algunos lados de los
cuadretes cronológicos (f. 07v), personajes masculinos completos en posición
horizontal (f. 06v); la cuerda anudada que ata los años (f. 07v y 11r); todos
las mortajas reales y algunos glifos del movimiento en contexto de tierra
(terremotos).
Cada lámina tiene una combinación de la imagen azteca y los caracteres
latinos que transcriben la lengua náhuatl. Aunque en general conserva la
tradición de la escritura azteca prehispánica -tales como personajes y animales
de perfil, objetos y plantas vistos en corte transversal; no hay línea de
horizonte -pues: “el cielo está a espaldas del espectador”, como señala
Galarza- también incorpora características propias de la plástica occidental
como el sol del folio 03r que está personificado y viendo al frente.
A diferencia de la cronología tradicional puramente indígena donde los
glifos de los años son iluminados de azul turquesa, como podemos apreciar en el
Códice Mendocino, en este documento aparece un rasgo típicamente colonial, pues
si bien éstos están indicados por los cuadretes cronológicos con cifras y
nombres de años indígenas pintados en color azul turquesa a semejanza del
marco, el fondo es rojo, muy semejante al Telleriano Remensis, por ejemplo.
Consideramos que ambos colores -el azul y el rojo- son marcadores de
temporalidad, el primero porque transcribe su propio nombre xihuitl,
'azul' que también significa 'año' a la vez que 'lo precioso'; el segundo,
porque el rojo tlapalli, indica 'las cosas importantes' con lo que
sugerimos las lecturas: 'los años preciosos' o 'los años importantes',
respectiva o simultáneamente, si se piensa en que el discurso histórico
selecciona solamente los sucesos relevantes.
El tlacuilo -escribano mesoamericano, literalmente el que escribe
pintando, como ha señalado Galarza- plasmó una variedad en la disposición
del espacio, alternando la escritura mesoamericana con la escritura silábica.
Por ejemplo, la imagen se encuentra formando un marco, en la parte superior y/o
en la inferior, sólo en el margen derecho, en el derecho y en el izquierdo, o
bien, ocupando toda la hoja; la glosa en náhuatl puede estar entre dos bloques
de pictografías, abajo y/o arriba de ellas, ocupando todo el folio, a la
derecha, por párrafos espaciados y, en pocos casos, no aparece.
Como
hemos mencionado, éste es un códice mixto; por ello, para efectuar su lectura,
deben separarse ambas paleografías: la escritura indígena (glifos) y la
escritura por abecedario. A diferencia de otros textos donde el tlacuilo
plasmó el lenguaje figurativo de manera autónoma y sobre ella un escribano
español anotaba su interpretación de la imagen, en este códice glosa e imagen
son indisociables para una lectura completa por estar manufacturado por un tlacuilo
colonial que manejaba ambas convenciones de escritura. La organización espacial
de la mayor parte de las láminas - de hecho las mismas hojas y la disposición
de ellas obedecen a un concepto europeo de libro- tienen, en general, un
sentido de lectura occidental: de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha;
sin embargo, el sentido de lectura de los glifos varía siguiendo las oposiciones
propias de la sintaxis de la imagen azteca codificada:
contenido-recipiente,
frente-fondo, grande-pequeño, interior-exterior, arriba-abajo, entre otras.
LECTURA DE LA CRONOLOGÍA DEL CÓDICE
O FECHAS CALENDÁRICAS
La fechas en el Códice Aubin
de 1576 se presentan, básicamente, de dos formas.
La primera de
ellas se encuentran organizado los cuadretes cronológicos alrededor del sol y
enmarcando los cuatro nombres de años: calli (casa), tochtli (conejo), tecpatl
(pedernal) y acatl (carrizo), cada uno de ellos confiere la orientación de la
trecena que encabeza (ver folio 035-036_03r). En este caso, es interesante ver
cómo el cuadrete cronológico no incluye la cifra indígena; es decir, no tiene
el adjetivo numeral determinante, no indica un año específico, sino el año como
unidad. El compuesto glífico se integra por cuatro elementos constituyentes:
1. Una figura geométrica cuadrangular (tlanacazantli, cfr.
035-036_03r_A_02_07.01.32) firmemente delineada en tinta negra y que, en este
caso, alberga dentro de ella uno o dos glifos indicativos temporales.
2. Dos colores: azul turquesa (xihutic, cfr.
035-036_03r_A_01_08.01.03) para el marco del cuadrete y para el glifo del
nombre del año y rojo (tlapaltic, c 035-036_03r_A_01_08.01.04 para el fondo del
cuadrete.
