Manuscritos Inicio

Facsimilar Paleografía
TÍTULOS DE TIERRAS DEL PUEBLO

FONDO MEXICANO DE LA

BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA

Documento No. 094 - 222

Títulos de tierras del pueblo de Santa Isabel Tola

 

Ana Rita Valero de García Lascuráin

Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas

 

Introducción

Se conoce con este nombre al códice de carácter histórico-jurídico que contiene los títulos de propiedad de ciertas tierras del pueblo de Santa Isabel Tola, situado al pie de la Sierra de Guadalupe, actual Delegación Gustavo A. madero, dentro de la jurisdicción del Distrito Federal, así como también de parte de las tierras del pueblo de San Juan Ixhuatepec dentro del Estado de México, todas ellas cercanas a la Sierra de Guadalupe.

 

El nombre completo del códice con el que se conoció desde 1714 es Títulos de tierras pertenecientes al pueblo de Santa Isabel Tola;  éste, que estuvo formado por dos grandes secciones, una autóctona, redactada en náhuatl con pictografías de tradición indígena acompañadas de caligrafía latina, cuyo original obra dentro del Fondo Mexicano de la Biblioteca Nacional de Francia, está registrado con el número 94. 

 

En añadidura a este documento, existe otro más escrito totalmente en caligrafía latina, en español y que incluye una traducción de la sección autóctona y otros negocios más que no aparecen en el documento número 94;  éste otro está registrado con el número 222 en el mismo fondo y sirve de complemento aclaratorio a la información del 94.

 

F o r m a     d e     l e c t u r a

Dada la versatilidad que presenta el documento número 94, se deben usar dos formas de lectura; en la mayoría de las fojas predomina una lectura occidental, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo; sin embargo, en la foja cuatro, que contiene las ilustraciones de los tlatoanis de México, la lectura debe hacerse siguiendo el formato de dos columnas, empezando por la de la izquierda, leyendo de arriba hacia abajo y volviendo nuevamente hacia arriba en la columna de la derecha.

 

El documento 222, por su propia naturaleza caligráfica occidental, no necesita comentarios al respecto. Debo empero, señalar los criterios usados para su transcripción paleográfica:

1.- Se respetó en todo momento la ortografía original, aunque con la unificación de las mayúsculas en los casos de nombres propios.

2.- Se respetaron las letras dobles.

3.- Las abreviaturas desligadas se señalan entre corchetes ([ ]).

4.- Los casos en  que las manchas o rasgaduras del papel impiden leer, se señalan entre diagonales  (//). 

5.- Cuando las condiciones del papel hacen imposible la lectura de una letra o palabra, se añaden puntos suspensivos a las diagonales.

6.- La numeración asignada a las fojas o a los párrafos en que se separó el texto para su mejor lectura, van entre llaves y siempre de lado izquierdo.

7.- La palabra [sic] entre llaves, indica tal cual.

           

E l      t e m a

 

La primera parte consta de varias fojas escritas totalmente en español, sobre distintos temas de interés para el pueblo.

 

a)  Se inicia con un escrito dirigido al virrey por los Casiques y Principales del Pueblo de Santa Isabel de la Jurisdicción del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con la intención de justificar la antigua e inmemorial Posesión de sus tierras ante la ciudad de México. 

  Como es bien conocido, ésta recibió desde su fundación el privilegio de gozar de los propios, que eran propiedades usadas para sufragar los gastos municipales, entre las que se contaban los ejidos.[1] Los límites de los ejidos de la ciudad de México fueron señalados primeramente por Nuño de Guzmán desde 1520;[2] así la capital contó desde el principio con ejidos importantes en Guadalupe y Tenayuca al norte, así como al oeste y también al sur, cerca de Coyoacán.[3] Sin embargo, los ejidos estuvieron siempre sujetos a toda clase de intrusiones tanto de los indios como de los españoles interesados constantemente en ocupar dichas tierras;[4] por ejemplo, para finales del siglo xvi se descubrió que al norte de Tlatelolco se habían alterado los límites del ejido, provocando que el ayuntamiento ordenara la desocupación inmediata de dichas propiedades.[5]

 

Esta situación se incrementó a medida que la población aumentaba, de tal suerte que para principios del siglo xvii se ordenó al oidor Juan Díaz de Bracamonte que realizara una revisión general de los ejidos citadinos para precisar las demarcaciones y recuperar lo que legítimamente fuera de la ciudad; como era lógico la revisión suscitó una serie de disputas con los vecinos afectados, así como demandas legales en contra de varias comunidades, incluida la de Tola.[6]  Para dirimir dichas disputas se exigió a los contendientes exhibir sus títulos con el objeto de deslindar correctamente las propiedades; por eso se elaboraron los Títulos de Santa Isabel Tola.

