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FONDO MEXICANO DE LA

BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA

Documentos No. 149-1 y 149-2

El centro de la Ciudad Prehispánica y de la Metrópoli española. La Casa Prehispánica

 

Enrique Delgado López

UNAM

 

 

El folio marcado con el número 149, de acuerdo con el resello que aparece de la “collectión E. Eug, GOUPIL a París, ancienne Collection J. M. A. AUBIN” lo conforman en realidad dos documentos sumamente interesantes, si se permite utilizar este adjetivo, acerca de la ciudad de México. Son dos testimonios cartográficos, paralelos lógicamente por su naturaleza, aunque lejanos en la escala utilizada y en los propósitos concebidos.

Uno de ellos, el prístino, es un plano del primer cuadro de la ciudad o del “México cristiano” pero esta no es toda su riqueza, sino destaca igualmente la ubicación de los edificios prehispánicos situados prácticamente en los cimientos de las construcciones españolas, de acuerdo con los datos que se tenían en el año de 1801. Este plano tiene por título

Diseño de la ubicación del gran Cue ó templo de los ídolos de México conforme a la noticia que de él dan los historiadores sobre el cual se edificó y labró la Santa Iglesia Cathedral, la parroquia del Sagrario, oficinas de dicha Cathedral, y colegio Seminario: la primera capilla que fue de los primeros religiosos franciscanos, y la primera cathedral provisional en la que se labró la que oy existe. Año de 1801.

 

 

El plano propiamente dicho está dividido en dos vertientes, una es la correspondiente a la ciudad española y la otra a la metrópoli prehispánica; para ambos casos se contempla también en el plano un explicación al margen, igualmente en alusión a las dos culturas que se presentan en el dibujo: una para el “México cristiano” y otra para el “México en tiempos de Moctezuma”.

Si bien no se presenta el autor sí se ubica en el tiempo y su representación en el espacio es por medio de su orientación, en la que los cuatro puntos cardinales están muy bien definidos y lo más interesante, como se mencionó en el párrafo anterior, es que en dicho plano se presenta otro sobrepuesto, de tal forma que se muestra el corazón de dos ciudades, la una prehispánica y la otra española.

            La ciudad española está delineada por medio de una retícula marcada por la calles que conforman la nueva urbe, señalando manzanas que por lo general son la sede de edificios que se han convertido en símbolos de la nueva cultura, sean éstos conventos, el propio arzobispado o el mismo palacio, destacando el “sitio donde estubo el primer altar humilladero ó capilla que fabricaron los españoles luego que llegaron a México, y en que se dixo la primera misa solemne y en público en toda la Nueva España y Perú”. Este sitios, señalado por medio de una Cruz sobre un pedestal se encuentra el recuadro que conforman la 1ª. Del Indio Triste, Calle del Arzobispado y de la calle de Moneda, la calle de Santa Teresa y la Calle cerrada de Santa Teresa.

            El recuadro en general lo conforman cuatro calles en dirección oriente-poniente aunque en un caso de ellas sólo abarca una manzana, y aparece otra calle con menores dimensiones en el lado poniente del plano.

            En dirección norte-sur corren igualmente tres calles, aparte de la calle cerrada de Santa Teresa. Se tiene que aclarar que son calles terrestres, porque el plano contempla igualmente las calles de agua. Vamos con las primeras.

            Las calles de con dirección norte-sur, son las siguientes: 2ª. Del Indio Triste, 1ª. Del Indio Triste-calle del Parque de Palacio; Calle del Relox-Seminario; calle de Santo Domingo-Casas del Estado-Empedradillo-Portal de Mercaderes.

Las correspondientes a la dirección oriente poniente son las que siguen: Calle de Cordavanes-Calle de Montealegre; a calle de Santa Teresa se prolonga hacia el poniente, para convertirse, después de cruzar la del Seminario, en la de las Escalerillas y luego, cruzando las Casas del Estado, en la calle de Tacuba. Continúa una calle corta denominada “del Arzobispado y de la casa de Moneda” y que después de cruzar el edificio de la “Catedral” toma el nombre de “Alcahiceria”; otra denominación que al parecer no es precisamente una calle señala “Casas del Cabildo”-“Portal de las Flores”.