3. Finalmente, el nombre del año que peude ser cualquiera de los
cuatro ya mencionados, siempre alternándose sucesivamente.
La segunda forma de escribir este
compuesto glífico también se encuentra delimitado por el glifo de tlanacazantli
(cuadrado) que sirve, en contexto cronológico, para delimitar la unidad de año;
es por esta razón que nos referimos a las unidades de año como “cuadretes” pues
en la tradición azteca-nahuatl del altiplano central es la forma característica
de delimitar el año como unidad (un año); en la variante que nos ocupa, en
presencia de la cifra indígena y el nombre del año, el año específico del que
se habla, por ejemplo: año uno pedernal, todo esto dentro del tlanacazantli o
cuadrado. El color xihuitic (azul turquesa) implica diversas connotaciones y
por lo tanto diferentes lecturas. Xihuitl, en primer lugar, transcribe su
propio nombre, azul; también trascribe a sus homófonos “año” y “precioso”. El
color tlapaltic (rojo es un importante adjetivo en cuanto a cromatismo se
refiere, no sólo transcribe rojo, sino que tlapalli es el nombre de todos los
colores; en este sentido, sinónimo a la palabra color (que a su vez también
proviene de colorado). Por otra parte, tlapalli también significa pintura,
teñido, coloreado y en ocasiones se liga con el recuerdo, con la memoria, con
lo importante y con el alto rango, según apunta Molina. En el documento que
presentamos, el rojo es una característica muy importante en cuanto a
temporalidad se refiere ya que todos los cuadretes cronológicos o fechas
calendáricas tienen el fondo rojo y la cifra indígena y el nombre de año en
azul; esta variante, típicamente colonial, se diferencia de la prehispánica
donde los cuadretes cronológicos eran exclusivamente azules.
El glifo de
tlanacazantli (cuadrado) sirve, en contexto cronológico, como marcador
semántico, no se lee en la primera lectura. Obviamente, si se hace referencia a
la temporalidad, la lectura de xihuitl es “año” y en la lectura del complejo
glífico va en último lugar (en caso de que tenga numeral), después de la cifra
indígena y del nombre del año, por ejemplo: ce tochtli xihuitl “año uno
conejo”. Es en este sentido que Galarza habla de los colores como
“transcriptores fonéticos” y alude a que éstos -los colores- están tomados de
materias primas naturales para dar una exactitud en el cromatismo, en este
caso, está tomado de la turquesa (piedra preciosa), en oposición a otro tipo de
azul como el xoxohuiqui que es verdeazul y no azul turquesa. En el caso del
rojo es un indicador semántico, no se lee en la primera lectura.
El tochtli o
conejo es un glifo que en este códice se utiliza exclusivamente en contexto
cronológico, es el nombre de uno de los cuatro nombres de año del calendario
azteca; sin embargo, también se utiliza como atropónimo o nombre propio y
también como topónimo o nombre de lugar. Cuando aporta el nombre para el año,
su colocación en la lectura del complejo glífico es iniciall: tochtli xihuitl
“año conejo”. El glifo de calli “casa” transcribe la vivienda, la habitación
misma como objeto de la realidad. En el ejemplo que nos ocupa, podemos ver sólo
partes de la planta, se trata de una metonimia en la que se toma la parte por
el todo; es decir, una economía del lenguaje plástico en el que a partir de una
parte del objeto, se lee la palabra completa que le da nombre. El glifo de tecpatl
o cuchillo de pedernal es un glifo que en este códice se utiliza
mayoritariamente en contexto cronológico, es el nombre de uno de los cuatro
nombres de año del calendario azteca; sin embargo, también se utiliza como
atropónimo o nombre propio y también como topónimo o nombre de lugar.
Finalmente, El glifo de acatl, además de transcribir al carrizo mismo, se lee
como nombre de uno de los cuatro años del calendario azteca, también es uno de
los nombres de los veinte días del mes nahuatl. El siglo mexica se integra de
52 años y cada ciclo se cerraba invariablemente en el año ome acatl xihuitl
“año dos carriizo”.