 

b) Una sección más trata con detalle todo el proceso de la fábrica de la primera iglesia del pueblo;  según lo consignado en sus páginas, el sábado ocho de mayo del año de mil quinientos treinta y nuebe, se llevó a cabo una importante junta entre los principales de Ixhuatepec, con el objeto de organizar la construcción de una Yglesia para oir misa y deprender la Doctrina Christiana. En dicha reunión se tomó la decisión de iniciar la obra, decisión que causó gran gusto entre todo el pueblo, incluidos los naturales y los principales; así se inicia el proyecto como una simple ermita hecha en forma de jacal, y después de tomar el parecer de todos los presentes se resolvió elegir por patrón a San Juan Bautista, cuya advocación se le dió a la iglesia y por añadidura al pueblo, que desde entonces toma el nombre de San Juan. 

 

No deja de llamar la atención que se haya inscrito esta sección dentro del códice, cuyo contenido es ciertamente jurídico-catastral; posiblemente la intención haya sido la de subrayar ante las autoridades virreinales la antigua trayectoria del pueblo en materia de evangelización, que marchaba paralela a la colonización; es decir, se plantea un argumento que exhibe la buena voluntad del pueblo ante las propuestas de los españoles.

 

Por otro lado, es indudable que el pueblo de Ixhuatepec fue de los primeros en recibir la campaña evangelizadora, precisamente por su cercanía con la ciudad de México, en donde estuvo la sede de las tres órdenes monásticas. No hay que olvidar que fue en el valle de México, donde primeramente se “desparramaron” los misioneros a catequizar, de tal suerte que Ixhuatepec quedó situado entre dos de los puntos más importantes de catequización como fueron el convento de Santiago Tlatelolco y el de Cuautitlán, fundado desde 1527. Un buen ejemplo de los resultados de dicha campaña aparece en el extenso comentario del códice aquí presentado, en donde se asienta que ya para 1539 habían sido evangelizados los indios de Ixhuatepec.

 

En esos días, el pueblo era atendido por el padre don Pedro de Valencia, a quien deliberadamente se le menciona como un reconocimiento a su labor, que parece haber sido muy sincera. Consta en los Títulos que a pesar de habérsele ofrecido la limosna... no la quiso recebir, antes bien, animó a todos los Naturales para que acudieran a la Yglesia, y sólo aceptó unas Aves y panes que se le dio. El padre Valencia fue asistido por dos más, uno llamado también don Pedro y otro don Rafael; es posible que los tres hayan sido frailes franciscanos pertenecientes  a  la Provincia del Santo Evangelio que era la que atendía esa región. Entre los tres llevaron a cabo los primeros bautizos de indios de San Juan Ixhuatepec; el primero se otorgó a Icnotzi (¿Icnotzin?), a quien se bautizó como Pedro, tal vez en honor del padre Valencia, y el otro se dió a Chalchicohtepehicatzin, quien toma el apelativo de Rafael, ambos seguramente indios principales de la región, quienes van a quedar como responsables del funcionamiento de la ermita. Estos datos se ratifican en las octavas del lienzo que actualmente adorna una de las capillas de la parroquia de San Juan Ixhuatepec y que dicen lo siguiente:

                          En aqueste retablo se patenta

                          el señor sacerdote q° primero

                          En este pueblo q° por nombre asienta

                          San Juan Ixhuatepetl con gran esmero

 

                          Publicar a Jesús tomó a su cuenta

                          Predicando su Ley mui placentero,

                          El qual quiso la sabia Ominipotencia

                          Se llamase D. Pedro de Valencia

 

                          Assi también demuestra claramente

                          A dos que el mencionado bautizo

                          De los primeros q° ubo es evidente

                          Que D. Pedro Ycnotzin se nombra

 

                          El otro D. Rafael su confidente

                          Chalchiuhpehuatzin se llamó

                          Y el templo antiguo que se ve pintado

                          Es el que todo esto se obra[7]

 

Sesenta años después de la primera fundación se organiza la construcción de una iglesia en toda forma, hecha ya de mampostería; el costo de la obra se sustentó básicamente en tres fuentes de ingresos: la primera parte recayó en los cuatro barrios del pueblo quienes financiaron la compra de cal, otra parte la donaron  Christobal y Alonso de Grageda, dos españoles que seguramente tenían intereses en la región y otra parte más la dieron algunos indios e indias notables del pueblo para pagar a los oficiales y a los mancebos que levantaron dos varas de pared y también para comprar más cal y cantera para el muro. La obra cuyo costo fué de trescientos quarenta y siete pesos, se da por terminada el treinta de octubre de 1616.