            Las calles de agua son anotadas en el plano por medio de la letra “E” y en la explicación respectiva se anota lo siguiente:

 

EEEE (anteado) calles que salían a las tres calzadas del norte  (Tapcaquilla ¿?), , poniente (Tacuba) y sur (Iztapalapan), y la de oriente que llega a la laguna donde estaba el puerto o embarcadero para Tescuco

 

            En cuanto a las construcciones del México español se destacan, con simples recuadros, los siguientes edificios, ya utilizando la explicación que aparece en el recuadro

 

1.      Convento de Santa Teresa la Antigua y las casas de su circunferencia

2.      Palacio Arzobispal y las casas de su circunferencia

3.      Palacio Real  y su circunferencia en que se comprende la casa de la Moneda y el Parque

4.      Santa Iglesia catedral, con su cementerio, colegio Seminario, y Sagrario

5.      Primera Iglesia o Capilla de los primeros religiosos franciscanos, fabricada a solicitud y mandato de Cortés año de 1524

6.      Su primera provisional Iglesia catedral, ynter se labraba la que oy existe, la cual miraba hacia las Casas del Estado, que no se sabe cuando se comensó, y sólo se sabe que se demolió el año de 1626. 7. el Parián

 

Sobre la iglesia catedral menciona que “su nueva fábrica de la Iglesia catedral que oy existe se comenso y puso la primera piedra el año de 1573”

 

            En lo que corresponde a la ciudad de “México en tiempo de Moctezuma” en el plano se encuentran claras alusiones a la ubicación de los templos de los antiguos mexicanos “conforme a la noticia que de él dan los historiadores” de la época.

La ciudad prehispánica está señalada por medio de recuadros casi perfectos con color, no con el trazado de líneas que denotan las calles y edificios de cultura española; se aprecian los colores rojo y café oscuro, aunque en las explicaciones que aparecen al margen, se habla de azul y colorado.

Los edificios también están delineados por medio de letras, particularmente la “A”, “B”; “C”, “D”, “E” y “F”, con un color distinto cada uno de los espacios indicados con la correspondiente carácter. Pero también se plasma un recuadro muy ilustrativo denominado “Diseño de las casas de México gentil” y que se representa “figurado en una manzana o quadra de quatro lados, y en su centro dos cuadras de casas”. Este recuadro se retomará renglones adelante.

De acuerdo con la explicación marginal del documento, los edificios de la ciudad prehispánica indicados en este plano son los siguientes. Primero hace referencia a la investigación llevada a cabo por “José Antonio Alzate[1] y otros” quienes indagaron la ubicación de los edificios de la ciudad prehispánica. Con base en esta investigación se presenta este plano, por lo que “su discrepancia no indica error notable”.

Respecto a este punto, Roberto Moreno de los Arcos no destaca alguna exploración por parte de Alzate a los templos prehispánicos ubicados justo debajo de los principales edificios del centro de la ciudad de México. Sólo menciona lo siguiente en su actividad arqueológica lo que reproduzco textualmente:

 

Alzate incursionó también en el terreno propio de la arqueología con unas mediciones de las pirámides de Teotihuacan y la reacción del primer trabajo propiamente arqueológico de la Nueva España: Descripción de las Antigüedadaes de Xochicalco, cuya primera versión de 1777 le fue impedida para su publicación por sus manifestaciones de agresivo indigenismo.

 

Sin embargo es el mismo Moreno de los Arcos, quien muestra que |en el año de 1789, además de redactar las notas a la historia antigua de Clavijero y preparar el Plano de Tenochtitlan que por lo que es posible que sea esta la referencia anotada en el plano.[2]

Con las letras “A”, en tono colorado, se enmarca el palacio de Moctezuma , del que se dice que “en sus cuatro lados tenía 20 puertas”. Con la letras “B”, en azul El palacio de Axayacatl, del que se dice que fue ocupado por los castellanos, “dos mil indios de guerra tlascaltecas, muchos indios e indias de servicios” y “no lo ocuparon todo”.

Con la letra “C”, también en azul, se presenta el gran muro o cerca del gran templo de los ídolos, , “que tenía en su centro una gran capacidad de área alrededor del templo y tenía dicho cerco cuatro puertas en dirección recta a las cuatro calles principales,

Los puntos marcados con la letra “D” indican, en colorado, el “gran Cu o templo de los ydolos, de mucha altura, al cual se subía por una escalera a la parte del poniente que tenía 113 escalones; en sui cima, “ a la parte poniente estaban las capillas de los ydolos”

Con la letra “E”, en “anteado”, se indican los puntos en los cuales se emplazaban las calles de agua a las que ya se hizo alusión en renglones atrás y con la letra “F”, en anteado también, se localizan humilladeros o pequeños Cues, que servían para po0neer ensartadas las cabezas de los sacrificados,

            Se explica que con la guerra de la Conquista, la ciudad fue completamente destruida, así como “el gran adoratorio, los otros menores, palacios, torreones y casas” y cuando se “formó la nueva ciudad ya no quedaron las calles en la misma ubicación que antes”

En cuanto “Diseño de las casas de México gentil”, el recuadro que representa dicha construcción no puede ser más ilustrativo. El esquema representa el modelo concebido por los historiadores de la época de la casa de la casa que ocuparon los antiguos mexicas. La representación consiste en tres cuadrados concéntricos numerados del exterior al interior del 1 al 5.