Las agrupaciones de años señaladas en este documento son, por
una parte las trecenas (cuenta de 13 años en trece) y el ciclo azteca, cada 52
años (es el resultado de la multiplicación entre los 13 años y los cuatro
nombres de años); fecha en la cual se hacía la ceremonia del Fuego Nuevo; es
decir, encendían, simbólicamente, un fuego de origen con un instrumento llamado
xiuhmamalhuaztli, el instrumento precioso para hacer el divino fuego. En el
documento aparece con claridad este conjunto glífico, invariablemente en el año
dos carrizo como hemos mencionado en el párrafo anterior, fecha en la que aparece
un mecatl o mecate atando al carrizo para dar la lectura: Mecatl quilpia
xihuitl, la cuerda que ata los años (Galarza, 1989).
En la
propuesta de lectura que ofrecemos, todos estos elementos (el cuadrado, cada
nombre de año, el azul, el rojo, las cifras indígenas del 1 al 13, el
instrumento precioso para hacer el fuego y el atado de años) han sido descritos
con precisión la primera vez que aparecen en el documento. Así, el lector podrá
ir haciendo su propia composición lectora a lo largo de los 365 años que
refiere este relato.
CONTENIDO
TEMÁTICO
El códice está
dividido en tres partes que son las siguientes:
1) Calendario mexicano. Los dos primeros
folios componen una lámina que describe el calendario azteca. Al centro se
encuentra Tonatiuh (el sol) y alrededor suyo los cuatro caracteres
fundamentales del calendario mexicano, los nombres de años: acatl
(carrizo) arriba, tochtli (conejo) a la derecha, tecpatl
(cuchillo de pedernal) a la izquierda y calli (casa) abajo. Cada uno de
estos glifos están orientados hacia la trecena que inicia y termina con ese
nombre de año. Las cuatro trecenas suman, en total, 52 años que son los que
conformabas un ciclo, una cuenta, una atado de años que invariablemente
coincidía en el año ome acatl (dos carrizo). En esta parte los años no
tienen cifras porque la intención del tlacuilo es señalar los años como
unidades; a partir del siguiente segmento aparecen la cifras indígenas que
indican no sólo la unidad anual, sino a qué año específico se refiere el
relato.
La
glosa en caracteres latinos está escrita en español y dice:
“Indicion (sic) segunda de la casa llamada Ce Acatl tiene trece años y
tres olimpiades en la 1ª casa donde esta la mano se descubrio esta tierra; en
la 2ª casa entraron los Españoles en ella, en la tercera ganaron á México, en
la 4ª comenzaron a edificar á México; en la sesta vinieron los 12 frailes”
2) Anales mexicanos. Las 43 láminas
siguientes relatan la peregrinación azteca desde la salida de Aztlán hasta la
fundación de Tenochtitlan. Existe una analogía bastante cercana con el Códice
Boturini o Tira de la Peregrinación Azteca desde el inicio de los sucesos
referidos hasta la llegada a Culhuacan - incluso la duración de la
peregrinación es la ruta más los años de su estancia en cada lugar correspondiente,
hay una variación de sólo un año en tres lugares. Este segmento se
caracteriza por la constante de cuatro elementos que lo configuran como un
discurso histórico: cronología, fechas indígenas; personajes con o sin
antropónimos, es decir, nombres propios; topónimos, nombres de lugares y los
hechos que quieren destacarse en la narración.
La historia inicia el año ce tecpatl y relata el inicio de una de
las migraciones más importantes del México antiguo en la que los gobernantes de
las ocho casas, es decir, ocho pueblos -matlanzincas, tecpanecas, chichimecas,
malinalcas, cuitlahuacas, xochimilcas, chalcas y huexotzincas- son guiados por
sus tlahtoanis, jefes supremos, y por los teoamemes, cargadores
de lo divino: Cuahucoatzin, Apanecatzin, Tezcacoatzin y Pelachimalmatzin,
en un recorrido que duraría 198 años aproximadamente hasta la Fundación de
Tenochtitlan. La mayoría de los folios centrales de esta parte aluden al número
de años que permanecieron en las poblaciones y el nombre de éstas, también
describen los principales acontecimientos como la fecha y el lugar donde se
celebraba la Ceremonia del Fuego Nuevo, la declaración de la guerra, entre
otros.
.
3) Anales de las disnastías. En los 39
folios restantes se relata la sucesión de los Huey Tlahtoanis -jefes
supremos, gobernantes, grandes señores mexicas- indicando los años en los que
iniciaron su gobierno y en los que fallecen. Inicia con Acamapichtli y
refiere hasta Cuahutémoc; simultáneamente, otros sucesos relevantes son
registrados tales como: plagas, nevadas, peste, algunas guerras, terremotos,
eclipses; esta tercera parte comprende la llegada de los españoles -señalada
con un buque adornado de cruces- y su enfrentamiento con los aztecas frente al
Templo Mayor, la muerte de Cuitlahuac y el asenso de Cuahutémoc.