 

c)  Otra sección maneja una oferta de compra de ciertos terrenos del pueblo hecha por don Antonio de la Mota, un español interesado en adquirirlos en el año de 1573. Él proponía pagar por ellos la suma de 50 pesos, oferta que fue rechazada tajantemente por los caciques locales; sin embargo, éstos, presionados por el interés de de la Mota y preocupados por conservar su patrimonio, decidieron levantar un acta que registrara oficialmente su negativa a vender, acta atestiguada por varios naturales y principales de los pueblos circundantes y contenida en esta parte de los Títulos de Santa Isabel Tola. Esto prueba que la propiedad se conservó en manos de los indios, siguiendo su voluntad. 

 

II  La segunda parte del códice estuvo formada por dos secciones que describo a continuación:

 

a) Cuatro páginas con textos en náhuatl y una lista catastral de diez y seis propiedades cuyos topónimos se identifican como siempre por medio de glifos de tradición indígena y con glosas en caracteres latinos. Éstos se acompañan a su vez, de los nombres y de los glifos patronímicos de cada uno de los propietarios de dichas parcelas, que son los que aparecen también en los códices Cozcatzin e Ixhuatepec.

 

La presencia de dicho registro que solo incluye diez y seis propiedades en vez de las consabidas cincuenta y cinco del Cozcatzin o de las sesenta del Ixhuatepec, conduce a pensar que tal vez las parcelas de los Títulos fueran las únicas propiedades que sobrevivieron hasta 1714 bajo el control de las mismas familias desde los tiempos de Itzcóatl. En otras palabras, se podría pensar que sólo el 15% de las propiedades originales se conservaron a lo largo de casi tres siglos, durante los cuales hubo momentos críticos de gran tirantez.

 

II  Una segunda sección muestra las ilustraciones de nueve mandatarios tenochcas del periodo prehispánico, desde Acamapichtli hasta Moctezuma II, en un contexto similar a la lista contenida en el códice Cozcatzin. Es posible que este capítulo haya continuado con las ilustraciones de los gobernadores de Tenochtitlan posteriores a la caída de México, ya que éstos se mencionan en la parte escrita en prosa, pero no aparecen las pictografías correspondientes que tal vez se perdieron en algún momento. De haber existido dicha lista en los Títulos sería similar a la segunda parte del códice Cozcatzin que consigna con todo detalle este periodo del gobierno de México iniciado después de 1530 con el acceso al trono de don Diego Huanitzin[8]  y que termina con la muerte de don Luís de Santa María Cipac  a fines de 1565.[9]

 

En añadidura, a los gobernantes indígenas tanto de la época prehispánica como los del periodo colonial mencionados a lo largo de las diferentes secciones del documento, aparecen también una serie de funcionarios de la administración virreinal, tanto españoles como indígenas; se incluye además una lista detallada de algunos de los caciques propietarios de las tierras materia del documento; así, éste presenta a los siguientes personajes:

 

a) Don José Alarcón, vicario de cura del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, quien firma la carátula del legajo hecha hacia 1714; su presencia en éste asunto se debe a que tanto San Juan Ixhuatepec como Santa Isabel Tola caían bajo la jurisdicción eclesiástica del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

b) Don Juan Francisco de Córdoba, procurador de los naturales de la Real Audiencia, toma parte en este negocio por su personalidad de autoridad designada por el gobierno virreinal para atender los asuntos judiciales de los indios.

 

c) Don Juan Mateo, cacique de Santa Isabel aparece representando los intereses del pueblo.

 

d) Carlos Mansio, intérprete oficial de la Real Audiencia, cuya intervención como traductor era indispensable por estar escrito en nahuatl parte del documento.

 

e)  Don Jazinto de Estrada, quien mueve un pleito sobre las tierras del pueblo de San Juan.

 

f)  Don José Diego de Medina y Garabia, teniente de capitán con cargo en el oficio de cámara de la Real Audiencia.

 

g)  Doctor don Juan Díez de Bracamont, Oidor.

 

h)  Francisco Feliz Hidalgo, procurador de naturales de la parcialidad de San Juan de la ciudad de México, interviene tal vez porque algunas parcelas pertenecían aún a ciertos indios naturales de la ciudad de México.

 

i)  Licenciado Miranda Barrera, representando a los demandantes, quien firma el escrito inicial, solicitando que le sean devueltos los autos originales que estaban en poder del intérprete.

 

j) Juan Francisco Neri, escribano quien asienta que ha sido leída y vista la petición y que se le dé parte.

 

k)  Inameztli, señor que fue de Tola y de Tepetlapa Zacatenco hacia 1439, cuando se lleva a cabo la toma de tierras y el reparto de éstas efectuado por Itzcóatl, cuarto tlatoani de Tenochtitlan.