El primer cuadro, en color azul, representa las calles de agua, de las que dice se anda en canoa y facilita el tráfico para el comercio de comestibles..

El número 2 describe el cerco o pretil que sirve como resguardo  y en la parte de adentro, señalado con discretos puntos, se presentan árboles frondosos en donde “se criaban aves para matar con cervatana”

El número 3 se refiere a calles de tierra que fueron usadas para comunicarse unas casas a otras, por medio de puentes de “Bigas” y hacia toda la ciudad.

El número cuatro, en colorado, muestra los sitios en donde se sembraban hortalizas y flores. El cinco señala las casas, que muchas de ellas tenían “un torreón en las esquinas bien alto blanqueado y bruñido que daban mucho adorno”.

El autor concluye que, con este modelo, con muchas manzanas o cuadras todas contiguas, brinda una idea de cómo luciría la ciudad en cuanto a su “simetría y hermosura”

 

PLANTA Y DESCRIPCIÓN DE LA IMPERIAL CIUDAD DE MÉXICO EN LA AMÉRICA

 

El presente plano de la ciudad de México, marcado con el número 149-2, constituye una verdadera joya para el investigador dedicado a la historia de nuestra capital. Es un plano en perspectiva desde el oriente, prácticamente del lago de Texcoco, sin caer en la especulación pareciera que el punto de referencia es el cerro del Peñón, en pleno lago, y muestra una urbe en la cual las construcciones están con mayor densidad precisamente hacia el oriente y centro, desplegando apenas su crecimiento hacia el occidente y, en la dirección del norte, aparecen construcciones aunque sin algún patrón específico.

            La perspectiva con la que fue elaborado este mapa, hace recordar claramente a La forma y levantado de la ciudad de México de Juan Gómez de Trasmonte de 1628. En este mapa se aprecia una ciudad asentada en una isla, quizá en un proceso de peninsularidad en donde las avenidas de Chapultepec y la calle de Tacuba, la unen con la tierra firme. La pintura tomó como referencia posiblemente el cerro de Chapultepec de acuerdo con el estudio urbanístico de Justino Fernandez[3].

            En este mapa se percibe igualmente una ordenación territorial hacia el centro y una desordenada ocupación hacia el norte, en lo que corresponde a la Lagunilla y Santiago Tlatelolco; lo mismo se observa al sur, además de magnificas arboledas  y una que otra construcción fuera de la traza. Hacia el fondo, el inmenso lago de Texcoco y las cadenas montañosas, que a la par encierran este espectacular marco en el que se asienta la capital del virreinato novohispano.

            En relación al mapa que nos ocupa cabe destacar su nombre: Planta y descripción de la Imperial ciudad de México y de su posible autoría sólo se presenta la siguiente referencia: “se hallará en la librería de don Cristóbal de Zúñiga y Ontiveros, año de 1760 y también en la imprenta de la calle de la Palma.” Al lado de esta leyenda aparece el siguiente nombre “Carlos López del Troncoso”. Por lo que carece de una referencia clara que puedan remitir clara y cabalmente al autor.

El plano de la Imperial ciudad de México, muestra una enorme riqueza en cuanto a un número de detalles que van desde los terrenos propios del paisajista, el urbano, la infinidad de pormenores con los que el autor quiso ilustrar el mapa y, con ello, su conocimiento de la ciudad. Es tal el grado de exposición que al autor deseaba alcanzar, que en las construcciones se perciben claramente los patios de cada edificio, así como ventanas e incluso entradas a las construcciones.

En los árboles se percibe un orden, particularmente en donde la desecación hace sus estragos; describiendo en algunos casos claras y bien delineadas parcelas. Pero los árboles no tienen el mismo tamaño, y los que se encuentran, por ejemplo en las plazas, tienen otras dimensiones y otro orden.

Al observar esta precisa enumeración es posible inferir, por un lado, la capacidad del autor para plasmar la ciudad en el papel y, por la otra, su conocimiento de la misma, hecho que se convierte en un tema retador para aquel que quiera adentrarse en las particularidades del plano.