El relato termina en el año de 1523.
CATÁLOGOS,
PUBLICACIONES, COPIAS, PALEOGRAFÍAS Y TRADUCCIONES
El códice
original y sus copias han sido referidos por diferentes catálogos y fuentes,
señalaremos los más importantes. Eugene Boban señala que los folios 1 y 2 del
documento original están reproducidas en el Atlas de Eugene Gouipil
identificadas con el número 35; las páginas 46 y 47, con el número 36.
Joseph Marius Alexis Aubin lo refiere en el párrafo VIII de su Memoria
sobre la pintura didáctica, la escritura figurativa de los antiguos mexicanos,
como el documento 14; alude que perteneció a Boturini y especifica que también
posee la copia hecha por León y Gama, es el texto que actualmente está en París
y es el que nos ocupa en este trabajo.
Joaquín Galarza, en su Catálogo de los Códices Mexicanos de la
Biblioteca Nacional de París -obra originalmente publicada en francés por
la CNRS del Museo del Hombre y después traducida y publicada al español por el
Archivo General de la Nación como el número 44 de la colección de guías y
catálogos- lo refiere en la página 15 como:
“ A. Historia de la nación
mexicana, desde la salida de Aztlán hasta la
llegada de los conquistadores
españoles. Copia del códice de 1576.
B. Copia 35-36. Otras copias: 332-333.
Copias, estudios: 338-2, 346.
C. Manuscrito figurativo. Texto en náhuatl.
84 páginas, papel europeo en folio, 11x15 cms. Conservado en un encartonado.
D. Notas: primer volumen fig. 475, Boturini
VIII, Núm. 14. Originalmente sustraído por el señor Aubin. Copia hecha por
Gamma; se llega hasta 1523.
E. Fondos o nombres de los coleccionistas
que han poseído el manuscrito: León y Gama, Aubin, Goupil.
F. Referencias de catálogos, enumeraciones
donde fue citado y descrito: Boban, E. t. I. pág. 413 a 424; Atlas, láminas
35-36. Omont, H: pág. 8. Glass, J. Núm 13.”
Por otra parte,
el Handbook of Middle American Indians proporciona la localización del
documento original en Londres como Códice Aubin. Códice de 1576. Historia de la
Nación Mexicana después de la partida de Aztlan hasta la llegada de los
conquistadores Españoles. Anales Mexicanos 1. Museo Británico Add. MSS 31219. ExBoturini, Aubin Desportes collections. Publicados.
Historico y calendarico Ciudad de México, Df ca. 1576-96 y 1597-1608. Papel
europeo de codice. 81 hojas 15x11cm; además, señala que la crónica nahuatl y
pictórica, cubriendo los años 1168-1591 y 1595-96 con adición de 1597-1608,
empieza con la partida de Aztlan e incluye la historia de la dinastía de
Tenochtitlan y eventos coloniales. También comenta que la parte temprana del
texto tiene paralelos con varios otros recursos incluyendo fragmentos de la
historia de los ancianos mexicanos y la historia mexicana después de 1221 hasta
1594. El contenido a través de 1355 es muy similar al Códice Boturini, pero las
fechas para los regidores del comienzo de Tenochtitlan con Acamapichtli poseen
recursos comparables.
Siguiendo la minuciosa referencia que hace el Handbook, en las que
alude a que el calendario de 52 años, en formato rectangular ocupa la reversa
de p.1 y p.2 es omitida en la edición de 1963, podemos percatarnos de la
importancia del documento. Más adelante menciona que las ediciones de litografías
de color pintadas a mano (Aubin, n.d.a, 1893) son inadecuadas para estudios
serios de códices, porque fallan en convertir el estilo pictórico del original,
hay cambios en los estilos de escritura a mano, cambios y alteraciones de los
dibujos, y son inexactos con respecto a innumerables detalles del original.
El segundo de esto (Aubin, 1893) incluye una traducción inefectiva en Francés,
del texto.
Charles Dibble (1963) reimprimió la mayoría de las litografías a color en
1893 y proporciona la paleografía y una nueva traducción al español del texto
basado en el original, ésta ha sido base para el estudio que presentamos pues
la glosa de la copia de Gama es idéntica.
Ediciones parciales con paleografías y traducciones son de Peñafiel
(1902) y McAfee an Barlow (1947).