 

l)  Aparecen también en el códice don Juan Tlatolatzin, don Juan Xuares, don Diego Xuares, don Francisco Xochicaltzin y doña Martina Xochicaltzin, todos se ostentan como naturales del pueblo de Tepetlapa, aunque seguramente eran personas importantes de allí, ya que usan el “don”; se mencionan también a los principales de Zacatenco, don Gaspar de Aquino, don Melchor Francisco, don Andrés Tomás, don Buenaventura Xuares, don Gregorio Daniel, don Diego Jacobo, don Francisco Gaspar, don Gaspar Hernández y don Melchor Diego todos ellos principales del pueblo de Zacatenco, así como don Miguel (o Martín) Jacobo el   Escribano;   éstos últimos representados en las figuras que están pintadas en posición sedente.        

        

Fue justamente el día 18 de septiembre de 1714, cuando se firma el decreto promovido en los Títulos mediante el cual, se ratifican las propiedades siguientes:

 

1)  Señorío y cacicazgo de Tetlachcuiotl(Totlach, cuiotl), en Ixhuahuac (Eshuahuac).

2)  Señorío y cacicazgo de Totozal (Totocal Itlatl), en Tlachcuitlan (Tlachtitlan).

3)  Señorío y cacicazgo de Zimatécatl (Simatecatl), en Zimatlán (Simatitlan).

4) Señorío y cacicazgo de Tetlachaiyotl (Tetlacuiotl Tequix), en Tequesquinahuacque (Tequixquinahuac).

5) Señorío y cacicazgo de Xochinahuacatlquiahtzin (Xochinahuahuacatl, auinahtzin) en Xochihuacan.

6)  Señorío y cacicazgo de Misquiahuacatl (Mix quia huacatl), en Acatlaccopan (Acatl yacapan).

7)  Señorío y cacicazgo de Cacaxana (Ecaxana) en Huitstlan (Huitzilan).

8)  Señorío y cacicazgo de Oselopantescoccohuatl (Ozelopan tezcohuatl), en Tescacohuatl (Tex Cacohuac).

9)  Señorío y cacicazgo de Acazitlitlaltetzáhuitl (Acazitli, tlal tetzahuitl), en Tepecoman  (Tecoma).

10)  Señorío y cacicazgo de Tetzimi (Tetzin), en Huitznahuac.

11)  Señorío y cacicazgo de Calpilcatl (Calpilca, tl), en Calpilco.

12)  Señorío y cacicazgo de Quatxilotl Xomimitl (Cuauh xilotl, Xo mia inuitl), en Tolnáhuac.

13)  Señorío y cacicazgo de Tezomotl (Texomotl), en Nonoalco (Nonohualco).

14)  Señorío y cacicazgo de Mamolox (Mamaloc) , en Zihuatecpan (Sihuatecpan).

15)  Señorío y cacicazgo de Xiuhcaxy Xomimitl (Xiuh, cac, Yhuan xomimitl), en Misquitlan (Misquititlan).

16)  Señorío y cacicazgo de Tenoch, en Tlacochcalco.

 

El documento afirma que las tierras del pueblo fueron repartidas en 1439 por mandato de Itzcóatl, el cuarto rey de Tenochtitlan; en ese entonces gobernaba sobre Tola y Tepetlapa Zacatenco el señor Inameztli, quien, amedrentado, se ve obligado a ordenar a sus principales y demás vasallos la sujeción a Itzcóatl, uniéndose así a la estructura de exacción impuesta a los macehuales.[10]

    La entrega a Tenochtitlan de las propiedades del pueblo fue tan tajante, que a los  principales y naturales les quedó solamente medio cordel de

Tepecoman (Tecoma).

10) Señorío y cacicazgo de Tetzimi (Tetzin), en Huitznáhuac.

11) Señorío y cacicazgo de Calpilcatl (Calpilca, tl), en Calpilco.

12) Señorío y cacicazgo de Quatxilotl Xomimitl (Cuauh xilotl, Xo mia inuitl), en Tolnáhuac.

13)  Señorío y cacicazgo de Tezomotl (Texomotl), en Nonoalco (Nonohualco).

14)  Señorío y cacicazgo de Mamolox (Mamaloc) , en Zihuatecpan (Sihuatecpan).

15)  Señorío y cacicazgo de Xiuhcaxy Xomimitl (Xiuh, cac, Yhuan xomimitl), en Misquitlan (Misquititlan).

16)  Señorío y cacicazgo de Tenoch, en Tlacochcalco.

