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PROYECTO AMOXCALLI

FONDO MEXICANO DE LA

BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA

Documento No. 257

Varones ilustres que han ennoblecido la ciudad de Querétaro

 

María de Jesús Díaz Nava

UIA

 

Presentación

 

            La Biblioteca Nacional de Francia (bnf) posee la colección de E. Eugène Goupil, también conocida como Antigua Colección Aubin, la cual esta integrada por numerosos documentos referentes a la historia de México, entre los que se encuentra el manuscrito número 257, compuesto de 30 fojas, cuyo título es “Varones ilustres que han ennoblecido la ciudad de Querétaro”.

 

            El contenido del manuscrito no corresponde al título de la portada. Sólo las dos primeras fojas y las dos últimas tratan el tema de varones ilustres,  el resto del documento corresponde a la historia de la ciudad de Querétaro. A continuación se presenta un resumen del mencionado manuscrito.

 

            Comienza con la vida del venerable fray Antonio Margil de Jesús, religioso franciscano, quien fuera uno de los fundadores del Colegio de Propaganda fide, misionero que recorrió numerosos lugares de Nueva España. Continúa otro personaje, don Antonio de Monroy, arzobispo de Santiago de Galicia, quien fuera general de la orden de Santo Domingo, cabe hacer notar que la información de este ilustre arzobispo está trucada abruptamente, pues la siguiente foja inicia con la historia de Querétaro.

 

            La tercera foja narra con los antecedentes prehispánicos y la pacificación llevada a cabo por don Fernando de Tapia, así como el título de ciudad y escudo de armas otorgados por Felipe V, en 1713. El texto da noticias del número de iglesias, conventos y capillas, cuyos edificios estaban decorados con esculturas y retablos dorados. Para el siglo xviii, se fundaron beaterios y escuelas públicas para mujeres, en las escuelas se les enseñaba a las niñas a leer, escribir y contar, además costura y bordado.

 

            En el año de 1743 la ciudad de Querétaro media 14 288 varas de circunferencia, equivalentes a tres leguas. Su población estaba compuesta de 46 472 personas, repartidas en la ciudad, cuatro pueblos y más de cincuenta haciendas.

 

            En 1778, se estableció la Real Fábrica de Cigarro, la cual originó gran perjuicio al comercio. En cuanto a los numerosos obrajes de paños y bayetas, estos se dan a conocer con gran detalle como la  fabricación de tejidos, el desempeño de sus trabajadores, las causas que originaron su decadencia y las medidas que se tomaron para su rescate. El corregidor Acosta había puesto especial cuidado para el restablecimiento de la industria textil, por ser la principal actividad en la ciudad de Querétaro.

 

            Respecto a la agricultura, por su clima y fertilidad de terrenos se cultivó: el camote, maíz, trigo, cebada, frijol, aguacate y pitaya, en menor medida el chile o pimiento. También, se experimentó el cultivo del gusano de seda.

 

            Otra de las actividades era la minería, en las inmediaciones de Querétaro existían yacimientos de plata. Un ejemplo fue la mina La Descubridora, que para 1771 prometía mucha riqueza. Con este tema termina la descripción de Querétaro.

 

Se puede observar que las dos últimas fojas tienen relación con las dos primeras. Es un documento que no fue ordenado antes de foliar y además está incompleto.

 

El presente manuscrito constituye una fuente importante para conocer algunos aspectos de la historia de Querétaro en el siglo xviii, principalmente, el funcionamiento de los obrajes, el número de establecimientos y la forma de operaciones comerciales, así como su auge y decadencia. El documento contiene valiosa información para conocer el desarrollo de la industria textil en la segunda mitad de aquel siglo, en una de las principales ciudades de la Nueva España.

 

            En cuanto a su temporalidad, tal vez, fue escrito en la última década del siglo xviii, pues menciona las heladas ocurridas en la región de Querétaro entre los años de 1786-1789 (f. 11), se desconoce el autor del manuscrito. Sin embargo, se pueden observar dos fuentes consultadas: la obra de Carlos de Sigüenza y Góngora, Glorias de Querétaro (f. 3), y principalmente, el informe que rindió, en 1743, el teniente coronel don Esteban Gómez de Acosta, quien fuera corregidor de Querétaro (f. 4v).

 

            La transcripción se realizó de forma literal, es decir, tal como está el manuscrito, conforme a las normas establecidas en el taller Amoxcalli.

 

Se utilizaron algunos signos como: llaves para las palabras o letras agregadas. Las abreviaturas se desenlazaron completando las letras omitidas entre corchetes. Se usó diagonal para palabras tachadas o entre renglones. Los puntos suspensivos /…/ significan texto ilegible. Se conservó la foliación original en la parte superior derecha del documento y del lado izquierdo, entre llaves, el verso de la foja.

 

 

 

           

           

 


 
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