Una edición con traducción alemana por Walter Lehmann estuvo por mucho
tiempo en preparación por el Instituto Ibero Americanista, en Berlín Alemania,
finalmente fue publicada 1981. Esta edición publica las láminas del original en
blanco y negro, así como los manuscritos 217 , 85 y 40 de la BNF, también en
blanco y negro. Es curioso cómo este estudio omite la maravillosa copia,
atribuida a Pichardo, que se encuentra en la Biblioteca Estatal de Berlín.
Guzmán (1949) describe el aspecto físico del manuscrito en la
publicación de Anales Mexicanos no.1 (1948), no reproduce el códice y
proporciona una bibliografía seleccionada.
El Handbook señala las copias y traducciones en una la siguiente
lista, a la que le otorga una importancia más bien bibliográfica e histórica
respecto a los documentos aquí señalados:
Copias:
1. Copia parcial de León y Gama, BNP 35-36,
descrita y parcialmente publicada por Boban (1891).
2. Copia parcial (por Pichardo?), exAubin colección
, SSPK, MS Amer no.5. La edición de Peñafiel (1902) esta basada en esta copia.
3. A finales del siglo XVII o principios del XIX
una copia, descrita por Simeon (1889b), PUL.
4. Copia con traducción francesa por Remi Simeon,
HSA.
5. Copia parcial por Peñafiel ( hacerca de SSPK
MS), HSA.
6. Copia parcial por Peñafiel ( hacerca de SSPK
MS?), MHP.
7. Fotografías del original por Gates; ver articulo
28, apéndice A, para la locación de la copia.
8. Copia de texto Nahuatl y traducción al español
por Galicia Chimalpopoca, Anales de Mexicanos no.1 (MNA/AH, col. Antig. 271,
AAMC 7). Esta copia del texto Nahuatl parece ser esa publicación en Anales
Mexicanos no.3 (1948, pp.77-98) y continua en Anales Mexicanos no.4 (1948).
9. Traducción en español por Galicia Chimalpopoca
en J.f. Ramírez, Opúsculos históricos, MSS, 13: 315-76 (MNA/AH, Col. Antig.
202). Esta traducción, o es posible que en la copia precesora, ha sido
publicado como Anales Mexicanos Uno Pedernal (1949) y como Códice de 1576
(1950).
10. Transcripción incompleta del texto y traducción
parcial al español, posiblemente por León y Gama, BNP 332.
11. Traducción frencesa por Aubin, BNP 333. Esto y el
artículo anterior fueron fotografiados por Gates; ver artículo 28, apéndice A,
para la localización de las copias.
12. Notas por Aubin, BNP 346.
13. Una traducción de manuscrito, localización no
determinada, a sido citada por Galarza (1962, p. 32;1946, p.223).
14. Chavero (1886) cita una copia la cual tenía dos
páginas del original copiados en cada página; localización desconocida.
Ediciones: Aubin, n.d.a, 1893; Dibble, 1063. Ediciones
parciales: McAfee and Barlow, 1947; Peñafiel, 1902.
Ediciones de texto no recomendado:
Anales mexicanos no.3, 1948, pp. 77-98;
Anales Mexicanos no.4, 1948; Anales Mexicanos Uno Pedernal, 1949; Códice
de 1576, 1950.
Otros:
Caso, 1967, pp. 88-90; Chavero, 1886, pp. 244-45; García Granados, 1937;
Guzmán, 1949; Siméon, 1889b.
Descripciones: Alcina Franch, 1955, pp. 448-49; Boban,
1891, 1:413-19, 2:474-75, 486, pls. 35-36; Chavero, n.d., pp. Xi-xii, xxiii,
Kubler y Gibson, 1951, p.55; Radin, 1920, pp. 13-14, 26-27.
Patrick Johansson publica recientemente (2004) en redeucción las láminas
incompletas en blanco y negro del códice original en su libro La palabra, la
imagen y el manuscrito: lecturas indígenas de un texto pictórico en el siglo
XVI; pese al título, la tesis central de Johansson es que las pictografías
indígenas son meras ilustraciones de la glosa española.
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(1520-1608)”, en: Tlatelolco: fuentes e historia. Obras de Roberth H.
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Oliva Coll, de Rémi Siméon, Dictionnaire de la Langue Nahuatl ou Mexicaine,
rédigé d'après les documents imprimés et manuscrits les plus authentiques et
précédé d'une introduction, Paris, Imprimèrie Nationale, 1885)