 

El documento afirma que las tierras del pueblo fueron repartidas en 1439 por mandato de Itzcóatl, el cuarto rey de Tenochtitlan; en ese entonces gobernaba sobre Tola y Tepetlapa Zacatenco el señor Inameztli, quien, amedrentado, se ve obligado a ordenar a sus principales y demás vasallos la sujeción a Itzcóatl, uniéndose así a la estructura de exacción impuesta a los macehuales.

 

La entrega a Tenochtitlan de las propiedades del pueblo fue tan tajante que a los  principales y naturales les quedó solamente medio cordel de tierra, para su sustento, abarcando el total del reparto desde Chiquihuitepetl hasta Tepexumulco.

 

Posteriormente, dichas tierras fueron reconocidas y ratificadas por la Real Audiencia, mediante Real Cédula de fecha 1539, reconocimiento que se reconfirma dos siglos después en 1720 por el Marqués de Villahermosa,  en su calidad de Juez Superintendente de Propios y Ejidos, el Marqués de Villahermosa.[11]

 

Los Títulos de Santa Isabel Tola se elaboraron en 1714, como se asienta en el mismo documento.[12] Éstos se transcribieron probablemente desde un códice primario que hoy desconocemos, pero con importantes recortes hechos a la información original, de suerte que formaron sólo un trasunto del primer legajo.

 

Del original del documento se sabe muy poco; fue hecho en 1714 por el escribano Juan Francisco Neri, basándose en un mapa que los indios tenían separado desde su Gentilidad;  Neri, a su vez, fue ayudado  por Carlos Mansio, quien fuera intérprete de la Real Audiencia  a la sazón;  éste  se ocupó de traducir del idioma mexicano al castellano, y también de explicar la significación de las figuras que los indios habían diseñado en el códice principal. 

 

El original de los Títulos de Santa Isabel Tola estuvo formado inicialmente por veinte y cinco hojas que incluían una serie de pictografías de tradición indígena acompañadas por glosas en caligrafía latina; además comprendía dos textos en prosa, uno escrito en lengua náhuatl y el otro en español.

 

La copia que hizo  Neri en el siglo xviii se realizó en aquel entonces por encargo de los caciques de Santa Isabel Tola y de San Juan Ixhuatepec, para tratar ciertos negocios que ellos tenían con las autoridades virreinales; es decir, los Títulos se elaboraron para ventilar los asuntos oficiales del pueblo y posiblemente permanecieron en archivos locales durante casi todo dicho siglo. Más tarde, el códice se extrae de allí y sale de México, posiblemente hacia Alemania, donde en algún momento se anexa al acervo de la Deutsche Staatsbibliothek de Berlín;  sin embargo,  años después desaparece de allí durante la Segunda Guerra Mundial.

 

Afortunadamente, antes del extravío, Antonio Peñafiel estudia el códice durante su estancia en Europa y en 1890 transcribe de su puño y letra una reproducción completa del mismo, salvando la información del contenido.  Él, seguramente dejó en Berlín su copia, puesto que para 1907 Karl W. Hierseman,  un anticuario alemán especializado en libros y manuscritos la vende a la Hispanic Society of America, quien la adquiere para enriquecer su colección domiciliada en Nueva York.[13] 

 

Otra copia más se encuentra actualmente en la Bibliothéque Nationale en París, registrada con los números 94 y 222 de los Fondos Mexicanos;  ésta venía incluída en el catálogo de Boban de 1891,[14] lo cual indica que seguramente salió de México hacia 1840 junto con el Códice Cozcatzin en la colección de Aubin.  Además, se sabe de otra copia que conoció Robert Barlow, quien la menciona en el año de 1946, refiriendo que había sido hecha por Faustino Galicia Chimalpopoca y que pertenecía a la colección de Conway;  sin embargo, ésta también se encuentra  actualmente extraviada.[15]

 

De todas estas tres copias se han hecho varias menciones y algunas publicaciones a través de los años;  varias  parciales y sólo una de ellas completa, entre las que se cuentan las siguientes:

 

1.         La Historia de la Conquista de Méjico, de William Prescott, publicada por primera vez en español en el año de 1844, uno después de la primera edición de la obra original hecha en Londres en 1843. La edición mexicana fue realizada por Vicente G. Torres y anotada por D. Lucas Alamán; ésta reproduce únicamente ocho de las nueve láminas de los “Reyes Aztecas” incluidas en los Títulos de Santa Isabel Tola, de manera que se trata de una publicación parcial de dicho códice.