            Los límites de esta ciudad están señalados, hacia el occidente, por el rumbo del convento de San Cosme; hacia el sur, el salto del Agua marca la referencia limítrofe y al norte, Santiago Tlatelolco; pero por el oriente pareciera que el propio lago de Texcoco marca los límites respectivos, pero no es clara esta relación. El convento de San Lázaro marca el inicio de una arboleda muy bien delineada que corre hacia el sur, casi terminando en la Candelaria de San Lázaro

            El mapa presenta toda una serie de referencias, primero de plazas o sitios relevantes, casi todos ellos de orden religioso, ya sean templos o conventos de varones, esto porque en un segundo rubro, marcados con numeración arábiga, ubican a los “conbentos de Monjas”, después, antes del número 69, parece que se enuncia un tercer apartado, éste en relación con “Chapiteles”.

Marcar y localizar todos ellos es una tarea ardua e implica igualmente un profundo estudio de localización de cada uno de los edificios y con ello indicar posibles errores, destacar aclaraciones, pero ante todo, un estudio comparativo si se hace imprescindible. En este caso, una posibilidad sea el de Juan Gómez de Trasmonte o el plano de José Antonio de Villaseñor y Sánchez levantado hacia 1750.

Sólo destaco unos cuantos detalles, en breves renglones, sin ningún afán de profundizar, porque, insisto, sería una actividad que escapa a los objetivos de este trabajo.

Uno de éstos edificios sería la plaza mayor de la ciudad de México, que muestra una catedral de proporciones mayores, aunque las torres no han sido terminadas, y la plaza mayor, marcada con la letra “B” tiene una forma prácticamente irregular, compuesta por dos rectángulos unidos entre sí por uno de sus ángulos.

            Las calles están bien trazadas, y son por lo general rectas e incluso esta cualidad es más apreciable por la cercanía a la Plaza Mayor, pero también es evidente en este trazado una convivencia con los caminos de agua, las acequias, que están plasmadas a todo lo largo y ancho del mapa, se dibujan a la par con puentes que por lo demás son numerosos aunque de diversos tamaños.

En este rubro se exponen también los acueductos que abastecen de agua potable a la ciudad por medio del Salto del Agua y por la Caja del Agua, muy cercano a este último sitio, marcado con el número 84, se localiza La Mariscala, contiguo a la actual calle de Tacuba y a la Alameda, marcada ésta con el número 90.

            Otro detalle es el crecimiento de la urbe, que como es hasta cierto punto natural, se presenta de manera desordenada enfilada hacia el norte, en donde las calles dejan de ser totalmente rectas en la mayor parte de su trazado, dejando amplios espacios entre las construcciones, Las chinampas están cediendo ante el ímpetu de la ciudad que busca espacios para nuevos sitios.

El crecimiento, hacia el sur, no es tan desordenado, se alcanza a percibir el trazado de manzanas y éstas se ocupan paulatinamente  y lo mismo se observa en la dirección del occidente, con un claro acuñamiento entre la calle de Tacuba y el Salto del Agua, en esta zona el poblamiento es mucho más denso.

            Al igual que en el plano de Trasmonte, la ciudad muestra una convivencia entre la traza de una ciudad española que crece cada vez más y unas chinampas que resisten el acecho constante de la urbe que está creciendo.

El plano tiene suma importancia porque presenta a la ciudad hacia el año de 1760, deteniendo el tiempo y el espacio se nos brinda una excelente oportunidad para hacer una reconstrucción total de la urbe y sobre todo compararlo con otros existentes para la época colonial y con ello obtener un mejor conocimiento de la historia de la ciudad de México.



[1] Roberto Moreno. Lecturas universitarias. Antología ciencia y conciencia en el siglo XVIII mexicano. UNAM; México, 1994. p. 193

Por su parte Alberto Saladino García destaca también su estudio sobre las ruinas de Xochicalco, prácticamente la misma obra citada; aunque enfatiza su postura por “indagar el pasado de los indios y coadyuvar a superar la ignorancia que sobre ellos existe” sin mencionar alguna vez el estudio correspondiente sobre los edificios prehispánicos del centro de la ciudad de México. Alberto Saladino García. El sabio José Antonio Alzate y Ramírez de Santillana. UAEM, México, 2001, p.39

[2] José Antonio de Alzate y Ramírez. Obras. I- Periodicos UNAM, México, 1980. Edición, introducción, notas e índices por Roberto Moreno, p. XLII

[3] Justino Fernández y otros. Planos de la ciudad de México. UNAM, México, p.183

 


 
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