 

2.         En 1862 Francisco Carbajal Espinosa publica en México su obra Historia de México desde los primeros tiempos de que haya noticia hasta mediados del siglo xix, bajo el cuidado de la imprenta de Juan Abadiano, quien la organiza en dos volúmenes ilustrados. El autor reproduce las ilustraciones de los nueve señores mexica que aparecen en los Títulos desde Acamapichtli hasta Moctezuma II, añadiendo además las figuras de Cuitláhuac y de Cuauhtémoc (tomo I láminas 316, 322, 334,356, 382, 396, 415, 419 y en el tomo II las láminas 6, 449 y 446);   es posible que Carbajal haya aprovechado las ilustraciones de Prescott y la información de la obra de Clavijero; sin embargo se ignora que fuente usó para reproducir los glifos de Cuitláhuac y de Cuauhtémoc, ya que ambos están ausentes tanto en los Títulos como en la obra de Prescott. De suerte que Carbajal Espinosa  reprodujo, como Prescott, sólo una parte del códice que aquí se reseña.

 

3. Luego en el catálogo de Eugéne Boban llamado Documents pour servir a l’Histoire du Mexique, Catalogue Raisonne de la Collection de M.E. Eugéne Goupil  (Ancienne Collection de J.M. Aubin), obra que sale a la luz en París hacia 1891, bajo el cuidado de Ernest Leroux, se describe el códice conocido como Titres de propriétés des terres de  Santa Isabel Tola (t. 2, pp. 265-266).

 

4. Antonio Peñafiel, después de copiar personalmente el códice en 1897, lo reproduce en la primera parte de su obra Colección de documentos para la Historia mexicana, bajo el título de “Manuscrito americano número 4 de la Biblioteca Real de Berlín, copiado en Febrero de 1890” y aunque se la ha considerado como una edición “defectuosa”,[16] la obra de Peñafiel tiene un inestimable valor. La transcripción del documento original, hecha hace cien años, cuando éste tal vez estaba en mejor estado seguramente permitió una transcripción más fiel. Pero además Peñafiel leyó directamente del texto náhuatl y aportó datos sobre las pictografías del documento, de manera que el esfuerzo es de gran valor. Finalmente, la obra tiene la virtud de ser la única publicación completa de los Títulos que se haya hecho hasta hoy.   

 

5. Jesús García Gutiérrez también lo cita brevemente en su obra Apuntamientos para una bibliografía crítica de historiadores guadalupanos, publicada en Zacatecas el año de 1939 (página 137).

 

6. Para 1946, Robert H. Barlow menciona el códice en su artículo llamado “Los caciques de Tlatelolco en el Códice Cozcatzin”, que sale publicado en las páginas 416-421 del volúmen 4 de las Memorias de la Academia Mexicana de la Historia.[17]

 

7. Delfina López  Sarrelangue se refiere a los Títulos en las páginas 17 y 18  de su libro Una villa mexicana en el siglo XVIII, impreso en México por la Imprenta Universitaria en el año de 1957.

 

8. Interesantísima lectura de una parte de los Títulos hace Charles Gibson cuando observa lo relacionado a la construcción de la iglesia del pueblo que se reseña en el códice; él toma la información de la publicación de Peñafiel de 1904.[18]

 

9. Es pertinente poner de relieve que se han hecho diferentes menciones de los Títulos de Santa Isabel Tola en relación con la historia de la Villa de Guadalupe;  asi, en 1887, Juan de la Torre hablando de la Colegiata que antecedió al actual santuario guadalupano, menciona  haber visto “un Plano antiguo muy interesante que existe en la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalupe”;  éste  acompañaba  a los títulos de terrenos del pueblo de Santa Izabel Tola. Parece que en el año de 1794, un cura del Santuario, de nombre José Mariano Alarcón, copió de los Títulos la información del plano relacionada con la Villa de Guadalupe declarando “no haber añadido ni quitado cosa alguna”,[19] es decir, se trata de una copia fiel del original del plano que tal vez acompañaba a los Títulos de Santa Isabel Tola.

 

10. Poco después,  haciendo una crónica de las ceremonias que se llevaron a cabo durante la coronación de la virgen de Guadalupe en octubre de 1895, Victoriano Agüeros edita el Álbum de la Coronación, en donde incluye un “Plan que pertenese a los naturales de S. Yzabel Tola”;  éste seguramente es el mismo que reseñó  Juan de la Torre y que pudo haber estado relacionado con el códice que aquí interesa.[20]

 

11. Con la misma temática, Antonio Pompa y Pompa publica en 1938 el Album del IV Centenario Guadalupano; aquí se incluye también una reproducción del mencionado Plano, informando que provenía de los manuscritos inéditos de Francisco Sedano.[21]

 

12. En el año de 1975, la Universidad de Texas publica el Handbook of Middle American Indians, cvuyo volúmen 14 incluye el artículo llamado “A Census of Native Middle American Pictorial Manuscripts”, a cargo de John B. Glass en colaboración don Donald Robertson. Se trata de un exhaustivo censo de los manuscritos de tradición indígena, en donde aparece una completa referencia de los Títulos de Santa Isabel Tola.[22]

 

13. En ocasión de los cien años de la Sociedad de Americanistas, la Bibliothéque Nationale organizó una exposición para exhibir los documentos que forman parte de los Fondo Mexicano de dicha institución. Un año después, en 1976,  se publicó el catálogo de dicha exposición bajo el título de Aztlán, Terre des Aztéques.  Images d’un nouveau monde.[23] En esta obra se incluyó la reproducción de la lámina de los reyes aztecas con la ficha del documento como está registrado en la Bibliothéque (B.N., Mss., Mexicain 94).[24]

 

14. La publicación más reciente del Plano de Santa Isabel es la que aparece en la obra de Horacio Sentíes, cronista de la Delegación Gustavo A. Madero, en donde no sólo reproduce el Plano, sino un amplio comentario de los Títulos de Santa Isabel Tola.[25]       

 

         De las publicaciones y menciones que de los Títulos se han encontrado, se vislumbran varios intereses que han surgido a través de los años sobre la información contenida en ellos. Primero, los historiadores del siglo xix centraron su atención en el estudio de los señores tenochca que aparecen en el códice como lo hizo Prescott y años después Carbajal y Espinosa; paralelo a dicho interés, surge también en la misma época el estudio del ámbito guadalupano que necesariamente debería incluír al vecino pueblo de Santa Isabel, de allí que los historiadores del guadalupanismo se interesasen en los Títulos, como lo hizo Victoriano Agüeros o Francisco de Sedano

     Posteriormente, la historiografía contemporánea no sólo ha dado seguimiento a ambas cuestiones en los trabajos de Barlow, López Sarrelangue, García Gutiérrez, Pompa y Pompa y Sentíes, sino que ha analizado el códice con mayor detenimiento como lo ha hecho Gibson al estudiar la información concerniente a la construcción de la iglesia del pueblo.

  Y finalmente, los interesados en el estudio de los códices lo han incluido en sus diversos catálogos, como lo hizo Boban en el siglo xix o John B. Glass en el presente siglo.

 

 

F i c h a s     t é c n i c a s

 

Mexicain 94

Origen: Ciudad de México o pueblo de Santa Isabel Tola

Fecha: 1714

Soporte: papel europeo

Dimensiones: 24 páginas de 31 centímetros de alto por 21 de ancho. 

Estado de conservación: bueno, se nota poco uso del documento.

 

Mexicain 222 

Origen:  Ciudad de México o pueblo de Santa Isabel Tola.

Fecha  del documento original:  1714

Soporte: papel europeo

Dimensiones: 11 fojas de 18 centímetros de alto por 28 de ancho, dobladas por la mitad a la manera de cuadernillo; están escritas por ambos lados, lo que hace un total de 22 páginas escritas.

Tema: Tierras e histórico.

Idioma: español.

Sistema escriturario: caligráfico

Estado de conservación: bueno, aunque posiblemente falten algunas fojas.

 

 

Bibliografía

Antonio Peñafiel

1890 “Manuscrito americano número 4 de la Biblioteca Real de Berlín”, en  Colección de documentos para la historia mexicana.

Publicaciones parciales:

William Prescott

Historia de la Conquista de Méjico, Londres, 1843, México, 1844.

Francisco Carbajal Espinosa

1862 Historia de México desde los primero tiempos de que haya noticia hasta mediados del siglo xix, México.

Menciones o descripciones del códice.

Boban, Eugène

1861 Documents pour servir a l’histoire du Mexique, Catalogue Raisonne de la Collection de M.E. Eugène Goupil, París.

Jesús García Gutiérrez

1973 Apuntamientos para una bibliografía critica de historiadores guadalupanos, Zacatecas.

Robert H. Barlow

1946 “Los caciques de Tlatelolco en el Códice Cozcatzin”, en Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, México.

Delfina López Sarrelangue

1957 Una villa mexicana en el siglo XVIII, México.

Charles Gibson Los aztecas bajo el dominio español, México, 1966.

John B. Glass y Donald Robertson

1975 “A Census of Native Middle American Pictorial Manuscripts”, en  Handbook of Middle American Indians, Texas.

1976 Aztlan Terre des Aztéques, Bibliothéque Nationale, París.

Horacio Sentíes

1991 La Villa de Guadalupe, historia, estampas y leyendas, México.

 



[1] Libro IV, tít. 13, de la Recopilación de leyes de Indias,  Bentura  Beleña, Eusebio, Recopilación sumaria de  los autos acordados de la Real Audiencia y Sala del crimen de esta Nueva España, 1787, ed. facs. unam, México, 1981, I, 2a., p. 2.

[2] “Carta a la emperatriz de la Audiencia de México...”, en Epistolario de Nueva España 1501-1818,  rec. por Francisco del Paso y Troncoso, 16 volúmenes, Biblioteca Hispanoamericana de obras inéditas, México, 1939 – 1942, t. II, p. 220.

[3] Acta de Cabildo del 30 de abril de 1529, en Primer libro de Actas de Cabildo, p. 193 y Gibson, Charles, Los aztecas bajo el dominio español, México, fce, 1960, p. 378.

[4] Este dia se cometio al alcalde andres de barrios que para el procimo cabildo trayga los señores de mexico é de tatelulco para que se les mande que desembaracen el exido de la cibdad... (Acta del 29 de octubre de 1529), en  Segundo libro de Actas de Cabildo, p. 21.  Se ordena que se le cambien sus huertas a un grupo de españoles por estar en tierras ejidales, Acta de Cabildo del 12 de julio de 1529, idem., p. 6.

[5] ...los yndios del pueblo de Atlixuca se entremeten y toman mucha parte del exido..., por  lo que el Ayuntamiento decide seguir pleyto con los yndios cebil o criminalmente como mas convenga. Acta de Cabildo de fecha 7 de marzo de 1583 en Libro VIII de Actas de Cabildo, p. 623.

[6] agn, Civil, vol. 225, exp. 5, fol. 1r.  Archivo del Ayuntamiento, Tierras y ejidos, vol. 1, núm. 4065, exp. 1, exp. 19, exp. 20;  vol. 2 núm. 4066, exp. 26, exp. 33, exp. 36, exp. 38, ff. 27v-28v, en Gibson, pp. 378-379.

[7] El lienzo aquí mencionado se encuentra en la parroquia de San Juan Ixhuatepec, dentro de la capilla lateral, situada de lado del Evangelio; en él  se puede ver a un grupo de siete indígenas adultos y dos niños, frente a la pila bautismal, recibiendo el sacramento de manos de don Pedro de Valencia; se trata de una tela de cuatro metros aproximadamente, rematada en forma de arco de medio punto. Es evidente que en la pintura se llama a uno de los bautizados Chalchiuhtepehuatzin, en vez de Chalchicotepehicatzin como se le consigna en el códice.  La obra, que es anónima, fue hecha en el año de 1796.

[8]   Valero de García Lascuráin, Ana Rita, Códice Cozcatzin, Estudio introductorio y paleografía, México, inah, 1994, segunda parte.

[9] Alvarado Tezozomoc, Tezozomoc, Crónica Mexicáyotl, México, traducción directa del náhuatl por Adrián León, unam, 1975.

[10] Olivé Negrete,  Praxis..., pp. 30-31.

[11] Titulos de tierras pertenecientes al pueblo de Santa Isabael Tola, copia manuscrita de Antonio Peñafiel, Berlín, 189, p. 1

[12] Ibidem.

[13] Karl W. Hierseman, Buchhändler und Antiquar,  Königsstrasse 3 in Lepizig, 1907, Katalog 397-433.

[14] Boban, Eugene, Documents pour servir a l’histoire de Mexique, catalogue raisonné de la collection de M.E. Eugène Goupil (Ancienne collection de J.M. Aubin), Paris, Ernest Leroux Editeur, pp. 265, 266 y 406.

[15] Barlow, Robert H., “Los caciques de Tlatelolco en el Códice Cozcatzin”, en Tlatelolco, fuentes e historias, México, inah y Universidad de las Américas, 1989, Jesús Monjarás et al, volúmen 4,  p. 416.

[16] Glass, John B., “A Census of Native Middle American Pictorial Manuscripts”, en Handbook of Middle American Indians, vol. 14, parte tres, Austin University of Texas, p. 220.

[17] Artículo  reproducido en Barlow, Tlatelolco fuentes..., pp. 153-166.

[18] Gibson, op. cit., pp. 123-124.

[19] Véase la obra de Juan de la Torre, La Villa de Guadalupe Hidalgo, impresa en México en 1887, p. 15, nota 1.

[20] Agüeros, Victoriano (ed.),  Album de la Coronación de la Sma. Virgen de Guadalupe, México, Imprenta de El Tiempo, 1895, p. 30.

[21] Album del IV centenario guadalupano, México, 1938, obra publicada por la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, bajo el cuidado de Don Antonio Pompa y Pompa, p. 15.

[22] Glass, op. cit., pp. 219. 220.

[23] Aztlán Terre des Aztéques.  Images d’un nouveau monde,  Bibliothéque Nationale, París, 1976.

[24] Idem., pp. 32 y 97.

[25]  Senties, Horacio, La Villa de Guadalupe, historia, estampas y leyendas, México, Departamento del Distrito Federal, pp. 83-87.


 
Facsimilar Paleografía